viernes, 20 de noviembre de 2009

SOBREVIVIENTE.


"hoy he estado en terapia intentando reconstruirme pero aún no consigo encontrar lo que han dejado de mi, esto es un crimen cometido con un inocente que jamás debe ocurrir, esta es mi descripción aquí dejo mi dolor, la monstruosidad que se comete con un niño/a cuando ocurre esto, yo no puedo escribir hoy algo especial por que esto que hay aquí soy yo es lo que he sido siempre y soy todos los dias de mi vida, gracias por tu atención, sólo pido una cosa que luchemos y se pongan los medios necesarios para que esto no ocurra jamás, nadie merece pasar por esto y un niño es lo más inocente que existe en este mundo y merece cuidado,respeto y protección.
Esta es mi presentación, no existe otra para mi por que no hay un día concreto para escribir sobre el dolor que siento dentro del alma, por eso este escrito siempre permanecerá para recordar algo que jamás debe suceder a ningún niño/a por mi y por todas las personas víctimas de abuso infantil no importa el día, mes o año por que mi dolor no tiene fecha de prescripción, las primeras líneas que verán tus ojos cuando entres en este blog va a ser algo que me ha acompañado durante toda mi vida sin calendario ni hora determinada, cuando llegue esa fecha concreta (20 de Noviembre del 2009) decides unirte al dolor de muchas personas como yo y luchar por los niños con unas líneas en tu blog, desde aquí y desde lo más profundo de mi corazón te doy las gracias, no busques una entrada concreta ni un día concreto para mi por que yo he sido y soy esto durante todos los días de mi vida
Hoy día 20 del 2009 muchas personas dentro de la red vamos a escribir sobre un crimen el peor de todos la víctima es un niño/a alguien que no puede defenderse del verdugo por que aún no ha crecido lo suficiente ni física ni psicológicamente para poder hacerlo...El pederasta, yo prefiero llamarlo monstruo, destruye la vida de un ser inocente, le roba su infancia, su adolescencia, su juventud, le despoja de todo lo que tiene un ser humano y también del derecho a ser feliz, cuando ocurre la agresión sexual la vida de la víctima se congela queda bloqueada sin poder desarrollarse y crecer de forma normal, anulando todas sus facetas todas las etapas que la persona debe recorrer y vivir hasta llegar a ser un adulto/a y en su lugar sólo deja dolor, angustia, ansiedad, depresión y miedo...Hoy quiero escribir una poesía de silencios los silencios de las víctimas, esos silencios que se clavan en el alma y te hunden en un pozo sin fondo, los que te quitan el aire y la voz y apagan tu vida lentamente como la llama de una vela, la víctima calla durante mucho tiempo por diversos motivos como es el miedo a que nadie pueda entenderla, creerla o escucharla, también por vergüenza y otras veces en la mayoría de los casos por no hacer daño a la familia ya que por desgracia y lo más terrible de todo es que en su gran mayoría suele ser un familiar muy cercano el que comete el abuso con el niño/a con lo cual esta implicada toda la familia y piden el silencio de la víctima aunque no lo hagan de forma verbal la hacen sentir culpable para que siga callando y poder mantener la bonita fachada, la gran mentira ante la sociedad...Si hoy tropiezas con estas letras quiero que sepas que has encontrado a una superviviente de las muchas que lamentablemente hemos pasado por este horror, si alguna vez tienes cerca a una superviviente de abuso infantil te pido que lo escuches y la trates con respeto, si ha decidido quitar la mordaza de silencio de sus labios por favor dejala hablar escucha a ese niño/a que lleva en su interior aunque no llegues a entender totalmente su dolor, deja que llore que hable que rompa la mordaza de tantos años que la asfixia lentamente no le des la espalda no veas al adulto que esta delante de ti intenta ver al niño que está saliendo de su interior a ese niño que intenta escapar de una tumba callada y fría... "



ESTE ES MI TRIBUTO, MI HOMENAJE, A TODAS Y TODOS LOS SOBREVIVIENTES.
CON AMOR Y RESPETO ´POR ESO LO INCLUYO EN MI BLOG:MIGUEL ADAME V.

El abuso sexual es una realidad en muchos países y, sin embargo, continúa siendo un tabú. En las últimas dos décadas, el movimiento de mujeres ha contribuido enormemente a abrir la discusión del abuso sexual. Ese trabajo básico ha hecho posible que los hombres que, al igual que yo, han sufrido abuso sexual hablemos sobre nuestras experiencias y busquemos ayuda para superar el trauma del abuso.

Tanto las mujeres como los hombres son víctimas de abuso sexual. En Australia, las estimaciones conservadoras indican que uno de cada 11 niños y una de cada cuatro niñas han sufrido algún tipo de abuso sexual antes de cumplir 18 años. Los hombres son los perpetradores de casi todos los casos de violencia sexual (97 por ciento), pero los hombres también constituyen una significativa proporción de todas las víctimas: 26 por ciento de menores de 18 años.

Investigaciones recientes realizadas en los Estados Unidos sugieren que hasta un 20 por ciento de los hombres sufrió abuso sexual en la niñez. Adicionalmente, debemos reconocer la incidencia de ataques sexuales contra hombres adultos. El ataque sexual se presenta en muchas formas, que incluyen abuso sexual infantil, violación, acoso sexual, incesto y cualquier otra forma de violación sexual de la cual la víctima nunca es culpable. La responsabilidad recae en el ofensor y en nuestra sociedad, una sociedad que permite y promueve la violencia sexual.

El abuso sexual tiene consecuencias devastadoras en las víctimas, incluyendo aquellas que lo sobreviven. Las víctimas deben luchar por superar los efectos emocionales y sociales del trauma que han sufrido.

UNA CULTURA DE SILENCIO

Es particularmente difícil para los niños y los hombres revelar que fueron sexualmente atacados. Nuestra sociedad nos condiciona a creer que los hombres deben estar siempre "en control": de sus emociones, de otras personas y de su entorno. Se les enseña a definirse a sí mismos como hombres por el grado al que puedan alcanzar con éxito este control. Como consecuencia, la mayoría de hombres no cree que será una "víctima", y especialmente no en el terreno sexual. Cuando esto ocurre a menudo provoca un fuerte choque emocional, siendo algo tan alejado de la experiencia normal de los hombres.

No sólo es difícil para los hombres aceptar el ser sexualmente atacados, sino también común que vivan en silencio, ya que las reacciones de otras personas aumentan la sensación de ser victimizados. Al igual que al sobreviviente le resulta difícil creer lo que le ha ocurrido, también otras personas responden con incredulidad. Si un hombre revela que fue abusado sexualmente, a menudo se le castiga aún más cuando su "hombría" y orientación sexual son cuestionadas.

SEXUALIDAD Y VIOLENCIA SEXUAL
El motivo del ataque sexual no es primordialmente el placer o la satisfacción sexual, indiferentemente de si la víctima es masculina o femenina, sino que tiene que ver con poder, control, dominación y humillación. El ataque sexual es una forma de violencia en la cual el "sexo" es utilizado como arma contra la persona de quien se abusó. Como consecuencia, a la mayoría de hombres sobrevivientes nos preocupa en alguna medida nuestra sexualidad, ya sea en lo relacionado a nuestra identidad masculina, nuestra posición entre hombres, la masculinidad de nuestra conducta, nuestras preferencias sexuales, la frecuencia y satisfacción de nuestra actividad sexual o nuestra capacidad para la intimidad sexual. Estos problemas afectan nuestras vidas cotidianas, a menudo durante años después de que terminó el abuso.

Por lo general, la gente asume que cuando un hombre ataca o viola sexualmente a otro hombre, el ofensor es homosexual y la víctima también lo es. Estas nociones, populares pero equivocadas, tienen su raíz en el mito de que el asalto sexual busca principalmente la gratificación sexual, y la gente ignora los asuntos del poder y el control. Las investigaciones han mostrado que la mayoría de hombres que atacan a otros hombres tiene una orientación heterosexual y que la mayoría de sobrevivientes de violencia sexual también es heterosexual.

Asumir que los ofensores son homosexuales protege y exonera al ofensor heterosexual e injustamente hace surgir sospechas y culpabilización hacia la comunidad homosexual. Asumir que la víctima es homosexual tiene consecuencias negativas para el sobreviviente, quien, sin importar que sea heterosexual u homosexual, sufrirá el estigma social de ser considerado homosexual, además de la sensación de culpa por el ataque. Esta culpa está basada en la incapacidad de hacer una distinción clara entre el sexo con consentimiento y sin consentimiento.

Aunque el abuso sexual crea confusión y preocupación acerca de la sexualidad, no determina la preferencia sexual del sobreviviente. Es solamente el sobreviviente, y no el ofensor, quien determina sus preferencias sexuales y con quién está dispuesto a tener relaciones sexuales.

¿DE VÍCTIMA A VICTIMARIO?
Otro mito estigmatizante que hace que los hombres sobrevivientes callen es la noción errada de que las víctimas llegan a convertirse en ofensores. Aunque no se puede negar que muchos y probablemente la mayoría de ofensores sexuales fueron abusados en la niñez, el afirmar que el abuso sexual predestina a un niño a convertirse en ofensor sexual sería irrisorio si no fuera una suposición tan seria y ofensiva. El ataque sexual es siempre la elección del ofensor, sin importar si éste fue abusado en la niñez.

Los hombres que fueron sexualmente abusados en la niñez responden al abuso en una variedad de formas. A algunos les abruman tanto los devastadores efectos del abuso que sufrieron en su propia vida que deciden firmemente ayudar a que el mundo sea más seguro. Así, se aseguran de que, al ser padres, la relación con sus hijos e hijos sea responsable y libre de abuso; se dedican al servicio de la humanidad, aprendiendo habilidades de asertividad y comunicación o combatiendo la injusticia social a través del activismo. Otros sobrevivientes continúan viéndose a sí mismos como víctimas indefensas, y luchan continuamente por sobrevivir día tras día. Carecen de la capacidad y voluntad de abusar de otros, y a menudo están sujetos a sufrir nuevos abusos.


DOMINIO MASCULINO
El ataque sexual de hombres contra hombres apoya y refuerza la naturaleza patriarcal de nuestra sociedad; construye y fortalece jerarquías de poder masculino, y es una extensión de la dominación de los hombres sobre las mujeres. Tal como afirman Ann Game y Rosemary Pringle en su libro Género en acción (Gender at work), "El patriarcado es una estructura que da a algunos hombres poder sobre otros hombres, y a todos los hombres poder sobre las mujeres".

La forma en que esta jerarquía de poder masculino es reforzada a través de la violencia sexual contra los hombres varía de una situación a otra, pero parece ocurrir en por lo menos tres contextos amplios:

1. Dentro de las familias y las familias extendidas
El ofensor es usualmente un hombre mayor, quien a menudo tiene una posición de confianza y acceso directo regular a la víctima. Algunos ejemplos son: padre, tío, primo, hermano, padrastro, abuelo, vecino, dirigente juvenil, maestro, guía espiritual/religioso, entrenador. Una consecuencia del abuso sexual es que este ofensor ejerce un poder considerable sobre la víctima y consolida su poder sobre otras personas, incluyendo mujeres, en la familia o el contexto social general.

2. Donde el hombre busca ganar o mantener una posición de superioridad
En este contexto, el ofensor se concentra en otro hombre a quien percibe como significativamente más poderoso en la sociedad, particularmente entre otros hombres. Usualmente, este poder social ha sido obtenido a través de la agresión, la rudeza y el machismo. Al humillar a este hombre mediante la violación sexual y crear un clima general de temor y terror, el ofensor se coloca en la cima de la pirámide. Este clima de temor basado en la fuerza bruta ayuda a quitarles aún más poder a las mujeres. Este tipo de ataque ocurre más frecuentemente en ambientes dominados por los hombres, tales como los clubes de hombres, las prisiones y las fuerzas armadas.

3. Donde un hombre o grupo de hombres castiga a un hombre por ser diferente
Aquí, el ofensor u ofensores castigan a otro hombre por comportarse o verse diferente de la norma machista estereotípica. Al violar sexualmente a este hombre, le hacen ver que su conducta es inaceptable para los hombres, y pueden continuar su propia conducta conformista sin cuestionamiento alguno. Esta acción abusiva ayuda a mantener una brecha entre la conducta aceptada de los hombres y la conducta aceptada de las mujeres; efectivamente mantiene a los sexos diferentes y polarizados, y facilita el dominio general de los hombres sobre las mujeres. Dividir y conquistar. Algunos ejemplos son: castigar a un hombre o niño por disfrutar de la poesía, por hablar suavemente, usar una camisa de colores fuertes, ser artista, tener poca estatura, hacer tareas domésticas, parecer homosexual, ser educado o expresar sentimientos tiernos.

Muchos de los ofensores son hombres, pero el ataque sexual contra hombres o niños también puede ser y es perpetrado por mujeres. Es importante reconocer que algunos hombres y niños han sido sexualmente abusados por una o más mujeres, y siendo así merecen apoyo. Tal como lo expresara "Eduardo", miembro de un grupo para hombres sobrevivientes de la ciudad de Melbourne: "Nadie, ya sea heterosexual u homosexual, hombre o mujer, tiene el derecho a violar a otra persona, sea heterosexual u homosexual, hombre o mujer".

CONCLUSIÓN
El ataque sexual es una experiencia traumática y devastadora para las víctimas o los/as sobrevivientes, indiferentemente de su sexo. Se requiere de un gran coraje para hacer frente a lo que ocurrió e iniciar el camino hacia la sanación.

Para los hombres sobrevivientes existen muchas presiones sociales y patrones de acondicionamiento masculino que dificultan el reconocimiento de haber sido abusados, hablar de ello y buscar ayuda adecuada para superar el trauma.

Cuando un hombre sobreviviente nos revela que sufrió abuso sexual, es esencial que le creamos, le tomemos en serio y nos abstengamos de juzgarlo o culpabilizarlo. No es probable que esté mintiendo, ya que usualmente no se gana nada con inventar una historia de abuso.

Por encima de todo, los hombres sobrevivientes de abuso sexual necesitan ser escuchados y aceptados.

© 1995 Publicado originalmente en la revista australiana XY: men, sex, politics