jueves, 9 de noviembre de 2023

Nunca más gritos sin voz

 







 Nunca más gritos sin voz,

no somos los mismos

pero sí más valientes.


Después de la neblina

viene la esperanza,

han pasado tantos años

que se acaban las lágrimas

y se convierten en sonrisas.


Trabajar un día a la vez,

cargando en la espalda 

un costal de recuerdos 

vacíos de coraje.


Eso es vivir.


El odio se extingue,

ahora es una reconciliación

con uno mismo,

pétalos de rosas que dan aroma a mis días.


No quiero morir, 

ser una estadística

en un blog que nadie lee,

vivir el presente es vivir con amor.


Mis sueños son posibles

porque se abren a mitad del cielo,

espesura de caminar

con los presagios pensando en sanar.


El coraje de sanar,

aún en el mundo que se incendia

con el fulgor de su desdicha,

recordar para vivir sin que duela.


Hoy escucho el canto del bosque

mi cuerpo es visible en su transparencia,

el dolor es un río tan líquido

que se escurre en el vacío de una remembranza.


Nunca más gritos sin voz,

caminemos instantes

con el espejo en la mano,

escuchando al cenzontle que te canta al oído.


Todos somos recuerdos en el mismo nido.

Morirme de otra muerte ya no me interesa,

hablemos de amor sin cuartos vacíos

de la lucha de los olvidados

que estamos vimos.


El coraje de sanar

es abrir la puerta sin fantasmas,

nunca más es decir No.


Nunca más gritos sin voz.



En conmemoración al 19 de Noviembre,

Día Mundial para la Prevención del Abuso Sexual Infantil.