lunes, 29 de febrero de 2016

Norberto, Francisco y ;Spotlight

norberto rivera
Cuando obtuvieron los documentos judiciales de un caso de abusos de un sacerdote en contra de 84 niños, los reporteros del Boston Globe, que ahora se han hecho famosos por la película 'Spotlight', se quedaron pasmados no por lo que encontraron en las alrededor de diez mil páginas del expediente, sino por lo que no encontraron.

Lo que no había en los documentos, le contaron esos periodistas a Sarah Larson, de The New Yorker (http://www.newyorker.com/culture/sarah-larson/spotlight-and-its-revelations), era el “mínimo indicio, en ninguna parte, de preocupación por los niños a los cuales se les había causado daño. En ninguna parte. Todo era acerca de proteger la reputación de la Iglesia, y de mantener el secreto. Siempre el punto era la secrecía”.

La cinta cuenta la odisea periodística del Globe para desenmascarar a más de 200 sacerdotes abusadores en la arquidiócesis de Boston, religiosos que fueron protegidos durante décadas por la jerarquía católica y, justo es decirlo, por una comunidad –medios de comunicación incluidos– que durante demasiado tiempo eligió desoír los testimonios de las víctimas.

Quiso el destino que la película llegara a pantallas mexicanas días antes de la visita de Francisco, el papa que se rehusó a entrevistarse con algunas de las “miles de miles” (así se calcula el número de abusados por curas en nuestro país) de víctimas de sacerdotes pederastas. El papa incluso se negó a dar en suelo mexicano mensaje alguno sobre este gran pendiente, ético y legal, de la Iglesia católica con México.

En The New Yorker, Larson recupera una opinión del cómico, y sobreviviente de abuso infantil, Barry Crimmins sobre Francisco que calza perfectamente con quien eligió ser este papa en su visita a México: “El papa Francisco es la manera de la Iglesia de cambiar la conversación sin cambiar la Iglesia”.

Francisco, ya se sabe, sí abordó el tema, pero fue a pregunta expresa y lejos de México. Se podría decir, no sin simbolismo, que incluso hizo sus declaraciones lejos de la tierra, en el vuelo a Roma. Palabras tardías, retóricas, ¿huecas?

A pesar de lo anterior, para Bernardo Barranco, especialista en religión, las declaraciones de Francisco son un dardo directo, e ineludible, en contra de, para empezar, Norberto Rivera, arzobispo de la Ciudad de México.

“Un obispo que cambia a un sacerdote de parroquia cuando se detecta una pederastia es un inconsciente y lo mejor que puede hacer es presentar su renuncia”, fueron las palabras de Francisco, según las recupera Barranco en la columna publicada el miércoles pasado en donde pide la renuncia de Rivera. http://www.jornada.unam.mx/2016/02/24/opinion/019a2pol

Norberto fue luego cuestionado sobre los dichos del Papa. Pasó lo que tenía que pasar. Este cardenal, que está involucrado en la protección del abusador Nicolás Aguilar, tuvo la desvergüenza de declarar que no había sabido de las palabras de Francisco porque él no iba en el avión. Literal.

Quince años después de los reportajes del Globe que ahora son película, Francisco y Norberto repiten el patrón de privilegiar la secrecía, de poner por encima de las víctimas a la Iglesia.

El primero habló del tema desde la comodidad del avión. Además, lo hizo en abstracto, sin animarse a llamar a esos sacerdotes ni por su nombre ni por su actividad: criminales.

El segundo cree, seguramente, que sus ominosos hechos no lo alcanzarán.

Pero como dijera García Riera, el cine es mejor que la vida. Por lo mismo, seguro muchos de los muchos que en México vieron Spotlight saben que la versión cuatro de esa película tendría a Rivera, y a Francisco, de protagonistas. Del lado equivocado, no del lado de las víctimas.

​Twitter: @SalCamarena