lunes, 31 de octubre de 2011

19 de Noviembre Día Mundial para la prevención del abuso contra los niños, niñas y adolescentes.


El 19 de Noviembre en la mayoría de los países del mundo occidental se reserva esta fecha para dedicarle una pausa y reflexión a la lucha contra el flagelo del abuso sexual infantil.

Aunque tenemos que reconocer que en algunos conceptos se han obtenido muchos logros, lamentablemente son mas las carencias para reformar las leyes y evitar que haya mas víctimas y  atender y ayudar adecuadamente a las miles de víctimas.

Los invito a colaborar en esta fecha como el día mundial de la prevención contra el abuso sexual infantil.

Entreguemos trípticos el sábado 19 de noviembre de 2011 en las principales avenidas del Distrito Federal  en México.

Imprime en tu casa algunos folletos del blog, reúne amigos y familiares y replica la  acción en tu comunidad. En cualquier país, ciudad, poblado. Es una excelente oportunidad de pasar a la acción.

En este día como meta, invita, pega o manda un correo electrónico por lo menos a tres amigos de las redes sociales la nota:

"abuso sexual nunca mas, campaña 
No mas gritos sin voz" y comparte el tríptico Por favor.

No esperemos que alguien mas lo haga, nada te cuesta y salvaras a miles de niños.

Muchas gracias 







Miguel Adame Vazquez

Padre de familia.

Creador de abuso sexual infantil nunca mas.

Presidente de Centro de investigación difusión y estudios sobre la trata de perdonas y explotación comercial a.c

Candidato al premio al mérito cívico 2010 y 2011.
Fundador de la red hispanoamericana contra el abuso sexual infantil.
Colaborador del grupo de ayuda mutua para sobrevivientes de abuso sexual infantil.

Toleran abuso sexual por presión social.


Un manto de silencio envuelve muchos casos de explotación y abuso sexual contra menores de edad, cometidos en el 90 por ciento de los casos por el padre, padrastro, abuelo, tío, hermano o primo de las víctimas por la presión social que sienten sus familiares.

"Socialmente es mal visto: '¿cómo voy a denunciar a mi pareja o a mi compañero o a mi marido o a mi hermano?', cuesta mucho trabajo", dijo Mayra Rosalinda Rojas Rosas, directora de la asociación civil Infancia Común.

"En el momento en que un niño se acerca y comenta lo que ocurrió, se minimiza el abuso".

De acuerdo con la especialista, los padres de las víctimas de abuso se atreven a hacer la denuncia cuando éste ha sido constante y violenta al niño.

El total de víctimas registradas durante 2010 y 2011 en el Distrito Federal es de mil 733 menores de edad, de acuerdo con estadísticas de la Procuraduría General de Justicia local (PGJDF).

De enero a diciembre del 2010, la PGJ capitalina registró 911 casos de abuso sexual a mujeres entre los 1 y 17 años de edad, mientras que el promedio de abuso contra varones fue de 179 denuncias.

Desde principios del 2011 hasta julio del presente año, la Procuraduría capitalina ha atendido 549 denuncias de abusos a niñas y 94 a niños.

"En más alto porcentaje sufren las niñas, estamos hablando de niñas entre 13 y 18 años, lo que aquí llaman adolescentes", dijo Rojas Rosas.

Un niño o adolescente que ha sido víctima de explotación o abuso sexual, al levantar su denuncia, debe narrar todo lo que pasó, además de que es sujeto a una evaluación médica y psicológica realizada por los peritos de la PGJDF para acreditar el delito, explicó Juana Camila Bautista, Fiscal de Delitos Sexuales.

"Lamentablemente, siempre ocurre cuando llegan aquí los padres, obviamente desesperados y lastimados por el conocimiento que tienen que los hijos han sufrido una agresión de esta naturaleza, que lo primero que hacen es ir con el probable responsable de la conducta y advertirle que lo van a denunciar", explicó.

Sin embargo, esta forma de proceder lejos de ayudar, complica las investigaciones porque el sospechoso puede darse a la fuga para sustraerse a la acción de la justicia, añadió Bautista.

En el caso de la explotación sexual, las principales víctimas de la trata de personas son niñas de entre 9 y 17 años.

"Las enganchan prometiéndoles una mejor vida y son sometidas a explotación una vez que están fuera de sus redes de contención social", observó Rojas Rosas.

Este delito, que ocurre en un ambiente clandestino, es difícil de perseguir porque implica a niñas invisibilizadas, en una situación de alta vulnerabilidad económica y social, en su mayoría de Veracruz, Chiapas y Oaxaca, explicó la titular de Infancia Común.

"El rango entre los 13 y 18 años, esas son las niñas que puedes ver afuera pero hay niñas más pequeñas dentro de los circuitos, sólo que esas no las ves", indicó la experta.

Entre el 2010 y lo que va del 2011, la PGJDF ha investigado 23 casos. 


Miguel Adame Vázquez.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Los caramelos


Mami mami entro llorando Teresita, me lastimo Miguel!! Me dueleeee…. Solo eso atinaba a decir entre lágrimas la pequeña de 4 añitos.
A las 10 de la noche Lolita, su tía, hacia dormida a la niña nunca pensaron que mientras ella y su hermana platicaban cómodamente en el otro cuarto, estaba sucediendo la desgracia.
-Pero que te paso le preguntaron y Teresita en medio de su llanto les decía: Es que Miguel me dijo que me iba a dar unos dulces que me compro y los tenia en su cuarto y me llevo mami, pero me jalo y me tiro a la cama y me lastimo aquí, decía mientras señalaba sus partes intimas.
De inmediato su madre le quito su pantaloncito y pudo comprobar que en efecto, su pequeña había sido violada por el vecino que de algún modo se las había ingeniado para sacar a la niña sin que lo vieran.
Apenas pudo Juana, la madre de la chiquita; contenerse de ir a cobrársela en ese instante al monstruo, solo atino a llevar a su hija al cuarto y consolarla, mientras su hermana se encargo de dar aviso a las autoridades y vecinos para impedir que escapara impunemente.
Ahora Miguel esta tras las rejas ¿Por cuánto tiempo? No lo sabemos; lo que si es una realidad el día de hoy es que la infancia de Teresita fue brutalmente transformada por este cobarde ataque a su inocencia y su cuerpo.

ALDEA DE TERROR




La niña tendría unos seis años; no sabía leer ni escribir y tampoco entendía a qué se refería al hombre mayor que le dijo que quería acostarse con ella. Su ignorancia no le sirvió de nada: la niña trabajaba en un burdel  y el hombre consiguió lo que quería a cambio de un poco de dinero. Fue su primer cliente. 

Éste no es un caso único. En Svay Pak, un pequeño pueblo a las afueras de la capital camboyana Phnom Penh, ha imperado durante años la cultura del sexo con chicas preadolescentes. Las esquinas de sus calles estaban llenas de hombres vendiendo la virginidad de "sus chicas" a otros turistas. El relato de la niña anónima arriba recreado es solo uno de tantos recogidos en un trabajo de la CNN desvelando la (ahora decreciente) prostitución infantil de este enclave.

Es un buen caso porque cumple, paso por paso, la lamentable fórmula de cada una de estas chicas. Un día ella estaba jugando por la calle cuando se le acercó un hombre preguntándole si estaba sola y si podían hablar unos minutos. Al poco, se encontró trabajando en un burdel, en una habitación que recuerda a una celda: el vídeo la muestra de un color rosa que hace años que perdió su tono fuerte, de gruesas paredes sin ventanas, de unos 2x2 metros, únicamente decoradas con una cama mohosa. Es solo uno de los muchos cuartos que tenía el burdel; la única excepción eran los baños, con barrotes en las ventanas, incrementando la sensación de estar encerrado.

Dentro de la desgracia, al menos a la niña no la vendieron sus padres, como sí hacen otros tantos. Esta práctica es más común en otros países asiáticos como India. Todo lo demás se desarrolló según la trágica pauta  en estos casos; "Al principio me hablaban con suavidad", recuerda con lágrimas en los ojos. "Pero luego me violaban, y, al hacerlo, también me daban palizas".

Afortunadamente, su historia se escribe en pasado. Si hay un final feliz a estas vivencias, la de esta chica lo ha conseguido. Ahora tiene 18 años y ha vivido para ver cómo decaía la red de tráfico de vírgenes que marcó su infancia. Ha encontrado refugio gracias a un ciudadano estadounidense  llamado Don Brewster, que se mudó a Svay Pak con su mujer hace unos años para montar un albergue que dé acogida y rehabilite a estas chicas. "Es una maldad imposible de entender", explica Brewster. "Las niñas sufren tanto, con tanto dolor, que es imposible que el hombre que las está violando no se dé cuenta".

Brewster cuenta a las cámaras de CNN que las cosas han cambiado. Sigue existiendo un núcleo muy oscuro en Svay Pak, pero hay que buscarlo para dar con él. Ya no se produce de manera tan descarada, lo que supone un paso importante en el largo camino para enterrar un hábito tan arraigado. "Si te quedas en la superficie, dirías que ya no pasan estas cosas, pero justo ayer rescatamos a una niña de cinco años aquí", explica Brewster.

FUENTE: YAHOO NOTICIAS.

Empujada por su madre a la prostitución infantil


Solo había una cama en la casa de Aurora. Por la noche, cuando se acostaba, su padrastro simulaba echarle el brazo a su madre que dormía al lado ella. Entonces poco a poco hacía llegar su mano hasta sus genitales y comenzaba a tocarla.
Por el día, el abuso era más brutal. Cuando estaban solos el sujeto la agarraba por el pelo y ponía la cara en sus genitales. Con la otra mano se masturbaba. En una ocasión hasta intentó violarla “pero no pudo”.
Aurora (nombre ficticio para proteger su identidad) no se atrevía decir lo que sucedía. El sujeto se mostraba como la mejor pareja y se sentía amenazada. Un día no soportó más la situación se armó de valor y le contó todo a su madre.
Pero la reacción que obtuvo de la madre, una empleada de un bar, no era la que esperaba: no le creyó, la botó de la casa a sus tiernos 11 años y así Aurora comenzó una tortuosa ruta que la llevó a vivir por décadas en la calle, a prostituirse y a la narcodependencia.
“eso me costó la calle”
“Eso me costó la calle. Ella me dijo que no fuera embustera y me tiró afuera”, recordó. Aurora, quien actualmente tiene 51 años y todavía lucha por rehabilitarse, indicó que de algún modo su madre creía que ella a los 11 años quería quitarle a su pareja.
No se fue muy lejos. Todas las personas que conocía y que la ayudaban estaban en el vecindario. Algunos días dormía en la covacha de una panadería frente a la casa de su madre. El dueño del negocio le daba de comer a cambio de que limpiara los baños o mapeara el piso. En ocasiones se bañaba o pernoctaba en la casa de sus primos, que vivían en un vecindario cercano.
Pero no pasó mucho para que se repitiera, pero con agravantes, la amarga experiencia que tuvo con su padrastro.
Ya para entonces ella comenzaba a experimentar con drogas y alcohol. Una noche, sus primos, cuyas edades fluctuaban entre 20 y 26 años, se aprovecharon de la situación y la violaron. Hicieron lo mismo ofreciéndola a otras personas y con el tiempo se convirtieron en proxenetas, en “chulos”. Ella entretanto se adentraba en las drogas. Para entonces ni había cumplido 15 años. Llegó a vender su cuerpo hasta por una bolsita de drogas.
“Después que me violaron, me prostituían. Ellos hacían de chulos. Yo tenía que darles algo a ellos por conseguir la gente. Ni me velaban. Yo estaba sola cuando salía”, dijo la mujer.
En la panadería entonces, en lugar de sándwiches, buscaba que le pagaran con una caneca por limpiar los pisos y el baño. “Estaba adicta. A veces pasaba días sin comer por la droga”, recordó.
Para entonces, los clientes la buscaban porque era presa fácil y joven. “Era todavía una nena”, dijo.
Los encuentros sexuales, todos con hombres mayores, eran terribles, recordó. Además del acto como tal que repugnaba, cada vez que cerraba los ojos lo que hacía era recordar a su padrastro y a su madre botándola de la casa.
“Yo me iba con el tipo, pero siempre pensaba en lo que pasó con mi mamá y mi padrastro. Eso era lo que cargaba mi corazón. Era como ver todo, como en una película. Cuando uno pasa un trauma así, no se olvidan los detalles. Todavía cuando cierro los ojos veo lo mismo”, dijo la mujer.
Décadas de infierno
Los clientes eran diversos. La mayoría eran conocidos de sus primos que conducían negocios ilícitos. Ya de adulta, cuando sus primos no actuaban de proxenetas, se prostituía con cualquiera que pudiera darle algo de dinero.
Aurora estuvo prostituyéndose casi sin interrupciones hasta los 49 años. En ese tiempo permaneció deambulando, salvo por los breves periodos de intento de rehabilitación y por un periodo en que ocupó la vivienda de un familiar que se marchó a Estados Unidos.
Hace ocho años, Aurora tuvo un segundo encuentro con la prostitución infantil, esta vez como testigo de un caso. En esa ocasión iba a visitar a un “novio” y al asomarse por la ventana de la casa del sujeto vio al hombre con tres niñas, entre 10 y 14 años, a las que violaba.
Ella denunció la situación y al sujeto lo procesaron y las menores fueron removidas de la casa de su madre. “Y eso que la mamá era una señora que se veía como que cuidaba mucho de ellas, siempre estaba velándolas en la escuela. Esto pasa en todos lados”, dijo.
La última vez que Aurora se prostituyó fue hace apenas un año, justo antes de entrar a un refugio y comenzar su proceso de rehabilitación.

ROMPIENDO EL SILENCIO.


Uno de los aspectos más dañinos del abuso es el silencio que a menudo lo rodea. La mayoría de los niños y niñas soportan terribles atrocidades sin tener la posibilidad de decir nada a nadie. La se-crecía incrementa los sentimientos de vergüenza de la víctima y permite que el abuso continúe sin restricción. Para la mayoría de los infantes abusados, el aislamiento y el silencio son una forma de vida.


Parte de sanar es romper ese aislamiento y decir la verdad acerca de tu vida. Sin embargo, hablar acerca del abuso puede resultar aterrador. Cuando hablas acerca del abuso, tú estás rompiendo el retorcido pacto de silencio que fuiste forzada(o) a defender como un niño o niña asustado(a). Estás hablando de tu abusador. Estás confiando en alguien lo suficiente para compartir la historia real de tu vida y arriesgándote a una respuesta humana a tu dolor. Cada vez que lo cuentas, es más difícil pretender que el abuso no sucedió.

Hablar acerca de tu abuso es esencial. Tú no tienes que decírselo a todos. Ni deberías contarlo indiscriminadamente. Pero necesitas por lo menos una persona que pueda ser testigo de tu dolor y de tu recuperación. Ojalá hubiera muchas personas. Pero en principio, considera la posibilidad de decirle a una persona lo que ha sido tu vida en realidad.

Este capítulo te proveerá la guía para hablar acerca de tu abuso con personas que te apoyen. (Más adelante, ve la sección Simplemente Decirlo o Confrontar para ayudarte a decidir si la persona a la que le quieres decir es proclive a apoyarte). Identificarás las razones por las que lo quieres decir y analizar las formas en que el silencio fue fomentado o forzado mientras estabas creciendo. Si le dijiste a alguien acerca del abuso cuando eras joven, tendrás la oportunidad de explorar las formas como esa experiencia te afectó. Finalmente, aprenderás acerca de la diferencia entre privacidad y mentira, y te proporcionará una guía práctica para contarlo.

SI LO DIJISTE


No todos los niños guardan el secreto de su abusador. Muchos le dicen a alguien que ellos están siendo abusados. Si tú eres un adulto hoy y lo dijiste cuando eras un niño, existe la posibilidad de que no hayas recibido una respuesta compasiva y de ayuda. En lugar de ser creído(a) y protegido(a), tú probablemente fuiste ridiculizado(a) ignorado(a), culpado(a) o abusado(a) otra vez. Aun si tú fuiste creído(a), el abuso podría haber sido minimizado o justificado. Tú recibiste el mensaje de que no merecías protección*.
Si lo dijiste y te creyeron, tú develación pudo ser pobremente considerada. Pudiste haber sido requerido para repetir una y otra vez tu historia. Pudiste haber sido sacado de tu casa mientras el resto de la familia permaneció unido. Tus padres pudieron haberse divorciado y tú pudiste ser acusado por los subsecuentes problemas financieros. En los casos en que decirlo es mal considerado, las consecuencias de la divulgación algunas veces pueden ser más traumáticas que el abuso en sí.

Si tú hablaste del abuso cuando eras niño o adolescente, las respuestas que recibiste (o no recibiste) te dieron mensajes poderosos respecto a decir. Esos mensajes establecieron los precedentes para tus miedos y sentimientos acerca de hablar sobre tu abuso ahora.
*[Esto está empezando a cambiar. Como niños están siendo enseñados a diferenciar entre buenos tocamientos y malos tocamientos, y decirle a alguien acerca de los malos tocamientos, más y más niños están recibiendo respuestas compasivas, proteccionistas cuando ellos revelan el abuso. Los niños que lo cuentan y son tratados con respeto, reconocimiento y acción apropiada tendrán posibilidades de sanar durante la infancia y no necesitarán este libro de ejercicios en los años por venir. Sin embargo, actualmente muchos niños que lo dicen, continúan teniendo experiencias negativas –testificando en una atmósfera judicial insensible, haciéndolos repetir una historia una y otra vez, tomarse la molestia de decir sólo para que el abusador sea reivindicado, castigado insuficientemente u obtener la custodia. Estas violaciones de los niños agregan nuevas capas de abuso a la violación original y le enseñan al niño que hablar abiertamente acerca del abuso es inútil y autodestructivo].
Si tú lo dijiste cuando niño, toma unos minutos para escribir acerca de lo que pasó.
Cuando lo dije,…

Cosas para reflexionar:

• (Si lo dijiste cuando eras niño o niña) ¿Cómo me afectaron las respuestas? ¿Qué decisiones hice o qué asumí cómo resultado?
• ¿Cómo me sigue afectando la respuesta que recibí?
• Si lo volviera a decir ahora, ¿ocurriría lo mismo? ¿Por qué sí o por qué no?
Espera los ejercicios acerca de UNAS POCAS PALABRAS ELEGIDAS PARA DECIR LA VERDAD


¿POR QUÉ DECIRLO? 

Hay muchos beneficios en hablar acerca de tu abuso, a pesar de que puede ser difícil identificarlos cuando te estás sintiendo asustado(a) respecto de hacerlo. La lista de abajo incluye algunas razones comunes que los sobrevivientes encuentran empoderadoras para decirlo. Marca aquellas que se apliquen a ti. Agrega cualesquiera otras que puedas pensar:
Hablar-lo me ayudará a sobreponerme a los sentimientos de vergüenza.


Descubriré que ya no estoy solo(a) ni soy diferente.
Experimentaré la compasión y el amor de alguien más.
Dejaré de seguir las reglas del agresor.
Expondré al ofensor.
Una vez que lo diga, puedo obtener apoyo y ayuda.
Dejaré atrás la negación.
Estaré más en contacto con mis sentimientos.
Cuando sea más honesto(a), mis relaciones serán más íntimas.
La gente que me rodea tendrá información y se sentirá menos confusa acerca de lo que me pasa.
Me voy a establecer, en el presente, como una persona que está lidiando con el abuso que sufrí en la infancia.
Ayudaré a terminar con el abuso sexual infantil al romper el silencio en el cual prospera.
Seré un modelo para otros sobrevivientes.
Seré un modelo para los niños en mi familia que todavía están siendo abusados.
Puedo detener el abuso que todavía está ocurriendo.
Me sentiré aliviado(a).

Cosas para reflexionar

• ¿Cómo me puedo beneficiar al hablar del abuso?
• ¿Hubo algo que me atemorizara en la lista de posibles resultados positivos? ¿Por qué?
• ¿Mi resolución a decirlo ha cambiado a raíz de este ejercicio? Si es así, ¿cómo?


De Laura Davis, El Coraje de Sanar, libro de ejercicios 

TRADUCCIÓN: CONY DIAZ

lunes, 24 de octubre de 2011

Esta es una de las acciones más positivas y enriquecedoras que podemos realizar como seres humanos.

Hay pocas cosas tan reconfortantes como ayudar, apoyar, acompañar, animar, alegrar, motivar, querer a otra persona... sin esperar recibir nada a cambio, de verdad, verdad.

Con esto quiero decir: sin esperar reconocimiento, recompensa, retribución o pago alguno, pues sólo siendo verdaderamente desinteresados será como podremos disfrutar del beneficio de realizar una acción generosa.

Cada vez hay menos personas dispuestas a dar algo a cambio de nada...

Cuánto voy a ganarme, cuánto van a pagarme, cuánto me costará en tiempo, en trabajo o en dinero, son algunas de las frases que justifican la apatía, la indolencia o el egoísmo con el que actúan algunas personas.

Recordemos que al dar con generosidad, solidaridad o empatía, será el universo quien nos devuelva lo que entregamos y no las personas a las que se lo dimos. Y que muchas veces no será en el momento en que nos gustaría recibirlo o de la forma en la que lo queremos, sino que lo hará en el momento perfecto y en especies; es decir, manifestado justo en aquello que necesitamos en un momento dado.

Y si dudas de lo que acabo de decirte... piensa un poco y recuerda esos pequeños momentos en los que apareció la persona que te ayudó, el lugar donde pudiste quedarte, el consejo de alguien que te iluminó, la compañía de una persona que te animó, te ayudó o te hizo sentir querido, el recurso que necesitabas. La presencia de ese alguien especial, porque se dejó llevar por esos sentimientos positivos, pudo suavizar tu vida.

Salgamos al mundo cada día con la intención de dar, de compartir, especialmente si estamos necesitados... porque de esta manera no sólo estaremos dándole nuestro aporte al mundo con la intención de que otros se sientan mucho mejor en él, sino que recibiremos la fortaleza, la motivación y la fe que habíamos perdido temporalmente al sentirnos afectados por una circunstancia de la vida.

Lo más fácil es mostrar indiferencia y lo más difícil es tener el valor y la determinación para mostrar compasión, generosidad y solidaridad...

Claves para dar

•Conectarse a los mejores sentimientos.

•Realizar actos bondadosos, sencillos, espontáneos y anónimos.

•Vencer el egoísmo y el miedo a perder.

•Colocarse en el lugar del otro.

•Preguntar, siempre, de qué manera puedes servir o ayudar a alguien.

•Dejar de pensar que al compartir lo que tienes con otro, lo perderás...

Piensa en lo importante que puede ser para alguien tus palabras, tu compañía, tu apoyo o tu ayuda en un momento dado y siéntete dispuesto a brindarlo.
EL TRABAJAR EN LA PREVENCION DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL ES UN TRABAJO QUE SE LLENA DE GOZO Y SATISFACCION,  apesar de ser un tema muy complicado, me basta con saber que a una sola  persona esta información en el blog le a ayudado en algo.

Te invito a colaborar con nosotros, no te arrepentiras.



Miguel Adame Vázquez.

domingo, 23 de octubre de 2011

Violencia sexual: silencioso y cruel fenómeno

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Aunque todavía el abuso sexual sigue siendo un tema tabú, es importante hablar sobre ello para poder sanar, educar y prevenir. Hablar de abuso sexual es mencionar esa activad sin consentimiento que se da entre dos o más personas, entre adultos, de un adulto a un menor (abuso sexual a menores – abuso sexual infantil) o incluso entre menores.
Es mencionar esa práctica que afecta a todos los estratos sociales y de la cual niños, mujeres y adultos. 
El abuso sexual en niños, adolescentes y adultos es más común de lo que se piensa y se trata de una violación al cuerpo de la persona, en la que se exceden los límites de confianza y donde existe una ruptura a los límites personales, que provocan heridas profundas y  dejan cicatrices físicas, emocionales, espirituales y psicológicas.
El Centro de Atención e Investigación Integral a Víctimas de Delitos Sexuales (Caivas) del Huila, realiza trabajo interinstitucional con el Icbf, Medicina Legal y el CTI. La Fiscalía se encarga de recepcionar la denuncia y   realizar la investigación, mientras que el Bienestar Familiar hace la intervención y el restablecimiento de los derechos, Medicina Legal adelanta las valoraciones sexológicas médicas legales y el CTI se vincula con psicólogos investigadores para adelantar entrevistas y valoraciones psicológicas a las personas afectadas.
El objetivo de Caivas es aunar acciones y recursos físicos, humanos, técnicos y científicos entre las personas y entidades que lo conforman para fortalecer la prestación del servicio y la atención a personas involucradas en este tipo de conductas (Delitos contra la libertad, la integridad y la formación sexual) para que haya una eficaz y oportuna atención al usuario. Caivas está para informar, escuchar, orientar y ayudar a las personas.
Según Francenith Pascuas Leguízamo, psicóloga jurídica del Caivas, “la Fiscalía cada día tiene que humanizarse más, no verlos solamente como víctimas, como objetos o simplemente como lo establece el Código. Hay cosas tan importantes, que no solamente son la sanción en estos casos, las personas buscan más que eso, sobre todo quieren ser escuchados y orientados”.
El Caivas recibe denuncias de todos los delitos concentrados en el Código Penal. “La mayoría de los casos son de niños menores de 14 años que han sido abusados, el Huila y Neiva tienen demasiados casos de acceso carnal violento y abuso a nuestros menores,  niños realmente pequeños. En un día pueden llegar   de dos hasta 20 casos de presuntos abusos”, dice la funcionaria.
Explica que una de las labores del Caivas es  trabajar con el entorno, donde los niños se desarrollan y cuando son casos de menores, se involucra a la familia para así lograr una atención integral.
“Se puede distinguir casos de abuso sexual en niños mediante algunos indicadores: por  ejemplo, un niño muy activo, repentinamente deja de serlo y se aísla, o cuando aparecen con regalos, con plata. Por eso es necesario buscar ayuda de profesionales”, afirma.
Algo para tener en cuenta es que en todos los municipios hay Fiscalía, donde se acoge la denuncia para luego ser remitida al Caivas. Según la funcionaria, en el Caivas, las estadísticas indican que Neiva tiene el mayor volumen de casos de abuso sexual, seguida por Hobo, Campoalegre, Rivera y Colombia. Claro está, sin conocimiento de Pitalito y Garzón, que por ser cabeceras municipales, hacen el manejo propio a estos episodios.
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Abuso Sexual
Como actividad sexual se incluyen cualquier tipo de penetración de órganos genitales en contra de la voluntad de la otra persona, muchas veces aprovechando la incapacidad de un menor para comprender ciertos actos. A estas prácticas también le suman el inducir y obligar a tocar los órganos genitales del abusador. Además de la acción en la que se incita al menor para que escuche o presencie algún tipo de acto sexual.
En algunos casos, el abuso sexual trasciende hasta una violación o acceso carnal violento, acto que se considera delito sin importar el sexo de la víctima y que en la mayoría de sus casos se presenta en niños y desencadena grandes trastornos  en el desarrollo psicosexual de la persona.
Prácticas cotidianas
El psicólogo Julián Vanegas  argumenta  que en el entorno actual, con una infortunada herencia cultural machista, se presupone a la mujer en el rol de lo privado, de lo encerrado, dejando al hombre para lo público, que no expresa afecto, que sólo lleva dinero a la casa e impone autoridad, tratando a la mujer y haciéndola sentir débil, frágil y vulnerándola de alguna manera.
Para él, la manera más fácil para detectar que una persona está siendo víctima de abuso sexual es el auto diagnóstico, donde se empieza definiendo el problema principal, en el caso de la mujer,  ésta deberá entender que puede tener relaciones sexuales con su esposo solo cuando ella quiera, esté dispuesta y sienta que  será un ejercicio placentero.
“Hablar de violencia sexual hace referencia a prácticas genitales indiscriminadas de hombres y mujeres, pero también refiere a esos actos que diariamente se viven en las casas, esas prácticas cotidianas, frecuentes pero no menos notorias, que la gente las ve pero que muchas veces no las mencionan. Cuando  el novio le pide a la chica una pruebita de amor, en una entrevista de trabajo o en un espacio laboral cuando el jefe intimida a la mujer, se utiliza a una persona para que salga desnuda o semidesnuda en comerciales de televisión”, manifestó Julián Vanegas.
Violencia sexual infantil
Cuando existe un abuso sexual infantil, hay una persona que  verá alterada  su vida, desarrollo físico, psicológico,  dignidad,   libertad, tendrá  miedos, y un ejercicio sexual muy traumático. En el caso del abuso a niños, los violentos no siempre utilizan agresión, sino que muchas veces lo hacen bajo manipulación y esto a los menores les genera enormes sentimientos de culpa, los hace sentir indignos porque se van a preguntar porque lo permitieron.
En Neiva existe la Fundación Red de Sanción Social  Contra el Abuso Sexual Infantil para la  prevención en todas sus formas y manifestaciones y  se promueve la denuncia y  acciones para erradicar este flagelo. La función específica de la Red es apoyar a la población en casos donde se ha denunciado pero no ha pasado nada y adelantar intervención.
Desde dicha Red se ha descubierto que los casos de abuso sexual infantil en el departamento son alarmantes y muchas veces los niños no identifican que están siendo abusados, entonces a través de  charlas, se ayuda para que los menores entiendan, comprendan y aprendan a identificar  este delito.
Marcela Granada, coordinadora de la Fundación  Red de Sanción Social  Contra el Abuso Sexual Infantil, argumenta que “los niños no confiesan porque temen las represalias por parte del abusador. Uno creería que esto sólo pasa en niños y niñas humildes, de estratos bajos, pero es evidente que toca a todos los estratos sociales, sino que entre más alto sea, más difícil de identificar será o de que salga a la luz pública. Muchas veces por vergüenza o temor la gente se calla”, asegura.
“Llegamos a la población a través de eventos de impacto, desde los cuales enseñamos, ofrecemos charlas, conferencias y talleres, tanto para niños, jóvenes, adultos y docentes. Vamos a los colegios y trabajamos de la mano con entidades gubernamentales, también con empresas que impulsan la responsabilidad social empresarial y quieren erradicar este flagelo”, dice  Marcela Granada.
“Lo que muestran los registros es que las principales ciudades son las de más alto índice de abusos, pero realmente estos casos se miden es a través de la denuncia y lo que hemos podido corroborar, a través de estos años de trabajo, es que ha aumentado considerablemente el número de denuncias”, puntualiza.
Violencia sexual, violación a la sexualidad
El sexólogo clínico Antonio Correa Luna  dice que la violencia sexual es toda agresión que va contra la expresión de la sexualidad del ser humano, llámese un abrazo forzoso, una palabra, un gesto o una acción que termine en un acto sexual carnal, ya sea coital, anal u oral, pero siempre y cuando intervengan los genitales.
“El ser víctima de un abuso sexual  trae consecuencias gravísimas sobre todo para las mujeres y los niños. Una violencia sexual en un niño es una marca para toda la vida. Una mujer violentada sexualmente tiene capacidad de superar y sobrellevar la situación, pero un niño quedará marcado y cuando sea adulto y empiece su desempeño sexual, la mayoría de las veces requiere de la ayuda de un profesional”, explica.
“Las mujeres y los niños son las personas que están más expuestas a sufrir este tipo de abusos. En hombres también hay registros, sobre todo de hombres con hombres,  pero el hombre-niño por su condición de infante está dentro del total de menores que reciben violencia sexual y   se ven afectados a lo largo de su vida. Un niño que ha sido violentado sexualmente es un niño retraído, callado, silencioso, con sentimiento de culpa, y esto lo conduce a un mal desempeño social”, aclara el sexólogo.
Para Correa Luna, la vida sexual activa de una persona que ha sido víctima de este tipo de abusos se verá afectada. En el caso del niño, como no hay vida sexual activa no tiene nada que ver  en el momento, pero en el futuro serán personas con muchos problemas.  Los casos de violencia sexual más frecuentes siempre se relacionan con los genitales. En la violencia sexual, el agresor siempre va hacia el cuerpo de la persona y el área de los genitales, porque esa es la condición del agresor sexual.
Reflexión
El núcleo educativo es muy importante, la escuela y el colegio son y deberían de ser el entorno inicial para la educación, y no solo a los estudiantes sino a los padres de familia para que entiendan lo importante que niños y niñas aprendan a detectar un agresor. El padre y la madre deben estar pendientes ante situaciones extrañas, observar el entorno del hogar, porque muchas veces el violador vive cerca de la víctima.
Algo importante a tener en cuenta es que siempre es tiempo de denunciar y de buscar ayuda y la posibilidad de replantearse un proyecto de vida siempre estará presente.

Enseñemos a prevenir el abuso sexual infantil.



Pautas que podrás practicar con tus hermanos y hermanas pequeñas o tus futuros hijos e hijas.
  1. Educar a los niños y niñas con autoestima. Si le dices "callate que no sabés nada", o "sos un inútil" disminuye su autoestima. Si hay dialogo, se escucha a los pequeños y se los tiene en cuenta, y si se equivocan se les dice , "bueno, la próxima vez te saldrá mejor", aumenta su confianza y su autoestima.
  2. Evitar cualquier agresión física, tirones de pelo, cachetadas.
  3.  El golpe no educa nunca. Sí lo hace el diálogo y los límites pacíficos.
  4. Ayudarlos a manejar el concepto de derecho: Tu cuerpo es tuyo y nadie lo puede tocar sin tu permiso. 
  5.                                                                               Respetar el NO de los niños.
  6. Ayudarlos a reconocer las partes íntimas del cuerpo para que sepan nombrarlas igual que la nariz , orejas, etc.
  7. Ayudarlos a reconocer caricias de manoseos.
  8. Nunca reprenderlos si nos cuentan cosas, pues asi aprenden que pueden confiar en nosotros y que hay secretos que no deben guardarse (los que nos hacen sentir mal)