jueves, 13 de enero de 2011

LAS MUJERES QUE AMAN DEMASIADO

Las siguientes características son típicas de las mujeres que aman demasiado. (El libro se refiere fundamentalmente a mujeres, pero es probable que algunos hombres se identifiquen con estas afirmaciones)



1. Típicamente, usted proviene de un hogar disfuncional que no satisfizo sus necesidades emocionales.



2. Habiendo recibido poco afecto, usted trata de compensar indirectamente esa necesidad insatisfecha proporcionando afecto, en especial a hombres que parecen, de alguna manera, necesitados.



3. Debido a que usted nunca pudo convertir a su(s) progenitor(es) en los seres atentos y cariñosos que usted ansiaba, reacciona profundamente ante la clase de hombres emocionalmente inaccesibles a quienes puede volver a intentar cambiar, por medio de su amor.



4. Como la aterra que la abandonen, hace cualquier cosa para evitar que una relación se disuelva.



5. Casi ninguna cosa es demasiado problemática, tarda demasiado tiempo o es demasiado costosa si "ayuda" al hombre con quien usted está involucrada.



6. Acostumbrada a la falta de amor en las relaciones personales, usted está dispuesta a esperar, conservar esperanzas y esforzarse más para complacer.



7. Está dispuesta a aceptar mucho más del cincuenta por ciento de la responsabilidad, la culpa y los reproches en cualquier relación.



8. Su amor propio es críticamente bajo, y en el fondo usted no cree merecer la felicidad. En cambio, cree que debe ganarse el derecho de disfrutar la vida.



9. Necesita con desesperación controlar a sus hombres y sus relaciones, debido a la poca seguridad que experimentó en la niñez. Disimula sus esfuerzos por controlar a la gente y las situaciones bajo la apariencia de "ser útil".



10. En una relación, está mucho más en contacto con su sueño de cómo podría ser que con la realidad de su situación.



11. Es adicta a los hombres y al dolor emocional.



12.Es probable que usted esté predispuesta emocionalmente y, a menudo, bioquímicamente, para volverse adicta a las drogas, al alcohol y/o a ciertas comidas, en particular los dulces.



13. Al verse atraída hacia personas que tienen problemas por resolver, o involucrada en situaciones que son caóticas, inciertas y emocionalmente dolorosas, usted evita concentrarse en su responsabilidad para consigo misma.



14. Es probable que usted tenga una tendencia a los episodios depresivos, los cuales trata de prevenir por medio de la excitación que proporciona una relación inestable.



15. No la atraen los hombres que son amables, estables, confiables y que se interesan por usted. Esos hombres "agradables" le parecen aburridos.



ROBIN NORWOOD - LAS MUJERES QUE AMAN DEMASIADO.

La recuperación es posible

Abuso sexual, recuperación, culpa, vergüenza, mecanismos para enfrentar el trauma, adicciones, automutilación, suicidio… son palabras avasalladoras. Estoy cansada de escucharlas, estoy cansada de sobrevivir. Muchas personas me dicen “estoy contigo”, “cuentas conmigo”, “si necesitas algo…” pero la verdad es que estoy sola, me siento sola, incomprendida… las personas que me conocen mejor me dicen que lo olvide, que lo deje atrás, que me gusta vivir en el pasado, incluso hay estúpidos que dicen que me gusta sufrir…

Nadie entiende. Estoy sola en este camino sin fin…

Terapia, libros, hablar de mis sentimientos, hablar de mis recuerdos, ¿cuáles, los bloqueados o los dolorosos?... el típico échale ganas, todo depende de tu voluntad… nadie entiende.

Así transcurrían los años en los cuáles estaba tratando de recuperarme del abuso sexual infantil y de los años que le siguieron. Esos años en que hice todo lo posible para destruirme, para castigarme por haber permitido el abuso, esos años en que caí desde la alcantarilla hasta el infierno y miles de demonios me vejaron, me dañaron, me pisotearon…

Llegó el inicio de la recuperación con un intento estrepitoso de suicidio, no el primero, pero sí el más consciente, el más lacerante, el más hiriente porque por primera vez sabía por qué estaba tratando de matarme. Porque por primera vez sabía que era verdad, que no lo había imaginado, que no era una niña de mente retorcida que imaginaba tanta basura. Por primera vez sabía que había sido víctima de abuso sexual infantil.

Había sido víctima… había sido… ya no… ahora no se me permitía usar la palabra víctima; a partir del inicio de la terapia tenía que decir soy sobreviviente. ¿Sobreviviente? ¿Acaso esto es estar viva? En ese momento no entendía el significado de la palabra sobreviviente, pero una cosa sí tenía bien clara, la palabra víctima me causaba repulsión.

Traté por años de obtener la compasión de quienes me querían, no la lástima, sino la empatía; la comprensión de lo que había vivido y de cómo eso no había terminado hacía 13 años. De cómo me había estado afectando todos estos años. Nunca comprendieron.

También traté por años de encontrar la respuesta a ¿por qué? A tantos porqués. Jamás la encontré y ahora sé que no hay respuesta, no puede haber respuesta.

El haber iniciado una terapia y leer libros y libros sobre el tema y otros tópicos relacionados con el abuso y con las secuelas del abuso no resultó en dejar de poner en marcha los mecanismos de defensa del subconsciente, ni dejar de repetir una y otra vez las conductas autodestructivas que eran la única forma de ser que conocía entonces.

Y leía que iba a sanar, que se iba a acabar, que algún día no me comportaría así, que algún día me sentiría feliz, que iba a salir de este túnel de dolor… pero no lo creía, simplemente no lo podía creer porque por más que miraba hacia atrás en mi vida, no podía recordar un momento en que me hubiera sentido feliz, sin miedo, confiada, con esperanza… no conocía ningún otro sentimiento, no conocía otra forma de vivir.

El caos era mi sobrenombre y si no había caos yo me encargaba de crearlo. Y en terapia pensaba, soy una farsante, nunca sanaré, nunca saldré de esto… y me dolía tanto, tanto, la terapia, las lecturas, las películas para entender… que ya no quería saber nada más. No quería volver a escuchar abuso sexual, no quería volver a pensar en el abuso sexual, sólo quería apagar la luz y no volver a saber nada, sólo dejar de existir…

Pero no lo hacía, seguía y seguía… supongo que se trataba del instinto más básico de todo ser viviente… el instinto de superviviencia, la autopreservación…

Todo lo que había venido haciendo después del abuso y después de iniciada la terapia no era otra cosa más que instinto de autopreservación, sólo que antes de la terapia y de tantos libros mi instinto estaba un tanto mal encaminado, me había permitido lograr el objetivo, mantenerme con vida, pero a qué precio…

Ahora, con tantos libros, con tantas sesiones, con ayuda del grupo, me daba cuenta que ese mismo instinto tendría que ser canalizado en una mejor dirección…

Que tarea tan titánica, por dónde empezar… que agotador resultaba el solo hecho de pensarlo… mejor no, mejor dormir, mejor correr, mejor estudiar, mejor otras cosas pero no enfrentar los pedazos de mi vida. Pensaba, no voy a poder. Es demasiado, es inhumano, no es para mí. Pensaba también y si puedo mantenerme viva enfocándome sólo a respirar y me olvido de ser mejor, de ser feliz, de alcanzar el nirvana… total si nadie es perfecto, si todos tienen sus propios demonios, si he podido vivir hasta ahora así, mal, pero sigo viva…

Y así pasaban los días, las semanas, los años… a veces los minutos parecían eternos y pensaba en vivir 1 año más y me parecía imposible… y me preguntaba cuánto más falta, cuánto más…

Miraba a mi alrededor en busca de salidas de emergencia…

Estaba agotada de sobrevivir…

pero entonces un día me di cuenta que no estaba pensando en el abuso, no había recordado a mi agresor en varias horas, que no había pensado en mi triste y lastimera infancia, sino en las persecuciones en bicicleta con los niños del vecindario donde crecí, en las carreras de tortugas, en mis ranas verdes, en mis ochos de la universidad y mis dieces del posgrado, en lo bien que me sentía en mi nuevo empleo y en el hombre que me invitó a salir… de pronto mi vida era algo más, de pronto podía bajar la guardia y el mundo no se venía abajo…

…de pronto comprendí que soy feliz. Mi vida no es perfecta pero es vida. La recuperación es posible.

OLVIDAR QUE HEMOS OLVIDADO

La maniobra mental […] no consiste simplemente en la represión de un recuerdo doloroso. Recuerda los detalles, […]. Lo que se ha reprimido es el dolor de esa vivencia.

El nombre general con el que Freud designó esas maniobras mentales fue “defensas”. Sean cuales fueran las características específicas de las defensas, todas ellas comparten con la represión la misma finalidad y el mismo objetivo: constituyen dispositivos cognoscitivos para modificar y distorsionar la realidad a fin de evitar el dolor.

“Está capacidad de evitar, con regularidad y sin esfuerzo alguno… cualquier cosa que, en algún momento, resultó angustiante, nos ofrece el prototipo… de la represión […]”

• Represión: Olvidar que se ha olvidado

El concepto se ha ampliado y represión significa la defensa mediante la cual se olvida y, a continuación, se olvida que se ha olvidado. La información reprimida no puede ser recuperada por la memoria, aun cuando la trayectoria original de la información haya pasado, en algún momento, a través de la percepción de la mente.

• Negación y Reversión: Lo que es, no es; es lo opuesto lo que es

El acto de negarse a aceptar las cosas tal como realmente son. Si bien no se borra de la consciencia todo el hecho, como sucede en el caso de la represión, los hechos son reacomodados para enturbiar la realidad. “Te odio” se convierte en “yo no te odio”.

La represión va un paso más allá de la negación. El hecho es negado y, a continuación, transformado en su opuesto: “Te odio” se convierte en “Te amo”. La información negada sufre una reversión y pasa a la conciencia.

• Proyección: Lo que está adentro se envía hacia afuera

Primero, el sentimiento, la idea o el impulso que provocan angustia es negado y bloqueado frente a la conciencia. Después el individuo expulsa esos sentimientos, los localiza en otro.

• Aislamiento: Hechos sin sentimientos

El aislamiento es una supresión parcial de la experiencia, una seminegación. No se reprime un hecho desagradable, sino que se suprimen los sentimientos que el mismo genera.

• Racionalización: Me invento una historia sustituta

La racionalización, una de las estrategias más frecuentes, permite la negación de los verdaderos motivos “tapando” los impulsos negativos con un manto de racionalidad.

“Lo hago por tu propio bien”, “Esto me duele más a mí que a ti” son indicios claros de una racionalización, una defensa que suelen usar los intelectuales entre cuyos talentos psicológicos se incluye la convincente creación de excusas y coartadas.

• Sublimación: La sustitución de lo amenazante por lo inofensivo

La sublimación permite la canalización de los instintos en lugar de reprimirlos. Los impulsos son reconocidos, aunque en forma modificada.

Desde la perspectiva de la atención, todas estas defensas comparten un procedimiento común con la proyección. El primer paso es la negación; el segundo, la transformación que se produce en el inconsciente; y tercero, el ingreso en la conciencia de la versión transformada.

• Desatención selectiva: No veo lo que no me agrada

La desatención selectiva borra de la conciencia aquellos elementos que pueden resultar inquietantes si se llegara a tomar conciencia de ellos. La desatención selectiva es una respuesta de uso múltiple frente a los problemas cotidianos. [Se aproxima a la distracción].

• Automatismo: No tomo nota de lo que hago

Muchos de nuestros actos son realizados automáticamente, al margen de nuestra conciencia. Algunas actividades automatizadas encubren elementos de nuestra conciencia que podrían llegar a generar sensaciones de incomodidad si tomáramos plena conciencia de nuestros motivos y objetivos.

En la desatención selectiva, una parte de lo que se percibe es borrado antes de llegar a la conciencia. En el automatismo, la desatención se extiende a la respuesta que uno pone de manifiesto.

DANIEL GOLEMAN – LA PSICOLOGÍA DEL AUTOENGAÑO

Que el perdón reine en tu corazón

Tratare de hablar un poco sobre esto que paso hace muchos años y genero un cambio radical en mi vida….Como muchos fui un niño lleno de mucho cuidado por parte de mis padres y de una familia muy unida, con muchos sueños, lleno de imaginación y juegos, un día de Navidad llego un tío muy triste pues su esposa e hijos tuvo que irse a otra ciudad en navidad y mis padres llenos de regalos para ellos me pidieron ayudar a llevarle los regalos a mi tío, yo un niño de ocho años tome lo que pude y acudí a ayudar ese tío que siempre me lleno de regalos, caminamos por el patio una casa antigua y cuando llegamos al Porsche volteo para darme mi beso de despedida y fue en la boca, con lengua y todo, yo no supe….volé, fue fuego, fue algo que no entendí y me dijo mañana vengo por ti, no le digas a tu padre, me volvió a besar y me regrese lleno de risas y con algo que no conocía, al día siguiente conocí lo que faltaba, a partir de ese momento aprendí a respirar cuando el llegaba mi comportamiento fue aun mejor en casa para evitar que el tío se llevara al sobrino favorito, ese tío me iba a presentar a amigos, para que me enseñara mas, con el aprendí a dar satisfacción, a buscar las miradas de triunfo, a ser recompensado por el silencio, un día cuando ya tenia como 13 años y deje de ser el gusto de mi tío lo agarraron por abusar de niños, todos estaba escandalizados y pagaron mucho dinero por sacarlo. A partir de ese momento ese beso me convirtió en alguien diferente, queriendo agradar por cualquier costo y con un sentido de abandono por ser viejo, en mi juventud fui muy guapo, como lo soy ahora de adulto, sin embargo en ese momento no lo entendí, no se por que no termine en trabajo sexual si estaba diseñado a dar satisfacción, sin importar quien fuera o su genero y con un problema increíble de depresión, angustia y culpa. Un día llegue a terapia aprendí sobre ese momento, aprendí a perdonarme y entender que solo era un niño, no preparado, maduro, pero ahora lo era, era alguien maduro que le podía seguir dando poder o generar un cambio positivo, después de la terapia supe sin asco que era la satisfacción, aprendí a ser egoísta y compartido, aprendí que valía la pena y que no quería darle poder a un evento no buscado por mi y aprendí a dejar de estar callado, ese tío Héctor tenia muchos sobrinos, nietos, con quien era tan atento como lo fue conmigo y hable con primas, sus esposos y les platique lo que me había pasado, con esto no lo veo como venganza sino como algo que libero a algunos de ese dolor.

Conozco a amigos que vivieron algo así, hombres y mujeres que a pesar de los años siguen reproduciendo el momento y dejan que sus vidas, sus amores escapen en busca de eterno castigo. Mi miedo era convertirme en alguien que reproduciría el modelo, por eso que el abusado se convierte en abusador, a sido difícil acercarme a mis sobrinos, hermanos, pero la terapia ayudo, ni me gustan, ni me gustaran las y los niños, es foto, en sus sonrisas, en darles un abrazo con cariño aprendí poco a poco a no sentirme culpable por demostrarles mi cariño y ser tierno con ellos, pero aprendí.

Con los jóvenes trabajo arduamente, especialmente en prevención del VIH pues la edad promedio es de los 12 a lo 25 años en donde se encuentra la mayor población impactada.

Es mi primera vez que cuento en un pequeño espacio mi historia de los 8 a los 28 años viví un infierno, pero aprendí, aprendí a perdonar, a perdonar a mis padres por no ver, a mi tío y su familia por el silencio, a mi por permitirlo y disfrutarlo, le di un poder por mas de 20 años, cuanto poder le darás tu, es posible sanar, como padres es posible identificar conductas anormales, como hermanos es posible comunicarnos.

No se queden callados, no se queden calladas, hagan algo mas que terapia ayuden, apoyen organizaciones que luchan, no se queden como espectadores, los pedofilicos están por todos lados, un día hable con uno le pedí me contara la historia y vi. Como brillaban y cambiaban sus ojos, llore mucho, pero aprendí. Lamentablemente es una enfermedad y muchos de ellos fueron abusados sin terapia, así que pónganse las pilas, hablen con un buen profesional, saquen sus miedos, angustian, culpas toda su sed de venganza y conviértanlo en algo positivo.

Alto a la pedofilia, no permitamos que nuestros niños vivan el infierno que muchos como yo vivíamos a levantarnos de la cama con asco, usados y humillados como seres humanos, cuando la sexualidad es algo hermoso, algo para compartir con la persona que amas, con libertad, con dignidad.

Si en algo te sirven estas palabras, ponlas en tu corazón, no te odies, no te culpes, en especial cuando pasa en edad temprana uno no tiene la forma de calcular la situación, no estamos maduros, no fue nuestra culpa, no fue nuestra decisión, aun si lo disfrutaste, no fue tu culpa.

Que el perdón reine en tu corazón


Antonio Nevárez

EL AMOR OBSESIVO

EL RECHAZO ES EL FACTOR QUE DESENCADENA EL AMOR OBSESIVO

¿Qué es el amor obsesivo?

1. Deben tener una fijación dolorosa, avasalladora, con un amante real o deseado.

2. Deben tener un anhelo insaciable por poseer o ser poseídos por el blanco de su obsesión.

3. El blanco debe haberlos rechazado o tiene que ser inaccesible en una u otra forma, ya sea física o emocionalmente.

4. El rechazo o inaccesibilidad del blanco los debe impulsar a adoptar conductas autoderrotantes.

Los obsesivos pueden ser completamente racionales en muchas otras áreas de sus vidas o pueden verse afectados por otros comportamientos apremiantes. Estos comportamientos se incluyen en una gama que cubre desde el alcoholismo, adicción a fármacos o juegos de azar compulsivos hasta conductas menos ostensibles, como la adicción al trabajo o un perfeccionismo rígido.

En realidad, el amor obsesivo no tiene nada que ver con el amor: esta clase de sentimiento es más bien un anhelo. El anhelo es querer lo que no se tiene. Incluso cuando los amantes obsesivos mantienen una relación, no tienen suficiente de lo que quieren. Siempre anhelan más amor, más atención, más dedicación, más reafirmación. No obstante lo promisoria que pueda parecer la relación en el inicio, la insaciable naturaleza demandante de la obsesión propiciará el alejamiento de la mayoría de los blancos (quienes tienen un perseguidor no deseado e insaciable). Independientemente de lo que puedan sentir los amantes obsesivos, son sus propias necesidades y deseos los que controlan, a menudo a costa de las necesidades y deseos de su blanco.

El amor obsesivo está dominado por el temor, la posesividad y los celos. El amor obsesivo es inestable e incluso algunas veces peligroso. En el fondo, nunca satisface, nunca vigoriza, y es raro que proporcione una sensación agradable.

Los amantes obsesivos están tan atrapados en el remolino de sus pasiones que sencillamente rehúsan aceptar el final de una relación.

Los amantes obsesivos rigen su vida con un credo inquebrantable:

ÉSTA ES LA ÚNICA –E INSUPERABLE– PERSONA MÁGICA QUE PUEDE SATISFACER TODAS MIS NECESIDADES

¿Eres un amante obsesivo?

1. ¿Añoras constantemente a una persona (él o ella) que no está a tu alcance, física o emocionalmente?

2. ¿Vives para el día en que puedas alcanzarla?

3. ¿Crees que si la quieres lo suficiente, esa persona tendrá que amarte?

4. ¿Crees que si la acosas con intensidad (o en la forma adecuada) te aceptará?

5. Cuando te rechaza, ¿este hecho te impulsa a quererla más?

6. Si se te rechaza repetidamente, ¿tu entusiasmo se convierte en melancolía o rabia?

7. ¿Te sientes una víctima porque esa persona no te da lo que quieres?

8. ¿Tu preocupación por ella es tan intensa que afecta tus hábitos alimenticios o de sueño, o tu capacidad en el trabajo?

9. ¿Crees que esa persona es lo único que puede darle sentido a tu vida?

10. ¿Llamas incesantemente a esa persona, a veces a horas inoportunas, o esperas largas horas a que te llame?

11. ¿Te presentas inesperadamente en su casa u oficina?

12. ¿Compruebas si está donde se supone que debe estar e investigas con quién se encuentra? ¿Alguna vez la has seguido a escondidas?

13. ¿Has llegado al vandalismo o incluso a la violencia contra esa persona o contra ti mismo(a)?

Si respondiste “sí” a tres o más de estas preguntas, eres un amante obsesivo. Esta obsesión se puede superar. Debes buscar ayuda profesional inmediatamente, antes de que te dañes a ti mismo o a otra persona de forma permanente).

¿Eres el blanco de la obsesión?

1. ¿Te sientes asfixiado por la conducta de la pareja?

2. ¿Una persona a quien has desalentado intenta repetidamente convencerte de que no conoces tus propios sentimientos o deseos, de que realmente la amas?

3. ¿Un ex amante o ex cónyuge rehúsa creer que todo ha terminado y continúa persiguiéndote a pesar de tus objeciones?

4. ¿Recibes llamadas telefónicas, cartas, regalos o visitas no deseadas de esa persona?

5. ¿Su insistencia te está creando tanta ansiedad que afecta tu bienestar físico o emocional, o tu capacidad para concentrarte en el trabajo?

6. Cuando la rechazas, ¿se desespera aún más por tenerte?

7. Cuando la rechazas, ¿se pone melancólica o se enoja?

8. ¿Se dedica esa persona a fiscalizar tus actos y a las personas que ves? ¿La has sorprendido siguiéndote?

9. ¿Tienes temor de salir de casa porque te puede estar esperando?

10. ¿Te sientes objeto de la persecución de esa persona?

11. ¿Temes que esa persona pueda lastimarte o volverse autodestructiva?

12. ¿Esa persona te ha amenazado con recurrir a la violencia o se ha vuelto violenta?

Si respondiste “sí” por lo menos a una de estas preguntas, es probable que seas el blanco de una amor obsesivo. Aunque pueda haber quien considere que las atenciones no deseas de un obsesivo no son más que molestas, otros se pueden sentir abrumados por la opresión y los cambios de ánimo del obsesivo. Otros pueden correr un peligro real y no deben subestimar esa posibilidad.





Tomado de NO SE OBSESIONE CON EL AMOR de Susan Forward y Craig Buck.