lunes, 29 de julio de 2019

Los aberrantes casos de abuso en un hogar infantil en Reino Unido



Durante décadas, los jóvenes de un hogar de niños en Reino Unido fueron sometidos a un régimen de abuso sexual y físico. Tanto niños como niñas eran espiados mientras se bañaban y vestían, y soportaban agresiones sexuales en sus propias camas.

Laura* fue una de esas niñas. Como testigo en la Investigación Independiente sobre Abuso Sexual Infantil (IICSA, por sus siglas en inglés), la mujer conversó con la BBC acerca del tiempo que pasó en el Hogar Comunitario de Beechwood, célebre por los actos infames que ocurrieron allí.Un día que Laura volvía a casa después de la escuela encontró sus maletas empacadas y una trabajadora social esperándola.
Sintiéndose “totalmente abandonada” y “absolutamente desconsolada”, la llevaron a Enderleigh, una de las cuatro unidades que conforman el hogar de niños Beechwood, a las afueras del centro de Nottingham, Inglaterra. Aunque solo estuvo allí unas semanas, Laura se convirtió en una de las muchas residentes que sufrieron abusos sexuales.

Ahora, a sus 50 años, cuenta su historia con la esperanza de que ayude a otras víctimas de abuso dentro del sistema de atención social, y se destaque su lucha para que se haga justicia.
Laura, quien creció en Nottinghamshire sintiendo que su familia no la quería, recuerda vívidamente haber llegado a Beechwood poco antes de cumplir 15 años.
“Me trajo una trabajadora social. Desde fuera me pareció una casa encantadora“, dice. “Era un lugar grande, tenía un balcón de balaustrada alrededor del piso de arriba, se veía muy bonito, un poco colonial, con árboles y flores en el exterior.
“Tan pronto como entrabas, el ambiente cambiaba. Era un lugar horrible. Las puertas que se abrían hacia la balaustrada estaban tapiadas, las camas eran metálicas y horribles, no había nada que fuera suave o acogedor”.
“Era casi como un cuartel del ejército: solo paredes sin nada en ellas”.

“Abandonados a su suerte”

Beechwood abrió por primera vez en noviembre de 1967, y en 1976 ya tenía cuatro edificios.
Tenía la reputación de ser un hogar para niños criminales y, en algunos reportes, los trabajadores se refieren al aspecto “espantoso y miserable” de los edificios.




Su estado era tan deplorable que una psicóloga que visitó el lugar se preguntó: “¿Cómo es posible que pongamos a los jóvenes en condiciones tan atroces?”
El nivel de “cuidado” que se ofrecía en Beechwood era igualmente espantoso: los niños eran arrastrados por sus cabellos a través de las habitaciones y desnudados, para evitar que se fueran. También los obligaban a pelearse entre ellos.
Un residente dijo que el personal lo obligó a participar en competencias de masturbación, mientras que otra aseguró que fue visitada y violada por el mismo hombre que la había maltratado antes de ser llevada al asilo.
Algunos también describieron haber sido violados por trabajadores del centro y castigados por delatar el abuso.
Cuando Beechwood cerró definitivamente, casi 40 años después, cientos de niños habían pasado por ahí y muchos quedaron traumatizados de por vida.
La rutina diaria era aburrida, dice Laura. Los residentes estaban mayormente abandonados a su suerte.
“Aunque era una escuela, no había educación”, cuenta. “Después de la escuela, nos llevaban agarrados de vuelta a casa a la hora del almuerzo.



“El almuerzo era en una sala grande; nos sentábamos allí y comíamos lo que fuera que hubieran servido, lo cual nunca era muy apetecible, solo comida pesada y simple. Después del almuerzo, por fin encontrabas algo que hacer.
“Traté de hacer un poco de caligrafía, solo por tener algo que hacer, porque no había nada en la sala de actividades. Había un tocadiscos con una docena de discos y una mesa de ping pong, pero eso era básicamente todo lo que había en el lugar. Horrible”.
“Era muy anticuado: teníamos esas bañeras de hierro fundido que estaban congelados o hirviendo. No había puertas en los baños, por lo que cualquiera que pasara podría ver lo que estuvieras haciendo allí”.
“Parece extraño, pero incluso olía a viejo; era húmedo y rancio”.

“Cállate, no te voy a hacer daño”

Según Laura, sus primeros encuentros con John Dent, un trabajador social residente, fueron inicialmente positivos. Ahora ella tiene claro que eso era solo parte de un proceso de seducción. La primera vez que Dent la agredió sexualmente fue el día de la final del torneo de fútbol de Inglaterra.
“Me dijo que si quería llamar a mi novio, podía usar el teléfono en la oficina. Fue y compró cigarrillos y cervezas. Y, ya sabes, me estaba permitiendo tomar un poco y estaba siendo muy amable”, recuerda.
“Más tarde, llegó al dormitorio en medio de la noche, y esta fue la primera ocasión en que me desperté con él encima de mí. Puso su boca sobre la mía y me dijo: ‘No te voy a hacer daño. Por favor, cállate, no te voy a hacer daño”.



“Estaba rígida… dije ‘no’, y cuando me di cuenta de que podía sentir su pene erecto frotándose contra mí, me sentí muy asustada”.
Laura dice que “no podía creer lo que había pasado” con Dent, pero no sabía cómo denunciarlo.
“No tenía a quién contarle, no tenía con quién hablar. Sentí que la gente pensaría que era una adolescente rebelde inventando excusas, que como estaba en un asilo lo que quería era salir”.
Lejos de su familia, Laura estaba en una posición muy vulnerable, una que Dent aprovechó fácilmente. Después de que su compañera de cuarto se mudó, ella estaba sola todas las noches.
“En cada oportunidad que tenía, venía al dormitorio”, dijo Laura cuando brindó su testimonio para la investigación.
A pesar de resistirse a los abusos de Dent, Laura temía desafiar su autoridad e informar sobre lo que estaba haciendo, por miedo a que él la mantuviera en Beechwood. “Siempre solía decirme: ‘yo soy quien decide si te vas a casa al final de este semestre’. Lo dejó muy, muy claro en muchas ocasiones”.

“Todavía tengo miedo”

Laura se fue de Beechwood semanas más tarde, pero las cicatrices de su corta estadía han perdurado. Se sintió “horrible” durante años.
Después de dos décadas de mantener en secreto el abuso, cuando su hija alcanzó la misma edad que tenía cuando fue admitida en el hogar infantil, era demasiado difícil seguir guardando el tema.
“Conversé con mi hija e intenté explicarle todo lo que sucedió, de una manera equilibrada”, dijo Laura.
“Pensé que había hecho bien en contarle, pensé que ya yo estaba bastante adulta para manejarlo, pero cuando le expliqué lo ocurrido, al verla bajar las escaleras recordé todo lo sucedido. Sentí que tenía que hacer algo al respecto”.

John Dent

John Dent fue encarcelado en 2001, luego de ser declarado culpable de abusar sexualmente de varios niños.

Años más tarde, Laura supo cómo su hija se inspiró en la manera en que su madre se sobrepuso a su terrible experiencia.
“Descubrí que había tenido que hacer un ensayo en la escuela”, dijo. “Los alumnos tenían que escribir sobre gente que admiraban, así que escribieron sobre celebridades, la princesa Diana, gente así. Ella escribió sobre mí. Contó todo lo que me había pasado y dijo que estaba muy orgullosa de mí“.
“Ella quería estar presente para apoyarme en cada paso del tribunal, hasta el punto de que Dent se fijó en ella una vez, y se quedó muy sorprendido porque se parecía mucho a mí cuando yo tenía esa edad”.
Laura contó que la policía la trató con empatía, cuando acudió a ellos para finalmente iniciar una investigación sobre los abusos de Dent.
El caso llegó a juicio pero, al tratarse en esencia de la palabra de uno contra el otro, Dent fue absuelto, algo que sucede comúnmente entre aquellos que alegan abuso contra figuras de autoridad.
Sin embargo, después de que presentó su denuncia (fue la primera persona en hacerlo) otros la siguieron. En un segundo juicio, el hombre fue condenado por delitos sexuales contra niños, incluidos los cometidos en Beechwood.
Dent recibió una sentencia de prisión de siete años, aunque para Laura “fue bastante poco”. Casi dos décadas después de ser encarcelado, ella dijo que aún sufría la terrible experiencia del proceso judicial.
“Todavía tengo miedo. Me da mucho miedo que un día haga algo en mi contra, porque si no hubiera sido por mí, no habría ido a la cárcel. Y ahora todo ha comenzado de nuevo con esta investigación.

Las disculpas no son suficientes

Un punto de apoyo crucial para Laura ha sido el Grupo de Sobrevivientes de Abuso Sexual Infantil de Nottingham. Con su ayuda, encontró la fuerza para hablar con otras víctimas.
“Ha sido un salvavidas absoluto para mí”, dijo. “Al hablar con personas que han estado en y alrededor del mismo grupo de hogares en Nottinghamshire, podemos aprender unos de otros. Las personas hablan con franqueza sobre lo que les sucedió, cómo han lidiado con eso o cómo afectó a sus familias”.

Beechwood.
El panel de la investigación recibió múltiples testimonios sobre los abusos contra niños y jóvenes en Beechwood.

“El hecho de que somos tantos te hace sentir que no estás volviéndote loca, y cuando me entero de lo que les pasó a algunos de los otros, siento que tuve mucha, mucha suerte”.
La presentación de evidencia para la investigación de los casos relacionados con Nottinghamshire han finalizado, y el panel de IICSA ahora escribirá un informe sobre las fallas del sistema de atención.
Con decenas de miles de páginas que documentan décadas de abusos en Beechwood, el informe no se espera hasta más entrado el verano. Una investigación más amplia está programada para 2020.
Antes de que el panel de investigadores hubiera escuchado los testimonios de las víctimas, la avalancha de disculpas ya había comenzado.
El Consejo del condado de Nottinghamshire hizo su mea culpa en enero de 2018, a través de Colin Pettigrew, su director de servicios para niños.
El Consejo de la Ciudad de Nottingham (al cual los investigadores escucharon decir que se disculparían “cuando haya algo por lo que pedir disculpas”, en una reunión el año pasado), ofreció algunas palabras de arrepentimiento dos semanas antes de que comenzaran las audiencias.
Durante la investigación, el titular de la cartera para servicios infantiles, David Mellen, ahora líder del consejo municipal, repitió las palabras de arrepentimiento del consejo y agregó: “Deberíamos habernos disculpado antes”.
Para muchos, sin embargo, estas disculpas no fueron suficientes.
Laura, que fue diagnosticada con Trastorno de Estrés Postraumático en 2004, dijo: “Mi educación se arruinó y pasé toda mi vida sufriendo de depresión.

Dos jóvenes en una habitación de Beechwood .
Los antiguos residentes de Beechwood le contaron a los investigadores sobre su experiencia en la casa de acogida.

“Me veo de vuelta en aquella habitación. Puedo verla tan claramente, la habitación con las camas de barandas metálicas y las barras en las ventanas. Y sucede cuando algo me lo recuerda: una canción en la radio o una película que era muy popular en ese momento. La final de copa de fútbol me trae esos recuerdos todos los años”.
Laura se siente enojada por el hecho de que el abuso del que ella y muchos otros fueron víctimas, pudo haberse evitado si hubieran escuchado a los niños.
Ella, al igual que otros sobrevivientes, ha pedido que se brinde una capacitación obligatoria a la policía para tratar con las víctimas de abuso y que un organismo independiente se ocupe de los registros de abusos en el sistema de servicios sociales, para garantizar que no sean destruidos.
También solicitó la rendición de cuentas en los consejos responsables de Beechwood y en todos los otros hogares de niños y orfanatos donde ocurrió el abuso.
“Se trata de abuso a una escala enorme”, dijo Laura.
“No puedo creer la maldad que ocurrió en esos lugares. Realmente no puedo”.
Con información de BBC Mundo

El terror alcanzó la niñez en México: tienen 10 años y son obligadas a convertirse en madres

El 60 por ciento de los casos los agresores resultan ser familiares o personas conocidas (FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM)

Cada día nos enfrentamos a historias de niñas sobrevivientes de violencia sexual que reflejan las mismas injusticias y los mismos abusos que ha vivido Sara.



 En más de 20 ocasiones violó a una niña de 10 años; pasará más de 200 años en prisión

En México, las estadísticas son alarmantes. Según el Subsistema de Información de Nacimientos (SINAC), durante 2018 se registraron en todo el país casos de 50 menores de sólo 10 años que se convirtieron en madres y un total de 10,298 niñas de entre 11 y 14 años, que también dieron a luz.

Estos casos comprueban el fallido sistema de salud, en específico la Norma 046 y la Ley General de Víctimas, que establecen que las personas que sufren violencia sexual deben recibir la Interrupción Legal del Embarazo.


Rebeca Loera, abogada del Grupo de Información en Reproducción Elegida, dijo en entrevista para Animal Político, que las niñas embarazadas se encuentran en esa situación porque fueron violadas, ya que a esas edades no puede afirmarse que hubo consentimiento.

"Asumimos que son embarazos producto de violencia sexual. Entonces, una primera conclusión que podemos sacar de estos partos es que no se les dio acceso a estos derechos que están reconocidos", señaló.

El pasado 7 de julio, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora sentenció a 203 años de prisión a Rodrigo "N", quien abusó de una familiar que tenía tan sólo 10 años. La situación comenzó desde 2016, cuando los padres de la menor depositaron su confianza en él y le pidieron que cuidara a su hija cuando éstos salían a trabajar.

Otro caso que ilustra las cifras del SINAC, es el de Jimena, una niña de Xalapa, Veracruz, quien fue víctima de una violación y quedó embarazada. Aunque la Fiscalía veracruzana cumplió con los trámites correspondientes para que se aplicara la Interrupción Legal del Embarazo en un plazo de 24 horas, la Secretaría de Salud decidió no practicarle un aborto por que el desarrollo del embarazo superaba los 90 días que establece el Código Penal de Veracruz.

Padres de familia del colegio Montessori Matatena se manifestaron para exigir detengan a los presuntos responsables del abuso sexual infantil del colegio (FOTO: SAÚL LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM)
Padres de familia del colegio Montessori Matatena se manifestaron para exigir detengan a los presuntos responsables del abuso sexual infantil del colegio (FOTO: SAÚL LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM)
Pese a que las autoridades estaban conscientes del riesgo para la niña, no  podían asumir la atención que solicitaron ella y su madre.

La asociación civil Equifonía advirtió que el parto de una niña es más riesgoso que practicarle un legrado.

La Norma 046 garantiza el acceso a la interrupción de embarazo a las mujeres que lo soliciten, incluso, si ya tienen 12 años basta que se presente un escrito solicitando el servicio. En la norma también existe la figura conocida como "objetor de conciencia", que son aquellos médicos que no quieren participar en los abortos.

Sin embargo, todas las clínicas públicas deberán contar con doctores y enfermeras capacitados y no "objetores de conciencia" que puedan presta el servicio de manera oportuna y adecuada.

El de Jimena no es caso aislado, sino una situación generalizada en todo el país. Actualmente, las mujeres enfrentan dos obstáculos para que el sistema de Salud cumpla sus derechos: por un lado el desconocimiento de las leyes vigentes y por otro, los prejuicios del personal de salud. 

Herramientas y cooperación policial y judicial contra el abuso sexual infantil



El proyecto Forensic Against Sexual Explotation of Children está cofinanciado por el Fondo de Seguridad Interior de la Unión Europea, comenzó en enero y su duración prevista es hasta diciembre de 2020. Financia proyectos en el área del cibercrimen y abuso sexual infantil, con especial atención a la identificación de víctimas y turismo sexual infantil. Se centra en desarrollar la capacidad y la experiencia de las autoridades judiciales y policiales, con la creación de herramientas de investigación y forenses para luchar contra el cifrado por parte de los delincuentes y su impacto en las investigaciones.
Además prevé la cooperación transfronteriza entre autoridades judiciales y policiales para facilitar el acceso rápido a evidencias o inteligencia incautada; y establecer mecanismos de cooperación público-privada. El nuevo proyecto prevé mejorar las capacidades de la herramienta forense 4NSEEK, iniciada bajo el proyecto europeo Asasec y desarrollada en colaboración con la Universidad de León; que actualmente utilizan las fuerzas de seguridad españolas para recopilar evidencias digitales relacionadas con el abuso sexual infantil. Y prevé dotar de esta herramienta de forma gratuita a todas las f

Se registran casi 4 denuncias por día de abuso sexual infantil



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Paola Alé
Según un informe difundido por el ministerio de Salud de Mendoza, en el 2018 se registraron 1.411 casos de abuso sexual y maltrato infantil.  Lo que significa casi cuatro denuncias por día.

Igualmente la cantidad de abusos denunciados disminuyó comparado al 2017 cuando hubo 1.548 casos. Lo que significa que en 2018 se registraron 137 casos menos.

 La ministra de Salud, Desarrollo Social y Deportes, Elisabeth Crescitelli, junto al subsecretario de Salud, Óscar Sagas, fueron los encargados de presentar el informe del Programa Provincial de Maltrato Infantil.


Para los funcionarios, esta leve mejora en las cifras de abuso sexual, tiene que ver con un abordaje interdisciplinario de los diferentes conflictos en el ámbito familiar de los chicos, con la puesta en marcha de la Educación Sexual Integral, y con la atención las 24 horas y los 365 días del año del número gratuito para asesoramiento y denuncias (Línea 102). Esta antes atendía de lunes a viernes, de 8 a 20.

Se incrementaron los casos de maltrato físico
La directora del Programa Provincial de Maltrato Infantil, Silvina Mollo, explicó:

"Lo que hemos logrado es poder llegar a tiempo, incluso antes de que sucedan las situaciones de abuso sexual. el dato es que trabajamos con 1,7 puntos menos de casos de abuso, comparando el 2017 con el 2018"

Silvina Mollo Directora del Programa Provincial de Maltrato Infantil

Pero también es cierto, y las estadísticas así lo demuestran, que los casos de maltrato físico a niños, niñas y adolescentes, se incrementaron. Pasaron de 2.063 en 2017, pasaron a 2.245, en 2018, esto es 182 casos más.

En tanto, el maltrato psicológico y las situaciones de negligencia, descendieron. En 2017, las agresiones psíquicas a los más pequeños, fueron 2.283 y en 2018, 2.151. Mientras, los casos de falta de cuidados, pasaron de 1.148 en 2.017 a 982 en 2018.

Esta es la primera vez que el Programa Provincial de Maltrato Infantil realizó una investigación cuantitativa de las situaciones que abordan. En el 2018 se atendieron más de 14 mil casos de los cuales el 60% eran niños, niñas y adolescentes de 5 a 14 años

Colectivos y familias zaragozanas contra el abuso sexual infantil

Colectivos y familias zaragozanas contra el abuso sexual infantil
Manifestación del pasado 8M en Zaragoza. Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

Los grupos 8M, Petra Aragón, y diversas familias zaragozanas, han emitido un comunicado en el que muestran su repulsa y preocupación tras varias recientes noticias sobre abusos infantiles. Se refieren a la reciente detención del gerente de una empresa de extraescolares por posesión de material pedófilo; la niña de 6 años entregada en A Coruña a su padre, a quien denunció por abuso sexual, y otra menor obligada a convivir con un padre acusado de abusar de ella en la provincia de Zaragoza. “Estos hechos nos provocan una profunda repulsa y nos lleva a cuestionar el sistema en el que crecen nuestros más pequeños”, denuncian en el comunicado.

Desde estas agrupaciones, se exige más responsabilidad y mayor rigor en la selección de los profesionales que se encuentran en contacto con la infancia. Asimismo, reivindican la necesidad de aumentar las medidas de prevención desde los centros educativos para dotar a los niños y niñas de herramientas para reconocer y actuar en situaciones de abuso. “El abuso infantil y en el entorno próximo es doblemente traumático puesto que los niños y niñas confían en sus cuidadores: son sus acompañantes en un proceso vital de crecimiento y aprendizaje”. Para poner fin a este grave problema, no tienen dudas en afirmar que se necesita una mayor responsabilidad social por parte de las instituciones y organismos gubernamentales y educativos. “Es urgente que tomen medidas al respecto”.

“Todo ello implica dar una mayor visibilidad al problema y fomentar una educación afectivo-sexual de calidad, sin hipocresías. Los niños, niñas y jóvenes necesitan criterios y herramientas a la hora de enfrentarse al mundo y a situaciones de abuso. Estamos hartas de ver cómo se reproducen los mecanismos de esta cultura de violación, donde cada vez el material pornográfico normativo “mainstream” campa a sus anchas. Se fomenta un imaginario violento y misógino, que cosifica a la mujer para el placer del varón cis-hetero. Y es alarmante que a este contenido tengan acceso menores desde los 9 años”, denuncian en el comunicado.

“Una vez más nos plantamos frente al patriarcado que atraviesa todas las esferas de nuestra vida, llegando a lo que más nos importa. Nos paramos contra la sexualización de las niñas a edades cada vez más tempranas, nos paramos frente a los mecanismos que obligan a nuestros hijos e hijas a mantener contacto con sus padres maltratadores en los puntos de encuentro desprotegiendo su integridad física y emocional.  Exigimos medidas educativas que promuevan relaciones sexo-afectivas feministas para hacer frente a la falta de mecanismos de protección a la infancia. Y lo haremos, una vez más, juntas”.

Apología y comercialización de la crueldad



Hace un par de décadas, el psicoanalista argentino Fernando Ulloa sentenciaba: “Convivimos con la crueldad y estamos en connivencia con ella. La crueldad es el fracaso de la ternura. En la sociedad actual es un producto de consumo. Hay una estética de la crueldad en la televisión, en el cine, en los cómics. Y como producto del consumo, está banalizada”.

En el México actual la crueldad no solo se pulsa y palpa en cada hueco de nuestra geografía nacional, ensangrentando -fiel a su origen etimológico- hasta el último confín de nuestra Nación: nos sale al encuentro, a la cita puntual de cada noche, en el horario estelar del principal canal televisivo mexicano, como protagonista fatal de la segunda temporada de la serie “Sin miedo a la verdad”, que más bien debería llamarse “Sin miedo a la crueldad”, porque a sus productores y directivos -por lo visto- les tiene sin cuidado la crítica a su manejo de la violencia y a la apología del delito que realizan.

La pregunta es ¿son los únicos responsables? Trágicamente no. La sociedad mexicana está al límite en muchos sentidos y, ante la hecatómbica crisis del Estado de Derecho que padece, festina cuando al delicuente ella misma castiga, ejerciendo su “derecho a la crueldad”, saciando su coraje y frustración, hasta lograr su muerte. Por eso es tan delicado y reprobable que en los medios de comunicación se distorsionen los valores y se exalten, en cambio, los anti valores. Lejos de fomentar con ello una cultura de respeto y solidaridad, se impulsa una justicia por propia mano, lo que nos regresa a los tiempos primitivos de la venganza privada, solo que remasterizados, porque la sociedad contemporánea está ávida de sangre, gota a gota, sin importarle de quién proceda.

Llegar a la verdad y que se imponga el Ius puniendi del Estado no es ya el fin: solo importa que alguien sea el culpable y pague el daño con crueldad. De ahí lo irresponsable y criminal de que a la sociedad se le envíen mensajes que fomentan, instruyen y encauzan hacia la realización de conductas antisociales. Con tal de ofrecer un producto “original”, la escalada de violencia en los niveles de crudeza con que se desarrollan tramas y muestran imágenes es cada vez mayor y, lo que pretendería ser una denuncia, se convierte en mecanismo potencializador de los índices de agresividad y rencor sociales que hoy asfixian a nuestra sociedad. Lo más grave es que, en vez de lograr sensibilizar a la ciudadanía de los horrores del devenir cotidiano, terminan por “normalizar” una realidad abyecta e insensibilizar a la conciencia social. Por eso mismo, no podemos permitir que se banalice la crueldad ni que se convierta en una moda o modo de vida. Menos aún que se haga una apología o se comercialice con ella, así como tampoco que se pretenda erradicarla presentándola bajo crecientes dosis de crueldad. Esto solo propicia e incita la búsqueda de nuevos umbrales de sadismo y hace que la sociedad se permita no tenerle miedo. 

En el pasado inmediato se cuestionó cómo en países asiáticos y Estados Unidos se bombardeaba a la juventud con una cultura de la violencia. ¿Por qué lo está permitiendo ahora México? La respuesta no es fácil: nos desnuda y confronta.

Está visto que el germen de la crueldad despierta en determinadas condiciones y México es un caldo de cultivo perfecto para ella y, en consecuencia, de la psicopatía. Un elemento clave lo confirma: si algo priva en nuestra Nación, es la impunidad, y de ello se vale el victimario. Los números lo confirman: ocupamos el primer lugar a nivel mundial de abuso sexual infantil y bullying escolar, de mobbing y bossing. Somos líderes igualmente en la tasa de feminicidios, cuya crueldad es cada vez mayor, pero también de crueldad hacia los animales y recordemos que a mayor crueldad hacia dichos seres, mayor crueldad hacia nuestros semejantes. Qué más ejemplos que las peleas de gallos y perros, salvajes torneos de lazo o dantesca fiesta del Kots Kaal Pato. “Festividades” a las que diversos sectores sociales adentran a sus niños desde la más tierna infancia, confirmando la teoría de F. Nietzsche: “sin crueldad no hay fiesta: así lo enseña la más antigua historia de la humanidad”: entre mayor crueldad, mayor alegría.

¿Por qué? Porque la crueldad es control y poder que se ejerce sobre el otro al que se objetiviza y porque su naturaleza es dual: lo mismo produce gozo -como el sexo freudianamente en su fase primitiva- que indiferencia e insensibilidad. De ahí que su antagónico sea, más que la disminución de la compasión en términos de E. Fromm, la piedad, tal y como lo puntualizó H. Arendt, pero de ella estamos siempre más alejados.

Sí, si alguna vez pensamos que la humanidad había escarmentado la crueldad sufrida por las dos guerras mundiales, erramos. Nos hemos sumido en la elementalidad, extraviando el rumbo. ¡Cuánto nos tenemos que educar y sensibilizar para poder alcanzar la verdadera esencia de la humanidad!

Educar y escuchar a los niños son claves para evitar abusos

Delitos sexuales. Aumentan casos de violación y abuso

¿Cómo prevenir? Ante la ola de abusos y denuncias de manoseo que se registran actualmente en la franja infantil y que se detectan principalmente en los servicios sanitarios , el Ministerio de Salud Pública (MSP) insiste en que la clave es enseñar a los menores de edad cuáles son las situaciones de vulneración que podrían derivar en la prevención de casos. Otro aspecto fundamental es escuchar cuando un niño cuenta un hecho de manoseo.
En ese sentido, se difunde una nueva herramienta que usa los colores del semáforo para enseñar a los niños sobre qué zonas no deben ser vulneradas por personas extrañas o familiares. (Ver infografía).
El uso de este recurso sirve para que los niños puedan identificar las agresiones. Además, es necesario trabajar la confianza para que el chico pueda contar inmediatamente apenas ocurra el hecho.
“La voz del niño no debe ser ignorada”, insiste la abogada Claudia Sanabria, directora de Género del MSP. La educación debe empezar desde temprana edad, explica. “Ningún niño dice nomás. Los niños cuentan lo que viven. En ningún caso desacreditar la información”, resalta.
El uso del semáforo “es una de las informaciones para promover la concienciación de las familias acerca de cómo prevenir o, en todo caso, a parte de hablar de prevención, se habla de la misma educación de los niños que hay que abordar desde las más temprana edad”, destaca. A esta herramienta se suman los videos del Libro de Tere y Sebas, un material didáctico, y La regla de Kiko.
Las estadísticas demuestran que la problemática de la violencia sexual infantil está en ascenso, donde las víctimas son menores de 14 años.. El 90% de casos de embarazo adolescente son por abuso, según el MSP.
Métodos. Los pediatras de los servicios de salud pública educan actualmente a los padres para evitar las vulneraciones. Qué no le pueden decir, qué no le pueden tocar y otros aspectos fundamentales para evitar abusos.
En algunos casos, “el agresor ejerce la fuerza para poder acceder al otro. Hay casos en que los abusos empiezan con toqueteos y palabras inapropiadas”, advierte Sanabria. Las familias cuando enseñan a sus hijos a higienizarse, están dando pautas para prevenir abusos, dice. Es decir, aprenden qué zonas no deben ser vulneradas tanto por extraños como algún familiar.
La abogada recomienda desterrar la práctica de insistir a los niños a dar besos en la mejilla a extraños o familiares. “Dale un beso, abrazale. Esas cuestiones se promueven sin dimensionar lo que se está haciendo. Hay que tener conciencia. Cuando se le dice que haga eso contra su voluntad, le está enseñando que su decisión no tiene valor. Eso no es favorable para las situaciones de abuso”, refiere.

Cuando las redes sociales son utilizadas para delinquir

Cuando las redes sociales son utilizadas para actos delictivos

Pedofilia en la red: Cuando las redes sociales son utilizadas para delinquir
por: LIC. CONSTANZA BONELLI

Lamentablemente la pornografía infantil en la web es un aberración que cuenta con gran cantidad de consumidores alrededor del mundo, y Argentina es uno de los países en los que mayor cantidad de usuarios hay.

La pedofilia tiene muchas variables dentro y fuera de internet. Existen numerosas organizaciones alrededor del mundo que intentan frenar este delito pero no resulta nada fácil. Detectar casos de abuso sexual infantil es una tarea difícil principalmente porque los abusadores realizan este delito cuidando ciertos aspectos de la situación para invisibilizarlo.

Cuando las redes sociales son utilizadas para actos delictivos
Dentro y fuera de la red podemos encontrar que el silencio es un eje que nos permite entender lo que sucede en los casos de abuso. El silencio de las víctimas es fundamental para que el abuso se lleve a cabo y se sostenga en el tiempo. Pero no sólo de este silencio depende, también del silencio de la sociedad que no “mira” adecuadamente, que no denuncia lo suficiente, que con su falta de mirada colabora con que este delito siga existiendo y cada vez tenga más seguidores en internet.

La pedofilia no siempre ha sido sancionada fuera de la ley. En la antigüedad estaba bien visto que niños varones de 14 años fueran entregados para satisfacer sexualmente a hombres poderosos de la sociedad, y existe hoy en algunos países la posibilidad de casarse legalmente con niñas menores de edad, incluso muy menores. Por lo que podemos ver que se trata de una cuestión, principalmente, cultural. Pero en la actualidad, en las sociedades occidentales, las relaciones sexuales entre mayores y menores está sancionada y es entendida como una acción claramente perversa.

Otro motivo que hace que esta patología sea tan compleja es que toca deseos inconscientes universales de dominación y poder sobre otros, lo que puede generar que la pedofilia sea un tema menos tratado de lo que debería ser.

Muchas veces los casos de abuso se dan dentro del entorno familiar, por adultos en los que el niño confía y de quien espera cuidados y protección. Frecuentemente suele llevarse a cabo mediante la seducción, lo que garantiza el silencio necesario para realizar el abuso. Así, los niños seducidos de este modo no pueden distinguir que se trata de un abuso, lo que facilita la situación para el abusador.

A lo largo de la historia se estima que la cantidad de abusos sexuales ha sido similar, sin embargo asistimos hoy a un conocimiento cada vez mayor de los casos de abuso sexual a menores. Se trata de un cambio socio-cultural que habilita, desde un pensamiento más libre, la palabra, la denuncia, permitiendo a las víctimas de abuso salir del calvario.

Hace pocas semanas se conoció el caso del pediatra pedófilo del Hospital Garraham. También pueden verse los dos capítulos documentales llamados “Leaving Neverland” en los que dos jóvenes relatan en primera persona una infancia de abusos sexuales recibidos por parte de Michael Jackson. Los casos de abuso en clubes de fútbol y en la Iglesia no son noticia nueva. Sin olvidar las redes de “Trata de blancas” que prostituyen a menores de edad. Casos diferentes pero iguales en el abuso sexual a menores. Cuando digo diferentes me refiero al modo del abuso y a la manera en que la sociedad reacciona a tales situaciones. En algunos casos parece haber una respuesta social inmediata de rechazo y castigo, y en otros puede observarse mayor dificultad para aceptar el delito.

Las víctimas de abuso sexual que han sido seducidas por sus abusadores, cargan con un sentimiento de culpa desde una idea equivocada de haber sido partícipes de la relación sexual con el adulto abusador, de haber disfrutado y provocado las escenas de abuso. Esto los deja en el silencio absoluto, en un secreto, que los mantiene en el lugar de víctimas mucho más allá de la concreción del abuso. Mientras callan sufren las consecuencias patológicas del abuso, que se manifiestan en una cantidad de síntomas diferentes, que les imposibilita una vida saludable.

Es muy frecuente que siendo padres, viendo a sus propios hijos cumplir la edad en que fueron abusados, puedan tener una nueva visión sobre lo que significa ser niño, seducido y abusado. Ultrajado por la invasión de la gratificación de los deseos perversos del abusador que arrasan con la infancia de las víctimas. Quedan confundidos por sus propios deseos infantiles hacia el adulto, a quien estiman, quieren y desean, pero de un modo infantil que no ha llegado a la genitalidad y son embestidos por la gratificación sexual del mayor abusador.

Al hablar, al denunciar, el secreto perturbador deja de ser íntimo, propio, y se convierte en un saber de muchos que dá otro sentido al abuso. Esto posibilita la elaboración de la historia particular de abuso sexual. La palabra cura y permite comprender la historia en una versión más saludable.

Uno de los modos de llegar al abuso o al acoso sexual en redes se conoce como grooming. Esta práctica puede darse de distintas maneras. Puede ser mediante el engaño y la seducción o por medio de la intimidación una vez que se ha obtenido información del menor. Para lograr este objetivo el acosador crea un perfil falso, o varios, simulando ser otro menor y por medio del engaño, de a poco y de un modo paciente, van creando una “amistad” entre los dos “menores”. Una vez que se ha creado la confianza, comienza a solicitarle al menor el envío de imágenes o videos con contenido sexual, que seducido y creyendo que se encuentra en una amistad con un par, accede al envío de las imágenes.

Una vez que esto ocurre, no sólo esas primeras imágenes son utilizadas por el acosador con un fin sexual personal, sino que puede compartirlas en la web y solicitarle mayor cantidad de imágenes. Si éste se negara, esas imágenes enviadas, son utilizadas como chantaje. Si no continúa satisfaciendo lo que el adulto le pide, lo amenaza con la difusión de las mismas, e incluso con enviarlas a sus familiares y conocidos de quienes obtuvo datos en la previa y paciente creación de “amistad”.

Esto puede darse también de un modo diferente, sin previa “amistad”, a partir del robo de información que el acosador puede hacer de imágenes del menor, de su vida privada, que también como chantaje puede utilizar para acosarlo. En ambos casos, desde el engaño o por medio de la intimidación puede generarse un encuentro con el fin del abuso sexual del menor. Se trata de una situación muy seria que merece ser conocida para poder brindarles a nuestros hijos las herramientas necesarias para defenderse de cualquier tipo de abuso.

A toda persona que haya sido abusada de cualquier forma hay que hacerle saber que puede hablar, que su denuncia sacará del plano privado, sacará del secreto, al abuso del cual es víctima, y que sepa que hoy existe un cambio social que habilita, tolera y contiene la denuncia cada vez más.