Este miércoles 13 de diciembre se produjo un hito histórico en la lucha contra el abuso sexual de niños y niñas en los países del Sudeste asiático, zona donde abunda y se consiente la prostitución de menores. El hito, porque así cabe calificarlo, fue la retención de un pederasta con antecedentes en el aeropuerto de Sidney, prohibiéndole viajar a su destino en el extranjero y dejando sin validez su pasaporte.
La medida fue tomada al haber entrado en vigor, ese mismo día, la nueva legislación australiana sobre restricción de viajes al exterior del país de pederastas con antecedentes, para evitar así su reincidencia en países que no hacen seguimiento del abuso sexual de menores. Ha sido el primer caso de una legislación novedosa a nivel mundial, que incluye la anulación de pasaportes y restringe a los pederastas con antecedentes la posibilidad de delinquir sin castigo más allá de las fronteras de su país.
En Australia existe un registro de este tipo de delincuentes, los pederastas con antecedentes por abuso de menores, en el que constan unos 20.000 individuos y en el que anualmente ingresan unos 2.500 nuevos pederastas condenados. De esos 20.000 unos 3.200 están considerados peligrosos y tienen totalmente prohibido viajar al extranjero. Del resto, aquellos considerados menos peligrosos y presuntamente rehabilitados, podrán solicitar la renovación de sus pasaportes y viajar con autorización tras una declaración previa del destino y de los motivos del viaje.
Las autoridades de Australia calculan que cada año unos 800 pederastas del país con antecedentes han estado viajando al extranjero, y unos 320 de ellos con la intención de abusar de menores, sin conocimiento de las agencias gubernamentales que combaten la pedofilia y pederastia. Los viajes preferidos y elegidos por estos reincidentes han sido, generalmente, a destinos turísticos cercanos, baratos y en los que no se hace seguimiento del abuso de menores.