lunes, 7 de septiembre de 2009

NUNCA ESTÁ DE MÁS.


El abuso sexual, nos resulta siempre una temática terrible, que no sólo afecta a una persona y a un núcleo familiar, sino que también hiere a la sociedad entera.
El abuso sexual infantil, el cual es también, un tema sumamente pesado a nivel emocional, monstruoso, que siempre produce un gran malestar cuando nos enteramos de algún caso.

No obstante, por muy difícil que sea es necesario encararlo de frente, para ser capaces de prestar amparo y asistencia a las víctimas y mejor aún, de prevenirlo. Si bien puede suceder en el propio hogar, el objetivo de este artículo, es brindar pautas para la prevención del abuso que pueda ser cometido por extraños al núcleo familiar más cercano, ya sean completos desconocidos, amigos o parientes. A pesar de estar principalmente dirigidas a padres, estas líneas pueden ser igualmente útiles para familiares o educadores interesados en la temática.

Abuso sexual infantil

El abuso sexual infantil, consiste en una conducta llevada a cabo por un adulto o un adolescente hacia un infante, utilizándolo como objeto sexual, sin su consentimiento o manipulándolo mediante engaños.

Empezar por hablar sobre el tema. La prevención empieza por hablar con los hijos, si bien el concepto de abuso sexual los niños no lo entienden, sí se puede señalarles que hay ciertos comportamientos que son inadecuados en adultos o adolescentes. Como por ejemplo, que los demás tienen que respetar su espacio corporal, no estando bien que adultos o chicos más grandes vengan a abrazarlos, acariciarlos o a sentarlos sobre sus piernas. Además, decirles con todas las letras, que hay partes del cuerpo que son privadas, donde nadie puede venir a tocarlos o mirarlos.

Es pertinente indicarles que lamentablemente en el mundo también hay gente mala y que cuando presencien situaciones así o esos adultos les demuestren algún comportamiento que les parezca extraño y no les guste, que no tengan ningún reparo en decir “¡no!”, en mostrarse serios, gritar si es necesario, alejarse de ahí y acudir a los padres o cualquier otro adulto que en ese momento esté cerca.

Dejemos de lado por el momento el hecho de que los conceptos “bueno” o “malo” nunca se pueden aplicar por entero a las personas, debido a la complejidad del psiquismo humano y a lo que se suma, una constante interacción con el ambiente e influencia de las circunstancias. Los niños necesitan que se les precise claramente, qué cosas son aceptables en la sociedad en la que viven y qué cosas no.

Ante este tipo de circunstancias, los niños suelen no poder definir exactamente de qué se trató lo que vieron, ya que su desarrollo sexual difiere en gran medida de la sexualidad adulta, pero sí se dan cuenta de que no fue normal y que les hizo sentir sumamente mal.

Dejarles bien en claro que en nosotros siempre pueden confiar. Teniendo en cuenta que los abusadores buscan crear en los niños una situación de chantaje, donde es este adulto quien tiene el total control, pretenden hacerles creer a los pequeños que ellos son los únicos culpables de lo que pasa, o que provocaron la situación, es muy usual que estos adultos les digan entonces, que no le cuenten nada a nadie sobre lo que han pasado o visto porque de lo contrario no les van a creer o los van a rezongar. Incluso, si lograron manipularlos, pueden llegar a amenazarlos con hacerles algún perjuicio grave si llegasen a decir algo, un ejemplo de ello muy comentado en los medios, es el caso de quienes logran tomarles a los niños fotos desnudos y luego los amenazan con mostrárselas a sus padres.

Antes de poner de manifiesto estas conductas, no es nada extraño que estos adultos, demuestren un comportamiento super amistoso con los niños dándoles regalos, para ir paulatinamente manipulando sus mentes y logrando hasta cierto punto su colaboración (por ej., no contando nada a sus padres o convencerlos de que hagan ciertas cosas).

Por tanto, es de vital importancia decirles explícitamente a los hijos, que además de que queremos saber sobre cómo les va en el colegio o en actividades extracurriculares, cómo la pasaron en casa de familiares o amigos, también, siempre nos va a interesar y vamos a tener tiempo para escucharlos (sea lo que sea que estemos haciendo en ese momento) si vieron o pasaron por alguna situación que les resultara muy extraña, que los asustara o los hiciera sentir mal. Que no les quepan dudas, de que si tienen algo serio que decirnos pueden comunicárnoslo en el momento que sea con toda confianza, ya que en nosotros van a hallar siempre comprensión y amparo.

Creamos en los niños cuando acudan a nosotros. Si el niño viene a contarnos sobre una circunstancia que presenció o que le sucedió, la cual le causó un gran malestar y que involucra a un adulto o chico mayor, siempre creamos en el pequeño y actuemos en consecuencia dirigiéndonos a las autoridades correspondientes. Si bien es cierto que pueden existir algunos casos en los que el infante invente que un adulto tuvo ese tipo de conductas con él, esos casos son sumamente infrecuentes, y de todas formas hay que buscar ayuda urgente, ya que denotan algún tipo de alteración grave, puesto que no es lo mismo que invente algo como “mi papá subió una montaña altísima” a que alguien mayor se ha propasado.

Siempre hay que responsabilizar al adulto o adolescente que abuse o pretenda abusar diciéndole al pequeño que no es culpable, sino que lo son aquellos, quienes son mayores y saben que lo que intentan hacer o hicieron está mal.

Hacerles saber cómo suelen acercarse estos individuos. Estos sujetos acostumbran, por ejemplo, inventar que van a buscarlos al colegio o al club porque los han enviado sus padres, ya que algo les ha sucedido a éstos o en la casa. Nadie, ya sea un médico, enfermera, policía u otro, le puede pedir a un niño que lo acompañe sin el consentimiento de un adulto responsable del mismo. Pueden haber averiguado el nombre del niño y al dirigirse hacia él con el mismo, enseguida captan su atención para luego decirle alguna mentira como la anterior u otra. Otra táctica que pueden intentar emplear, es llamar a la posible víctima desde un auto, simulando querer preguntar por alguna calle o lugar, por tanto, es preciso que el niño sepa que ninguna persona con buenas intenciones va a pedirle que se acerque a su auto. Ha habido casos, en los que el abusador incluso se presenta en la casa del chico cuando está solo, fingiendo ser alguien que tiene que realizar alguna tarea en el hogar, la cual había acordado previamente con los padres.

Decirles que no siempre se trata de un desconocido. La mayoría de los casos de abuso son cometidos por gente del entorno familiar, por lo general parientes o al menos conocidos a los que se les tenía cierto nivel de confianza. Aquí deben ser los padres los primeros en prestar atención a aquellas personas que forman parte del ambiente familiar y amistoso, teniendo la valentía de interpelar incluso a parientes, alejando al pequeño de los mismos si se les observa conductas “cariñosas” en demasía. Desafortunadamente no son inusuales, los casos en los que cuando hay un abusador en una familia, ésta tiende a protegerlo, negando sus acciones o sus intentos y culpabilizando y tratando de silenciar al abusado, acosado o a quien intente denunciar ante el grupo la conducta del abusador. Es preciso, que los padres en estas situaciones no cedan ante las presiones del grupo, tomando medidas para proteger a su hijo si notan conductas inadecuadas por parte de un familiar o amigo. Si se convive con esa persona y no es posible hacerla salir del hogar, no hay que dejar de buscar apoyo inmediato de profesionales e instituciones que con su intervención ayuden entre otras cosas, a la reubicación del menor y sus padres, así como al posible inicio de medidas legales.

¡Qué griten! Es también oportuno preparar al niño para defenderse, por si en un caso extremo, llega a enfrentarse a una situación de ataque directo. Por ejemplo, si intentan secuestrarlo que no dude en gritar algo como “¡auxilio, éste no es mi padre!” o “¡ésta no es mi madre!” Más que pegarle al adulto, es mejor que emplee sus energías en gritar. Conversar y preguntarse sobre cuál sería la mejor estrategia a adoptar en situaciones de esa índole, no sólo refuerza el aprendizaje del niño, sino también la idea de que sus padres y por qué no también, los educadores y familiares que les hablen del tema, son personas a las que pueden dirigirse con toda seguridad ante cualquier situación extraña que pueda suceder.

No dejarlos navegar solos en Internet. Si bien Internet puede ser una gran herramienta de estudio, que posibilita el acceso a información de calidad en sitios serios, sitios de museos, sitios para practicar idiomas, entre otros, o una vía de comunicación con seres queridos que se encuentren muy lejos, también puede ser nociva para el niño si lo dejamos sólo en esta gran autopista de circulación de personas e información. El inconveniente no sólo radica en que ingrese a un sitio desconocido donde pueda por ejemplo, abrírsele de repente una ventana de otro sitio con pornografía, sino también, en chatear con desconocidos, ya sea que se hagan pasar por otro niño o no. Es usual que los pedófilos cuando chatean con menores, les digan que quieren verlos por cámara e incluso les pidan que se saquen alguna ropa como la remera, para “ver cómo son”. Siendo éste, uno de los principales motivos para estar bien atentos a lo que hacen y con quiénes se contactan los hijos en la red, siendo aquí pertinente enseñarles que chatear con desconocidos es igual a estar en la calle y ponerse a conversar con extraños, que si bien hay gente con buenas intenciones también hay otra con malas que pueden intentar engañarlos para hacerles daño.

Debido a que, como se mencionara anteriormente, los niños no pueden comprender del todo la idea de abuso sexual, es necesario que en la educación para su prevención, los padres, parientes o educadores, les hablen varias veces del mismo, valiéndose de distintos ejemplos para explicar los consejos e ideas que se quieren transmitir de varias maneras.

Por: Pilar Naveira

http://psicologiapositivauruguay.wordpress.com/

¿NO INTERESA A NADIE?.


El sevillano Hospital de Valme, en 2008, atendió 171 casos de maltrato infantil -46 de abusos sexuales y 125 de otro tipo de maltrato-, según dijo a Efe el coordinador del Programa de Pediatría Social de este centro, Juan Gil Arrones, quien lamentó que este asunto "no interesa a nadie".

"El maltrato infantil no interesa políticamente, no da votos ni da brillo", afirmó el pediatra, quien señaló que en 2007, sólo en Valme, contabilizó 164 casos de maltrato infantil -31 de ellos de abusos sexuales y 133 de otro tipo de maltrato-, mientras que en 2006 fueron 85 casos -28 de abuso sexual y 57 de otro tipo-.

Para contrastar estas cifras con las de otros tipos de violencia, el mismo hospital en 2008 atendió a 14 mujeres víctimas de violencia (frente a 171 casos de maltrato infantil) y en 2006 a 11 mujeres víctimas de violencia (carece de datos de 2007).

El Hospital de Valme atiende a 400.000 habitantes, el 20 por ciento de los cuales es menor de edad, señaló Gil para dar una muestra de la magnitud del problema, ya que en Andalucía y en España no se disponen de estadísticas sobre maltrato infantil.

"No se realiza un registro efectivo, porque está mal planificado, ya que se hizo mediante decreto una hoja de notificación de 'sospecha de maltrato y abusos sexuales' que no se cumplimenta porque no es operativa, porque como está diseñada no se puede", señaló el pediatra.

Sólo en Valme, en los diez últimos años, se han detectado algo más de 350 casos "altamente sospechosos" de abusos sexuales, entre el 20 y el 24 por ciento de ellos a niños y el resto a niñas.

El 18 por ciento de los casos de maltrato infantil que se detectan ahora es "entre iguales", o sea de menores que han sido agredidos por menores, algunos con acoso y resultado de muerte por suicidio.

La mayor parte de los casos se producen en el ámbito familiar, en todas las clases sociales y, mientras en el abuso sexual la mayoría lo cometen los padres y, en segundo término, otros varones de la familia, en los casos de palizas y desatención, los responsables son por igual los padres y las madres, según explicó Gil.

Sobre la carencia de una estadística que haga un seguimiento, al igual que con la violencia de género, Gil dijo que los profesionales más concienciados actúan "por libre", que en las provincias de Córdoba y Huelva se están haciendo intentos por coordinar la respuesta al problema, pero que en Sevilla aun falta este interés, situación similar a la del resto de España, salvo experiencias como en Madrid y Barcelona.

En Valme existe un protocolo de "uso interno, donde un grupo integrado por pediatras, asistentes sociales, dermatólogos y ginecólogos, entre otros, supervisa los casos sospechosos y valora si el menor agredido "debe quedarse en el hospital hasta que se garantice su protección".

Gil insistió en matizar que todos estos datos obedecen a los casos que los pediatras y este grupo de profesionales aciertan a dilucidar como altamente sospechosos, ya que el principal síntoma, que es la tristeza de los niños, -lamentó- "no es un síntoma específico del maltrato".

La Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social -salvo las llamadas del Teléfono del Menor-, el Defensor del Menor y el Observatorio de la Infancia de Andalucía han dicho a Efe carecer de estadísticas sobre maltrato infantil.

!ESTÁN MÁS CERCA DE LO QUE CREES¡


Recientemente se informó en el Boletín Internacional “Alianza por tus Derechos” de la captura de un joven salvadoreño implicado en la creación de un sitio web de nombre “Jimmy neutrón”. Éste es, en la televisión, un aventajado niño de ficción, muy inteligente, que puede viajar por el tiempo. Creó su propio robot y es un verdadero héroe.

Sin embargo, en el sitio mencionado se presentaban fuertes y degradantes imágenes de niñas/niños con rasgos europeos, o asiáticos, contra los que se cometían atrocidades y brutales agresiones sexuales.

“Jimmy neutrón”, producido como caricatura infantil para entretener a miles de niños y niñas se convirtió en el ciber espacio, en la guarida de depredadores sexuales, de pedófilos, que subían las fotos de niños y niñas inocentes, intercambiaban fotos y después realizaban foros para transmitir las experiencias de abuso sexual en las que someten a niñas y niños.

En la nota se destaca que los usuarios para poder visitar el sitio web debían comprometerse a enviar imágenes que pasaban a ser parte de un banco que podía ser mirado por las personas autorizadas por los administradores del web, dos jóvenes estudiantes universitarios salvadoreños.

Se estima que cada 22 segundos aparece en la red una nueva página con pornografía infantil donde se presentan vídeos de extrema dureza.

Tomando en cuenta que en Nicaragua los usuarios de Internet sobrepasan los ciento cincuenta mil, de los que un buen porcentaje son niñas, niños y adolescentes, que hacen uso de esta herramienta para actualizarse en juegos electrónicos, información escolar, para establecer comunicación con amiguitos/as, familiares, etc. podemos deducir el riesgo que están viviendo frente a la computadora. Por eso es que quiero reproducir algunas de las sugerencias que se hacen desde el boletín Alianza por tus Derechos.

Igualmente, me considero en la obligación de expresar el compromiso del Movimiento contra el Abuso Sexual a seguir facilitándote información que en el marco de la Jornada ALTO al abuso sexual, por la que haremos llegar a las escuelas, centros de atención alternativa, o padres y madres documentación al respecto.

Pistas que pueden ayudar a proteger a tus hijos de los depredadores sexuales en internet:

1. Inculcarles a los niños que no hablen ni participen en chats con desconocidos en línea.

2. Enseñarles que, en internet, como en otros aspectos de la vida, no todo es lo que parece y que el anonimato muchas veces puede ser aprovechado por impostores pedófilos.

3. Advertirles que nunca deben revelar datos personales como nombres, direcciones, teléfonos, escuela a la que asiste, y también fotografías personales, las cuales pueden ser adulteradas y utilizadas con fines de pornografía.

4. Transmitirles a los niños que no deben abrir correos de dudosa procedencia. Algunos pueden tratarse de temas relacionados con la pornografía.

5. No contestar correos electrónicos que tengan contenido ofensivo o resulten incómodos.

6. Hacerles saber que nunca deben concertar citas o encuentros con desconocidos que hayan contactado en internet.

7. Colocar la computadora en casa a la vista de todo el mundo. No en el dormitorio de los niños.

Tomemos en cuenta algunos elementos que nos servirán para explicarles a nuestros hijos sobre quienes son los pedófilos. Estos, a diferencia de la creencia anterior, son personas de cualquier edad, incluyendo jóvenes, apenas por encima de los veinte años, cansadas de consumir pornografía de adultos en la red y que buscan nuevas sensaciones para su autoestímulo derivando su consumo en la pornografía infantil.

Para ello promueven la acción de la niña/o; seduciéndoles, convenciéndoles a través de la manipulación. Precisa de un cierto grado de complicidad o silencio de parte de la víctima. Suelen escoger a niñas/os de su entorno inmediato: hijas/os, nietas/os, sobrinas/os, alumnas/os o vecinas/os.

En este caso existen los pedófilos consumidores y alimentadores de pornografía infantil. Es el grupo más numeroso y en pleno desarrollo de la actualidad debido, en buena medida, a la expansión del internet. Se habla ya de adictos a la pornografía infantil. Por lo general son personas perfectamente integradas en la sociedad.

Hay que destacar que todos y cada uno de estos sujetos, llámese pedófilo o pederasta son abusadores sexuales de niños, niñas y adolescentes, que cometen un delito por el cual deben ser castigados.

El código de la Niñez y la Adolescencia aprobado en nuestro país en 1998 dice en el articulo 69.- “Queda prohibido…. A cualquier persona, promover, vender o facilitar a las niñas, niños y adolescentes, libros, láminas, videos, revistas, casetes, objetos y cualquier otra reproducción que contengan escritos, grabados, dibujos o fotografías que sean pornográficos o bien que inciten a la violencia”.

Todas las voces y las voluntades contra el abuso sexual

Fuente: Boletín Alianza por tus Derechos hablemosde.abusosexual@gmail.com