miércoles, 17 de noviembre de 2010

20. Gordura o excesiva delgadez

A pesar de que mucha gente tiene sobrepeso como resultado de una mala dieta y un estilo de vida sedentario, un gran número de sobrevivientes padecen sobrepeso y obesidad. Es como si se pusieran capas de grasa como protección contra contactos físicos no deseados. Los sobrevivientes suelen fracasar en los programas de reducción de peso o recuperan rápidamente el peso perdido porque se sienten muy vulnerables sin su armadura de grasa. Para lograr el éxito a largo plazo, los sobrevivientes deben sanar del abuso sexual también.

Un mecanismo adaptativo alterno usado por los sobrevivientes es la anorexia al grado de inanición. Esto puede resultar en suprimir el desarrollo de las características sexuales secundarias. Los sobrevivientes de ambos sexos que sufren anorexia pueden verse más como infantes que como adultos. Ellos tratan de evitar los aspectos del abuso sexual teniendo una apariencia asexual. Los sobrevivientes con anorexia en cierto nivel temen que el volumen corporal invite acercamientos sexuales indeseados.

Parte del problema radica en que a los sobrevivientes no les fue enseñado el cuidarse apropiadamente dentro de sus familias disfuncionales y no saben cómo alimentarse adecuadamente. La educación nutricional ayuda, pero una dieta saludable no es la solución total. A veces existe una tendencia mal encaminada a enfocarse en el peso como la solución para los desórdenes alimenticios, con los obesos tratando de perder peso y los anoréxicos tratando de ganarlo. Desde esta perspectiva, el desorden alimenticio podría ser solucionado si tan sólo el sobreviviente pudiera mantener un peso saludable mediante la membrecía en un club deportivo y dieta o ejercicio. De hecho, los desórdenes alimenticios –como el alcoholismo– no pueden ser curados por voluntad propia. Los sobrevivientes con desórdenes alimenticios no son tan culpables por tener una enfermedad adicional. Necesitan la ayuda de una terapia, una consejería o un programa de recuperación a fin de librarse de estos desórdenes alimenticios.

Los sobrevivientes con la doble tarea de recuperarse del abuso sexual y de los desórdenes alimenticios necesitan integrarse en programas dirigidos a ambos problemas. Las parejas compasivas pueden ser un apoyo en ambos programas con el conocimiento de que ellos se refuerzan uno al otro. Algunas veces el progreso es un programa ocurre al mismo tiempo que una recaída en el otro programa; mientras que otras ocasiones la recaída es simultánea. La recuperación de largo plazo requerirá éxito en ambos programas.

21. Esconderse bajo la ropa

Los sobrevivientes a menudo utilizan excesiva ropa que resulta inadecuada para las condiciones del clima –un abrigo o chamarra en interiores o múltiples capas de ropa aun con clima caliente. La ropa puede también ser un intento de ocultar el sobrepeso o el excesivo peso bajo. El que el sobreviviente siempre utilice mangas largas o pantalones puede ser señal de incomodidad con la apariencia corporal. En el dormitorio, los sobrevivientes insisten en mantener la luz apagada y se rehúsan a usar otra cosa que no sea ropa de dormir completa. El sobreviviente también puede negarse a ir a nadar o participar en deportes que expongan sus extremidades desnudas. Muchos sobrevivientes parecen necesitar al menos una capa de ropa para proteger su cuerpo de la visibilidad y los contactos no deseados.

La tarea de los sobrevivientes es llegar a sentirse cómodos con sus cuerpos de modo que no sea necesario usar ropa excesiva. Los sobrevivientes también necesitan aprender cómo emplear límites físicos y emocionales de modo que ellos se puedan proteger sin tener que llevar constantemente una barrera incómoda de tela. Las parejas pueden alentarlos diciéndoles que estilo de ropa les va bien para cada actividad, evento y cada circunstancia. Practicar el uso y respeto de los límites puede aliviar la necesidad de usar ropa protectora.

18. Pobre imagen personal

A menudo los sobrevivientes tienen una pobre auto-imagen que está lejos de la realidad. Los sobrevivientes con frecuencia fracasan al reconocer o valorar totalmente sus propios logros. Habiendo sido devaluados por la experiencia del abuso sexual, ahora ellos se descuentan y se devalúan a sí mismos. Para evitar atraer atención positiva, pueden ser descuidados en cuanto a apariencia e higiene, usan poco o nada de maquillaje, y tienen guardarropas grises y poco interesantes. Se sienten poco o nada orgullo y que no merecen recibir cumplidos. Los sobrevivientes, rápidamente, dan el crédito a otros en lugar de aceptar graciosamente el reconocimiento público.

La meta para los sobrevivientes es ganar una auto-imagen verdadera y adecuada que claramente reconozca lo positivo sin hacer énfasis en lo negativo. Las parejas pueden apoyar esto sirviendo como observadores objetivos de la realidad del sobreviviente, describiendo sus éxitos con realismo y adecuadamente. Ya que los sobrevivientes frecuentemente son sus peores críticos y ya se han auto-criticado de más, generalmente no ayuda que las parejas ofrezcan críticas constructivas aun con la mejor de las intenciones.

19. Timidez corporal

Los que observan a los sobrevivientes de abuso sexual notan tensión física, rigidez y torpeza, cualidades que muestran la falta de comodidad de los sobrevivientes con sus propios cuerpos. Los sobrevivientes a menudo se desploman y toman una postura cautelosa que no es fluida ni móvil. La circulación de los sobrevivientes puede ser lenta, causando que sean friolentos y su piel sea fría. Los sobrevivientes son generalmente torpes y carecen de agilidad física. Muchos de ellos le tienen pavor al ejercicio y no experimentan placer con el movimiento. Ellos piensan que no pueden bailar, evitan deportes activos y no les gusta la actividad física extenuante. En competencias físicas, ellos no sobresalen y se quedan corto en todo esfuerzo. La timidez corporal es un término empleado para describir la característica falta de gracia y soltura en los movimientos de los sobrevivientes.

Los sobrevivientes en recuperación son animados a aprender a tomar total control de sus cuerpos y comportarse con confianza. Algunos sobrevivientes han sido ayudados mediante masajes u otros tipos de terapia física. Esto es más efectivo si se hace en conjunto con terapia psicológica para lidiar con los sentimientos que inevitablemente surgirán con el proceso de reintegración de la movilidad física. Las parejas pueden brindar su apoyo celebrando la participación del sobreviviente en eventos deportivos incluso si estos deportes son muy sedentarios. Traten de participar en una actividad física o tomar una clase de danza juntos. Invita al sobreviviente a unirse a una actividad física segura y aliéntalo de manera consistente. Un poco de persistencia con los sobrevivientes timidez corporal está bien cuando se ha elegido una actividad realmente segura.



Tomado de Ghosts in the bedroom [Fantasmas en la habitación. Una guía para parejas de sobrevivientes de incesto] por Ken Graber.