martes, 10 de agosto de 2010

El coraje de sanar

El coraje de sanar
Elizeth J. Laguna Noguera*

Me abre una ventana y mi mente viaja a través del tiempo y el espacio, puedo ver una isla del tesoro, o escapar sobre un dragón. Abro los ojos, paso la página y la historia continúa hasta que el libro acaba.

Es por esto que soy adicta a los libros por el viaje que me permite escapar un rato de la realidad. En lo peor de mis crisis llegué a leer de 3 a 4 libros por semana. Aún hoy no puedo estar sin un libro cerca, aunque no lo lea.

Puedo leer cualquier libro, sobre cualquier tema. Pero hubo uno que desde la primera palabra me dio dolor de cabeza: “El Coraje de Sanar”, de Ellen Bass y Laura Davis.

La primera vez que lo intenté leer fue en junio de 2007, lo dejé porque mi terapeuta estaba usándolo para acompañarme en mi proceso y yo creía que si lo leía iba a interferir en las sesiones. Ahora entiendo que ésta ha sido la explicación equivocada que me he dado para negarme a aguantar tanto dolor.

En mi diario de ese tiempo hay una frase que dice: “Vivir bien significa disfrutar de una sensación de salud e integridad, satisfacción en la vida y el trabajo, verdadero amor y confianza en las relaciones, placer en el cuerpo”. Y escribí: ¿Qué demonios es toda esa palabrería?

Odié cada palabra, las consideré una afrenta personal, no entendía porque tenía que vivir, no confiaba en nada ni nadie, estaba aislada de todos mis conocidos (familia, amigas, compañeras), estaba enferma y no sentía nada más que desolación.

Cuando recordé el abuso y comprendí el nivel de daño que éste causo a mí vida, entre en una crisis tan fuerte que durante más de un año no vi un día gris, todos eran negros.

Por más que las personas me dijeran: todo va a mejorar, las crisis son parte natural del proceso de curación y algún día acabaran, por muy difícil y doloroso que sea el periodo es mejor vivirlo porque es una crisis menos en el camino. Yo en lo único que pensaba era que ellas no tenían ni idea de lo sucia, vacía y ultrajada que me sentía, del dolor tan grande que me desgarraba por dentro y que me negaba a dejarlo salir por miedo a sentirlo, de que me había quedado sin nada y muy sola, estaba desorientada y ya no sabía quién era yo, mi vida se reducía a una sola cosa: traición.

La segunda vez que hojee el libro, leí algunos temas y sólo los testimonios de las sobrevivientes. Esto me ayudo a saber que no estaba sola, que no me estaba volviendo loca, existían otras mujeres en el mundo que pasaron, pasaban y pasaran por lo mismo que yo. Porque mientras la sociedad no se limpie del abuso sexual a menores siempre habrá sobrevivientes.

Pero después dejé la terapia, sentía que ya no podía más y que era mejor dejar mi vida como estaba. Me equivoqué mucho al negarme el derecho de sanar ya que mi vida en ese tiempo fue peor que antes.

La tercera vez lo leí completo, esta vez me dio el empuje que necesitaba, entendí que yo también podía sanar, que “la curación en profundidad no se produce si no se escoge conscientemente”. Estaba cansada de sobrevivir sin motivación ni sentido, por fin encontré lo que buscaba y tenía en el fondo de mí ser las ganas de “vivir bien” y las fuerzas para lograrlo.

Nuevamente busqué ayuda consciente de que era la decisión más importante de mi vida, cambiaria por completo mis pensamientos y sentimientos, dolería más que cualquier dolor físico que pudiera provocarme. Hoy siento que esa decisión valió la pena, aun hay días negros pero en su mayoría hoy los días son maravillosos, porque respiro, siento y vivo.

Este libro tan especial lo podés encontrar en las organizaciones de mujeres y en Aguas Bravas, para mí se ha hecho indispensable en el proceso de sanación.

Sé que hay muchas personas que por razones económicas o por no tener el hábito de la lectura no tienen acceso a este fantástico libro que es tan importante para el proceso de cualquier sobreviviente. Estoy leyendo por cuarta vez el Coraje de Sanar, no quiero hacerlo sola, trataré de escribir un artículo por tema, desde mi percepción y experiencia y con el permiso de las autoras. Te invito a acompañarme y dejarte acompañar de mí. Así no estaremos solas en el camino hacia VIVIR BIEN.

elizjoan85@hotmail.es  mailto:aguasbravas_nicaragua@yahoo.com%20hablemosde.abusosexual@gmail.com

La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices.

Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la ÚNICA.

Albert Einstein