martes, 25 de enero de 2011

Mis reflexiones en el caso Kalimba.

De manera independiente de que se haya cometido un delito sexual existen una seria de consideraciones que me gustaría precisar y que reflejan mi preocupación por el manejo de la información y por la manera de litigar con la opinión publica en los medios.

-he escuchado la opinión de personajes del ...medio artístico que no tienen idea mínima de este tipo de casos.

Por ejemplo : Se llega a la conclusión que la parte acusada es inocente por que se le conoce y por consiguiente no es capaz de cometer abuso sexual.

Las estadísticas y estudios establecen que el abusador en la mayoría de los Casos se le conoce por un perfil de ser una persona de bien, religiosa y hasta un ejemplo en la comunidad. Se pone en juicio el hecho de no tener la oportunidad de carearse con la víctima.

Este es un derecho del menor de edad para evitar ser víctima nuevamente en el proceso . Se pone como prueba de la presunción de inocencia el hecho que la víctima no solicito ayuda de inmediato aun teniendo los medios para hacerlo.

En muchos casos comprobados la víctima queda inmóvil y aveces indefensa ante el acto de abuso, hecho mas marcado cuando la víctima ya había sido abusado/a en su Niñez.

Por ultimo los procesos de comprobación del delito como los peritajes psicológicos y médicos del ministerio publico para sostener una averiguación previa y una acusación de carga ante los jueces en la actualidad son tan avanzados que deberían aportar pruebas importantes en todos los casos.

Si este es un Caso en donde las autoridades se equivocaron, Será un grave retroceso para futuros Casos en donde no se les creerá a las víctimas.

Por otro lado si la parte acusadora tiene la verdad se demostrara que en nuestro país el abuso sexual infantil se considera como un delito de poca importancia en donde basta la opinión publica que considera que si un menor fue abusado fue porque se lo busco.

Los investigadores y especialistas deberían estas manifestando su preocupación por el desenvolvimiento del caso y expresar su opinión.

Considero esta una gran oportunidad para posicionar el tema en el interés nacional.



Abuso sexual infantil, nunca mas.
Miguel Adame Vazquez.

La prueba del amor

Lorna Norori Gutiérrez*
Opinión

“Cuando yo tenía 14 años tuve un novio que tenía 22, teníamos ya como nueve meses cuando él comenzó a decirme que como nos queríamos tanto él necesitaba darme una prueba de amor y que yo también se la tenía que dar. Yo no entendí al comienzo qué era lo que quería, pero después me dijo claramente que quería que tuviéramos relaciones. Al comienzo fue mucho de cuentiarme, pero a medida que pasaban los días sentía que me estaba presionando más y decía que si lo quería entonces tenía que hacerlo. Yo tenía mucho miedo, no sabía qué hacer, sentía que lo quería, pero yo no estaba todavía para eso, al final de tanta presión tuve que aceptar”.

Esto es el relato de una mujer de 32 años, recordando lo que vivió en su adolescencia y que ahora ella reconoce como un abuso sexual, de parte de quien asumía era alguien que la amaba.

La “prueba del amor” es una forma de invisibilizar la condición de abuso sexual que tan frecuentemente viven las adolescentes, lo que a su vez lleva a que sean culpabilizadas y que vivan consecuencias tan dolorosas como el embarazo forzado y la experiencia del aborto en condiciones de alto riesgo.

Socialmente se considera que una vez que las chavalas llegan a la pubertad ya están “listas”, lo que significa que pueden tener una iniciación sexual; esto igualmente determina que se establezcan ideas y hasta “valores” que son aplicados para asumir que una adolescente está dispuesta, o que “acepta” tener un contacto sexual con el “novio”. Ésta es la base sustancial para condenar a la adolescente por haber “accedido” a la petición, …al “novio” no hay quien lo condene.

Estas condiciones también son la base para el abordaje que muchas veces se produce en las instancias policiales y judiciales, en las que prevalecen los mitos de las/os operadoras judiciales, realizando preguntas o haciendo afirmaciones de forma inadecuada, sin considerar que la adolescente ha pasado por un proceso de seducción, distorsión afectiva, chantaje y presión hasta “acceder” a lo que demanda el abusador. En ninguna circunstancia se considera la relación de poder que se establece, en la que él domina, controla, somete, creando condiciones contradictorias de afecto, presión y chantaje.

Cuando la familia decide denunciar al novio abusador y éste es llamado a la Comisaría de la Mujer o el Ministerio Público hemos visto cómo le dicen a la madre: “mire señora no se queje, que por lo menos este hombre está dispuesto a salvar el honor de su hija, déjela que se case con él”.

En este sentido, el delito cometido queda invisibilizado, pues se considera que el matrimonio será una forma de “lavarlo”; sin tomar en cuenta que la chavala puede aceptar el matrimonio también de forma presionada.

El Código Penal mismo conceptualiza el delito de estupro, como un delito de menor cuantía a la violación, sin considerar los elementos aquí apuntados y otros más que determinan que el estupro también corresponde al delito de violación. Como si la libertad sexual de las adolescentes fuera de menor cuantía, no solo es más difícil probar el delito, sino que la ley establece que cuando el que lo ha cometido accede a casarse con la chavala, el delito se extingue y por otro lado hasta la pena es menor.

Cuando he hablado con mujeres jóvenes y adultas sobre su experiencia con la “prueba del amor”, ellas dicen claramente que no fue algo agradable para ellas, que se sintieron presionadas, confundidas, que lo vivieron con mucho dolor, culpa y sobre todo con mucho miedo.

Aquellas que llegaron al matrimonio, a partir de esta experiencia, refieren con mucha tristeza o enojo que el desconocimiento de sus propios derechos les limitó para tomar una mejor decisión, se sienten engañadas, frustradas porque esto les marca la vida, sienten vergüenza y tratan de ocultarlo, se sienten culpables y sobre todo sienten el estigma social. En este sentido cabe la pregunta ¿Cómo será que se sienten aquellos que han llevado adelante este acto de abuso sexual?

En muchas ocasiones, cuando inicio una reflexión sobre “la prueba del amor”, veo rostros que sonríen con picardía, ya luego cuando comenzamos a abordarlo la situación cambia, sobre todo con las mujeres que expresan sus propias experiencias, desde la realidad dolorosa que han vivido y que siempre han ocultado.

La “prueba del amor” es pues una expresión más de abuso sexual, que se produce a partir de esa estrategia que establece el abusador en que seduce y somete, llegando a hacer sentir cómplice a las mujeres; a que la familia culpabilice a las chavalas y tome decisiones que marcan de forma dramática su vida.

El propósito de este escrito es poder aportar a las madres y padres de familia, a las autoridades policiales y judiciales, a las chavalas y toda la población en general, sobre la ocurrencia de esta forma de abuso sexual, para que aprendamos a prevenirla, a identificarla, denunciarla y condenarla. Para que en algún momento las chavalas puedan decir NO al abusador.

*Psicóloga Movimiento contra el abuso sexual  hablemosde.abusosexual@gmail.com yotecreo@gmail.com

A LOS HONORABLES MINISTROS DE LA PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN:

LA DECLARACION DE MI MENOR HIJO VICTIMA DE VIOLACION, ES CLARA Y PREPONDERANTE, Y HA SIDO RESUELTA EN CONGRUENCIA POR LAS DIVERSAS INSTANCIAS QUE HAN REVISADO EL EXPIDIENTE

Mi nombre es Leticia Valdés Martell: soy madre y representante legal de mi menor hijo, quien fue víctima de violación dentro del Instituto San Felipe en la ciudad de Oaxaca. A cuatro años de una constante lucha por conseguir justicia, mi petición en este momento como madre y ciudadana mexicana, a los señores Ministros integrantes de la Primera Sala de la SCJN, es que en el expediente de mi hijo, mismo que ya se ha resuelto en congruencia por Ministerios Públicos, Jueces, Magistrados, por la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y por los propios Ministros de la Primera Sala de la SCJN, habiendo concluido cada una de las instancias antes mencionadas, que quedó demostrada la responsabilidad penal de Magdalena García Soto, en el delito de violación equiparada en contra de mi menor hijo, mismo que en sus declaraciones es contundente en señalar cómo su maestra Malena lo subía jalándolo del brazo por las escaleras a la hora del recreo, que él lloraba, que tenía mucho miedo y se sentía muy triste, por que lo dejaba con su maestro de computación Salvador y otro que no era maestro el señor Hugo, que en ese lugar había un brincolín con pelotitas de colores, camitas de colores, que ahí le amarraban sus manitas y señala sus muñecas que le tapaban su boca amarrándolo con un trapo, que le gritaban muy fuerte en sus oídos groserías que no las mencionaré por que son muy obscenas, que le bajaban su pantalón, su calzón, lo que sigue es muy doloroso , consta en el expediente y en su declaración es la forma en que lo atacaban sexualmente, por lo tanto es más que imposible que esta mujer, quien tenía la tutela de mi menor no supiera para que lo llevaba y para que lo entregaba, me pregunto ¿acaso no veía el terror en el semblante de mi hijo? ¿acaso no veía en su carita lo mucho que lloraba? Por Dios santo, mi bebé tenía cuatro añitos, cómo pudieron hacerle esto. Pido como madre, como mexicana y a cuatro años de venir demostrando la verdad de lo que desgraciadamente le hicieron a mi hijo dentro del Instituto San Felipe en la ciudad de Oaxaca, con la evidente complicidad de la maestra Magdalena Rufina García Soto, los autores materiales de la violación de mi menor , de nombres, Hugo Gabriel Constantino García copropietario de este instituto y esposo de la dueña y directora general del mencionado instituto, Arcelia Yolanda León Ramírez, y Adán Salvador Pérez Ramírez, maestro de computación, quienes a cuatro años de giradas las órdenes de aprehensión y siendo vistos en esta ciudad, ninguna corporación policiaca ha podido capturarlos, a cuatro años de un desgaste moral, físico, económico y del alma, con el sensible fallecimiento de mi amado padre, quien era el padre de mi hijo en toda la extensión de su gran capacidad de guiarlo , amarlo, educarlo y protegerlo, hasta su último aliento, ya que yo soy madre y padre, y concientes de que a mi señor padre lo mató la impunidad, la impotencia derivada de la dilación, obstrucción y frialdad de algunas instituciones de procuración de justicia mexicana. Actualmente mi madre delicada de salud sufre, la familia sufre, esto es muy duro, los niños violentados y sus familias lo que menos deben es seguir siendo re victimizados. Por todo esto pedimos a los muy honorables ministros integrantes de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, congruencia en su resolución, congruencia en la preponderancia de la declaración de mi menor, congruencia en el interés superior del menor, congruencia ante los lineamientos que la Primera Sala virtió en la anterior resolución donde tratándose de menores víctimas del delito deberán ser suplidas las deficiencias de la queja. Suplico, que no se siga fortaleciendo a las redes de pederastas y pedófilos que desgraciadamente han encontrado en México un paraíso para la comisión de estos delitos aberrantes en perjuicio de nuestros niños y niñas, a quienes dejan marcados con un daño de lesa humanidad, y que saben que contratando cuerpos jurídicos influyentes y muy costosos, y re victimizando a las víctimas con toda clase de infundios y bajezas que les funcionan como cortinas de humo, logran evadir la justicia, evitando la aplicación de las leyes. Siendo por desgracia los terriblemente perjudicados nuestros hijos, quienes cada día se encuentran más vulnerables y al asecho de estos depredadores de niñas y niños a los que no les permiten crecer sanamente, ser felices, ser respetados en su integridad física y psicosexual, ser niños!

Pido muy atentamente, una resolución en apego a derecho, y suplico que las voces de nuestras niñas y niños sean escuchadas. Respetuosamente: Leticia Valdés Martell y familia.

Apoyan esta solicitud: Lydia Cacho, Centro Regional de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco Briseño, A.C., Comisión Diocesana de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, Católicas por el derecho a decidir, A.C., Frente Nacional contra la Represión, Fundación de la mano con la justicia, A.C., Consorcio para el diálogo parlamentario y la equidad Oaxaca, A.C., Diversidades y no discriminación, A.C., Red de sobrevivientes de abuso sexual clerical (SNAP México), Iniciativa Ciudadana Oaxaca (ICO), Red Internacional de Organizaciones contra la Explotación Sexual Comercial Infantil (ECPAT), Comisión Civil Internacional por la Observación de los Derechos Humanos (CCIODH).