sábado, 23 de abril de 2011

¿Cómo decirlo?

¿Cómo decirlo?

La gente no estaba en ningún lugar... Y estaba en todos los lugares a la vez.

Entiendo que puedo y debo sentirme culpable, pues no lo grite. Pues a su tiempo NO lo comunique a nadie.
Hace dos noches estuve llorando sin poder dormir, mi madre me estuvo cuestionando, le dije que "Algo me pasaba" me contestó: "No, no te pasa nada, duérmete" 

Y comenzó a decirme que preocupaciones eran las de ella, que ella sufría por todos, que ella se preocupaba por todos: Por mi padre, por mi hermana mayor, por mi otra hermana su bebe e incluso el esposo de mi hermana, por mi sobrina hija de mi hermana mayor y por mí.
Que ella se preocupaba por sus enfermedades, (mi madre es diabética y usa medicamento controlado) que se preocupaba por la falta de servicio médico de ella y de mi padre y también por lo económico.


Dice mi madre que su vida ha sido difícil. También me dijo que nosotros le hemos hecho "giras" el corazón. Que siempre la hemos "preocupado"



Y mientras mi madre me decía todo esto... Pues yo en silencio pensaba. ¿Cómo sería decirle? ¿Cómo decirle mi problema? ¿Por dónde empezar?
Yo solo la escuchaba, guardando silencio, mirando el techo y llorando... esto sucedió hace 2 noches en la recamara de mi madre.



Era de madrugada y... Yo no he podido dormir los últimos días, este insomnio no se ha ido desde que se abrió el "caño" de mi pasado!... No logro conciliar el sueño. De esto llevo ya más de 9 meses. Entre pesadillas y sobresaltos y recuerdos confundidos y miedos...



Por otra parte mi familia ha pensado que todos mis problemas giran en torno a mi ex-pareja "C"... 

Sentí coraje y  le dije: "Lo que llevo dentro no tiene que ver al 100% con C"... 
Mi madre dijo: "Pues eso es lo que ha pasado siempre" "siempre me has pegado por la espalda"
Pensé, pensé como decirle o ¿no decirle? llena de confusión de tristeza
El caso es que lo único que pude decirle fue que: "No sabía cómo decirle lo que me está pasando! Lo tengo atravesado en mi garganta. No sé por dónde empezar, pues ni siquiera aun lo "entiendo YO" dentro de mi cabeza ni siquiera lo asimilo. Quisiera asimilarlo YO misma para después podértelo decir a ti, madre, a mi familia"
Siento que para "contarlo" tengo que "hacerlo coherente" para ellos. Para mi familia. Para mi madre 

Siento que para "contar" mi historia tengo que hacerla como un "tipo cuento" comenzar con: ERASE UNA VEZ UNA NIÑA QUE VIVÍA EN UNA FAMILIA FUNCIONAL, CARIÑOSA, AMOROSA, CUIDADOSA DE SUS HIJAS... YO... LA "NIÑITA DE LA FAMILIA". YO... LA MENOR ME PASO UNA VEZ...  


Siento que para dar mi historia, tengo que hacerla para los demás como si se tratara de una historia de una película... con su inicio, su punto "álgido" y su desenlace o final... ¿Feliz?
Lloré... llore mucho.
Hablé con mi madre, le dije cosas "sin ton ni son"... A este momento ya ni recuerdo que fue lo que le dije. Me sentía muy triste Desesperada No sabía que decirle
Creo que la dañaría, yo no quiero dañar a nadie A nadie
Pero a este "punto" de mi vida No sé si "soportaría" que tras compartir "mi historia"... 10 billones de toneladas de cuestionamientos y juicios se derramaran sobre mí.

Ayer tuve una crisis, tuve la "oportunidad" de hablar COMO NUNCA HABÍA HABLADO con una "sobreviviente “por llamada telefónica 
Esta "sobreviviente" me dijo que ella lo comunicó a su familia, cuando ella era ya adulta. Y su familia NO LE CREYÓ.


Yo tengo 29 años. Ella me dijo que tiene 30. No la conozco, personalmente. Ella es amiga de "C"... Mi crisis fue estando con él... me puse muy mal y el no supo qué hacer más que llamarle a su amiga. Yo estaba deshecha en llanto, me puso el teléfono a la oreja. Me pidió que respirara, me habló En lo que llevo de mi "trayecto" nadie me había hablado de esa manera
Pienso que es una mujer valiente No sé si yo pueda llegar a serlo.
Yo no sé si pueda serlo. Me ofreció su amistad. Tengo miedo No sé qué decirle también a ella. 
Siempre tengo miedo de lo que pensaran los otros de mi.Como lo dijo en "nuestra conversación" mi madre, "Ay Tu Pero como Una mujer preparada Con tus estudios con tus capacidades Tu toda una psicóloga" 

Y YO...Siempre pensando que me juzgaran. 



Ella "sobreviviente" me ofreció su ayuda... Ella ya lo ha "superado" Ella fue abusada por 5 hombres distintos en su infancia Actualmente es madre de 2 niños (niña y niño) trabaja de recepcionista en un hotel.
Yo... A mí me ocurrió con un MALDITO-MALNACIDO-PUERCO-CRIMINAL... y en una ocasión él pidió ayuda a "alguien" que no sé quien fue... Para que me sujetara para "hacerlo mejor".



Y AHORA ME PREGUNTO:


¿Cómo puedo decirlo?
¿Cómo?
Si soy toda una profe-sionista ¿Cómo? Si, crecí en una familia amorosa, preocupada


Ellos dirán:

¿Cuando?, ¿Cuando sucedió? ¿Por qué no lo dijiste antes? ¿Porque hasta ahora? ¿Quien fue?
¿Quien te hizo eso? ¿Di su nombre? ¿Dónde? ¿Cuándo?
Como responder a todas estas preguntas! Si para algunas ni yo misma tengo "las respuestas claras"
¿Cómo decirlo?

LA TRAICIÓN FINAL LOS QUE MALTRATAN SEXUALMENTE (TERCERA PARTE)


NO PUEDO CASTIGARME BASTANTE

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En el capítulo anterior vimos cómo las víctimas de malos tratos físicos vuelven su dolor y su rabia contra sí mismas o, en algunos casos, contra terceros. Las víctimas del incesto tienden a seguir las pautas, liberando su rabia reprimida y su frustración no resuelta de muy diversas maneras.
La depresión es una respuesta muy común a los conflictos incestuosos, y puede ir desde un sentimiento general de tristeza hasta una inmovilización casi total.
Un número exagerado cíe víctimas del incesto, en particular mujeres, descuidan totalmente su peso cuando son adultas. Para la víctima, un exceso de peso sirve a dos importantes propósitos: 1) se imagina que así conseguirá mantener a distancia a los hombres; y 2) la masa corporal le crea una falsa ilusión de fuerza y poder. Muchas víctimas se aterrorizan cuando empiezan a perder peso, porque eso las hace sentir nuevamente desvalidas y vulnerables.
También los dolores de cabeza recurrentes son comunes entre las víctimas del incesto. Estos dolores no son una mera manifestación física de la rabia y la angustia reprimida, sino también una forma de auto castigo.
Muchas víctimas del incesto se pierden en las brumas del abuso del alcohol y de otras drogas. Esto les permite amortiguar de forma temporal sus sentimientos de pérdida y de vacío. Sin embargo, demorar así el enfrentamiento con el verdadero problema no hace más que prolongar el sufrimiento de la víctima.
Gran número de víctimas del incesto buscan también castigarse por mediación del mundo, sin más. Auto sabotean sus relaciones, buscando el castigo proveniente de los seres que aman. También en el trabajo se auto sabotean, buscando el castigo de colegas o empleadores. Algunas cometen crímenes violentos, para recibir el castigo de la sociedad. Otras se hacen prostitutas, para conseguir el castigo de chulos y rufianes… o incluso de Dios.

ESTA VEZ LA COSA IRÁ MEJOR

Hay una desconcertante paradoja en el hecho de que, por más dolorosa que haya sido su vida, gran cantidad de víctimas del incesto siguen manteniendo la fusión con sus padres. De éstos vino el dolor, pero las víctimas siguen esperando que ellos mismos lo alivien. A las víctimas adultas del incesto se les hace muy difícil renunciar al mito de la familia feliz.
Una de las herencias más poderosas del incesto es esa búsqueda interminable de la llave mágica que abre la tapa del cofre del tesoro: el amor y la aprobación de los padres. Esta búsqueda es, en el ámbito emocional, como unas arenas movedizas que se tragan a la víctima, hundiéndola en un sueño imposible e impidiéndole llevar adelante su vida.
Así lo resumió Liz:
Yo sigo pensando que algún día ellos se me acercarán a decirme: «Creemos que eres maravillosa, y te amamos tal como eres». Aunque sé que mi padrastro es un violador de niños, y aunque mi madre haya optado por él en vez de protegerme..., es como si yo necesitara conseguir que ellos me perdonen.


EL MIEMBRO MÁS SANO DE LA FAMILIA

Muchas personas se escandalizan cuando digo que las víctimas de incesto con quienes he trabajado generalmente, el miembro más sano de sus respectivas familias. Después de todo, las víctimas suelen tener los síntomas —autor recriminación, depresión, comportamientos destructivos, problemas sexuales, intentos de suicidio, abusos de drogas— en tanto que con frecuencia, visto desde afuera, el resto de la familia parece sano.


A pesar de ello, la víctima es quien, en última instancia, acostumbra tener la visión más clara de la verdad. A ella la obligaron a sacrificarse para encubrir la locura y el estrés imperantes en el sistema familiar. Durante toda su vida fue la portadora del secreto de la familia. Vivió con un tremendo dolor emocional para proteger el mito de la «buena» familia. Pero debido a tanto dolor y a tanto conflicto, la víctima es generalmente la primera en buscar ayuda. Sus padres, por otra parte, casi siempre se niegan a abandonar sus negaciones y sus defensas. O sea que se niegan a enfrentar la realidad.
Con el tratamiento, la mayoría de las víctimas pueden reivindicar su dignidad y su poder. Reconocer un problema y buscar ayuda no sólo es signo de salud, sino también de valor.

Tomado de Padres que Odian [Toxica Parente] de Sisan Forward y Craig B