jueves, 20 de octubre de 2011

Acoso cibernético a menores


El fácil acceso a la tecnología y redes sociales se ha convertido en un nuevo fenómeno de abuso a menor: el “ciberacoso” .
“Este nuevo fenómeno ocasionado a través de la tecnología, es de carácter erótico de adultos hacia menores”, señaló.

Se cree, que este problema se da sólo en niñas; que el abusador es un enfermo psiquiátrico; que se da sólo en situaciones especiales como en condiciones de pobreza; que los niños no dicen la verdad en cuanto el abuso; que los niños lo buscan; la madre siempre denuncia cuando se entera, pero esto no siempre sucede.

“Estos mitos se deben de romper porque afectan a las víctimas y se debe acabar con esta forma de pensar”.
“Es una realidad para muchos adolescentes, están siendo acosados, tienen en sus teléfonos vídeos con contenido sexual, eróticos y pornográficos”.
Utilizar la tecnología para que el rostro de la víctima sea colocado, a través de montajes, en cuerpos de otras mujeres u hombres en actos pornográficos, son parte de este nuevo fenómeno de abuso sexual en menores.
Las formas más comunes de abusos sexuales a menores son: el incesto, la violación, la vejación y la explotación sexual. Algunos de estos comportamientos por parte de los agresores pueden consistir en exhibir sus órganos sexuales, tocar, besar, o manosear a los menores, conversar con ellos de forma obscena, exhibir películas pornográficas o fotos, hacer fotos de los menores desnudos, inducirlos a realizar actividades sexuales o eróticas, etc., todo ello con el objetivo de obtener una gratificación sexual. 

El trauma es el resultado de un acontecimiento al que la persona no encuentra significado, y que experimenta como algo insuperable e insufrible.
Los síntomas más frecuentes del trauma son, vueltas al pasado y sueños con representación del suceso ocurrido, insomnio y depresión. 

El fenómeno del abuso sexual infantil se presenta en todos los estratos sociales o ambientes culturales, pero desgraciadamente la mayor parte ocurre en el interior de los hogares y se presentan habitualmente en forma de tocamientos por parte de algún familiar o amigo cercano.