viernes, 15 de marzo de 2019

PROPONEN HASTA CINCO AÑOS DE CÁRCEL POR ACOSO INFANTIL EN REDES SOCIALES




Redes sociales
14 de Marzo del 2019 Notimex TV Azteca

La diputada Guadalupe Aguilar Solache, explicó que el acoso sexual es una práctica deleznable que violenta a las mujeres y hombres adolescentes o niñas y niños.


México, 14 de marzo.- El grupo legislativo de Morena en el Congreso de la Ciudad de México propuso de dos a cinco años de prisión para quien, valiéndose de engaños y utilizando las tecnologías de la información, acosen sexualmente a menores de edad.

Al hacer uso de la tribuna, la diputada Guadalupe Aguilar Solache, explicó que el acoso sexual es una práctica deleznable que violenta a las mujeres y hombres adolescentes o niñas y niños, por lo que la tipificación específica de esa conducta a través de redes sociales entraña la necesidad de aumentar la cobertura de protección, toda vez que es necesario erradicar estas conductas que vulneran derechos fundamentales.

Consideró que Internet ha derribado fronteras, además de que es una herramienta básica en la sociedad actual como lo determina el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en la publicación Estado Mundial de la Infancia 2017, en la cual refiere que ningún niño está a salvo del riesgo en línea.

Aguilar Solache destacó que la comisión de delitos encuentra nuevas formas de ejecución en las conductas de personas que llevan a cabo prácticas que están muy enraizadas, como el acoso o el abuso sexual, tipificados en los Códigos Penales, pero que con Internet han encontrado espacios que al no estar tipificados, permiten acciones perniciosas, bajo esquemas y prácticas no conocidos.

“La realidad tal cual la conocemos ahora no corresponde a las tradicionales formas de entender los enunciados normativos que se ven trastocados con el avance tecnológico descomunal, la información ha adquirido un papel preponderante y vertiginoso, la norma debe estar al día para tipificar y sancionar a los delincuentes que encuentran en el vacío normativo la oportunidad para delinquir”, subrayó.

La propuesta que adiciona al Artículo 179 Bis del Código Penal capitalino fue turnada a la Comisión de Administración y Procuración de Justicia.

La Iglesia polaca registró 382 casos de abusos sexuales a menores desde 1990


Hasta ahora, la jerarquía católica polaca había admitido casos concretos de abusos a menores cometidos por sacerdotes, pero no se había confirmado el número.

Foto de referencia. AFP
Luego de que el papa Francisco llevara a cabo una cumbre con las víctimas de abuso sexual por miembros de la Iglesia, la conferencia episcopal polaca reconoció que, desde 1990, se han registrado 382 casos de este tipo de abuso a menores por parte de sus funcionarios.
El hecho no es de poca monta. Hasta ahora, la jerarquía católica polaca había admitido casos concretos de abusos a menores cometidos por sacerdotes, pero no se había confirmado el número.
Según informó este jueves la conferencia episcopal en una rueda de prensa en Varsovia, desde enero de 1990 hasta el 30 de junio de 2018 se registraron 382 casos de abusos sexuales a menores, de ellos 198 relacionados con personas menores de 15 años.
Entre los menores víctimas, el 58, 4% eran hombres  y el 41,6 % mujeres.
Los casos han sido en su mayoría (en más del 94 %) tramitados de acuerdo al proceso canónico, precisó la conferencia episcopal, aunque todavía queda un 25,4 % por aclarar y juzgar.
Como consecuencia de estos abusos, en un 25,2 % de casos se propuso la expulsión del sacerdocio, mientras que en un 40,3 % de las denuncias se optó por medidas disciplinarias tales como la suspensión, prohibición de trabajar con menores, privación de cargo o prohibición de apariciones públicas.
En un 11,5 % de los casos se adoptaron otras medidas como la imposición de penitencias, traslado del sacerdote acusado de abusos a otra parroquia o terapia psicológica. La conferencia episcopal polaca señaló que en un 10,4 % se absolvió al acusado.
“Este es para nosotros un tema especialmente doloroso, ya que afecta a personas consagradas que se dedicaron a servir a la Iglesia, a otros seres humanos, y que traicionaron la confianza que la sociedad y sus fieles tenían en ellas", dijo en rueda de prensa el arzobispo Marek Jedraszewski.
Añadió que "la Iglesia debe luchar con todas sus fuerzas contra el mal, pero también debe ser capaz de mostrar misericordia con quienes cometan delitos si se arrepienten sinceramente". Los abusos fueron denunciados mayoritariamente por las propias víctimas (41, 6 % de los casos) o sus familiares (20, 9 %), mientras que las parroquias solo revelaron abusos sexuales en un 5,2 por ciento.
Los datos han sido preparados por el Instituto de Estadística de la Iglesia Católica de Polonia y el Centro para la Protección de los Niños. Meses atrás, una fundación privada que apoya a las víctimas de abusos sexuales elaboró una lista donde se recogían cientos de casos de presuntos abusos en el seno de la Iglesia Católica polaca.
El malestar en parte de la sociedad ante esta situación llevó a que el pasado febrero se derribase una estatua de un sacerdote y activista anticomunista en Gdansk, Henryk Jankowski, acusado de haber abusado de varios menores durante su etapa como párroco en esa ciudad polaca.
En octubre del año pasado, la película "Kler", una controvertida cinta que aborda sin complejos los temas del abuso infantil, las relaciones de pareja, la corrupción, la codicia y el alcoholismo en el seno de la Iglesia Católica polaca, se convertía en el film con más espectadores en Polonia en lo que va de siglo.

¿Cómo se ha castigado en algunos países a los clérigos acusados de abuso sexual?

El cardenal George Pell llegando a una corte en Melbourne, Australia, el mes pasado CreditAndy Brownbill/Associated Press
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MELBOURNE, Australia — La sentencia del cardenal George Pell por abusar de niños durante más de dos décadas sucedió a pocas semanas de que se celebrara una cumbre del Vaticano en la que el papa Francisco hizo un llamado a “luchar con todo en contra del abuso infantil”.
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El cardenal Pell es el clérigo de mayor rango en la Iglesia católica romana que ha sido sentenciado a prisión por abuso sexual infantil. No obstante, durante décadas han sido las víctimas, los periodistas y las autoridades civiles quienes han obligado a los agresores a salir a la luz y exigiendo justicia cuando los líderes eclesiásticos no lo han hecho.
En años recientes los oficiales de las corporaciones policiales de algunos países han demostrado mayor voluntad para procesar curas agresores, según testigos de los escándalos.
Aquí presentamos cómo otros países además de Australia —con diferentes relaciones históricas y sociales con la iglesia— han manejado los abusos del clero.

Estados Unidos

Aunque miles de curas han enfrentado demandas civiles por abuso sexual en Estados Unidos, y algunos han sido enjuiciados penalmente, ninguno de la talla del cardenal Pell ha sido declarado culpable. En febrero, el Vaticano declaró al excardenal y arzobispo de Washington Theodore McCarrick culpable de abuso y lo expulsó del sacerdocio; sin embargo, no es factible que McCarrick enfrente una acusación penal, ya que el supuesto abuso superó por mucho el plazo de las reglas de prescripción.
Estas restricciones son comunes en todo Estados Unidos, y se relacionan directamente con la información sobre los abusos por parte del clero en cualquier estado, comentó Anne Barrett Doyle, codirectora de BishopAccountability.org. Algunos estados han ampliado el plazo de las reglas de prescripción, lo que permite a las víctimas tomar un poco más de tiempo para denunciar el abuso. Sin embargo, en otros casos como el de Pensilvania —donde un polémico informe de un gran juradodocumentó el abuso de mil niños—, la iglesia ha ejercido presión en contra de las propuestas de ley para ampliar el plazo de las reglas de prescripción, lo que ha dejado a los fiscales atados de manos.
“Reformar la legislación de manera que las víctimas puedan intentar obtener justicia en los tribunales ayudará a las víctimas”, afirmó en una declaración reciente Mitchell Garabedian, un abogado de Boston que ha representado a cientos de sobrevivientes. Las leyes deben cambiar, dijo Garabedian, para que las víctimas tengan la oportunidad “de sanar”.

Italia

Cientos de sacerdotes han sido acusados de cometer delitos sexuales en Italia, pero pocos han sido condenados y muchos menos han ido a prisión, según datos gubernamentales limitados. Según los expertos, el alcance del problema ha sido escondido, en parte, debido a la relación íntima entre la iglesia y el Estado, en la que desde hace mucho tiempo una cultura de impunidad ha protegido a los miembros agresores del clero.
“Existe una especie de acuerdo tácito entre las autoridades eclesiásticas, la policía y los jueces; hay algunos temas que son demasiado delicados para ser investigados”, comentó Massimo Faggioli, un experto en historia de la Iglesia católica en la Universidad de Villanova en Pensilvania. “Las cosas han sido así durante los últimos cuatro, cinco, seis siglos”.
En febrero, Naciones Unidas publicó un informe en el que criticaba a Italia por “los numerosos casos de niños que han sido abusados sexualmente por miembros religiosos de la Iglesia católica” y “la reducida cantidad de investigaciones y acusaciones criminales”.

México

Después de Brasil, México ocupa el segundo lugar en cuanto a la población católica más numerosa del mundo, pero solo cuatro sacerdotes han sido declarados culpables de abuso sexual en la última década. Al igual que en Estados Unidos, esto se debe en parte a la restricción de las reglas de prescripción.
Según los expertos, también se debe a un legado católico profundo y a frágiles leyes de denuncia —las cuales solo requieren que el clero notifique a las autoridades civiles cuando el delito se haya cometido durante el servicio religioso o dentro del terreno de la iglesia—.
“En México no tenemos muchos casos denunciados, pero sí contamos con un cálculo de aproximadamente quinientos casos que podrían ser procesados”, comentó Adalberto Méndez, abogado de derechos humanos en México y miembro de Ending Clergy Abuse, un grupo de defensa para víctimas.
“Se trata de un país muy católico”, añadió Méndez. “Las autoridades no quieren problemas con la iglesia”.

Irlanda

Los bochornosos informes del gobierno que exponen la dimensión y la gravedad del problema del abuso en Irlanda —que durante décadas dependió de la Iglesia católica como administradora de escuelas, orfanatos y otras organizaciones de servicio social— han mermado la confianza del país en la iglesia. Noventa y tres sacerdotes y cófrades han sido declarados culpables en esa nación, de acuerdo con el sitio BishopAccountability.org.
“El gobierno estaba rendido ante la iglesia”, afirmó Marie Collins, sobreviviente de abuso sexual por parte del clero en Irlanda, y exmiembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, un grupo creado para asesorar al papa Francisco. “Esos días ya quedaron atrás”, afirmó.
Según los expertos, en algunos casos las leyes estrictas de difamación, así como las demandas entabladas por la iglesia exigiendo privacidad, han evitado que los agresores sean identificados públicamente y detuvieron el avance de las investigaciones. En 2006, por fin se aprobó una ley que responsabiliza a los miembros de la iglesia por encubrir el abuso.
“La verdadera molestia se centró en las autoridades de la iglesia y su falta de acción”, dijo Maeve Lewis, directora ejecutiva de One in Four Ireland, un grupo de apoyo para víctimas. Eso fue lo que “hizo que tanta gente abandonara la iglesia por completo”, explicó.

Filipinas

Filipinas ocupa el tercer lugar en cuanto a la comunidad católica más numerosa del mundo, pero ningún sacerdote ha sido declarado culpable de abuso sexual infantil, según BishopAccountability.org. No obstante, en la cumbre que se llevó a cabo en febrero en el Vaticano, el cardenal Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila, admitió que los obispos han infligido “heridas” y estas deben ser sanadas.
El cardenal Tagle ha sido criticado por su falta de compromiso con las políticas de cero tolerancia al abuso sexual infantil en la iglesia. Eso aunado a lo que los abogados de las víctimas definen como leyes hostiles para las víctimas y una falta de grupos de apoyo para sobrevivientes, hacen que sea difícil llevar a los perpetradores ante la justicia filipina.
Un puñado de sacerdotes y obispos han sido acusados públicamente de conducta sexual inapropiada, pero es “muy poco frecuente”, dijo Shay Cullen, sacerdote en Filipinas y fundador de la fundación Preda, que brinda apoyo a víctimas de abuso.
“La negación y el encubrimiento son rampantes”, comentó Cullen. “Si algún día la verdad sale a la luz, habrá una avalancha de casos”