sábado, 11 de julio de 2009

¿ES NORMAL QUE SIENTA RABIA, VERGUENZA, DOLOR Y RENCOR?


Rabia

"Cualquier persona puede tener rabia. Pero tener rabia con la persona indicada, hasta el grado indicado, en el momento indicado, por la razón indicada y en el modo indicado - eso no es fácil." -Aristóteles

La rabia es un estado de duelo por el que pasan muchas personas que han sufrido traumas por eventos causados por el acto deliberado de otro ser humano.

Puede también ser un signo de que alguien te está hiriendo o de que no estás lidiando positivamente con algún problema emocional importante en tu vida. Las personas muchas veces sienten rabia cuando sienten que ha habido una injusticia en su contra o cuando pareciera haber un problema sin solución.

No todas(o) la sienten, pero muchas sí.

Es una respuesta natural a nuestro instinto de sobrevivencia. Cuando un animal es amenazado o herido, tratará de escapar. Si no puede escapar, se dará vuelta y peleará. No sólo los animales tienen esta respuesta impulsada por hormonas al percibir un peligro; los seres humanos también la tenemos. La mente registra las situaciones emocional y físicamente peligrosas como amenazas a nuestra sobreviviencia. Si no puedes evitar estas amenazas, muchas veces el resultado es rabia.

La rabia se puede manifestar como ira, depresión o angustia. Lidiar con esto puede ser muy estresante y te puedes llegar a sentir muy sola o confundida. La rabia muchas se veces se dirige inapropiadamente a las personas que son importantes en tu vida, a las personas que respetas y a las que te importan mucho, o incluso a ti misma. Algunas personas andan por la vida como bombas a punto de explotar. Saber por qué estas enrabiada y hacia quién o qué te puede ayudar tremendamente a controlar la rabia, en lugar de dejar que ésta te controle a ti.

Las investigadoras Ann Wolbert Burgess y Lynda Lytle exploraron el asunto de la rabia:
"Muchas víctimas se dan cuenta de que sus sentimientos son desproporcionados a la situación en la que están. Dicen estar enojadas con alguien y luego se dan cuenta de que la rabia realmente no tenía fundamento en esa situación particular. Las mujeres se molestan mucho con este comportamiento el cual, a la vez, les produce mayores problemas."
La vergüenza es una de las emociones más abrumadoras que experiencian las sobrevivientes de abuso sexual, es una emoción que nos sugiere que no somos lo suficientemente buenas, que algo anda mal con nosotras y que nos impulsa a esconder la verdad. Esta vergüenza es un sentimiento que generalmente pareciera tener vida propia y que pareciera esparcirse por todo nuestro cuerpo, afectando la manera en que vivimos e interactuamos con los demás.

La vergüenza también es difícil de entender y analizar porque es un sentimiento que se mantiene escondido. Estar avergonzada te da una sensación de inferioridad y de poca valía, te hace sentir aislada y penada por una sensación de ser un fracaso.
Una de las experiencias más dolorosas en la vida es el rechazo, todas le tememos... Pero cuando nos sentimos avergonzadas, nos estamos rechazando nosotras mismas, diciéndonos que no somos desables ni queribles. La vergüenza es como una pared que nos separa de otras personas porque es casi imposible acercarse a una persona que piensa que no merece ser cuidada.


He aquí algunas definiciones de la vergüenza:

"El humillante sentimiento de haber parecido poco favorable antes los ojos de uno mismo o de otros como un resultado de alguna acción ofensiva o irrespetuosa."
"Una dolorosa sensación, excitada por la conciencia de culpa o impropiedad, o de haber hecho algo que daña la reputación."
"La dolorosa emoción que surge de la conciencia de algo poco honorable, ridículo o indecoroso en nuestra propia conducta o circunstancias."
Vergüenza es lo que debiera sentir nuestro agresor, no nosotras. Tú no eres de culpar por el crimen que cometieron contra ti porque tú no podías controlar la situación de otra persona y por lo tanto NO DEBIERAS sentirte avergonzada. No tienes por qué esconderte tras una máscara.


Perdón, Dolor y Sufrimiento


Amor y perdón: Una salida equivocada


Muchas de nosotras(o) creemos, por algún motivo u otro, que para sanar es necesario perdonar al abusador.
Se buscan soluciones instantáneas y basadas en el "amor". Mucha gente piensa y recomienda que perdonemos a quien nos hizo daño. Porque creen que si una perdona una sana. Creen que el perdón cura. Pero eso no es así. Primero una debe sanar. Y luego, cuando una está sana, ya el perdón sale solo o ni siquiera se necesita.

Se debe superar la "ética del perdón instantáneo" que tanto se recomienda a las mujeres víctimas de violencia. Ese perdón que con tanta frecuencia recomiendan en confesionarios, en cultos y en sermones pastores y sacerdotes, también mujeres piadosas, sólo se transforma en una máscara que mantiene las memorias y los sentimientos negativos (rabia, incluso odio y venganza) lejos de nuestra conciencia. Y porque sólo afrontando cerca de la conciencia, y no lejos de ella, todos estos sentimientos se logra superar el trauma que los ocasionó.

No es conveniente que las víctimas perdonemos de forma instantánea ni inducidas en nombre de la religión. Olvídense del Jesús dulce y sumiso y recuerden la rabia de Jesús en el templo y las palabras de los profetas que hablan de la "cólera justificada" de Dios.

Un cambio para las mujeres: Distinguir entre dolor y sufrimiento

Es escencial lograr un cambio en la conciencia de las mujeres, para lo cual debemos aprender a distinguir entre dolor y sufrimiento. Debemos "aprender a no sufrir".

Tenemos que entender que el dolor es un proceso difícil, pero vivible y lo que
tenemos que evitar es el sufrimiento. El dolor es algo inevitable, el sufrimiento es evitable. El sufrimiento se produce cuando el dolor no termina, cuando el dolor permanece y queda fijo. El sufrimiento es un dolor extendido en el tiempo. El sufrimiento es también un dolor no elaborado: la causa del dolor ya ha desaparecido pero no hemos logrado elaborar ese dolor. No elaborarlo quiere decir que aún vivimos las manifestaciones del dolor, que no hemos aprendido del dolor. El sufrimiento es también una suma de dolores: superponemos un dolor sobre el otros, sin elaborarlos. Entonces, el dolor se fosiliza y se convierte en sufrimiento. Hay sufrimiento cuando un dolor del pasado está activo en el presente. Hay sufrimiento cuando un dolor actual te remite a todos los dolores sin elaborar acumulados a lo largo de la vida. Cuando esto sucede, no sólo te duele el dolor concreto y puntual de hoy, sino que te duele lo de hace un año, lo de hace cinco, te duele la vida. Eso es sufrir.


Una "vitud" cultural femenina: Sufrir


En la cultura latinoamericana sufrir es considerado una virtud femenina. Y se oye decir "Qué buena mujer es, cómo sufre". Pero no queremos mujeres sufrientes, sino mujeres felices. Decirle no al sufrimiento es una posición ética. Después de decirle no al sufrimiento, tenemos que elaborar el dolor no elaborado.

¿Qué significa esto? Que podemos mirar ya de frente el dolor del pasado. Que podemos ponerle nombre a ese dolor y decir: me pasó esto, sucedió aquello, esto se llama así. Que podemos comprender por qué nos sucedió lo que sucedió, que podemos entenderlo aunque no estemos de acuerdo, y que podemos explicar sus causas. En este proceso de elaboración del dolor, y para que el dolor no se convierta en sufrimiento, tendremos que renunciar a la lealtad que le tenemos a la que fuimos en el momento del dolor.

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