domingo, 20 de noviembre de 2016

19 DE NOVIEMBRE, DÍA MUNDIAL PARA LA PREVENCIÓN DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL



Insta CNDH a proteger a niñas, niños y adolescentes del abuso sexual Se estima que en México 62 por ciento de las niñas y niños han sufrido maltrato en algún momento de su vida, 10.1 por ciento de los estudiantes han padecido algún tipo de agresión física en la escuela, 5.5 por ciento ha sido víctima de violencia sexual y 16.6 por ciento de violencia emocional. Redacción Sábado 19 de Noviembre de 2016 A- A A+ Al precisar que el respeto por los derechos humanos de las niñas, niños y adolescentes es uno de los retos urgentes para el Estado, las instituciones y cada una de las personas que conformamos la sociedad, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) consideró como impostergable la protección efectiva de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes en situación de abuso sexual. A través de un comunicado, afirmó que el abuso sexual es una problemática que diariamente afecta a cientos de niñas, niños y adolescentes en todo mundo y se recrudece por la falta de mecanismos adecuados de protección de las víctimas y de castigo a los agresores, por ello debemos intensificar los esfuerzos a fin de detener el abuso hacia la infancia y adolescencia. 

El artículo 19 de la Convención de los Derechos del Niño reconoce como obligación del Estado la protección de todas las niñas y niños de cualquier forma de violencia o maltrato, incluso cuando esto sea realizado por padres, madres o cualquiera que deba velar por la infancia. De acuerdo a la UNICEF en 2012 en América Latina, 6 millones de niñas, niños y adolescentes recibieron sistemáticamente “agresiones severas” y unos 80 mil mueren cada año por la violencia generada al interior de las familias. En el año 2015 habitaban 39.2 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años, es decir, uno de cada tres residentes en nuestro país correspondía a una persona menor de 18 años; del total 6 de cada 10 niños sufren maltrato infantil. (Foto: Cuartoscuro) Los expertos consideran que el maltrato, abuso infantil o cualquier acción, ya sea física, sexual, emocional u omisión no accidental en el trato hacia ese grupo vulnerable de parte de padres o cuidadores, les ocasiona daño físico o psicológico y amenaza su desarrollo tanto físico como psicológico. Refiere además que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, señala que en el año 2015 habitaban 39.2 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años, es decir, uno de cada tres residentes en nuestro país correspondía a una persona menor de 18 años; del total 6 de cada 10 niños sufren maltrato infantil. 

De acuerdo con las cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se estima que en México 62 por ciento de las niñas y niños han sufrido maltrato en algún momento de su vida, 10.1 por ciento de los estudiantes han padecido algún tipo de agresión física en la escuela, 5.5 por ciento ha sido víctima de violencia sexual y 16.6 por ciento de violencia emocional. Con base en los datos de INEGI, UNICEF y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), se calcula que en el país, hasta 20 mil niñas, niños y adolescentes son sometidos a esclavitud sexual; sin embargo, otras fuentes indican que esta cifra llega a 70 mil. De acuerdo con las estadísticas recabadas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 40 por ciento de las víctimas de trata en México son personas menores de 18 años, muchas de ellas sometidas a explotación sexual, frente a 42por ciento de víctimas adultas; el 18 por ciento restante, no se especificó su edad. 

Es fundamental, urgió, hacer un llamado a la sociedad a no seguir aceptando los abusos contra la niñez de forma “culturalmente naturalizada”, que responden a un modelo de crianza agresivo y excesivo, donde los castigos físicos son tolerados e incluso justificados como parte de un supuesto método educativo o costumbres. Para la Comisión Nacional de los Derechos Humanos es fundamental prevenir el abuso y desterrar las prácticas nocivas contra víctimas menores de edad a través de una respuesta integral para erradicar la explotación sexual comercial de menores de edad, que incluya: sistemas de prevención con participación de familias y comunidades, se fortalezca la protección legal de niñas, niños y adolescentes contra la explotación sexual comercial. Asimismo, la CNDH insta al Estado mexicano a que realice un análisis y una revisión del grado de cumplimiento que ha tenido en relación con lo dispuesto en la Convención sobre los Derechos del Niño, el Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil y el Protocolo Facultativo de la Convención de los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía, y el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños, así como la Convención Interamericana sobre el Tráfico Internacional de Menores, para que se tomen las medidas necesarias a favor de la prevención del abuso sexual infantil en México. 


También es fundamental, consideró, que se realice un análisis y una revisión profunda sobre el grado de cumplimiento de los compromisos acordados en los Congresos Mundiales sobre Explotación Sexual Comercial de Niñas, Niños y Adolescentes, realizados en las ciudades de Estocolmo en 1998, en Yokohama en 2001 y Río de Janeiro en 2008, así como sus procesos preparatorios, ya que su realización no solamente ha servido para poner el tema en la agenda pública a nivel internacional y nacional, sino porque han sido la guía para importantes plataformas internacionales y para fortalecer la cooperación internacional sobre este flagelo.

Este texto ha sido publicado en el sitio Cambio de Michoacán, en la dirección http://www.cambiodemichoacan.com.mx/nota-n14006
Si lo cita por favor cite la fuente, manteniendo un enlace a la información original. Derechos Reservados, Sociedad Editora de Michoacán S.A. de C.V.

El abuso sexual infantil analizado por una experta


Cristina Burneo Salazar es catedrática en la Universidad Andina Simón Bolívar y activista por los derechos de la mujer y los niños. Hoy, que se conmemora el Día Mundial contra el Abuso Infantil y en Guayaquil se desarrolla la marcha Ecuador dice no más, ella analiza este tema.
¿Qué es el acoso a las mujeres?
El acoso sexual es cualquier tipo de avance no deseado sobre una persona. Históricamente, son las mujeres las que más lo han sufrido, la historia no es simétrica. El acoso puede ser en el espacio público, el trabajo, la familia. Solicitarme cualquier cosa que yo no desee es acoso. Puede ser físico, como tocar sin consentimiento el cuerpo de otra persona; verbal, si alguien me dice algo sobre mi conducta sexual o mi cuerpo, gestos.

¿Se ha hecho lo suficiente en el Ecuador para evitar el acoso a las mujeres?
Si hay hombres que se sienten protegidos por la sociedad para acosar sexualmente, es obvio que no se ha hecho lo suficiente. Si un presidente de la república puede hablar del largo de las faldas de las funcionarias, si en la calle seguimos siendo intimidadas, si las mujeres que tienen que salir a trabajar la tierra se ven expuestas todo el tiempo, la respuesta es evidente.

Con respecto a los niños, ¿cómo se da el abuso sexual infantil?
La relación de un niño con un joven o adulto es siempre desigual, puede ser de control o poder. Cualquier contacto donde se usa a un niño para obtener placer sexual es abuso, y a veces ni siquiera hay contacto: puede haber proposiciones, engaños y esto muchas veces sucede en la familia, que para muchos niños no es el lugar más seguro.

¿Cómo se protege en el país y el mundo a los niños?
Con leyes. La protección infantil integral, como la denominamos aquí, debe estar legislada. Pero falta proteger a la niñez educándola de manera laica, enseñándole autonomía más que obediencia, dándole criterios claros y científicos para su integridad, su sexualidad, su afectividad. Eso también es proteger: educar laica y libremente.

¿Cuáles son las penas para el abusador? ¿Son justas?
En el COIP hay reclusión mayor especial de 16 hasta 25 años. ¿Cómo le puedo responder si eso es justo o no? El Estado punitivo que se concentra en castigar no se preocupa por la erradicación de la violencia, que es lo que necesitamos. Un agresor 25 años en la cárcel no le devuelve su vida, su seguridad a los niños, a las mujeres. Hay que legislar, pero pensamos solo en el Estado y en castigar, no en lo que la sociedad también hace y deja de hacer, en lo que usted y yo hacemos para que la sanción no sea la única solución.

¿Cómo prevenir el abuso infantil?
Lo que hacen nuestras madres y padres si tenemos suerte, que es enseñarnos esto: “Mi cuerpo es mío, nadie me puede tocar”. Hay que enseñar a los niños que sus partes íntimas son las que están cubiertas por el traje de baño, por ejemplo: nadie puede tocar mi pene ni mi vagina. Los niños deben aprender a distinguir las caricias, de quién vienen, tienen que saber que no todos los adultos son “buenos” y que en su propia familia puede haber gente con quien no deben estar solos.

¿Qué hacer y no hacer si se descubre que un hijo o una hija ha sido abusada?
Jamás dudar de su palabra, antes que nada. También hay que conocer los indicios: una niña o un niño retraídos, ansiosos, alerta, con comportamiento sexual inusual o que se masturban compulsivamente pueden haber sufrido abuso. Los primeros momentos son muy críticos: hay que darles seguridad, reconfortarlos, luego asegurar su protección, alejar al agresor, proceder a la denuncia, acudir a expertas en lo posible, para terapia.

¿Es ágil o hay muchos protocolos en el sistema judicial ecuatoriano para atender estos casos?
No creo que ninguno de los protocolos que tenemos sean ágiles, pero sobre todo no son humanos ni respetuosos. La inoperancia, la lentitud y la cantidad de trámites que hay que hacer terminan por ser otro tipo de violencia. Si voy a denunciar con mi hija pequeña y le preguntan qué le dijo al agresor para que la tocara, hacemos lo que se llama “re-victimizar”, otra vez lastimar a una persona que ya ha sido violentada. (I)