miércoles, 16 de junio de 2010

Las siete etapas de Fortalecimiento

Las siete etapas de Fortalecimiento Transformador Sanador que se encuentran a continuación, se han derivado de esos años de experiencia práctica en Facnet y con la formación y colaboración de la Dra. Singer.

Aquí presentan una comprobada súper caja de herramientas para personas que desean convertir el dolor y el debilitamiento causado por el abuso que han sufrido, en una experiencia de Fortalecimiento Transformador Sanador.

Pasos Previos:
1. Prepárate para el inicio de los 7 pasos cambiando el estándar de recuperación, redefiniendo en tu mente el verdadero significado de sanación del abuso.

Adoptar la nueva comprensión de que, si bien cada una de estas etapas de la recuperación gradual del abusado, son importantes hitos, el verdadero Fortalecimiento Transformador Sanador va mucho más allá de
estas etapas de cicatrización parcial, pptransformará tus heridas de abuso en algunas de las mayores fortalezas, experiencias y sabiduría de tu vida y te permitirá superarlas totalmente.

2. Comprende que, a excepción del Paso siete que tiene que ser el último, los otros pasos no necesitan hacerse en un orden particular.

3. Haz cada paso completamente, de la forma más razonable y natural posible, que te funcione mejor para tus circunstancias personales únicas. La sabiduría y las circunstancias únicas paso a paso dictarán la modificación de las siguientes medidas en caso necesario, mienntras todavía seguirán manteniendo su poder

PASO 1
Aprende más sobre la dinámica de lo que le pasó por medio de la lectura sobre historias personales de víctimas, que se recuperaron de un abuso similar. Cuando te des cuenta que no eres el único y veas cómo otros hacen frente al mismo tipo de abuso, también contribuirá al progreso de tu recuperación de manera significativa. leer y sanar!

PASO 2Aprende activa y detalladamente sobre las dinámicas psicológicas y principios del tipo de abuso específico que experimentaste, las características y el perfil del abusador, y la única estrategia exitosa de recuperación para ese abuso en particular. En otras palabras, aprende “quien, qué, por qué y el cómo” de lo que pasó y como es posible la recuperación. Este paso educativo es CRITICO!

Toma la actitud de que, cuando termines de estudiar la literatura de investigación psicológica de ese abuso en particular, tendrás el equivalente de una licenciatura en el tema. Una sanación maravillosa toma lugar cuando aprendes los principios psicológicos y las dinámicas de los ciclos de persuasión, abuso y de recuperación en sí misma. Generalmente, cuanto más sabes acerca del tipo de abuso que haz sufrido, más rápido y fácil avanzarás en los otros pasos.
PASO 3
No hay sustituto para este paso interno y poderoso en la terapia de sanación de la mente. A veces conlleva, consideraciones culturales, o culpa que hacen más difícil comenzar con un programa común de terapia personalizada, para tu específico tipo de abuso, pero no descuides este paso absolutamente esencial para la transformación sanadora. Muchas veces en terapia individual, las personas descubren que el abuso que ellos han sufrido han activado otros abusos o problemas en sus vidas, y la terapia ayuda a sanar otros temas relacionados y ahora activados también.

En este paso, es también conveniente unirse a un grupo de terapia específico para el tipo de abuso que has sufrido, pero asegúrate de hacer esto en coordinación con tu terapeuta individual.

PASO 4
Tú sabes lo que tu abusador te hizo a ti. Es más que prudente y razonable creer que el agresor no detendrá el ciclo de abuso a ti o a otras víctimas desprevenidas, a menos que estén expuestos y / o capturados y / o castigado por el sistema legal. Aquí es donde se llega a utilizar la ira contra el abusador de manera constructiva para llevar al agresor a la justicia. La ira por la injusticia del abuso es oportuna y útil si se utiliza temporalmente como un puente motivador para la sanación.

Este es un proceso social y jurídico de transmutación de cualquier enojo natural o deseo de venganza hacia el abusador a una sanación catártica, social y personal. Más importante aún, al demandar al abusador, exponerlo públicamente y llevarlo a la corte, tu reviertes por COMPLETO y radicalmente la importante dinámica psicológica entre víctima/opresor sobre “quien tiene el control”.

Cuando tu llevas al agresor a tribunales, estás ahora del lado de la sociedad que sanciona legalmente como “opresor” al injusto abusador y él / ella es ahora la correspondiente y legitima “víctima” de ti y el proceso de justicia social. Incluso si no ganas, no puede hacerse suficiente hincapié en lo mucho que este paso te ayudará a “recargar” tu proceso de Fortalecimiento Transformador Sanador cuando demandas el abusador! Viéndote a ti en control y al “poderoso” abusador y los testimonios en el estrado, obligado a responder a las preguntas de tu abogado y enfrentando a sus acciones destructivas y sus consecuencias, hace maravillas absolutamente catárticas para romper con tu antiguo agresor y lo que mantenías en su mente y tu vida y lo más importante, para restaurar una vez más tu propio poder.

Tomando exitosamente los recursos financieros del agresor en la sentencia contra el abusador, legítimamente te permite utilizar esos recursos para ayudarte a restaurar y reparar tu vida. Además, elimina la posibilidad de que los recursos financieros del abusador sean utilizados para ayudar al agresor o para seguir abusando de otros en el futuro.
Incluso si la sentencia definitiva es que el abusador sólo va a la cárcel sin pagarte por daños y perjuicios, seguirás recibiendo la potente sanación de la búsqueda de justicia que un proceso ético y social trae consigo. Demandar al agresor también sirve mucho para educar a otros sobre los abusos y sobre este tipo de abuso particular a través de la exposición pública en la corte y la prensa. Finalmente, demandar al abusador por causas legítimas aumenta el costo de sus malas acciones y hace que él/ella considere evitar irregularidades que causarían más costosas demandas similares en el futuro.

A veces se requieren repetidas demandas en el tiempo de parte de muchas víctimas contra las organizaciones ricas, para finalmente lograr un resarcimiento por esos actos. Y, nada ha demostrado ser más
eficaz y rápido para detener irregularidades significativas, que tomar TODO el provecho posible mediante continuas penas legales.

Algunos psicólogos y terapeutas no están familiarizados personalmente con la poderosa catarsis sanadora y con el fortalecimiento personal de la “terapia” de justicia social a través de demandas en tribunales, suele restarse importancia a este gran paso hacia la mega sanación. Lo hacen, en parte, porque a veces en el proceso judicial por maltrato, se vuelve a abrir el trauma antes de que el individuo esté suficientemente preparado para enfrentarse a su agresor públicamente. Esto es legítimo, pero no es un punto determinante.

Algunos psicólogos y terapeutas evitan el uso de este paso en el programa de sus pacientes para una recuperación completa, porque la justicia no es siempre justa y equitativa, y la persona abusada podría perder el caso por un tecnicismo o capricho de los procesos legales. A veces el estrés del proceso judicial acentúa otros problemas y parece, al menos temporalmente, empeorar las cosas.
Si bien estos son asuntos importantes de consentimiento que se deben discutir completamente, no deben disminuir el gran potencial de una repentina agitación en la sanación catártica, por una restitución financiera significativa para cubrir los daños por el abuso y un proceso de recuperación mas completo por medio de la sanción de un proceso legal donde, el abusador es finalmente obligado a responder, tanto a las víctimas de abusos y a la sociedad por lo que han hecho!

Con todo, cuando esta educación se expone públicamente y los beneficios “al demandar al abusador” se comparan con los riesgos antes mencionados y cuando la persona abusada ha hecho la terapia suficiente y ha sido aconsejada personalmente y tiene apoyo legal, este paso es fundamental y esencial en el proceso de Fortalecimiento Transformador Sanador.

Incluso si tu no logras el nivel de sanción social o la restitución financiera que se espera, pasar por el proceso mismo puede transformarte y sanarte a un nivel tan profundo que bien vale el esfuerzo si estas buscando recuperar la fuerza adicional y la potencia sanadora más completa posible! No se debería omitir simplemente por miedo, vergüenza, gastos o dificultades.

PASO 5
Únete a alguna organización de apoyo a quienes han sufrido el mismo tipo de abuso que tu. Ayuda activamente a estas organizaciones educando a otros sobre la forma de abuso que han sufrido. Ayuda con la
promoción y las cuestiones jurídicas relacionadas a tu tipo de abuso.
Estar en un grupo de apoyo con compañeros que han sufrido abuso similar ayudará significativamente a respaldar y mejorar tus sesiones de terapia individual y en tu recuperación general. Ayudar a otros abusados a recuperarse también agrega un nuevo flujo dinámico a tu propio proceso de sanación, una vez más la profundización de tu proceso de sanación personal acelera el verdadero fortalecimiento transformador sanador donde de verdad, te volverás significativamente mas fuerte y mejor que antes del abuso.

PASO 6
Trae tu sabiduría y naturaleza espiritual al proceso de sanación. Permite que tu poder Superior, si tienes uno, te ayude a sanar. También incrementará drásticamente la velocidad y la facilidad de tu proceso de recuperación.
No importa cuál sea la secta en la que estuviste, puedes encontrar en la tradición de la sabiduría espiritual que a ti te haga mejor, alguna manera de perdonar al agresor en algún momento durante el proceso de sanación y / o después de que se ha hecho justicia y los peligros del abuso estén manejados, para que otra forma de sanación pueda tener lugar, tanto en las víctimas y en los victimarios. Amar y perdonar a tu agresor en el momento adecuado se aproxima a la personificación de la sanación, así concluye el fortalecimiento transformador sanador.
Muchas tradiciones espirituales enseñan que, en la esencia de nuestra alma o espíritu, no podemos ser destruidos o heridos de forma permanente. Esta profunda verdad espiritual, cuando es aceptada, también ha ayudado a muchos individuos gravemente maltratados a tener otra nueva perspectiva de sanación sobre lo que les hicieron a ellos.

Si no eres religioso, la información sobre los aspectos psicológicos del abuso, también apoya esta idea de un nivel profundo de sanación por medio del amor y el perdón. Hay también algunos giros en esta situación. Por ejemplo, si estuviste en una secta religiosa y los abusos religiosos y traición espiritual han acabado con toda clase de espiritualidad, aún así es absolutamente fundamental para comenzar tu vida espiritual interior de nuevo. El profundo abuso y traición espiritual son de los más difíciles de superar, pero cuando lo hagas, verás que te ayudará a sanar de forma más rápida, duradera y profunda que en casi cualquiera de los otros pasos de fortalecimiento transformador sanador.

PASO 7
¡En marcha! Cuando hayas hecho adecuadamente los pasos del 1 al 6 ya vistos y sepas cuanto más fuerte eres ahora porque te haz sanado a ti mismo, siguiendo los pasos del proceso de fortalecimiento transformador sanador, es hora de avanzar totalmente en tu vida y soltar el proceso de sanación transformador en si mismo, o incluso de ayudar a las víctimas de otros abusos como una parte importante de tu vida. Por difícil que parezca de creer, existe un punto en el que puedes mirar hacia atrás, a todo lo que ha ocurrido en tu proceso de recuperación sanadora, y ver todo el proceso (incluido el abuso), como una especie de paradójica “bendición” que te ha convertido en lo que eres ahora, más hermoso de lo que habrías sido, de una forma única, si tu vida no habría sido exactamente como fue.
Avanzar es a veces uno de los pasos más difíciles si fuiste severamente maltratado. El proceso de fortalecimiento transformador sanador es tan poderoso que puede convertirse fácilmente en un estilo de vida o en una misión de crear en reacción a lo que te ha sucedido, como una carrera/oficio que no hubieras elegido si no experimentabas el abuso.

Ahora que has llegado a este punto, con tanta empatía e historia con las otras víctimas que han sufrido el mismo tipo de abuso y con la profunda experiencia de tu propio proceso de recuperación, puede ser muy duro para ti imaginar que no estas allí para otras víctimas. Para muchas personas que han completado los otros pasos, es difícil imaginarse alejados totalmente de esta área de sus vidas, a pesar de eso el último paso requiere de ti, si quieres experimentar las alegrías y los beneficios de este sorprendente proceso de sanación
durante el resto de tu vida post-recuperación del abuso. Esto es exactamente lo que significa una recuperación completa, tu tendrás una vida totalmente recuperada del abuso!
Llegara el punto donde simplemente te darás cuenta de que te haz recuperado y/o haz hecho suficiente justicia o ayudado a otros a recuperarse es lo único que quedaba por hacerse, trae aparejado avanzar activamente hacia la post-recuperación por el resto de tu vida – no tan solo como una victima de abuso recuperada, sino como tu mismo sano, libre y hermoso.

Esos son los siete pasos! Siempre usa los siete pasos como una lista de comprobación, discriminando y adaptándolos a tu caso único y particular y a las circunstancias individuales. Úsalo para ver cómo tu sanación o la de otros está avanzando hacia la más completa recuperación posible a través del fortalecimiento transformador sanador.

Si haces estos siete pasos con una persistente y paciente determinación te hará más fuerte, mejor, más sabio y más saludable de lo que jamás imaginaste. Tu experiencia será tan transformadora que estará al borde de ser espiritual y trascendental.

Abuso sexual infantil, familia y sociedad.

Luis Guillermo Blanco

Puede afirmarse que en los casos de abuso sexual infanto-juvenil (ASI) intrafamiliar y, en particular, en materia de incesto , el grupo familiar del niño victimizado siempre se encuentra involucrado, consciente o inconscientemente, de diversas maneras y con diferentes actitudes. Lo cual también suele suceder en algunos casos de ASI extrafamiliar. Por ello, algunos especialistas hablan de familias abusadoras, pues sus miembros pueden actuar como perpetradores, cómplices o encubridores. Señalándose que el incesto requiere la acción de un padre psicológicamente perturbado (lo cual no lo exime de responsabilidad) y de otro/s familiar/es que no obstruya/n su proceder, negando lo ocurrido (como defensa psíquica o con perversidad y a sabiendas), y en todo caso, intentando disimular y ocultar al incesto, propiciando y potenciando así su continuidad, pues no querer ver (o negar) lo que sucede, fecunda el camino a su reiteración. Y agregándose que también necesita de un medio social indiferente. Y así, la degradación de la víctima se produce ante la indolencia de la sociedad, que parece “no aceptar” una realidad que conoce. Inercia que también se advierte en ciertos casos de ASI extrafamiliar.

Desde el psicoanálisis, y también desde el Derecho, el adulto es, por función (parental) y estructura (familiar) quien debe cuidar y proteger al niño, y el encargado de inscribir en el niño la ley de prohibición del incesto y, con ello, su salida exogámica. De tal modo que el incesto implica la perversión de esta norma sociocultural (y también ética), jurídicamente reconocida al prescribirse la protección del niño violentado y la rehabilitación (vg., psicoterapia por mandato judicial) y/o sanción al padre abusador o incestuoso. Y si bien no hay un acuerdo teórico general acerca de los fundamentos de la prohibición del incesto (son diferentes las opiniones de Westermack, Freud, Levi-Strauss, Fisher, etcétera), es claro que la buena parentalidad requiere proteger a las hijas de las demandas de servicio sexual de padres y otros familiares. Cuando un padre cruza la barrera cultural de esta prohibición, puede decirse que termina la infancia de su hija, ya que ella queda privada de lo que necesita de un padre, siendo que este atropello a la inocencia desbarata al orden genealógico y, al desamparar a la niña, la remite a una suerte de estado de orfandad: un padre que ha dejado de serlo, ya que no se comporta como tal, y una madre que no sospecha, no sabe y no hace nada.

Impotencia o complicidad angustiante. Éste es con frecuencia el lugar de la madre donde ocurre el incesto. Puede negar enfáticamente que haya acontecido, negar tener conciencia de ello, negar su responsabilidad culpando a su hija por haberse dejado hacer, negar el impacto del incesto (minimizar su gravedad y consecuencias) u oscilar entre denunciarlo y retractarse. Pero también puede reconocer el hecho y salvaguardar a su hija, recurriendo a las leyes de protección contra la violencia familiar, cuya finalidad tuitiva consiste en detener las conductas abusivas, contemplando procesos rápidos (de naturaleza cautelar o autosatisfactiva) e intervenciones preventivas (exclusión del abusador del domicilio familiar, adjudicación de la guarda de menores, etcétera) o la denuncia penal, que no son excluyentes. Es entonces cuando la niña victimizada puede salir de su aislamiento, su silencio desesperado y la “doble vida” que su padre le impuso: ser su secreta “amante” y, a la vez, la chica que cumple sus deberes afectivos protegiendo a su madre del dolor de enterarse de ello.

Y la sociedad, al adquirir publicidad estos casos, se horroriza. Lo cual no quiere decir que personas cercanas al grupo familiar de que se trate no estuviesen enteradas del ASI. Tal como aconteció en un caso de ASI extrafamiliar (uno más de tantos), en el cual cinco chicas cordobesas -cuatro de ellas, hermanas de entre 10 y 14 años, y otra de 15, de distinta familia- que, en mayo de 2006 y desde hacía cuatro años atrás, venían siendo abusadas -en términos de Derecho Penal, violadas (art. 119, Código Penal)- y prostituidas por tres hombres de 87, 69 y 57 años de edad a tal fecha -al decir del fiscal de la causa penal- “a cambio de golosinas o dinero”. Una de esas niñas tuvo un bebé (de un año y medio de edad a esa fecha) y, dijo un investigador, “según su familia, no saben de qué padre”, en tanto que otra estaba embarazada y sus familiares hacían “como si nada sucediera”. Se destaca en las notas periodísticas del caso que otra cosa que llamó la atención de los investigadores, fue que, al indagar, notaron “que parecía que todos sabían lo que ocurría entre las nenas y esos tipos, y se callaban la boca. Decían: “Sí, las veíamos entrar a la casa de estos viejos’. “Era como un secreto a voces’, se sorprendió el fiscal”. Pues bien, para cualquiera que cuente con alguna experiencia en materia de ASI, ese silencio social indiferente y cómplice no puede ser motivo de sorpresa alguna. Como tampoco el temperamento adoptado por los grupos familiares de origen de esas niñas, disfuncionales, abandonantes y propiamente perversos.