jueves, 24 de junio de 2010

La pedofilia es un rasgo multifactorial en la personalidad

La pedofilia es un rasgo multifactorial en la personalidad del que la padece, y se compone de aspectos mentales, institucionales, de actividad, de educación sexual, de violencia, de control de las pulsiones, etc. En este sentido, se suelen distinguir dos tipos de pedofilia, una primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto, y otra secundaria (u otras), que aparecería motivada por factores circunstanciales.

Cognitivamente, el pedófilo se caracteriza por no considerar inapropiada su tendencia o conducta, por lo que no suele presentar sentimientos de culpa o vergüenza; en ocasiones, incluso, apelan a la seducción del menor como causa de la misma o a que su comportamiento se puede entender como una forma de educación sexual de los menores.

La personalidad del pedófilo es polimorfa. Se pueden distinguir dos grandes tipos de pedófilos: los primarios y los secundariosLos primarios muestran una inclinación sexual casi exclusiva por los niños y su conducta compulsiva es independiente de su situación personal. Se trata, clínicamente, de pedófilos en un sentido estricto del término que presentan unas distorsiones cognitivas específicas:

consideran su conducta sexual como apropiada (no se siente culpables ni avergonzados), planifican sus acciones, pueden llegar a atribuir su conducta a un efecto de la seducción por parte del menor o pueden
justificarla como un modo de educación sexual para este.

En cuanto a los secundarios o situacionales, estos se caracterizan por que su conducta viene inducida por una situación de soledad o estrés (en estos casos, la experimentación de relaciones sexuales con menores
suele ser un medio de compensar la baja autestima o de liberarse de cierta hostilidad). No son estrictamente pedófilos, en tanto que su inclinación natural es hacia los adultos, con los que mantienen normalmente relaciones problemáticas (impotencia ocasional, tensión de pareja...); solo recurren excepcionalmente a los niños y lo hacen de forma compulsiva, percibiendo su conducta como anómala y sintiendo posteriormente culpa y vergüenza.

Otra clasificación distingue tres categorías principales de pedófilos:

los ansiosos-resistentes, caracterizados por su escasa autoestima que les lleva a buscar constantemente la aprobación de los demás; dado que no consiguen establecer relaciones emocionales con los adultos, se
centran en los niños, con los que aumenta su seguridad. En principio, su relación no es sexual, pero la dependencia afectiva puede generarla.

los evitadores-temerosos, caracterizados por su gran deseo de contacto con lo adultos pero a los que el miedo al rechazo los paraliza. Se centran entonces en los menores y su actitud es poco empática y tienden al uso de la fuerza.

los evitadores-desvalorizadores, caracterizados como obsesionados con la independencia y la autonomía emocional; buscan relaciones fugaces e impersonales en las que no es infrecuente el comportamiento coercitivo violento o sádico.

miércoles, 23 de junio de 2010

Consecuencias del abuso sexual sobre el desarrollo del pensamiento

En situaciones de violencia sexual, el abusador manipula y confunde las referencias del niño, a través de interacciones que no pueden ser asimiladas, debido a la falsedad de ciertas informaciones. Esto conduce a una mistificación de la realidad cuyas secuelas se manifiestan a través de la desviación del proceso de maduración cognitiva.

Así, según la edad en la que se haya producido la agresión y el período de desarrollo en que el niño se encuentre, las secuelas serán diferentes. En caso de sufrir abusos sexuales antes de los 8 años, se observarán trastornos en la capacidad de establecer vínculos causales. Estos trastornos van a superar el aspecto particular del abuso sexual y van a extenderse al conjunto de adquisiciones cognitivas, provocando una deriva hacia una organización aleatoria del pensamiento.
El abusador emite mensajes particularmente patológicos y morbosos.Estos mensajes, fuente a la vez de confusión, asombro y perplejidad, son transmitidos a través de un registro comunicacional contradictorio.
El niño permanece impotente ante la masa incongruente de mensajes de los que es objeto, sin poder comprender las señales que normalmente clarifican el contexto.

Por otra parte, el abusador utiliza un lenguaje que se caracteriza por la utilización de un lenguaje de conminación. La comunicación se hace en sentido único, no hay una escucha del otro sino la voluntad de obtener un resultado predeterminado ajeno al diálogo y al intercambiode puntos de vista. El acuerdo voluntario del destinatario no es tenido en cuenta, lo que lo diferencia de la orden, la petición o la amenaza.

Esta reacción incongruente del entorno del niño deja en él profundas heridas Es posible explicar esta "pasividad" involuntaria a través de la influencia psicológica que el abusador ejerce sobre el niño. Para
provocar este estado modificado de conciencia, el abusador interviene .

lunes, 21 de junio de 2010

EJERCICIO: CREANDO SEGURIDAD

La seguridad es uno de los aspectos centrales en el proceso de recuperación. Puedes experimentar momentos de seguridad cuando estás con tu terapeuta, o un amigo cercano, o tu pareja, u otro sobreviviente. Si no has tenido el beneficio de la seguridad en estas circunstancias todavía, puedes explorar la posibilidad de sentirte segura(o) contigo misma(o).

Responde a las siguientes preguntas:

1. ¿Alguna vez te has sentido segura(o)? sí, no, no sabes.

2. Si tu respuesta fue sí, describe una ocasión en que te hayas sentido segura(o).

3. ¿Qué parte de esa experiencia te hizo sentir segura?

4. Si nunca has experimentado sentimientos de seguridad, describe alguna experiencia o creencia que está evitando que te sientas segura(o). Por ejemplo: la gente me hace daño, no puedo depender de nadie, no sabía que podía sentirme segura…

5. Para sentirme segura(o) necesitaría…

6. Cuando considero la posibilidad de sentirme segura(o) en el mundo, yo…

Medita acerca de los siguientes aspectos:

• ¿Puedo concebir la posibilidad de sentirme segura(o)? ¿Por qué sí o por qué no?

• ¿Merezco sentirme segura(o)? ¿Por qué sí o por qué no?

Espera el siguiente ejercicio sobre el sentimiento de seguridad.

Grooming. Acoso sexual a menores a través de Internet

Artículo premiado con el primer premio de artículos sobre psicología 2009 de Colegio de Psicólogos de Catalunya.

Internet se ha convertido en una herramienta imprescindible en nuestra sociedad. Gracias a la red de redes, podemos recibir y enviar desde nuestro domicilio o despacho todo tipo de información y en casi cualquier tipo de formato y comunicarnos con personas de todo el mundo. El salto tecnológico que hemos sufrido en los últimos años ha sido, gracias a la informática en general y a Internet en particular, sencillamente espectacular. Hemos pasado de tener como herramientas habituales de comunicación hace unos pocos años el teléfono, el fax, la radio, la prensa y la televisión, a sumergirnos en la informática, que se ha apropiado de casi todo lo que nos rodea y que está sustituyendo a los medios tradicionales en nuestras comunicaciones.

Para los adultos, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han supuesto un esfuerzo de actualización de conocimientos que ha derivado en un uso de estas herramientas preferentemente “utilitario”, en el sentido de que son medios para la obtención de cosas muy concretas. Sin embargo, los nacidos en la sociedad de la información se aproximan a Internet de un modo diferente. Ellos “están” en Internet, es parte de su medio y lo utilizan con mucha más naturalidad. El espectacular desarrollo en la actualidad de las llamadas redes sociales está directamente relacionado con esta forma de entender Internet. La red de redes ya no solo ofrece información y comunicación útil, práctica, necesaria… También ofrece un espacio donde interactuar con otros internautas y establecer relaciones sociales. Muchas personas ajenas a esta nueva tecnología quizás vean estas relaciones como demasiado artificiales, con pocos lazos de unión entre los individuos o exclusivamente virtuales y que poco o nada afectan a la vida diaria. Pero para los que han nacido inmersos en esta sociedad de la información, Internet es más que una fuente de conocimientos: Es un lugar de encuentro, de ocio, de expansión, que forma parte de su vida cotidiana. Consecuentemente, los problemas cotidianos también se han trasladado a Internet y las formas tradicionales de paliarlos se han tenido que actualizar para adaptarse a este nuevo medio: La policía ha tenido que desarrollar nuevas herramientas para investigar los delitos que se cometen en la red, las empresas para mejorar su competitividad, las instituciones para llegar a a la mayor población posible, etc.

Los psicólogos también han de adquirir nuevas herramientas y conocimientos para desempeñar su labor dentro de esta nueva realidad. Cuando uno se enfrenta al estudio del abuso sexual en la infancia y sus variantes, descubre que los manuales de psicología hacen referencia a un entorno previo a la existencia de Internet y no tienen en cuenta esta nueva realidad, ignorando una situación de riesgo que, aunque sí que puede estar relacionada con el entorno familiar, por ejemplo, no lo hace de la manera tradicional. Así, en un caso en el que se sospeche, por los indicadores comportamentales del menor, que pudiera estar sufriendo unos posibles abusos mantenidos en secreto, sería muy fácil sospechar que el autor podría ser una persona muy próxima al niño, cuando la realidad pudiera ser muy distinta, como veremos a continuación.

La definición de abuso sexual infantil, como la de otros muchos conceptos en psicología, está llena de dificultades. No existe unanimidad ni a la hora de determinar la edad límite del abusador o de la víctima ni al tratar de catalogar las conductas que se consideran abusivas. En relación a las edades, unos abogan por una diferencias claras en años entre abusador y víctima y otros, para incluir en la catalogación el abuso cometido entre menores, se centran más en una relación de desingualdad entre una persona con mayores habilidades de manipulación y otra que no las posee. En lo referente al catálogo de las conductas abusivas, unos incluyen todas aquellas en las que ha habido contacto anal, genital, oral, exhibicionismo, voyerismo o producción de pornografía y otros excluyen todas aquellas en las que no haya un contacto físico directo. A pesar de estas divergencias, existe unanimidad en dos criterios necesarios para que haya abuso sexual infantil: Una relación de desigualdad entre abusador y víctima y la utilización del menor como objeto sexual.

En cuanto al abusador o agresor, lo normal cuando el abuso es cometido de forma frecuente y duradera y no suele haber conductas violentas asociadas es que éste sea un familar (incesto) o una persona relacionada con la víctima (profesor, entrenador, monitor, etc), y lo contrario, es decir, que se trate de una persona desconocida, cuando es un hecho aislado y/o se comete de forma más violenta.

Las situaciones de alto riesgo tradicionales incluyen a niños con capacidad reducida para resistirse o delatar al abusador, como son los que todavía no hablan y los que sufren retraso en el desarrollo, niños de familias desorganizadas, prepúberes con muestras de desarrollo sexual, niños carentes de afecto o víctimas de malos tratos. Internet, tal y como veremos más adelante, amplía este catálogo a niños que pasan mucho tiempo solos conectados a la red sin una supervisión adulta y sin unas instrucciones claras de cómo navegar de forma segura. La red de de redes ha creado una nueva situación de riego: El grooming.

“Podemos definir Grooming de manera sencilla como el conjunto de estrategias que una persona adulta desarrolla para ganarse la confianza del menor a través de Internet con el fin último de obtener concesiones de índole sexual. Hablamos entonces de acoso sexual a menores en la Red y el término completo sería child grooming o internet grooming. Desde un acercamiento lleno de empatía y/o engaños se pasa al chantaje más cruento para obtener imágenes comprometidas del menor y, en casos extremos, pretender un encuentro en persona. El daño psicológico que sufren niños, niñas y adolescentes atrapados en estas circunstancias es enormei.”

El grooming comienza, evidentemente, con el contacto del abusador con el menor a través de Internet. Para ello, el abusador utiliza lo que en Internet se ha llamado “Ingeniería Social”, una herramienta muy usada por los primeros estafadores informáticos en el fraude a las compañías telefónicas, consistente en manipular a las personas para obtener información privilegiada haciéndose pasar por otras personas o por determinadas empresas, y conseguir así códigos de acceso mediante engaño, eludiendo con ello los sistemas de seguridad. Posteriormente, la “Ingeniera Social” se ha utilizado en todo tipo de estafas y robos de datos, como accesos a cuentas de correo, a la banca on-line, etc. y entre los delincuentes informáticos se considera esta técnica más un arte que una simple herramienta, habiendo sido mucho más efectiva que la mayoría de los virus creados para el mismo fin.

La “Ingeniera Social” será aplicada por el abusador en foros, chats, páginas web y juegos on-line dedicados especialmente a niños, en los que se hará pasar por uno más de ellos. Tras encontrar algún interlocutor receptivo, se irá ganando su confianza y lo que al principio serán inofensivas conversaciones sobre temas infantiles, poco a poco irán derivando hacia la obtención de datos personales. El abusador es un cazador paciente, y esta labor de recopilación de datos personales puede durar incluso semanas, pero siempre habrá unas preguntas claves al principio de la relación que le ayudarán a seleccionar a su víctimas “ideales”: “¿Qué edad tienes? ¿Dónde tienes el ordenador? ¿Estas solo o acompañado? ¿cuánto tiempo estás conectado a Internet?”

Estas preguntas están destinadas a seleccionar a un menor que pase mucho tiempo solo delante del ordenador y que, además, lo tenga instalado en un lugar privado, fuera de la mirada de terceras personas, preferentemente en su habitación. Como en la vida real, estas condiciones son las idóneas para poder cometer el abuso con impunidad. Ante la oferta de miles de posibles víctimas que ofrece Internet, el abusador puede elegir mediante las preguntas iniciales a la mejor de ellas de entre todas las que se han expuesto a su alcance.

La segunda fase es la provocación: el abusador comienza a dirigir las conversaciones a temas sobre sexo e incluso envía a través de los programas de mensajería tipo Messenger o similares imágenes pornográficas. Si el menor siente curiosidad por los temas propuestos y por las imágenes mostradas, se pasa a la siguiente fase, la “educación”.

En esta tercera fase es típico preguntar al menor si se ha masturbado y si sabe como hacerlo de manera diferente. Ante la respuesta negativa comienza la “educación” por parte del abusador. Estas enseñanzas no se limitan a explicar cómo se realiza una masturbación, sino que suelen desviarse a modos perversos y sugerir la utilización de accesorios como cepillos del pelo, mascotas, etc.

Conseguido esto, aunque sea en sus objetivos mínimos, se pasa a la fase de la captura de pruebas. El abusador pide al menor que realice la masturbación delante de la cámara web o que se haga unas fotografías mientras la realiza y que las envíe por correo electrónico. Con la grabación o las fotografías en su poder se pasa a la fase final, el control.

Una vez ha obtenido toda la información personal sobre el menor y las grabaciones de la cámara web o las fotografías, el que se hizo pasar por otro menor, colega de confidencias y experimientación, se transforma de repente en un tirano adulto que posee información confidencial y que amenaza con hacerla pública. Si desde ese momento el menor no hace todo lo que se le diga, el vídeo o las fotografías llegaran a sus padres, a sus amigos, a sus profesores, etc. personas todas ellas de las que, pacientemente, el abusador ha ido recopilando nombres y apellidos, direcciones, números de teléfono, direcciones de correo electrónico, lugares de trabajo, etc. Desde este momento, el niño pasa a ser un simple objeto sexual y se convierte en una marioneta en manos del abusador. Se le exigirán más grabaciones y más perversiones frente a la cámara web, siempre bajo la amenaza de la humillación pública. El control en esta fase llega a ser tan grande que el abusador puede atreverse en estos momentos incluso a concertar una cita con su víctima si las circunstancias lo permiten y perpetrar el abuso físico. Este control del niño puede durar semanas y generalmente termina cuando los padres o cuidadores descubren lo que está ocurriendo, alertados por los cambios en la conducta del menor.

El método expuesto es el “perfecto”, el que muy rara vez se dará en todas sus fases, pero cualquiera de ellas puede afectar psicológicamente al menor, desde las conversaciones de temática sexual hasta la visión de imágenes pornográficas interpretadas desde la visión del abusador, por lo que, estando dentro del grupo de riesgo, hay que tenerlas en cuenta cuando se investiguen conductas sospechosas de abuso en menores y no se puedan determinar unas causas claras.

Desgraciadamente, los pedófilos en Internet se han convertido en un grupo minoritario pero muy activo. A través de la red se comunican, se dan a conocer e incluso han propiciado campañas para difundir su “filosofía”, mediante la que defienden el amor libre entre adultos y niños (como por ejemplo las campañas protagonizadas por la asociación norteamericana NAMBLAii). Antes de Internet, el pedófilo era una persona generalmente asilada, consciente de que su parafilia era algo “inmoral” y temoroso de hacerla pública; pero el actual se siente apoyado por cientos de personas como él con las que contacta a través de la red y comparte experiencias y consejos. Además, Internet se ha convetido en su coto de caza donde poder dar una salida a sus instintos de una forma anónina y por lo tanto, segura. Por todo ello, aunque el grooming sea poco probable, y más difícil aún que se de en todas sus fases, no lo es menos que sufrir cualquier otro tipo de delito grave a través de Internet, pues existe un colectivo que utiliza la red exclusivamente con fines delictivos, entre ellos, los pedófilos. Se han detectado en determinados foros de la red comentarios de supuestos pedófilos en los que presumen de tener controlado a cierto número de niños y que los pueden “prestar” a otros pedófilos cuando quieran, simplemente pasándose la cuenta del Messenger del menor. Evidentemente, estas aseveraciones pueden no ser ciertas (seguramente no lo sean), pero delatan la intencionalidad clara de estos personajes en su uso de Internet: La captura, control y exhibición de sus logros, amparados en el anonimato que ofrece la red. Tienen intención de “cazar” en un territorio que incluye la propia habitación del menor conectado a Internet.

Los niños, como usuarios de internet, están expuestos a los mismos riesgos que los adultos (aunque haya mucha gente que lo ignore) con el agravante de que, tal y como se dijo anteriormente, exploran con menos miedo el entorno virtual y carecen de las capacidades defensivas de sus mayores. Son más propensos a utilizar herramientas como los chats, los juegos on-line y los programas de mensajería, herramientas todas ellas que favorecen entablar contactos con desconocidos y que pueden resultar peligrosas si no se controlan adecuadamente. En un estudio realizado por ACPIiii y PROTEGELESiv para el Defensor del Menor en 2002, sobre los hábitos de navegación de los menores en España, se obtuvieron algunos datos preocupantes:

* El 30% ha facilitado su número de teléfono en alguna ocasión.

* El 16% ha facilitado su dirección a través de Internet.

* El 14,5% ha concertado una cita con un desconocido.

* El 54,5% no ha recibido información sobre las normas básicas de seguridad a la hora de utilizar Internet.

* El 86% accede a contenidos desde ordenadores que no disponen de ningún sistema de filtrado.

* Un 44% se ha sentido acosado/a sexualmente.

* Un 11% ha sido víctima de insultos por parte de otros internautas, , un 4% ha recibido correos no solicitados con contenidos desagradables y otro 1,5% informa haber sentido miedo en alguna ocasión.

Con todos estos datos, es sencillo comprender que los menores corren peligro en Internet y necesitan unas herramientas básicas para no caer en la garras del pequeño, pero activo, porcentaje de delincuentes que utilizan la red. El que carezca de estas herramientas de defensa será una víctima potencial de muchos delitos, entre ellos el denominado “grooming”. Para evitarlo, a los niños hay que instruirles en el uso de Internet y hay que dotarles de unas normas mínimas de seguridad, entre las que figuraría el control de la cámara web. La constante amenaza de muchos educadores de “si hay algún problema con el ordenador te quito Internet” tampoco es útil, ya que, además de la gravedad de la prohibición del uso de una herramienta tan extraordinaria y necesaria para el presente y futuro del niño, para evitarla los menores dejaran de informar de cualquier incidencia que les ocurra, temerosos de las represalias. Hay que tener una actitud colaboradora e informativa y tener previstas las incidencias y las respuestas a las mismas. El menor tiene que tener claro desde el mismo momento en que comienza su navegación que no puede facilitar información personal de ningún tipo. El cuidador o cuidadora tiene que conocer el uso de Internet y su funcionamiento básico para ser el primer orientador en la navegación del niño, en lugar de dejarlo en otras manos. Si el menor es orientado correctamente en su navegación no tiene por qué acceder a contenidos inapropiados, pero aún así, hay que tener previsto que hacer si, accidentalmente, se descubre una página pornográfica, se recibe algún mensaje con contenidos de este tipo o se presencian conversaciones inapropiadas para su edad. Estas deben de ser las señales de alarma para que el menor avise a sus padres o cuidadores y que estos tomen las medidas necesarias, que no deberían de ser, como se ha dicho, represoras.

Mi intención con este artículo solamente es la de dar a conocer un contexto más a la hora de investigar unos posibles abusos a menores, no la de explicar la forma correcta de navegar por Internet. Aún así, hay que tener presente que existen programas de filtrado de contenidos (llamados de control parental) que eliminaran de forma automática la mayoría de las amenazas y a los que, manualmente, se les podrá añadir aquellos que no se detecten en un principio. Esto, junto al plan de aviso de incidencias y la supervisión de un adulto, permitirán un acceso a Internet sin peligros.

Por último señalar que, aunque Internet parezca un medio anónimo, realmente no lo es. Los autores de estos abusos pueden ser identificados por las cuentas de correo electrónico utilizadas para contactar con el menor, por los lugares comunes a los que ambos han accedido (como por ejemplo un chat para niños) y por infinidad de pistas más que toda navegación en la red deja. Es por ello que nunca, una vez detectado el grooming en cualquiera de sus fases, se debería “olvidar el asunto”. Hay que denunciarlo ante las autoridades competentes y salvaguardar las pruebas existentes en el ordenador para que sean investigadas por los equipos especializados de cualquiera de las policías de nuestro país. El abusador, como cazador que es, tras perder a una de sus víctimas, probará suerte al día siguiente con otra y el no dar a conocer sus actuaciones simplemente estará sirviendo para que perfeccione sus habilidades y se haga más eficaz.

sábado, 19 de junio de 2010

EL OFICIO DE SER PADRE

Hace tres años escribi este texto, creo que es un buen momento para compartirlo con ustedes .

 
El oficio de ser padre.

"No dudo que en este camino pases noches sin conciliar el sueño pensando qué palabras puedes decirle a alguno de tus hijos cuando se encuentra en algún problema; no dudo que en algún momento que los has visto llorar quisieras ser tú quien esté en su lugar con tal de evitarles ese dolor; no dudo que además te entristezcas cuando, por alguna situación, alguno de tus hijos, sin pensarlo, te da una mala respuesta y te preguntes: ¿qué fue lo que hice? Si tu intención era sólo dar un consejo para el bien de ellos, y claro que todo esto pasa porque, como padre, sufres y gozas a la par de tus vástagos.

Mañana vendrán otras personas a las vidas de tus hijos, quizá hasta lleguen los nietos, pero para ti ellos siempre serán tus bebés, y también tu reflejo cuando a la vuelta de los años veas en sus rostros y manos que has formado a hombres de bien. Ellos serán tu reflejo cuando te comenten que sólo han dormido dos horas porque tienen mucho trabajo; serán tu reflejo cuando veas el amor con el que acarician a sus hijos, al igual que lo hiciste cuando los tuyos eran pequeños; serán tu reflejo cuando se desvelen ayudando a sus pequeños en las difíciles tareas escolares; serán tu reflejo cuando levanten la bocina del teléfono y pregunten: ¡Papa!, ¿estás bien? , porque son muy pocos hombres, como tú, los que pueden jactarse de decir que tienen derecho a festejar el día del Padre. Este texto va con cariño a todos aquellos hombres que tienen la dicha de ser padres"

Este texto me hizo pensar en la serie de actividades y acciones que emprendí para tratar de cambiar los procedimientos y leyes  para las victimas de abuso sexual en el circulo intrafamiliar, victimas que no tienen voz ni voto y que son miles, que junto con sus familia  se ven vulnerados y solos, sin representatividad social y política, por ser los niños un grupo que no genera votos y que no puede hacer valer sus derechos por si mismos y por las mismísimas implicaciones personales que los obligan a quedar en el silencio y solo en un futuro manifestarse de manera secundaria con otro tipo de secuelas en la sociedad a la que pertenecen, sin en su mayoria de ayuda psicologica especializada y profesional.

Este texto sin duda, me sirve de pretexto para pensar y preguntarme como padre, en una labor auto reflexiva, ¿habré hecho mi tarea?,

Que mas quisiera yo que las estadísticas de la No denuncia, de la impunidad, y el de la NO aplicación de la justicia rápida y expedita, como lo indica la Constitución de la mayorìa de los paises de habla hispana a estas alturas ya fuera tema de la historia, pero creo que vamos logrando avances, ya somo màs los que alzamos un grito al cielo e informamos y participamos activamente en evitar este flajelo, creo que al igual que yo, muchas mas  podran festejar el día del padre, yo lo haré sin lugar a dudas con mi familia amada, con mi esposa y con mi querida hija.

Quiero animarlos, quiero invitarlos a no bajar la guardia a no permitir que lo mucho que sea logrado, sea borrado por las fuerzas oscuras y poderosamente posicionadas por el dinero corrupto y sucio del negocio de la prostitución infantil.

Los invito a que en las oportunidades que se les presenten, en el papel que jueguen en la sociedad, luchen por erradicar este mal de nuestra sociedad y solo así, solo de esa manera, cuando llegue cada año el día asignado a festejar a los padres podamos jactarnos y decir que tenemos todo el derecho a festejarlo, porque hemos hecho la tarea.

miércoles, 16 de junio de 2010

Las siete etapas de Fortalecimiento

Las siete etapas de Fortalecimiento Transformador Sanador que se encuentran a continuación, se han derivado de esos años de experiencia práctica en Facnet y con la formación y colaboración de la Dra. Singer.

Aquí presentan una comprobada súper caja de herramientas para personas que desean convertir el dolor y el debilitamiento causado por el abuso que han sufrido, en una experiencia de Fortalecimiento Transformador Sanador.

Pasos Previos:
1. Prepárate para el inicio de los 7 pasos cambiando el estándar de recuperación, redefiniendo en tu mente el verdadero significado de sanación del abuso.

Adoptar la nueva comprensión de que, si bien cada una de estas etapas de la recuperación gradual del abusado, son importantes hitos, el verdadero Fortalecimiento Transformador Sanador va mucho más allá de
estas etapas de cicatrización parcial, pptransformará tus heridas de abuso en algunas de las mayores fortalezas, experiencias y sabiduría de tu vida y te permitirá superarlas totalmente.

2. Comprende que, a excepción del Paso siete que tiene que ser el último, los otros pasos no necesitan hacerse en un orden particular.

3. Haz cada paso completamente, de la forma más razonable y natural posible, que te funcione mejor para tus circunstancias personales únicas. La sabiduría y las circunstancias únicas paso a paso dictarán la modificación de las siguientes medidas en caso necesario, mienntras todavía seguirán manteniendo su poder

PASO 1
Aprende más sobre la dinámica de lo que le pasó por medio de la lectura sobre historias personales de víctimas, que se recuperaron de un abuso similar. Cuando te des cuenta que no eres el único y veas cómo otros hacen frente al mismo tipo de abuso, también contribuirá al progreso de tu recuperación de manera significativa. leer y sanar!

PASO 2Aprende activa y detalladamente sobre las dinámicas psicológicas y principios del tipo de abuso específico que experimentaste, las características y el perfil del abusador, y la única estrategia exitosa de recuperación para ese abuso en particular. En otras palabras, aprende “quien, qué, por qué y el cómo” de lo que pasó y como es posible la recuperación. Este paso educativo es CRITICO!

Toma la actitud de que, cuando termines de estudiar la literatura de investigación psicológica de ese abuso en particular, tendrás el equivalente de una licenciatura en el tema. Una sanación maravillosa toma lugar cuando aprendes los principios psicológicos y las dinámicas de los ciclos de persuasión, abuso y de recuperación en sí misma. Generalmente, cuanto más sabes acerca del tipo de abuso que haz sufrido, más rápido y fácil avanzarás en los otros pasos.
PASO 3
No hay sustituto para este paso interno y poderoso en la terapia de sanación de la mente. A veces conlleva, consideraciones culturales, o culpa que hacen más difícil comenzar con un programa común de terapia personalizada, para tu específico tipo de abuso, pero no descuides este paso absolutamente esencial para la transformación sanadora. Muchas veces en terapia individual, las personas descubren que el abuso que ellos han sufrido han activado otros abusos o problemas en sus vidas, y la terapia ayuda a sanar otros temas relacionados y ahora activados también.

En este paso, es también conveniente unirse a un grupo de terapia específico para el tipo de abuso que has sufrido, pero asegúrate de hacer esto en coordinación con tu terapeuta individual.

PASO 4
Tú sabes lo que tu abusador te hizo a ti. Es más que prudente y razonable creer que el agresor no detendrá el ciclo de abuso a ti o a otras víctimas desprevenidas, a menos que estén expuestos y / o capturados y / o castigado por el sistema legal. Aquí es donde se llega a utilizar la ira contra el abusador de manera constructiva para llevar al agresor a la justicia. La ira por la injusticia del abuso es oportuna y útil si se utiliza temporalmente como un puente motivador para la sanación.

Este es un proceso social y jurídico de transmutación de cualquier enojo natural o deseo de venganza hacia el abusador a una sanación catártica, social y personal. Más importante aún, al demandar al abusador, exponerlo públicamente y llevarlo a la corte, tu reviertes por COMPLETO y radicalmente la importante dinámica psicológica entre víctima/opresor sobre “quien tiene el control”.

Cuando tu llevas al agresor a tribunales, estás ahora del lado de la sociedad que sanciona legalmente como “opresor” al injusto abusador y él / ella es ahora la correspondiente y legitima “víctima” de ti y el proceso de justicia social. Incluso si no ganas, no puede hacerse suficiente hincapié en lo mucho que este paso te ayudará a “recargar” tu proceso de Fortalecimiento Transformador Sanador cuando demandas el abusador! Viéndote a ti en control y al “poderoso” abusador y los testimonios en el estrado, obligado a responder a las preguntas de tu abogado y enfrentando a sus acciones destructivas y sus consecuencias, hace maravillas absolutamente catárticas para romper con tu antiguo agresor y lo que mantenías en su mente y tu vida y lo más importante, para restaurar una vez más tu propio poder.

Tomando exitosamente los recursos financieros del agresor en la sentencia contra el abusador, legítimamente te permite utilizar esos recursos para ayudarte a restaurar y reparar tu vida. Además, elimina la posibilidad de que los recursos financieros del abusador sean utilizados para ayudar al agresor o para seguir abusando de otros en el futuro.
Incluso si la sentencia definitiva es que el abusador sólo va a la cárcel sin pagarte por daños y perjuicios, seguirás recibiendo la potente sanación de la búsqueda de justicia que un proceso ético y social trae consigo. Demandar al agresor también sirve mucho para educar a otros sobre los abusos y sobre este tipo de abuso particular a través de la exposición pública en la corte y la prensa. Finalmente, demandar al abusador por causas legítimas aumenta el costo de sus malas acciones y hace que él/ella considere evitar irregularidades que causarían más costosas demandas similares en el futuro.

A veces se requieren repetidas demandas en el tiempo de parte de muchas víctimas contra las organizaciones ricas, para finalmente lograr un resarcimiento por esos actos. Y, nada ha demostrado ser más
eficaz y rápido para detener irregularidades significativas, que tomar TODO el provecho posible mediante continuas penas legales.

Algunos psicólogos y terapeutas no están familiarizados personalmente con la poderosa catarsis sanadora y con el fortalecimiento personal de la “terapia” de justicia social a través de demandas en tribunales, suele restarse importancia a este gran paso hacia la mega sanación. Lo hacen, en parte, porque a veces en el proceso judicial por maltrato, se vuelve a abrir el trauma antes de que el individuo esté suficientemente preparado para enfrentarse a su agresor públicamente. Esto es legítimo, pero no es un punto determinante.

Algunos psicólogos y terapeutas evitan el uso de este paso en el programa de sus pacientes para una recuperación completa, porque la justicia no es siempre justa y equitativa, y la persona abusada podría perder el caso por un tecnicismo o capricho de los procesos legales. A veces el estrés del proceso judicial acentúa otros problemas y parece, al menos temporalmente, empeorar las cosas.
Si bien estos son asuntos importantes de consentimiento que se deben discutir completamente, no deben disminuir el gran potencial de una repentina agitación en la sanación catártica, por una restitución financiera significativa para cubrir los daños por el abuso y un proceso de recuperación mas completo por medio de la sanción de un proceso legal donde, el abusador es finalmente obligado a responder, tanto a las víctimas de abusos y a la sociedad por lo que han hecho!

Con todo, cuando esta educación se expone públicamente y los beneficios “al demandar al abusador” se comparan con los riesgos antes mencionados y cuando la persona abusada ha hecho la terapia suficiente y ha sido aconsejada personalmente y tiene apoyo legal, este paso es fundamental y esencial en el proceso de Fortalecimiento Transformador Sanador.

Incluso si tu no logras el nivel de sanción social o la restitución financiera que se espera, pasar por el proceso mismo puede transformarte y sanarte a un nivel tan profundo que bien vale el esfuerzo si estas buscando recuperar la fuerza adicional y la potencia sanadora más completa posible! No se debería omitir simplemente por miedo, vergüenza, gastos o dificultades.

PASO 5
Únete a alguna organización de apoyo a quienes han sufrido el mismo tipo de abuso que tu. Ayuda activamente a estas organizaciones educando a otros sobre la forma de abuso que han sufrido. Ayuda con la
promoción y las cuestiones jurídicas relacionadas a tu tipo de abuso.
Estar en un grupo de apoyo con compañeros que han sufrido abuso similar ayudará significativamente a respaldar y mejorar tus sesiones de terapia individual y en tu recuperación general. Ayudar a otros abusados a recuperarse también agrega un nuevo flujo dinámico a tu propio proceso de sanación, una vez más la profundización de tu proceso de sanación personal acelera el verdadero fortalecimiento transformador sanador donde de verdad, te volverás significativamente mas fuerte y mejor que antes del abuso.

PASO 6
Trae tu sabiduría y naturaleza espiritual al proceso de sanación. Permite que tu poder Superior, si tienes uno, te ayude a sanar. También incrementará drásticamente la velocidad y la facilidad de tu proceso de recuperación.
No importa cuál sea la secta en la que estuviste, puedes encontrar en la tradición de la sabiduría espiritual que a ti te haga mejor, alguna manera de perdonar al agresor en algún momento durante el proceso de sanación y / o después de que se ha hecho justicia y los peligros del abuso estén manejados, para que otra forma de sanación pueda tener lugar, tanto en las víctimas y en los victimarios. Amar y perdonar a tu agresor en el momento adecuado se aproxima a la personificación de la sanación, así concluye el fortalecimiento transformador sanador.
Muchas tradiciones espirituales enseñan que, en la esencia de nuestra alma o espíritu, no podemos ser destruidos o heridos de forma permanente. Esta profunda verdad espiritual, cuando es aceptada, también ha ayudado a muchos individuos gravemente maltratados a tener otra nueva perspectiva de sanación sobre lo que les hicieron a ellos.

Si no eres religioso, la información sobre los aspectos psicológicos del abuso, también apoya esta idea de un nivel profundo de sanación por medio del amor y el perdón. Hay también algunos giros en esta situación. Por ejemplo, si estuviste en una secta religiosa y los abusos religiosos y traición espiritual han acabado con toda clase de espiritualidad, aún así es absolutamente fundamental para comenzar tu vida espiritual interior de nuevo. El profundo abuso y traición espiritual son de los más difíciles de superar, pero cuando lo hagas, verás que te ayudará a sanar de forma más rápida, duradera y profunda que en casi cualquiera de los otros pasos de fortalecimiento transformador sanador.

PASO 7
¡En marcha! Cuando hayas hecho adecuadamente los pasos del 1 al 6 ya vistos y sepas cuanto más fuerte eres ahora porque te haz sanado a ti mismo, siguiendo los pasos del proceso de fortalecimiento transformador sanador, es hora de avanzar totalmente en tu vida y soltar el proceso de sanación transformador en si mismo, o incluso de ayudar a las víctimas de otros abusos como una parte importante de tu vida. Por difícil que parezca de creer, existe un punto en el que puedes mirar hacia atrás, a todo lo que ha ocurrido en tu proceso de recuperación sanadora, y ver todo el proceso (incluido el abuso), como una especie de paradójica “bendición” que te ha convertido en lo que eres ahora, más hermoso de lo que habrías sido, de una forma única, si tu vida no habría sido exactamente como fue.
Avanzar es a veces uno de los pasos más difíciles si fuiste severamente maltratado. El proceso de fortalecimiento transformador sanador es tan poderoso que puede convertirse fácilmente en un estilo de vida o en una misión de crear en reacción a lo que te ha sucedido, como una carrera/oficio que no hubieras elegido si no experimentabas el abuso.

Ahora que has llegado a este punto, con tanta empatía e historia con las otras víctimas que han sufrido el mismo tipo de abuso y con la profunda experiencia de tu propio proceso de recuperación, puede ser muy duro para ti imaginar que no estas allí para otras víctimas. Para muchas personas que han completado los otros pasos, es difícil imaginarse alejados totalmente de esta área de sus vidas, a pesar de eso el último paso requiere de ti, si quieres experimentar las alegrías y los beneficios de este sorprendente proceso de sanación
durante el resto de tu vida post-recuperación del abuso. Esto es exactamente lo que significa una recuperación completa, tu tendrás una vida totalmente recuperada del abuso!
Llegara el punto donde simplemente te darás cuenta de que te haz recuperado y/o haz hecho suficiente justicia o ayudado a otros a recuperarse es lo único que quedaba por hacerse, trae aparejado avanzar activamente hacia la post-recuperación por el resto de tu vida – no tan solo como una victima de abuso recuperada, sino como tu mismo sano, libre y hermoso.

Esos son los siete pasos! Siempre usa los siete pasos como una lista de comprobación, discriminando y adaptándolos a tu caso único y particular y a las circunstancias individuales. Úsalo para ver cómo tu sanación o la de otros está avanzando hacia la más completa recuperación posible a través del fortalecimiento transformador sanador.

Si haces estos siete pasos con una persistente y paciente determinación te hará más fuerte, mejor, más sabio y más saludable de lo que jamás imaginaste. Tu experiencia será tan transformadora que estará al borde de ser espiritual y trascendental.

Abuso sexual infantil, familia y sociedad.

Luis Guillermo Blanco

Puede afirmarse que en los casos de abuso sexual infanto-juvenil (ASI) intrafamiliar y, en particular, en materia de incesto , el grupo familiar del niño victimizado siempre se encuentra involucrado, consciente o inconscientemente, de diversas maneras y con diferentes actitudes. Lo cual también suele suceder en algunos casos de ASI extrafamiliar. Por ello, algunos especialistas hablan de familias abusadoras, pues sus miembros pueden actuar como perpetradores, cómplices o encubridores. Señalándose que el incesto requiere la acción de un padre psicológicamente perturbado (lo cual no lo exime de responsabilidad) y de otro/s familiar/es que no obstruya/n su proceder, negando lo ocurrido (como defensa psíquica o con perversidad y a sabiendas), y en todo caso, intentando disimular y ocultar al incesto, propiciando y potenciando así su continuidad, pues no querer ver (o negar) lo que sucede, fecunda el camino a su reiteración. Y agregándose que también necesita de un medio social indiferente. Y así, la degradación de la víctima se produce ante la indolencia de la sociedad, que parece “no aceptar” una realidad que conoce. Inercia que también se advierte en ciertos casos de ASI extrafamiliar.

Desde el psicoanálisis, y también desde el Derecho, el adulto es, por función (parental) y estructura (familiar) quien debe cuidar y proteger al niño, y el encargado de inscribir en el niño la ley de prohibición del incesto y, con ello, su salida exogámica. De tal modo que el incesto implica la perversión de esta norma sociocultural (y también ética), jurídicamente reconocida al prescribirse la protección del niño violentado y la rehabilitación (vg., psicoterapia por mandato judicial) y/o sanción al padre abusador o incestuoso. Y si bien no hay un acuerdo teórico general acerca de los fundamentos de la prohibición del incesto (son diferentes las opiniones de Westermack, Freud, Levi-Strauss, Fisher, etcétera), es claro que la buena parentalidad requiere proteger a las hijas de las demandas de servicio sexual de padres y otros familiares. Cuando un padre cruza la barrera cultural de esta prohibición, puede decirse que termina la infancia de su hija, ya que ella queda privada de lo que necesita de un padre, siendo que este atropello a la inocencia desbarata al orden genealógico y, al desamparar a la niña, la remite a una suerte de estado de orfandad: un padre que ha dejado de serlo, ya que no se comporta como tal, y una madre que no sospecha, no sabe y no hace nada.

Impotencia o complicidad angustiante. Éste es con frecuencia el lugar de la madre donde ocurre el incesto. Puede negar enfáticamente que haya acontecido, negar tener conciencia de ello, negar su responsabilidad culpando a su hija por haberse dejado hacer, negar el impacto del incesto (minimizar su gravedad y consecuencias) u oscilar entre denunciarlo y retractarse. Pero también puede reconocer el hecho y salvaguardar a su hija, recurriendo a las leyes de protección contra la violencia familiar, cuya finalidad tuitiva consiste en detener las conductas abusivas, contemplando procesos rápidos (de naturaleza cautelar o autosatisfactiva) e intervenciones preventivas (exclusión del abusador del domicilio familiar, adjudicación de la guarda de menores, etcétera) o la denuncia penal, que no son excluyentes. Es entonces cuando la niña victimizada puede salir de su aislamiento, su silencio desesperado y la “doble vida” que su padre le impuso: ser su secreta “amante” y, a la vez, la chica que cumple sus deberes afectivos protegiendo a su madre del dolor de enterarse de ello.

Y la sociedad, al adquirir publicidad estos casos, se horroriza. Lo cual no quiere decir que personas cercanas al grupo familiar de que se trate no estuviesen enteradas del ASI. Tal como aconteció en un caso de ASI extrafamiliar (uno más de tantos), en el cual cinco chicas cordobesas -cuatro de ellas, hermanas de entre 10 y 14 años, y otra de 15, de distinta familia- que, en mayo de 2006 y desde hacía cuatro años atrás, venían siendo abusadas -en términos de Derecho Penal, violadas (art. 119, Código Penal)- y prostituidas por tres hombres de 87, 69 y 57 años de edad a tal fecha -al decir del fiscal de la causa penal- “a cambio de golosinas o dinero”. Una de esas niñas tuvo un bebé (de un año y medio de edad a esa fecha) y, dijo un investigador, “según su familia, no saben de qué padre”, en tanto que otra estaba embarazada y sus familiares hacían “como si nada sucediera”. Se destaca en las notas periodísticas del caso que otra cosa que llamó la atención de los investigadores, fue que, al indagar, notaron “que parecía que todos sabían lo que ocurría entre las nenas y esos tipos, y se callaban la boca. Decían: “Sí, las veíamos entrar a la casa de estos viejos’. “Era como un secreto a voces’, se sorprendió el fiscal”. Pues bien, para cualquiera que cuente con alguna experiencia en materia de ASI, ese silencio social indiferente y cómplice no puede ser motivo de sorpresa alguna. Como tampoco el temperamento adoptado por los grupos familiares de origen de esas niñas, disfuncionales, abandonantes y propiamente perversos.

lunes, 14 de junio de 2010

¿Quién tiene la responsabilidad?

Brigitte Hauschild*

Quiero referirme al texto que apareció la semana pasada en la columna: ¿El abusador sexual fue abusado en su niñez? Y quiero dejar clara, desde el comienzo, mi opinión como sobreviviente. La gran mayoría de los abusadores sexuales son personas que están muy bien de salud y no padecen ninguna enfermedad que les “estimule” a abusar sexualmente de niños y niñas o que les incite a violar a mujeres adultas, son delincuentes a los que hay que castigar y no curar. Y si fuera cierto que son “enfermos”, me pregunto: ¿No somos responsables de nuestra propia salud?

Si un hombre tiene alteraciones hormonales patológicas tiene que buscar a un médico y medicarse. La curación de su enfermedad no estará nunca en abusar de niñas y niños o en violar mujeres.

Si un hombre ha recibido una educación sexual mal encaminada, distorsionada o no bien orientada, es su responsabilidad informarse mejor para orientar mejor su vida sexual. La solución de su problema no es abusar sexualmente de niñas/os.

Si un hombre vive sometido a presiones sociales, económicas, profesionales y familiares, o si escogió una vida religiosa en la que la represión sexual es la norma, la solución de sus problemas no es abusar sexualmente de otras/os. Como sucede con cualquier persona, con cualquier mujer que vive también sometida a muchas presiones, ese hombre tiene que enfrentar esas presiones de forma responsable y sin hacer daño a los demás. ¿Cuántas mujeres viven bajo presiones sociales, económicas, profesionales y familiares, hasta religiosas -muchas de estas presiones causadas por hombres- y no se convierten por eso en abusadoras sexuales?

Es nuestra responsabilidad, es responsabilidad de cada una, de cada uno, tanto de hombres y mujeres, trabajar nuestra niñez y nuestra adolescencia para liberarnos de todo ese “paquete” que recibimos como “educación” y garantizar que no reproduciremos en nuestros hijos/as el maltrato que tal vez recibimos en la infancia. Bajo ninguna circunstancia, ningún maltrato físico, emocional o sexual que recibimos en nuestra niñez, nos da derecho o es una justificación para repetir esa tragedia en otros niños y niñas.

La idea de que todos los abusadores sexuales vivieron abuso sexual en su niñez es un mito. Si la “ley biopsicosocial” afirma que cada persona abusada se hace abusadora, tendríamos una cantidad enorme de mujeres abusadoras. Esa “ley biopsicosocial” no existe. Ciertamente, hay hombres que vivieron abuso sexual en su niñez y se hicieron abusadores, pero esto no sucedió porque exista una fatalidad “biopsicosocial” que los condicione, sino porque esos hombres, sobrevivientes de abuso en su infancia, no han trabajado su historia y han asumido cómodamente, sin cuestionarla, la percepción machista de cuáles son sus “derechos sexuales”: cuando tienen ganas de tener sexo tiene que haber alguien que les satisfaga ese deseo y si no encuentran a una mujer, buscarán a una niña, niño, o adolescente indefensa…

Y después de que sacian sus deseos, no se preguntan nada. ¿Hay abusadores interesados en conocer los daños que causan a sus víctimas? Yo no conozco ninguno. Abundan los hombres que organizan equipos de fútbol, de béisbol o de otros deportes. ¿Los hay, los habrá algún día, que organicen equipos para trabajar por erradicar el abuso sexual? ¿Les convendrá organizarlos? ¿Les interesará? Sólo hago preguntas. No tengo respuestas, pero sí tengo un interés vital en que el abuso sexual sea erradicado. Y ese interés nace en mí porque viví abuso sexual en mi niñez y durante muchos años he tenido que soportar las secuelas de esa experiencia dolorosa. ¿Quien abusó de mí fue abusado sexualmente en su niñez? No lo sé. Y si hubiese sido así, ¿le dio eso derecho para abusar de mí?

¿Por qué en Nicaragua hay ya grupos de apoyo mutuo de mujeres sobrevivientes, pero no hay aún grupos de hombres sobrevivientes? ¿No sienten los hombres la necesidad de trabajar las secuelas del abuso que sufrieron? ¿No saben cómo comenzar, qué necesitarían para empezar? Sólo ellos pueden tener las respuestas. Las mujeres que han sobrevivido al abuso sexual que sufrieron en la infancia comienzan a organizarse. Y los hombres que han abusado sexualmente de ellas, ¿tienen interés en encontrar cómo salir de su comportamiento criminal? Yo siento que no. Creo que el único interés que experimentan es el de no ser descubiertos para así evitar la cárcel por su delito.


Y las mujeres, ¿lograríamos algo si dedicamos nuestras energías a cambiar a los hombres abusadores? Mi opinión personal es que no. Un rotundo no. Tienen que ser los mismos hombres los que trabajen por cambiarse ellos mismos. Donde las mujeres sí podemos hacer una diferencia es en la educación de nuestros hijos para que no tengan pena en expresar sus sentimientos, si les enseñamos que tienen derecho a llorar, si les animamos a jugar con muñecas -esto les pude sensibilizar a ser más responsables de dar cariño a sus futuros hijos-, si les invitamos a cocinar, a emplear su creatividad en mejorar la vida en el hogar, si los alentamos a lavar trastes y ropa, si les enseñamos a resolver los conflictos con la palabra y el cerebro, y no con sus músculos, estaremos colaborando a erradicar el abuso sexual.


El abuso sexual es un delito mayoritariamente cometido por hombres. Invito a los hombres a trabajar por erradicarlo y a dar pistas para entender a qué se debe ese comportamiento criminal.

miércoles, 9 de junio de 2010

¿El abusador sexual fue abusado en su niñez? RESPUESTAS

Con el objetivo de compartir todos los puntos de vista valiosos de todos uestedes, me permito compartir con ustedes una muestra de los comentarios arrojados sobr este tema tan particular.

Muchas gracias por sus comentarios:

Las circunstancias por las cuales un niño decide abusar sexualmente de niños menores que el ,varían.En algunos casos,el medio en el que se desarrollan los induce al abuso sexual,en otros casos,las necesidades propias de su sexualidad que canalizan en forma errónea,equivocada y mal intencionada.Tambien puede suceder que a temprana edad hayan sufrido abuso sexual,y un sentimiento de venganza los orille a proceder con otros niños de la misma manera,quizás incluso experimentando placer al hacerlo.Mi respuesta a la pregunta es:pudo haber sido abusado en su niñez,y si no,fué observador del abuso sexual en otros niños,lo que ocasionó el despertar de un deseo sexual no controlado y sí satisfactorio y además le resulta fácil conseguir su objetivo.
Lourdes Martínez Cruz

me pareció muy interesante el informe, lo lei con mucha atención, yo se lo denigrante qe es sentir el abuso, estuve con un tipo desde los quince años hasta los 18, qe me pegaba, es una larga historia, y ahora abri los ojos, estoy con tratamiento, empece la facultad, ahora soy libre vivo feliz y bien, llevo una vida digna, pero mi pregunta siempre fue... el va a curarse?... creo qe no puedo vivir con resentimiento pero tampoco tirarle rosas, quizas qe un pensamiento qe me ayuda a reflexionar es "ojala se cure y sea feliz, pero lejos de mi".... me genera asco todo lo qe provenga de el pero este párrafo me desconcerto " Más que una visión clínica es importante seguir reflexionando desde una perspectiva social y de derechos, tomado en cuenta que quien comete el delito de abusar sexualmente de un niño, una niña, un o una adolescente no es un enfermo sino un delincuente al cual hay que castigar, no curar." TENGO QE VIVIR CASTIGANDOLO? O MAS SANO SERIA IGNORAR SIN OLVIDAR?... AGUSTINA BRUSELARIO.-

Muy buen texto, en el que efectivamente se mencionan los elementos de la construcción genérica en el patriarcado como núcleo de la violencia. Siempre me ha parecido que hay una enfermedad social que genera demasiado dolor en la humanidad, incluido el operado por los abuses sexuales- esa enfermedad se llama construcción de la masculinidad patriarcal, en lo que obviamente las mujeres somos partícipes también. Creo que este es un campo muy fértil para la comprensión de los problemas que nos aquejan.Gracias

Yo tambien soy una sobreviviente, aunque aún a mis 33 años años hay momentos que me costó vivir gracias a las huellas del abuso, como el tener una pareja, perder el miedo a la intimidad y tener confianza en el amor de ella... muchas veces en el transcurso de mi vida me he encontrado tomando decisiones y tomando actitudes, que despues de discernir, me doy cuenta el como influye en ellas el abuso, la imagen que me dejó de mi interior y la percepción que me creó del exterior, aún me miro en el espejo y reconosco en mi propio cuerpo las huellas invisibles del abuso infantil... pero esta lucha conmigo misma, como la de cada uno, no queda más que lucharla con las armas de las que nos logremos armar, solo para reafirmarnos que la persona adulta que somos, no volverá a permitir el abuso de la niña o niño que tiene aún cada uno en su interior.


Definitivamente es prioridad luchar por los que no pueden luchar ahora, por tantos niños y tantas niñas que son abusados, ultrajados, amenazados y disminuidos en su persona y su derecho a ser y crecer como niños sanos y felices... ahora somos adultos y podemos dar pasos para ayudar, escuchar, proteger y salvar de este mal que infecta a nuestra sociedad y a nuestros niños, justo como hubieramos querido que hubiera quien hubiera podido ayudar, escuchar, proteger y salvarnos a nosotros mismos.

martes, 8 de junio de 2010

¿El abusador sexual fue abusado en su niñez?

Nuestro sitio de contacto, me refiero al Movimiento contra el Abuso Sexual, es un punto de contacto para muchas personas interesadas, conocedoras, demandantes de información y sensibilizadas con la necesidad de hacer más de lo que hasta ahora hemos hecho. De ahí que las opiniones se debaten y se convierte en un foro interno.

En esta ocasión solo seré un enlace para hacer de este un debate más amplio, tratando de responder a preguntas como: ¿El abusador sexual fue abusado en su niñez?, en este sentido recibimos escritos de Miguel Adame, un amigo mexicano que en blog hace un acercamiento a las realidades sobre el abuso sexual, en uno de sus escritos dice:

“Es difícil determinar una causa general para los casos de abuso sexual, ya que cada uno cuenta con un origen diferente, cada circunstancia se deriva de una patología emocional y física distinta donde un patrón de comportamiento abusador surge del perfil conflictivo del victimario.

Indudablemente, el comportamiento de un abusador es consecuencia de un desorden sexual causado por alteraciones hormonales o por una educación sexual mal encaminada o mal informada. Por otro lado, la causa puede ser emocional, quizás el abusador presenta presiones o restricciones sociales, familiares y hasta religiosas, desde su adolescencia o infancia; hechos que le impidieron un desarrollo de la sexualidad y de la personalidad en forma integral, previniendo trastornos nerviosos y mentales

Consideramos que debemos dar un paso teórico más allá, consiste en la integración de los estudios de la victimología con lo de la Psicología Criminal que a lo largo de estos últimos años han avanzado por caminos paralelos”.

Como sabemos, éste es un tema del cual poco se habla, hay pocos estudios nacionales, pero creo que sí hay muchas experiencias y saberes que debemos compartir. Reina Isabel Velázquez, subdirectora del Centro Dos Generaciones, ante este tema tiene una acertada opinión:

“Siempre leo la información que nos envías la cual nos hace estar conectados a la realidad del abuso sexual y me han parecido interesantes determinadas aristas de los artículos de Miguel Adame, a excepción del día de hoy en que siento que repite la visión del abusador que día a día se repite en la ciudadanía que no tiene acceso a mayor información o reflexión.

Menciona una serie de factores biosicosociales y deja de lado la perspectiva de género y generacional. No niego que las historias personales incidan en un comportamiento abusivo-violento de los hombres, pero no podemos negar que el sistema patriarcal con sus lógicas de sumisión, subordinación y discriminación a las mujeres y niñas/niños es el factor determinante. Habrán pedófilos, que los hay pero no la masa de abusadores o explotadores sexuales.

La visión del hombre como el patriarca y jerarca de la familia facilita la maternidad totalizadora y la paternidad ausente y/o violentamente presente y tiene como contraparte la visión de la niñez como propiedad y un estilo de relación que propicia la indefensión y vulnerabilización.

Y en el abuso sexual este sistema es totalmente visible, pero es tan doloroso que es mejor pensar que el sistema no me afecta y que en caso de existencia de abuso, tocó que las niñas/os tuvieran padres, abuelos, padrinos, guías espirituales o maestros enfermos. Es más fácil. Pero la realidad es que esta persona domina el entorno, domina los recursos y domina la voluntad de la victima. Y así son las personas referentes aún para el niño abusado, son proveedores de recursos, de afecto, de “seguridad”, no por menos es que las consecuencias son tan letales.

Creo que todas/os los que estamos en esta causa debemos estudiar como dice Adame, profundizar en la perspectiva de género, la victimología y la psicología criminal y también hacernos las preguntas a lo que leamos: Por ejemplo: ¿Qué nos enseña sobre la sexualidad de los hombres el patriarcado? ¿Qué nos enseñan en las familias sobre la obediencia, el derecho a la opinión, a disentir? ¿Qué nos enseña el patriarcado en relación a la vergüenza? ¿De qué se jactan los hombres y de qué las mujeres? ¿Cómo podrían estas respuestas vincularse al abuso sexual? ¿Esto tiene que ver con enfermedades mentales? Claro que el patriarcado en sí es totalmente desorganizador de la integridad de mujeres y hombres, pero ¿qué de esto facilita el abuso sexual? Son preguntas necesarias para una/o mismo….Trabajar en abuso sexual nos implica una visión sensible al género y a las generaciones….”.

Más que una visión clínica es importante seguir reflexionando desde una perspectiva social y de derechos, tomado en cuenta que quien comete el delito de abusar sexualmente de un niño, una niña, un o una adolescente no es un enfermo sino un delincuente al cual hay que castigar, no curar.

El debate está abierto,
hablemosde.abusosexual@gmail.com es la cuenta de correo al que podés referirte.
Ma. Teresa Crespín

viernes, 4 de junio de 2010

Tomemos acciones contra la impunidad de los abusadores

Soy sobreviviente de abuso sexual en la infancia. Conozco de sobra los efectos que nos persiguen toda la vida y por eso mismo, me duele en el alma saber que sigue habiendo niños y niñas que ven rotos sus sueños en manos de seres malditos. Y ante la decisión de la Suprema Corte de Justicia me siento agraviada; considero esa decisión, un insulto para todos los que hemos sido abusados y es una agresión más para todos esos pequeños indefensos que esperan justicia, que esperan que alguien los rescate del horror que están viviendo, que necesitan escuchar que vale la pena luchar por ellos.

Cada vez que alguien intenta minimizar lo que nos sucedió, cada vez que alguien nos dice que ya es historia y que nos pide que olvidemos el asunto, cada vez que una autoridad dice que no hay pruebas, que no procede una denuncia, es una agresión más para nosotros, para todos nosotros, los sobrevivientes.

Cada vez que un niño o niña, hombre o mujer, se suicida, se droga, se destruye a consecuencia del dolor que el abuso le ha causado; perdemos todos nosotros, pierde la sociedad entera. Y eso no lo entienden quienes no saben lo que significa sobrevivir, los que no saben que hasta respirar duele, que respirar se vuelve un acto conciente y volitivo; que por mejor que nos vaya en la vida siempre hay una fractura en el alma, siempre hay un vacío, siempre hay algo que detona en nosotros sentimientos obscuros y sombríos y de un momento a otro nos aplasta y nuevamente tenemos que hacer un esfuerzo inmenso por sobrevivir, por seguir respirando.

Me sorprendo a menudo pensando: piensa en otra cosa, rápido, piensa en otra cosa y entretanto escaneo mi mente en busca de alguna imagen agradable, en busca de algún lugar seguro, en busca de la carita de mi sobrino. Acostumbro repetir en mi mente: keep breathing, keep breathing, keep breathing … ante situaciones que me sacan de control.

Pero, después de todo, nosotros somos adultos, logramos sobrevivir y somos capaces de protegernos. Encontramos maneras de sobrevivir y no cortarnos las venas; de respirar y no usar drogas; y quizá vivimos a medias tratando de protegernos, pero de algún modo sabemos que estamos bien. Ahora debemos ayudar a sobrevivir a aquellos que no pueden hacerlo solos. Y si no podemos evitar que haya nuevas víctimas, debemos de luchar porque los culpables paguen el daño que han hecho y, sobre todo, ponerlos lejos, lo más lejos posible, de sus víctimas y de todos los demás niños.

El silencio es el cómplice del abusador. No nos callemos, alcemos la voz. Gritemos en nombre de todos los que permanecen aterrados en un rincón mientras guardan en su corazón el más terrible de los secretos.

Yo les pido que nos unamos y que convoquemos a todos lo que han sobrevivido y a todos aquellos que nos ayudan día a día a sobrevivir, a que nos unamos y exijamos a las autoridades que legislen con justicia, que actúen con justicia y que impartan justicia. Hagamos una cadena humana en defensa de los niños y niñas que sufren abuso de cualquier tipo.
ANONIMO

martes, 1 de junio de 2010

evaluacion medico legal del abuso sexual infantil.

El diagnóstico de abuso sexual de niñas y niños casi siempre es un difícil desafío para el médico forense. En la mayoría de los casos el agresor es un familiar o una persona muy allegada y, en las edades más tempranas, casi nunca existe penetración anal o vaginal. Estas características determinan que los hallazgos periciales difieran complemente de los que se encuentran en las víctimas adultas de agresiones sexuales. Es necesario conocer la sensibilidad y especificidad de los hallazgos capaces de asociarse con abuso sexual, y la manera de evitar pasar por alto los casos reales o formular diagnósticos erróneos, ya que ambas situaciones generan un considerable daño a las niñas, niños y sus familias.
 Especialmente se debe relativizar la importancia de un examen genital y anal negativo, a la vez que se debe ser prudente al atribuir al abuso sexual los hallazgos anormales genitales o anales. Se jerarquiza el valor de la entrevista a la presunta víctima y la necesidad de que se lleve a cabo bajo estándares mínimos. En esta puesta al día se discute el valor diagnóstico de los signos y síntomas atribuibles a abuso sexual y se concluye con la formulación de diez reglas de aplicación general para el trabajo médico-legal en la materia.
Según la definición adoptada por la Organización Mundial de la Salud, el abuso sexual de niñas y niños "consiste en la participación de un niño en una actividad sexual que no comprende plenamente, a la que no es capaz de dar un consentimiento, o para la que por su desarrollo no está preparado y no puede expresar su consentimiento, o bien que infringe las leyes o los tabúes sociales.
El abuso sexual de menores se produce cuando esta actividad tiene lugar entre un niño y un adulto, o bien entre un niño y otro niño o adolescente que por su edad o desarrollo tiene con él una relación de responsabilidad, confianza o poder. La actividad tiene como finalidad la satisfacción de las necesidades de la otra persona"

En todo caso, el diagnóstico médico-forense de abuso sexual de niñas y niños generalmente constituye un difícil desafío. Las consecuencias de un error pericial en la materia son tan graves cuando se pasa alto el abuso sexual como cuando se realiza su diagnóstico erróneo.

El abuso sexual presenta características distintivas que, a los efectos del trabajo pericial, lo diferencian nítidamente de los atentados sexuales sobre personas adultas, a saber:

- La mayoría de los casos de abuso sexual son intradomiciliarios o perpetrados por personas muy allegadas y alrededor de un tercio son de carácter incestuoso.

- La mayoría de los casos de abuso sexual no incluyen una verdadera penetración vaginal o anal.

Estas dos características son determinantes de los hallazgos clínicos (anamnesis y examen físico) y paraclínicos que podrá encontrar el médico forense para fundar su diagnóstico. Además, explican las sustanciales diferencias periciales que existen entre los atentados sexuales con víctimas adultas o infantiles.

Posibles patrones periciales

Los posibles hallazgos periciales en un niño o niña sexualmente abusados son extraordinariamente variables: desde verdaderas destrucciones del aparato genital hasta la completa ausencia de signos objetivables.

Más de allá de su variabilidad, es posible establecer dos grandes patrones de presentación bien definidos, que están en función del crecimiento y el desarrollo de los niños.

En las/os niñas/os menores de 6 años presentan un patrón completamente diferente que en las personas adultas. Mientras tanto, en escolares mayores y adolescentes pueden presentarse situaciones intermedias. Este límite de los 6 años -algo arbitrario, pero de utilidad práctica-, establece la edad por debajo de la cual, según Gisbert Calabuig, "el coito es anatómicamente imposible" en las niñas.

Mientras que en los adolescentes son de aplicación los principios médico-legales clásicos empleados para la peritación de los atentados sexuales, en los niños -sobre todo, cuanto más pequeños son-, estos criterios carecen por completo de utilidad y acarrean el enorme riesgo de hacer pasar desapercibido el abuso sexual.

Signos genitales relevantes

Los hallazgos genitales relevantes para el diagnóstico no son lo más frecuente en el abuso sexual. Cuando existen, adquieren gran importancia por su elevada especificidad. Signos relevantes son aquellos compatibles con haber sido consecuencia de la penetración del pene o por otra forma de abuso empleada.

Así como es raro encontrar signos genitales de abuso sexual infantil, existen diferentes hallazgos genitales patológicos que no tienen que ver con esa entidad. Así como un examen genital negativo no descarta el abuso sexual, la mala interpretación médico-legal de los hallazgos genitales suelen dar lugar -o legitimar- denuncias infundadas. Sobrevalorar la información del examen genital en las niñas es un error conceptual y metodológico que suele derivar de extrapolar a la infancia los criterios periciales válidos en las mujeres adultas,

Cuando en las niñas pequeñas existe penetración vaginal se producen lesiones realmente graves, con grandes desgarros perineales o estallidos vaginales, que desencadenan cuadros agudos que requieren cirugías de emergencia, terapia intensiva y, frecuentemente, causan la muerte.

En las niñas mayores de 6 años, y cuanto más próxima está a la pubertad, los signos genitales de abuso son progresivamente similares a los observables en la mujer adulta.

Además de tomar en cuenta que no toda lesión genital es causada por abuso y que no todo abuso causa lesión genital, el perito debería tener presente que una gran parte de las lesiones genitales curan sin que persistan secuelas que permitan su posterior objetivación.

Alegación del niño o la niña

La alegación de abuso sexual por una niña o niño es un hecho muy poco frecuente, y casi excepcional en los casos de abuso intradomiciliario. Este hecho no sólo se explica por la existencia de vergüenza, miedo y amenazas del abusador, sino por la presencia de sentimientos de culpa en la víctima y falta de atención y comprensión a sus pedidos de ayuda por parte de las personas a su cargo.

Si bien la alegación constituye un elemento anamnésico, y por ello imposible de objetivar, debería valorarse como un elemento de muy alta especificidad, en tanto resulte de un relato espontáneo.

Esta alegación puede no ser realmente espontánea y, por ello, perder su carácter de elemento diagnóstico de alta especificidad. Por ello, la entrevista a un niño posiblemente abusado sexualmente constituye un insumo pericial de inestimable valor, que debe ser realizado por personal entrenado y de acuerdo a las condiciones permitidas por su edad.

- Reiteración del interrogatorio. Una de las causas más comunes de ello es la mala práctica de prodigar los interrogatorios a niñas y niños en el sistema de salud. Suele verse ante una sospecha -fundada o no- que se interroga al niño/a y, ante su negativa, se reitera múltiples veces el interrogatorio, hasta que en un momento cambia la versión.

- Mala técnica del interrogatorio. La anamnesis al niño debe procurar preservar la espontaneidad del relato, por su valor clínico, pericial y probatorio. Cuando el interrogador induce las respuestas a través de la pregunta que formula o del lenguaje no verbal (sea través de gestos o exteriorización de sus emociones), el relato se contamina de vocablos e ideaciones adultas y pierde valor todo su valor diagnóstico pericial.

- Relatos inducidos. La alegación del niño puede haber sido inducida por adultos y orientarse a obtener un beneficio secundario para éstos. Los relatos falsos son mucho más raros y se pueden deber al interés de un beneficio secundario del niño/a o a una patología psiquiátrica.

Resulta compleja la posibilidad de entrevistar a niñas y niños muy pequeños. Al respecto, la mayoría de los expertos desaconseja entrevistar a los menores de tres años9. Ello no obsta que algunas pautas admitan la posibilidad de valorar a las niñas y niños muy pequeños -aún los lactantes- cuando se emplean técnicas muy especializadas y éstas son aplicadas por técnicos competentes.

Algunos protocolos recomiendan que en la entrevista sólo estén presentes el niño y el examinador, como forma de lograr un relato menos influenciable por el adulto a cargo. Ésta no es una norma de valor absoluto y, si la entrevista está realizada por un técnico experimentado, la presencia del adulto no es un obstáculo para obtener elementos de valor pericial.

Algunas técnicas de apoyo durante la entrevista, como los dibujos o las muñecas, pueden ser de buena utilidad, a condición de ser aplicadas e interpretadas por técnicos formados y experimentados.

A efectos probatorios y de evitar la duplicación de interrogatorios y la victimización secundaria, es recomendable el uso de la cámara Gessell, así como la audio y la videograbación.

Otras técnicas, como las que emplean muñecos sexuados, son muy controvertidas, por lo que debe desaconsejarse su empleo con finalidad diagnóstica (aunque sí puedan tener una utilidad terapéutica).

En conclusión, la alegación del niño o la niña, cuando se acompaña de un informe psicológico de veracidad, constituye un indicador de alta especificidad, tan fiable como los signos físicos considerados característicos6.

Síntomas y manifestaciones de la esfera orgánica

El daño ocasionado por el abuso sexual suele exteriorizarse como un signo o síntoma de carácter físico. Ni su aparición ni su persistencia pueden inicialmente ser explicadas por el pediatra o la familia.

Entre las múltiples manifestaciones posibles, por su frecuencia, destacamos las siguientes: dolor abdominal recurrente, episodios de cefalea recurrentes, enuresis secundaria y encopresis secundaria. La simulación de una patología de base orgánica puede determinar que el niño sea sometido a estudios invasivos para descartar una causa estructural de los síntomas.

Obviamente, todas éstas son situaciones extremadamente frecuentes en pediatría, de cuyo total sólo un mínimo porcentaje corresponde a síntomas desencadenados por el abuso sexual, ya que puede estar ocasionado por una gran variedad de estresores. Sin embargo, en el contexto de una sospecha de abuso sexual, y a falta de otra causa de estrés psíquico conocido, adquieren considerable significado.

Síntomas y manifestaciones de la esfera psicológica

Están presentes en casi todas las víctimas de abuso sexual, aunque por su carácter altamente inespecífico no contribuyen demasiado a alcanzar un diagnóstico precoz. En todo caso, cuando se conoce su valor como indicadores inespecíficos, son elementos que determinan un aumento del índice de sospecha, estimulan la investigación y, en última instancia, contribuyen al diagnóstico de abuso sexual.

Erotización inadecuada para la edad: Dentro de la inespecificidad diagnóstica de los síntomas psicológicos y las alteraciones del desarrollo, se considera que una conducta inadecuadamente sexualizada para la edad es la manifestación más significativa dentro de esta categoría. Si bien no es muy frecuente, su presentación fundamenta una alta sospecha.

La determinación de qué es o no es adecuado para la edad depende de una valoración experta, generalmente a cargo de un psicólogo y psiquiatra pediatra. Estas conductas pueden incluir besos con contacto de lengua, tocamiento de las mamas y los genitales, masturbación compulsiva y movimientos rítmicos de la pelvis. Se han señalado los siguientes criterios para considerar que la conducta sexualizada es problemática:

- Se presenta con mucha frecuencia o en una etapa mucho más a lo esperado.
- Interfiere con el desarrollo del niño o la niña, como cuando se relaciona en la escuela a través de estos comportamientos.
- Se acompaña del uso de la intimidación o la fuerza para hacer participar a otros coetáneos.
- Se asocia con otros trastornos psicológicos.
- Se repite a escondidas de sus padres o cuidadores.

Otras manifestaciones: Pueden ser sumamente variadas y tener diversos grados de gravedad. Una de las manifestaciones más comunes es la detección de inflexiones en el rendimiento escolar sin explicación aparente. A veces puede llevar a retraso y al fracaso escolar. En los niños más pequeños, el equivalente es el retraso en el desarrollo con la regresión en las conductas adquiridas.

A veces los cambios en la conducta asumen la forma llamada pseudomadurez, por la que las niñas asumen roles y actitudes correspondiente a una edad superior. La pseudomadurez suele verse en casos de abuso sexual incestuoso, en el que la niña inconscientemente es llevada a ocupar el rol materno, muchas veces física o afectivamente ausente.

Los trastornos del humor, con síntomas de depresión y ansiedad, son muy frecuentes. Puede haber autoagresividad con episodios suicidas o parasuicidas, pero también es muy frecuente la heretoagresividad y la irritabilidad.

Pueden presentarse como niños y niñas con una muy baja autoestima.
Otras manifestaciones, como fobias, pesadillas y terrores nocturnos, no deberían considerase per se, en forma aislada, como indicadores de sospecha de una situación de abuso sexual, habida cuenta de que su presencia es habitual y esperable a determinadas edades.

Conclusión
En la generalidad de los casos, la peritación del abuso sexual de niños y niñas entraña grandes dificultades.

Prácticamente no existen indicadores de certeza (manifestaciones patognomónicas) o de elevada especificidad, y los que existen se presentan en muy pocos casos.

Por el contrario, casi todos los casos presentan indicadores de sospecha (manifestaciones inespecíficas), que indican la acción de estresores sobre la víctima, una de las cuales puede ser el abuso sexual. El diagnóstico supondrá descartar otras causas de estrés que expliquen los síntomas.

La aplicación a las niñas y niños de los principios y criterios médico-legales de las agresiones sexuales a personas adultas es causa de graves errores periciales. En especial, centrar la investigación pericial en los hallazgos genitales (positivos o negativos) es un grave error metodológico que lleva a pasar por alto la inmensa mayoría de los casos, a la vez que a incurrir en diagnósticos erróneos, todo lo que genera graves daños a las niñas, los niños y sus familias.


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