sábado, 11 de julio de 2009

¿COMO INTERVENIR CUANDO EXISTE EL A.S.I?


Las Primeras Intervenciones

"Ayudar al débil es caridad; pretender ayudar al poderoso es orgullo." -San Gregorio Magno.

Las primeras intervenciones en casos de abuso sexual pueden darse en dos niveles: individual y con el grupo familiar, ambos padres, uno de ellos, familiares o encargados.

La duración de esta ayuda es muy variable, puede ir de una a dos sesiones, hasta varias entrevistas por un período de tiempo, dependiendo de las circunstancias.

A continuación detallaremos algunas consideraciones que deben tenerse en cuenta para la intervención en estos niveles. Dichas consideraciones están basadas en el material "Intervenciones en casos de abuso sexual en estado de crisis", de la Asociación Colombiana para la Defensa del Menor Maltratado (1996).

A nivel individual (con el niño, niña o adolescente)

Objetivos
• Se debe garantizar la seguridad del niño(a) tomando las precauciones necesarias. Esto dependerá de cada caso y de los recursos con los que se cuenta. En todos los casos se debería separar a la víctima del abusador, lamentablemente, la mayoría de las veces es a la niña a la que debemos sacar de la casa. Cuando esto ocurra, habrá que buscar primeramente a miembros de la familia ampliada, para que le brinde apoyo y en última instancia pensar en la posibilidad de la internación en un hogar sustituto, siempre que sea en forma transitoria.
• Preparar e informar a la víctima con relación al proceso que debe seguir, explicando claramente estos procedimientos según la posibilidad de entendimiento de la víctima, para reducir su nivel de angustia, por ejemplo exámenes médicos, procedimientos legales, entrevistas con la psicóloga, etc.
• Brindar a la víctima la posibilidad e hablar de lo sucedido y de sus sentimientos con respecto al mismo.
• Ofrecer un ambiente adecuado de escucha, comprensión, confiabilidad y apoyo.
• Brindar confianza, tranquilizar para disminuir el miedo, pero no crear falsas expectativas, ampliar la información que sea necesaria.
• Afirmar a la víctima que no fue responsable de lo sucedido y ayudarle a manejar la culpa. Enseñar alternativas para evitar abusos posteriores (tiene derecho sobre su cuerpo, derecho a decir no, etc.).

El proceso de intervención en casos de abuso sexual puede ser bastante difícil, teniendo en cuenta que la mayoría de las víctimas son niños(as) pequeños(as) o que muchas veces no están en condiciones de identificar y explicar sus necesidades y sentimientos. la intervención, en estos casos, deberá dirigirse a su familia, y en el momento adecuado remitir a la víctima a profesionales entrenados para tal efecto.
En un primera etapa durante la intervención en casos de abuso sexual , con los niños(as) víctimas, es necesario crear un ambiente de confianza y calidez, que permita a los mismos expresar en formar tranquila su situación problemática.
Es muy importante creer en lo que está relatando, decirle que hizo bien en informar, que de ninguna manera tiene la culpa de los sucedido, que usted está ahí para ayudarle y para tratar de evitar que le vuelva a suceder.

Hay que tener presente cuál es la dinámica del abuso sexual, y que uno de los mayores temores de la niña(o) es que no le crean cuando lo cuenta, que se le responsabilice del hecho y que no se le proteja. Hay que tratar de manejar de la mejor manera posible el disgusto, la rabia, el enojo, ya sea hacia el abusador o hacia otras personas del entorno.

Estos primeros contactos con el(la) niño(a) abusado(a), son realmente muy importantes, y de ellos dependerá en gran medida, que los mismos se sientan apoyados.
Hay que realizar un encuadre muy claro, definir el rol de cada uno dentro del proceso de intervención, y establecer los límites de la relación y de la intervención, no se deben crear falsas expectativas.

Los niños(as) abusados(as) necesitan claridad y orden, pues la situación abusiva de la que son víctimas los hace sentirse sumamente confunidados y desconfiados. Por lo tanto, es necesario informar tanto a la víctima como a su familia con relación a:

• Por qué se encuentra ahí
• Qué va a suceder y qué sigue
• Si va a ser derivado a otros servicios y por qué
Luego en un segunda etapa, una vez que se haya establecido un clima de confianza, se debe empezar a determinar la situación que condujo al niño a buscar ayuda.

En esta etapa se busca que la víctima hable del incidente, utilizando preguntas abiertas y libres de prejuicios.

Hay que tener presente que si el agente que está realizando la intervención no habla del tema o lo posterga, el niño puede pensar que lo sucedido es tan grave que ni el profesional puede aceptarlo. De la misma manera se debe respetar la forma y el tiempo de la víctima para expresarse. Hablar de lo sucedido le da a la víctima cierto control y sentido de poder.

Los datos que el agente debe recabar en esta etapa para obtener mayor información pueden responder a estas cuestiones:


• ¿Quién?
• ¿Cuándo?
• ¿Dónde?
• ¿Qué tan violento?
• Si se utilizaron métodos coercitivos o amenazas, ¿cuáles?
• Si había alguien más presente.
• ¿Dónde estaban los otros miembros de la familia cuando ocurrió el abuso?
• Si ocurrió una o varias veces.
• ¿Por cuánto tiempo?
• ¿Cómo se sintió?
• ¿Cómo reaccionó?
• ¿A qué le teme en este momento?
• ¿Qué alternativas de solución ha utilizado anteriormente?
• ¿En cuáles instituciones? ¿Con qué profesionales?
• Razones por las cuales abandonó estas alternativas o no funcionaron.

Estas formulaciones, en ningún caso deben convertirse en un interrogatorio que cause mayor daño.
En esta etapa es importante preparar al niño para afrontar los procedimientos médicos y legales, explicarle que aunque sean dificultosos es muy importante su participación y colaboración.

En caso de que el niño deba ser remitido a un hogar de tránsito, o a la casa de algún familiar, se le deben explicar muy bien las razones que motivan esa medida, indicándole que es necesario para garantizar su seguridad. Cuando esto sucede hay que hacer lo posible para mantener la comunicación entre la víctima y la familia.
En la última etapa de la intervención, el niño debe estar más tranquilo con relación a su cuerpo, más aliviado de sus sentimientos de culpa y preparado para enfrentar los procedimientos (sean médicos, legales) que pueden sucederse.

Recomendaciones
La intervención debe hacerse en el momento en que se solicita.
No debería posponerse, pues podría implicar una retractación de la víctima y su familia, que no vuelvan a solicitar la ayuda, y lo más grave, favorecer que se repita el abuso.
Cuando el abuso sexual es intrafamiliar, se recomienda que los niños y cada uno de los padres sean entrevistados en forma separada.
Cuando el abuso es extrafamiliar, en la entrevista del niño se puede incluir la presencia de sus padres. En la medida de lo posible hay que tratar de proteer al niño de interrogatorios innecesarios.

A nivel familiar

Objetivos relacionados con la familia

• Ofrecer apoyo psicológico y social al grupo familiar o a los allegados, para que los mismos a su vez puedan brindar atención.
• Establecer con los miembros de la familia un adecuado nivel de empatía, para ayudarles a comprender lo sucedido, y encontrar alternativas positivas para enfrentarlo.
• Unificar criterios sobre el manejo del problema.
• Preparar a la familia con respecto al proceso que hay que seguir, exámenes médicos, psicológicos, procedimientos legales, cambios de residencia, etc.
• Ser muy claros con relación a la remisión de otros servicios.
• En casos de abuso sexual intrafamiliar, toda la familia debe ser percibida como objeto de intervención. Es conveniente utilizar una comunicación directa y abierta, pero nunca una actitud agresiva ni acusativa.
• Es importante en esta primera etapa, crear un ambiente de confianza y calidez que impulse al miembro o a los miembros de la familia a expresar en forma tranquila la problemática por la que están atravesando.
• Entre otros aspectos, es necesario establecer las reglas que se van a utilizar durante la intervención, aclarando los objetivos, por qué fueron citados, qué se espera de ellos como grupo familiar, qué va a pasar, etc.
• En una segunda etapa es importante conversar con la familia, padre o familiares encargados acerca de cómo sucedieron los hechos, qué piensan con respecto a lo sucedido, qué siente con relación al niño víctima, cuáles son sus sentimientos (culpa rabia, rechazo, negación, enojo, etc.).

Se debe brindar a los padre o familiares la posibilidad de expresar todas sus preocupaciones, rechazo de los otros miembros de la familia, las secuelas, las consecuencias y los mitos que giran alrededor del abuso sexual y de las víctimas.
En lo referente a los sentimientos de culpa, es importante aclararles que culparse por no haber evitado el abuso no aporta ninguna solución, al contrario, esa actitud sirve para acumular en la familia un sentimiento de culpabilidad que pueda paralizar otros intentos positivos de apoyo para la víctima; se trata de proteger y apoyar a la víctima para que el abuso no se siga produciendo, y de reorganizar la vida familiar.

Es fundamental evaluar si el peligro ya ha sido superado, y sugerir todos los cambios y precauciones que se deben tomar para garantizar la protección del niño. Hay que evitar al máximo que sea el niño quien tenga que dejar su ambiente familiar. Esa debería ser la salida, únicamente cuando la familia no ofrezca las garantías de protección requeridas.

Luego de haber tomado las precauciones para asegurar la protección del niño, hay que preparar a la familia para la evaluación física y emocional de la víctima, explicándoles que es un paso muy importante para conocer la dimensión del daño. Además hay que conversar con la familia sobre la necesidad de denunciar el caso ante las autoridades correspondientes, y de esa manera evitar que haya otras víctimas.
Cuando el abuso es intrafamiliar (padre, madre, tío, abuelo) es muy probable que la familia no quiera denunciar el hecho en las instancias judiciales y/o policiales, esto puede deberse a diversos motivos, como: dependencia económica, lealtad hacia el agresor y al grupo familiar, miedo a las consecuencias, vergüenza, entre otros. En este caso el agente de intervención debe ir conversando sobre estos puntos, y tratar de clarificar cada uno de ellos, para ayudarles a encontrar una salida favorable, siempre y cuando quede garantizada la seguridad del niño.

Otro aspecto imporante que debe tratarse con la familia es la reacción de la misma al enterarse del abuso. La familia debe saber que la niña necesita mucho afecto, apoyo y comprensión. Hay que enfantizar que la víctima no es culpable de los sucedido y es necesario que se lo hagan saber, que lo expresen verbalmente.

Hay que hablar con la familia acerca de los posibles cambios en el comportamiento del niño, que puede llegar a preocuparles, por lo que es muy importante que continúen recibiendo ayuda, y si es posible continuar luego con un tratamiento terapéutico más profundo. Hay que tener muy presente que la situación de abuso no sólo afecta a la víctima, sino también a los otros familiares del entorno, por lo que es importante indagar cuáles son las reacciones ante el descubrimiento del abuso; esto permitirá conocer cómo se encuentra la familia, y el apoyo que el niño pueda recibir de la misma.

El logro de esta etapa de intervención consiste en establecer estrategias para enfrentar la situación a corto plazo. Además, un proceso de atención adecuado será aquel en el cual se logre comprometer al niño y a su familia para continuar un tratamiento más prolongado.

PREVENCIÓN DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL.


"Más vale prevenir que curar."
Para prevenir el abuso sexual hacia niños y niñas se recomiendan pautas de educación para que los niños y niñas crezcan con autoestima, decisión y afirmados como personas. Es decir, no se puede prevenir con un consejo en un día, sino con una actitud constante durante todos los días.

Por ejemplo, es muy fácil que un niño con baja autoestima y acostumbrado a ser jaloneado o empujado en la casa, ceda ante el empujón de uno más grande que lo encierra en el baño y que trata de abusar sexualmente de él. Por el contrario, un niño o niña que tiene la experiencia de no ser maltratado y que los padres no permiten ningún tipo de abusos, posiblemente cuando le ocurra algo así va a gritar, patear y se quejará con el profesor.

Pautas generales de prevención

1. Lograr que niños y niñas adquieran seguridad y autoestima. Palabras como "siempre te equivocas" o "eres un inútil" disminuyen la autoestima. Por el contrario, "esta vez lo has hecho muy bien" o "no permito que te llames tonto, simplemente te has equivocado, la próxima vez te saldrá mejor", aumentan la autoestima.
Al respecto, hay un ejercicio que los padres y madres, así como los profesores y profesoras, deberían hacer: anotar en un papel las veces que han llamado la atención por equivocaciones o incorrectas de sus hijos/as o alumnos/as. Si al final del día resulta que más se han fijado en las acciones a corregir que en las acciones a estimular, tienen que revisar sus métodos educativos, pues las investigaciones muestran que más logramos estimulando un buen comportamiento que reprendiendo uno inadecuado.

Además, el niño o niña que es estimulado constantemente crece con autoestima, tiene un buen concepto de sí mismo, aprende a respetar su cuerpo, a identificar cuando le faltan el respeto, sintiéndose capaz de hacer las cosas bien.

2. Evitar el "tirón de pelo", "coscachos" o cualquier otro tipo de agresión física que se usa pensando que esun método para mejorar la conducta. El castigo físico da al niño o niña la percepción de que pueden hacer uso de su cuerpo sin su permiso y si las personas que deben protegerlo, con idea de corregirlo, agreden su cuerpo, entonces creerá que también otros lo pueden usar para lo que quieran.

3. Tratar de manejar cotidianamente el concepto de derecho y lo que éste signfica. De la misma manera como enseñamos la importancia de la higiene para la salud: lávate las manos, báñate, etc., de esa misma manera debemos trabajar los derechos del niño y de la niña.
El concepto de derecho debe ser conocido y manejado por los niños y niñas desde que adquieren el grado de madurez suficiente para comprender su signficado. Desde muy pequeños se darán cuenta que tienen derechosy no permitirán que la madre o el padre, o los hermanos mayores abusen de ellos. Ejercer los derechos en la familia es una práctica de respeto y democracia.
También es importante hablarles sobre lo que es el abuso, para que sepan identificar cuando alguien hace uso de su posición de poder para beneficio propio.

Pautas específicas de prevención


Es necesario hablar con precisón sobre lo que es el abuso sexual. Hay padres o madres que piensan que hablar sobre ese tema puede desatar temores en sus hijos o impedir un sano desarrollo sexual. Al contrario, hablar sobre el tema facilita que no sean víctimas de abuso.

Es importante recordar que la mayoría de casos ocurren en el ambiente del barrio o de la casa, por ello las recomendaciones de no hablar con desconocidos ni alejarse de la casa son válidas pero insuficientes. En este caso son necesarias otras recomendaciones:

Respeto por el cuerpo. La idea de "mi cuerpo es mi territorio" debe ser un lema para los niños y niñas. "Es mi territorio y nadie lo toca sin mi permiso". Ello incluye no sólo la violencia, sino también el castigo físico.


Identificar las partes íntimas de su cuerpo. Aún con niños y niñas muy pequeñas se puede hacer el ejercicio de que sepan lo que son partes íntimas. Por ejemplo, en niños y niñas menores de 5 años se pueden idear ejercicios de pintar de rojo las partes que cubre la ropa de baño: esas son partes íntimas que ninguna persona debe tocar, salvo la mamá o el médico cuando sea necesario. También contar pequeños cuentos para que sepan identificar qué son partes íntimas y qué hacer cuando alguien las toca.

Reconocer diferentes tipos de caricias

• Las que hacen sentirse bien, como los abrazos del papá y los besos de las tías.
• Las que hacen sentirse mal, como un abrazo que te presiona o quita la respiración o te hace sentir incómodo(a).
• Enseñarles a desconfiar cuando alguien les hace una caricia y les dice que njo se lo cuenten a nadie.
• Hacer ejercicios para que identifiquen las diferentes caricias y lo que pueden hacer cuando esas caricias van hacia sus partes íntimas.
• Conversar sobre a quién debe preguntar cuando tengan duda sobre el tipo de caricias que reciben.

Aprender a decir NO


Existen familias que piensan que los niños deben atender las demandas de los adultos, aún contra su voluntad: ir a comprar a la bodega, atender los recados, y en general, todo lo que los adultos les imponen, en especial si son personas conocidas o de la familia. La idea de respeto o atención a los mayores no debe confundirse con incondicionalidad hacia ellos, porque puede generar la idea de que los menores están al servicios de los adultos.

Por el contrario, si los niños y las niñas entienden que a los mayores no hay que obederles en todo lo que les digan, sabrán decir NO cuando un adulto toque sus partes íntimas, su cuerpo, su territorio.

Saber qué es el abuso sexual


Desde que el niño o la niña tiene posibilidad de comprender lo que se le dice, es necesario explicarle, ya sea la madre, el padre o el (la) profesor(a), que existe el abuso sexual y que por lo general se trata de un adulto que quiere "jugar" con sus partes íntimas y luego pedirle que no cuente nada a nadie.

El niño y la niña aceptan bastante bien estas explicaciones. Sin embargo, los adultos prefieren no tocar el tema, ya sea porque siguen considerando a la sexualidad como un tema tabú, o por los recuerdos de violencia que les trae, si es que en su infancia han sufrido abuso sexual. Como vemos, el por qué no se habla del tema está más en la incomodidad del adulto que en la manera como el niño o niña reciben la información.

Saber que hay secretos que no pueden quedar como secretos

Los niños y las niñas deben saber que la mayoría de las personas de su entorno los aman y protegen, pero también deben saber que entre esas personas hay algunas que tienen comportamientos abusivos y que tratan de tocar sus partes íntimas o de hablarles y mostrarles cosas que no comprenden bien y que les piden que lo callen porque es un secreto o los amenazan para que no hablen.

En talleres con docentes se puede ensayar ejercicios para que los menores identifiquen acciones de abuso sexual. Por ejemplo, trabajar diferentes casos en los cuales un adulto pide que guarde el secreto. También es necesario dialogar con ellos y explicarles que las caricias que hacen sentir bien no deben callarse como si fueran secretos.
COLABORACIÓN

¿ROMPER EL SILENCIO?


Cuando se aborda el tema de cómo enfrentar el abuso sexual y de cómo sobrevivir a él, cuando se lanza a las mujeres y a las niñas, a toda la socidad la universal consigna de "romper el silencio" hay que traducirla no sólo en la necesidad o urgencia de la denuncia pública y ante los tribunales.

Hay importantes pasos previos
. primero que nada hay que "darle nombre a las cosas".

Si hablar abiertamente de la sexualidad nunca fue posible en la época de las prohibiciones y los tabúes, y si hablar abiertamente de la sexualidad es un objetivo aún no logrado en la actual época de las desinhibiciones, si hablar de la sexualidad maduramente, responsablemente, festivamente -que no es lo mismo que banal, vulgar o morbosamente- es aún una utopía, hablar de abuso sexual es particularmente difícil, crispante.
En la sexualidad humana -profundamente distorsionada por la inequidad de género- es éste uno de los temas más resguardados por un silencio que sellan tres llaves: la del dolor, la del pudor y la del temor. Da miedo hablar "de eso", da vergüenza, da pena, duele mucho.

Muchas mujeres se mueren sin haber hablado nunca con nadie de "lo que les pasó". Muchas eligen morir precisamente para no tener que hablar nunca de "eso".

Muchas son las muchachas que, abusadas en sus casas por padres o padrastros, refieren que llegaron a la madurez pensando que "eso" le pasaba a todas, que eso era lo que debía pasar, que así era la vida. Muchas son las mujeres que han sepultado en el olvido que les pasó "eso" porque el tiempo y la necesidad de sobrevivir congeló en ellas en aquel momento cualquier palabra que describiera lo que les sucedía. Para muchas otras, muy pequeñas cuando "eso" les pasó, la memoria les jugó una trampa y, ya mayores, sin recordar los hechos sufren sus consecuencias.

Hablar de "eso" -con su nombre, rodeando el hecho con un cerco de palabras, diseccionando lo sentido con las palabras más adecuadas- es imprescindible. El silencio -el silencio personal de la víctima, también el silencio social- favorece siempre a los abusadores. Y siempre perjudica a las abusadas. Ante estas tragedias, el silencio es una rutina que adormece. Y que representa un riesgo para una psicología sana. Hay que romper esa rutina, ese silencio. Puede afirmarse que, sin hablar, sin hablarlo, es prácticamente imposible transitar ese camino que va de ser víctima a ser sobreviviente.

Por lo mismo, un posible primer paso para resolver los problemas que siguen al abuso sexual es hablar acerca del tema. Esta puede ser una manera de tomar el control - nunca fue tu secreto, sino el de tu agresor.

Las víctimas a menudo se sienten culpables y los agresores generalmente refuerzan este sentimiento al decirle a sus víctimas que es su culpa, que se merecen ser tratadas como objetos.

Para poder sanar, las sobrevivientes de violación y abuso sexual deben salir del escondite en el que suelen permanecer.

Requiere de mucho coraje abrirse; decirle a alguien lo que te pasó puede ser aterrador e incluso el dolor de esta experiencia puede afectar tu habilidad de hablar. Como la violación aún se considera un tema tabú, las sobrevivientes de abuso sexual generalmente sufren aún más por las reacciones de sus amigos y de su familia. Los amigos pueden distanciarse, tratar de minimizar tu dolor y sufrimiento o simplemente evitarte.

A las personas no les gusta hablar del tema de la violación y muchas pueden tratar de distanciarse del evento culpando a la víctima. Puede que sientan que si de algún modo logran poner la culpa en la víctima, se hacen ellas mismas invulnerables a ser violadas. A nadie le enseñan a lidiar con personas que han sido víctimas y la mayoría de las personas no habla acerca de la violación por muchos años.


Muchas veces las personas más cercanas a nosotros y cuya opinión más valoramos, tales como nuestros amigos y familiares, hacen comentarios inadecuados e hirientes, aunque no sea intencionalmente. Algunas personas te pueden decir que no debes sentir lástima de ti misma, o que no estás siendo lo suficientemente optimista. Puede que no vean una razón por la cual debieras estar deprimida y piensan que puedes salir de ahí "mágicamente". Si ya has tenido que lidiar con este tipo de reacciones sabes cuánto duelen. Cuando pase esto, respira profundo y recuerda que son ellos los que están equivocados, no tú. No dejes que te silencien. Ellos simplemente no entienden porque nunca han tenido que pasar por lo que pasaste tú.


Gran parte de las sobrevivientes han tenido que aprender a no dejar que lo que los otros hacen o dicen les afecte negativamente. Con el tiempo, incluso te darás cuenta que gran parte de las personas no te hiere intencionalmente con sus palabras. Algunas simplemente no están preparadas para lidiar con problemas tan sensibles y emotivos y dicen cosas sin considerar las consecuencias de sus palabras y el profundo impacto que pueden tener en ti sus comentarios.


No es sorprendente que la reacción de algunas personas te cause dolor, pero esto no significa que debes rendirte y pensar que no encontrarás apoyo ni entendimiento en otros. Hay gente que sí entiende. Encontrar apoyo en una persona puede tocar tu alma de maneras que las palabras difícilmente pueden expresar. Este tipo de personas son invaluables. Sólo debes ser precavida al decidir en quién confíar y a quién le revelas detalles que pueden ser muy sensibles. Esas personas debe ser gente que sientas que va a estar ahí, te va a entender y te va a apoyar.

Romper el silencio es uno de los primeros pasos para sanar. Cada vez que lo haces y confías en alguien, has avanzado un paso más en tu proceso de sanación.


Recuerda, tú no hiciste nada malo. No calles. Habla.



COLABORACIÓN SANTIAGO DE CHILE

¿PORQUE ACUDIR A TERAPIA?



Terapia

Importancia de la terapia.

El apoyo de un(a) terapeuta puede ser muy útil en el proceso de sanación. Un buen terapetua es un testigo compasivo de la curación.

Al ofrecer de manera constante apoyo, aliento, esperanza, información e intuiciones, un terapeuta proporciona un espacio seguro dentro del cual podemos aprender a aceptarnos a nosotras mismas.
Para muchas personas, un terapeuta proporciona un lugar seguro donde derramar los secretos, el dolor y las esperanzas que han estado reprimidas en el interior. Para las sobrevivientes dañadas por personas próximas a su familia, una de las cosas más importante al visitar a un terapeuta puede representar la oportunidad de volver a confiar.

En la terapia se produce algo mágico, una transformación. Se recuperan sentimientos, se curan antiguas heridas, se vuelve a ver la vida y el futuro como llenos de posibilidades. Lo que antes parecía imposible vuelve a estar al alcance de la mano. La terapia puede ser un potente vehículo para el cambio.


Cómo escoger a un terapeuta

El hecho de que alguien sea un terapeuta profesional y que pueda ayudar a otras personas no necesariamente significa que te pueda ayudar a ti. Tienes que decidir por ti misma si es que es una persona en la que puedes confiar para ayudarte a resolver tus problemas. Tienes el derecho de seguir buscando al terapeuta que necesites hasta que lo encuentres.

Hay que estar dispuesta a trabajar bastante para encontrar un buen terapeuta. No te quedes con la primera persona que veas. Aunque estés pasando por una crisis y creas que no puedes sobrevivir una semana sin ayuda, no te comprometas en una relación terapéutica prolongada mientras no hayas buscado a conciencia.

Una buena forma de encontrar un terapeuta es obteniendo una referencia a través de alguien en quien confíes, como por ejemplo, un amigo u otra persona que haya sufrido una agresión similar, un miembro de la familia, etc. Es importante sentirse "segura" con el terapeuta.
Aunque las personas que han sufrido de abuso sexual a menudo tienen dificultad para confiar en las personas, tú debes sentir cierto grado de afecto y de simpatía para poder comenzar la terapia.

Hay que tener presentes algunas referencias cuando estés evaluando a tu futuro terapeuta. Es importante que el terapeuta:

• Nunca reste importancia a tus experiencias ni a tu sufrimiento.
• Tenga información (o esté dispuesto a buscarla) sobre el proceso de curación de adultos que sufrieron abuso sexual en la infancia.
• Centre su atención en ti y no en el agresor.
• Te deje espacio para explorar tu propia historia sin intentar definirla por ti.
• No te presione para que te reconcilies o perdones.
• No quiera entablar contigo una relación fuera de la terapia.
• No hable de sus proeblemas personales.
• No quiera tener una relación sexual contigo, ni ahora ni después de la terapia.
• Respete tus sentimientos (aflicción, rabia, furia, tristeza, desesperación, alegría).
• No te fuerce a hacer aglo que no desees hacer. (Las únicas excepciones a esto son los casos en que la persona tiene intenciones suicidas o amenaza con hacer daño a otra persona. Si durante la terapia revelas una situación en que actualmente hay abuso de un niño o niña, el terapeuta estará obligado a informar de ese abuso, lo quieras tú o no. Cuando se encuentran ante un caso de este tipo, muchos terapeutas ayudarán a la paciente a sentirse lo suficientemente fuerte para hacer ella mismas la denuncia.)

• Te anime a crearte una red de apoyo fuera de la terapia.
• Te anime a relacionarte con otras supervivientes de abuso sexual en la infancia.
• Te enseñe técnicas y habilidades para cuidar de ti misma.
• Esté dispuesto a hablar de los problemas que surjan en la relación terapéutica.
• Se responsabilice de los errores que pueda cometer.

Efectividad de la terapia

Cuando trabajas con un buen terapeuta, debieras sentirte comprendida y apoyada. Debieras sentir que hay afecto entre el terapeuta y tú. Y esto debiera ocurrir pronto en el proceso de la terapia.

Sin embargo, no se puede juzgar si es buena o no la terapia por lo que se siente en el momento. Para algunas mujeres la terapia es una especie de refugio al cual acuden con regularidad e impaciencia. Otras temen cada sesión y tienen que obligarse a ir.

La terapia no es siempre agradable ni cómoda, pero sabes que estás con un buen terapeuta si con el tiempo se van desarrollando cada vez más habilidades para cuidar de ti misma. Aún cuando haya un primer período de fuerte dependencia, finalmente una ha de volverse más y más independiente.

Aunque la relación con el terapeuta puede ser enormemente importante para ti, es esencial que no le entregues todo tu poder. Recuerda que eres tú quien está en el centro de tu vida y de tu curación. Un buen terapeuta es sólo uno de los muchos recursos que vas a utilizar.

Problemas en la terapia


Si no te sientes respetada(o), valorada(o) o comprendida(o), o si el terapeuta resta importancia o deforma tu experiencia, es señal de que estás en una mala terapia, o al menos de que no hay una buena conexión entre tú y el terapeuta. Si te parece que algo va mal en la relación, o si te sientes dolida o furiosa con tu terapeuta, habla de ello en la sesión. Después de hablar debieras sentir que has sido escuchada y comprendida. Pero si el terapeuta no hace caso de tus sentimientos o reacciona a la defensiva, entonces quiere decir que no estás recibiendo el respeto que te mereces. Busca en otra parte.

Un viaje mutuo
Cuando confiamos en un terapeuta para que sea testigo y apoyo de nuestra curación, permitimos que esa persona nos vea, nos conozca y toque nuestra vida de manera profunda. El o la terapeuta deberá considerarlo un honor y un privilegio, y deberá hacernos partícipes de su habilidad, experiencia y compasión. Por nuestra parte, ofrecemos nuestra disposición a enfrentar nuestro pasado y a trabajar sinceramente con el mayor esfuerzo. La consecuencia es una colaboración en la cual somos capaces de sanar, crecer y crearnos una vida rica y satisfactoria.

¿ES NORMAL QUE SIENTA RABIA, VERGUENZA, DOLOR Y RENCOR?


Rabia

"Cualquier persona puede tener rabia. Pero tener rabia con la persona indicada, hasta el grado indicado, en el momento indicado, por la razón indicada y en el modo indicado - eso no es fácil." -Aristóteles

La rabia es un estado de duelo por el que pasan muchas personas que han sufrido traumas por eventos causados por el acto deliberado de otro ser humano.

Puede también ser un signo de que alguien te está hiriendo o de que no estás lidiando positivamente con algún problema emocional importante en tu vida. Las personas muchas veces sienten rabia cuando sienten que ha habido una injusticia en su contra o cuando pareciera haber un problema sin solución.

No todas(o) la sienten, pero muchas sí.

Es una respuesta natural a nuestro instinto de sobrevivencia. Cuando un animal es amenazado o herido, tratará de escapar. Si no puede escapar, se dará vuelta y peleará. No sólo los animales tienen esta respuesta impulsada por hormonas al percibir un peligro; los seres humanos también la tenemos. La mente registra las situaciones emocional y físicamente peligrosas como amenazas a nuestra sobreviviencia. Si no puedes evitar estas amenazas, muchas veces el resultado es rabia.

La rabia se puede manifestar como ira, depresión o angustia. Lidiar con esto puede ser muy estresante y te puedes llegar a sentir muy sola o confundida. La rabia muchas se veces se dirige inapropiadamente a las personas que son importantes en tu vida, a las personas que respetas y a las que te importan mucho, o incluso a ti misma. Algunas personas andan por la vida como bombas a punto de explotar. Saber por qué estas enrabiada y hacia quién o qué te puede ayudar tremendamente a controlar la rabia, en lugar de dejar que ésta te controle a ti.

Las investigadoras Ann Wolbert Burgess y Lynda Lytle exploraron el asunto de la rabia:
"Muchas víctimas se dan cuenta de que sus sentimientos son desproporcionados a la situación en la que están. Dicen estar enojadas con alguien y luego se dan cuenta de que la rabia realmente no tenía fundamento en esa situación particular. Las mujeres se molestan mucho con este comportamiento el cual, a la vez, les produce mayores problemas."
La vergüenza es una de las emociones más abrumadoras que experiencian las sobrevivientes de abuso sexual, es una emoción que nos sugiere que no somos lo suficientemente buenas, que algo anda mal con nosotras y que nos impulsa a esconder la verdad. Esta vergüenza es un sentimiento que generalmente pareciera tener vida propia y que pareciera esparcirse por todo nuestro cuerpo, afectando la manera en que vivimos e interactuamos con los demás.

La vergüenza también es difícil de entender y analizar porque es un sentimiento que se mantiene escondido. Estar avergonzada te da una sensación de inferioridad y de poca valía, te hace sentir aislada y penada por una sensación de ser un fracaso.
Una de las experiencias más dolorosas en la vida es el rechazo, todas le tememos... Pero cuando nos sentimos avergonzadas, nos estamos rechazando nosotras mismas, diciéndonos que no somos desables ni queribles. La vergüenza es como una pared que nos separa de otras personas porque es casi imposible acercarse a una persona que piensa que no merece ser cuidada.


He aquí algunas definiciones de la vergüenza:

"El humillante sentimiento de haber parecido poco favorable antes los ojos de uno mismo o de otros como un resultado de alguna acción ofensiva o irrespetuosa."
"Una dolorosa sensación, excitada por la conciencia de culpa o impropiedad, o de haber hecho algo que daña la reputación."
"La dolorosa emoción que surge de la conciencia de algo poco honorable, ridículo o indecoroso en nuestra propia conducta o circunstancias."
Vergüenza es lo que debiera sentir nuestro agresor, no nosotras. Tú no eres de culpar por el crimen que cometieron contra ti porque tú no podías controlar la situación de otra persona y por lo tanto NO DEBIERAS sentirte avergonzada. No tienes por qué esconderte tras una máscara.


Perdón, Dolor y Sufrimiento


Amor y perdón: Una salida equivocada


Muchas de nosotras(o) creemos, por algún motivo u otro, que para sanar es necesario perdonar al abusador.
Se buscan soluciones instantáneas y basadas en el "amor". Mucha gente piensa y recomienda que perdonemos a quien nos hizo daño. Porque creen que si una perdona una sana. Creen que el perdón cura. Pero eso no es así. Primero una debe sanar. Y luego, cuando una está sana, ya el perdón sale solo o ni siquiera se necesita.

Se debe superar la "ética del perdón instantáneo" que tanto se recomienda a las mujeres víctimas de violencia. Ese perdón que con tanta frecuencia recomiendan en confesionarios, en cultos y en sermones pastores y sacerdotes, también mujeres piadosas, sólo se transforma en una máscara que mantiene las memorias y los sentimientos negativos (rabia, incluso odio y venganza) lejos de nuestra conciencia. Y porque sólo afrontando cerca de la conciencia, y no lejos de ella, todos estos sentimientos se logra superar el trauma que los ocasionó.

No es conveniente que las víctimas perdonemos de forma instantánea ni inducidas en nombre de la religión. Olvídense del Jesús dulce y sumiso y recuerden la rabia de Jesús en el templo y las palabras de los profetas que hablan de la "cólera justificada" de Dios.

Un cambio para las mujeres: Distinguir entre dolor y sufrimiento

Es escencial lograr un cambio en la conciencia de las mujeres, para lo cual debemos aprender a distinguir entre dolor y sufrimiento. Debemos "aprender a no sufrir".

Tenemos que entender que el dolor es un proceso difícil, pero vivible y lo que
tenemos que evitar es el sufrimiento. El dolor es algo inevitable, el sufrimiento es evitable. El sufrimiento se produce cuando el dolor no termina, cuando el dolor permanece y queda fijo. El sufrimiento es un dolor extendido en el tiempo. El sufrimiento es también un dolor no elaborado: la causa del dolor ya ha desaparecido pero no hemos logrado elaborar ese dolor. No elaborarlo quiere decir que aún vivimos las manifestaciones del dolor, que no hemos aprendido del dolor. El sufrimiento es también una suma de dolores: superponemos un dolor sobre el otros, sin elaborarlos. Entonces, el dolor se fosiliza y se convierte en sufrimiento. Hay sufrimiento cuando un dolor del pasado está activo en el presente. Hay sufrimiento cuando un dolor actual te remite a todos los dolores sin elaborar acumulados a lo largo de la vida. Cuando esto sucede, no sólo te duele el dolor concreto y puntual de hoy, sino que te duele lo de hace un año, lo de hace cinco, te duele la vida. Eso es sufrir.


Una "vitud" cultural femenina: Sufrir


En la cultura latinoamericana sufrir es considerado una virtud femenina. Y se oye decir "Qué buena mujer es, cómo sufre". Pero no queremos mujeres sufrientes, sino mujeres felices. Decirle no al sufrimiento es una posición ética. Después de decirle no al sufrimiento, tenemos que elaborar el dolor no elaborado.

¿Qué significa esto? Que podemos mirar ya de frente el dolor del pasado. Que podemos ponerle nombre a ese dolor y decir: me pasó esto, sucedió aquello, esto se llama así. Que podemos comprender por qué nos sucedió lo que sucedió, que podemos entenderlo aunque no estemos de acuerdo, y que podemos explicar sus causas. En este proceso de elaboración del dolor, y para que el dolor no se convierta en sufrimiento, tendremos que renunciar a la lealtad que le tenemos a la que fuimos en el momento del dolor.

¿QUÉ ES EL FLASHBACK? ,¿CAUSA DEL A.S.I?


Los lapsus de memoria resultan cuando un niño intenta bloquear eventos traumáticos. Un recuerdo aparentemente inocente puede provocar sentimientos de ansiedad o depresión. Puedes sentir miedo al recordar cuando tus padres te acostaban en tu cama pero ser incapaz de dilucidar de dónde viene ese miedo.

A lo mejor recuerdas estar en primero básico, pero no en segundo, ni en tercero, ni en cuarto. Pueden llegar a inquietarte las lagunas mentales que tienes de tus recuerdos de infancia.

Cuando los recuerdos se recuperan, pueden volver con un sentimiendo de incredulidad. "¿Esto realmente pasó o es producto de mi imaginación?" Recuperar los recuerdos ayuda al proceso de sanación. Como adulto, estás más preparada para lidiar con la realidad del abuso que cuando eras niña. Tratar de olvidar no hará que el abuso desaparezca, pero es una forma muy común de poder lidiar con estos recuerdos.

Es muy común que los recuerdos vuelvan en forma de flashbacks, los pueden ser muy ambiguos o muy claros, y que consisten en flashes de recuerdos aterradores que te hacen experimentar todas las reacciones emocionales que tuviste al ser abusada. Estos flashbacks pueden ocurrir en cualquier momento y ser gatillados por olores, imágenes o sonidos. Es importante recordar que son frecuentes y que no estás loca. La sensación de estarse volviendo loca puede ser experimentada por sobrevivientes que no están conscientes del origen de sus flashbacks.

¿Qué es un flashback?

Los flashbacks son uno de los síntomas de más largo plazo y más devastadores del abuso infantil. Un flashback ocurre cuando se mira un evento que ocurrió en el pasado desde el presente, con una nueva mirada. Ese evento fue un abuso tremendamente doloroso. Cuando miramos hacia atrás vemos cosas que nunca antes vimos. Puede que sea la primera vez que te des cuenta que lo que viviste fue un abuso y que no te lo merecías. Puede que sea la primera vez que veas cómo y cuánto te hirió.

Muchas sobrevivientes de abuso sexual tienen flashbacks. Estos flashbacks son como revivir el abuso original y pueden tomar la forma de imágenes, sonidos, olores, sensaciones corporales, sentimientos o ausencia de los mismos (anestesia). Muchas veces no hay memoria visual o auditiva. Se puede tener la sensación de pánico, de estar atrapada, de sentirse impotente. Estas experiencias también pueden suceder en sueños. Pueden ser muy reales o disociados, como mirados desde una distancia. De cualquier modo, los flashbacks son experiencias aterradoras para una sobreviviente.

Cuando niña (o adolescente), tuvimos que aislarnos de los horrores emocionales y físicos del trauma. Para sobrevivir, esa niña permaneció sola, incapaz de expresar sus sentimientos y pensamientos. Es como si hubiésemos puesto todo eso en una cápsula del tiempo hasta que estalla ahora en el presente.

Cuando esa parte aflora, la pequeña experiencia el pasado como si estuviera sucediendo hoy. Cuando ocurre un flashback, es como si nos olvidáramos que tenemos una parte adulta disponible para tranquilizarnos, protegernos y resguardarnos. Los intensos sentimientos y sensaciones corporales son tan atemorizantes porque no están relacionados con la realidad del presente y muchas veces pareciera que vienen de la nada.

Comenzamos a pensar que estamos loca(o)s y tenemos miedo de decirle a alguien (incluyendo a nuestro terapeuta) de estas experiencias. Nos sentimos fuera de control y a la merced de nuestras experiencias.

Comenzamos a evitar situaciones y estímulos que pensamos pueden haberlos gatillado. Muchas veces los flashbacks ocurren durante cualquier forma de intimidad sexual, o cuando vemos a una persona con características similares a nuestro agresor o puede ser en una situación que nos genere sentimientos similares a los de estar atrapada (como confrontar a personas agresivas).

Si te sientes pequeña... estás experienciando un flashback. Si sientes sentimientos más intensos que los que corresponden a la situación presente... estás experienciando un flashback.

Los flashbacks: Un signo de progreso

Los flashbacks son un signo de progreso. Suceden cuando uno tiene la experiencia de interpretar nuestro pasado de nuevas maneras. Sin embargo, el trabajo de pasar por los flashbacks puede ser muy difícil. Si te sientes abrumada por un flashback, te puede remecer y desconpensar absolutamente. Las emociones pueden brotar tan violentamente que incluso te pueden causar psicosis, depresión o ataques de pánico.

Es muy bueno poder contar con un terapeuta que te pueda guiar a través de la etapa de los flashbacks, porque es sólo una etapa. Si es que la superas del modo adecuado, entonces podrás sanar y aprenderás a vivir con los recuerdos.

El peligro es que puedes caer en la rutina de tener flashbacks continuamente y luego te encontrarás quejándote sobre tu historia de abuso con personas que no serán capaces de ayudarte. Es posible quedarse pegada en el modo de víctima, lo que influirá en tu posibilidad de sanación. Es posible sanar, pero puede que necesites ayuda. Trata de ver tus flashbacks como un signo de que tu psiquis está tratando de sanar.


¿Qué hacer?


* Repítete a ti misma que estás teniendo un flashback.
* Recuérdate que lo peor ya pasó. Los sentimientos y sensaciones que estas experimentando ahora son sólo recuerdos del pasado. El evento real sucedió hace mucho tiempo cuando eras más pequeña y sobreviviste. Ahora puedes dejar salir ese terror, rabia, dolor y/o pánico. Ahora es la hora de honrar lo que viviste.
* "Aterriza". Esto significa zapatear el suelo para que estés consciente de que tienes pies y puedes arrancar si así lo necesitaras. Tu trauma ocurrió cuando pequeña y no podías arrancar... ahora sí puedes.
* Respira. Cuando nos asustamos paramos de respirar normalmente. Como resultado, nuestro cuerpo entra en pánico por la falta de oxígeno. La falta de oxígeno en sí causa una gran cantidad de sentimientos de pánico: se nos abomba la cabeza, se tensan los músculos, comenzamos a transpirar, nos sentimos mareadas y comenzamos a temblar. Cuando respiramos lo suficientemente profundo, mucho de estos sentimientos de pánico disminuyen.
* Reoriéntate al presente. Comienza a usar tus cinco sentidos en el presente. Mira a tu alrededor y fíjate en los colores de la pieza, la forma de las cosas, las personas que están cerca, etc. Escucha los sonidos que te rodean: tu respiración, el tráfico, los pájaros, las personas, los autos, etc. Siente tu cuerpo y lo que lo está tocando: tu ropa, tus brazos y manos, la silla o el suelo que te está sosteniendo.
* Háblale a la niña y confórtala. Es muy sanador posicionarse como un adulto en el ahora, teniendo la certeza de que uno puede salir de ahí si lo necesitaras, que está bien sentir los sentimientos de ese entonces ahora sin recriminarse por ello. La niña debe saber que es seguro sentir los sentimientos y sensaciones y liberarse de ese pasado.
* Familiarízate con tu necesidad de establecer límites. A veces cuando estamos teniendo un flashback perdemos la noción de dónde terminamos y dónde comienza el mundo; como si no tuviéramos piel. Envúelvete con una frazada, sostén un cojín o un peluche, acuéstate, siéntate en un closet... cualquier cosa que te haga sentir realmente protegida de lo que te rodea.
* Busca apoyo. Dependiendo de tu situación, podrías necesitar estar sola o puedes quierer alguien cerca tuyo. En cualquier caso, es importante que tus cercanos sepan sobre los flashbacks para que puedan ayudarte con el proceso, ya sea dejándote tranquila o acompañándote.
* Tómate tu tiempo para recuperarte. A veces los flashbacks son muy poderosos. Tómate tu tiempo para hacer la transición de esta poderosa experiencia. No esperes de ti poder retormar tus actividades de adulto de inmediato. Tómate una siesta o un baño de tina. No te recrimines por haber tenido un flashback. Aprecia por todo lo que tuviste que pasar cuando pequeña...
* Honra tu experiencia. Apréciate a ti misma por haber sobrevivido ese horrible tiempo (cuando eras más pequeña). Respeta la necesidad de tu cuerpo de sentir esos sentimientos de hace tanto tiempo atrás.
* Sé paciente. Toma tiempo sanar del pasado. Toma tiempo aprender las maneras apropiadas para cuidar de ti misma, para ser un adulto que tiene sentimientos y para desarrollar formas efectivas para lidiar con el aquí y ahora.
* Busca un terapeuta competente, uno que entienda el proceso de sanación del abuso sexual. Un terapeuta que pueda ser un guía, un apoyo, un entrenador en este proceso de sanación. Ya no lo tienes que volver a hacer sola... nunca más.
* Si puedes, únete a un grupo de autoayuda. Otras sobrevivientes pueden llegar a ser aliados espectaculares en este proceso de sanación. Es muy sanador compartir tu proceso con otras perosnas que pueden llegar a entender profundamente por lo que estás pasando.
* Puedes estar segura de que no estás loca... ¡estás sanando!

Después de un flashback


Después de haber pasado por un flashback debes cuidar de ti misma igual como lo hiciste mientras pasabas por él. O puedes evitar los flashbacks evitando las cosas que puedan llegar a gatillarlos. Luego de un flashback, lo mejor es:

* Encuentra un lugar seguro donde puedas relajarte, practicar ejercicios de respiración.
* Piensa en algún recuerdo feliz. Pensar en algo positivo romperá la barrera de cualquier cosa negativo así es que piensa, dos positivos contra un negativo si es que puedes.
* Escucha una canción que esté cerca de tu corazón pero que no gatille otro flashback, algo que devuelva tu atención a tu propia vida.
* Tómate un vaso de agua o come algo. No estoy sugeriendo que comer es una manera de calmar nuestras preocupaciones y miedos, pero la comida y el agua son cosas que todos necesitamos para sobrevivir. Los flashbacks pueden causar náuseas, dolores de cabeza, ansiedad y fatiga en casi el 70% de aquellos que los experimentan, por lo que comer algo podría ayudarte. Especialmente si es que es algo nutritivo y reconfortante en ese sentido.


COLABORACIÓN

¿DESÓRDENES ALIMENTICIOS EN VICTIMAS DE A.S.I?


Los desórdenes de alimentación son una epidemia entre las sobrevivientes de violación y abuso sexual. Muchos de los problemas asociados con estos desórdenes son los mismos a los que se enfrentan las sobrevivientes: sentimientos de poca valía, depresión, baja autoestima, pérdida de control, etc.

Comer de forma anormal es una de deformación de la imagen corporal y puede ser usado para bloquear sentimientos demasiado dolorosos. Cuando tienes un desorden de alimentación tu comportamiento está motivado por factores que te hacen actuar en contra de tus propios deseos. Estudios han demostrado que entre las personas que sufren de algún desorden de alimentación, un gran porcentaje puede haber sido víctima de abuso sexual. En estos casos, un desorden de alimentación se puede considerar como un mecanismo para lidiar con este hecho. Comer en exceso o la inanición puede darle a las sobrevivientes la falsa idea de tener control sobre sus cuerpos, cuando sintieron que no lo tenían mientras eran abusadas.

Datos y búsqueda de soluciones

El hecho de comer es controlado por muchos factores, incluyendo el apetito, la disponibilidad de comida, las prácticas culturales y familiares e intentos voluntarios de control. Hacer dieta hasta alcanzar un peso menor que el necesario para mantener una buena salud está siendo altamente promovido por la moda actual, las campañas y propaganda de comidas especiales y en algunas actividades y profesiones. Los desórdenes de alimentación involucran serios disturbios en el comportamiento alimenticio, como la reducción de comida a niveles extremos y poco saludables o el comer en exceso, al igual que sentimientos de estrés o extrema preocupación por la forma corporal y el peso.

Actualmente se está investigando cómo y por qué comportamientos que inicialmente son involuntarios, como comer menos o más cantidad que lo usual, en algún punto se descontrolan y se desarrolla un desorden de alimentación. Estudios sobre la biología básica del control del apetito y su alteración por inanición o por comer en exceso por períodos prolongados, tiene una gran complejidad, pero en el largo plazo tiene el potencial para pensar en nuevos tratamientos farmacológicos para los desórdenes de alimentación.

Estos desórdenes no se deben a un fracaso o a la falta de voluntad, sino que son enfermedades médicas reales y tratables en las cuales ciertos patrones de comportamiento comienzan a controlar nuestras vidas. Los principales tipos de desórdenes de alimentación son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. Un tercer tipo, la sobreingesta compulsiva (en inglés, "binge eating"), ha sido sugerido pero aún no aceptado como un diagnóstico psiquiátrico formal. Las mujeres estamos mucho más expuestas a desarrollar este tipo de desórdenes. Sólo entre un 5 y un 15 porciento de las personas con anorexia o bulimia y un 35 porciento con desorden de sobreingesta compulsiva son hombres. Los desórdenes de alimentación generalmente se desarrollan durante la adolescencia y la adultez temprana, pero algunos estudios indican que pueden comenzar durante la niñez o incluso más tarde en la adultez.

Los desórdenes de alimentación generalmente ocurren con otros desórdenes psiquiátricos como lo son la depresión, el abuso de sustancias y los desórdenes de ansiedad. Las personas que los padecen pueden sufrir una amplia gama de complicaciones en su salud física, incluyendo serias condiciones cardíacas y fallas renales, las que incluso pueden llevar a la muerte. Por lo tanto, reconocer los desórdenes de alimentación como enfermedades reales y tratables es críticamente importante.

Anorexia Nerviosa

Es un desorden alimentario caracterizado por una percepción alterada de la imagen corporal, un rechazo a mantener el peso mínimo para la altura, un terror a ser obeso y un gran miedo a subir de peso. La preocupación por la comida o por lo que se come y el temor a engordar son parte esencial de este desorden. Se pueden distinguir dos grupos de pacientes anoréxicas: las restrictivas y las compulsivas purgativas.

El primer grupo consigue su meta mediante la restricción exagerada de alimentos y el establecimiento de un plan estricto y también exagerado de ejercicios físicos. El segundo grupo incluye en su arsenal de tratmiento contra el peso el uso de purgas o laxantes, posterior a lo que consideran atracones ocasionales, aún cuando la ingesta de comida por ellos es mínima.

Se estima que entre el 0,3 y el 3,7 porciento de las mujeres sufren de anorexia nerviosa en algún momento de sus vidas.

Algunos síntomas son:

* Pérdida de peso significativa (al menos un 15% del peso corporal normal)
* Amenorrea (pérdida de la menstruación) por al menos tres meses seguidos
* Color pálido y mareos o desmayos frecuentes
* Alimentación restrictiva, con dietas severas o ayunos prolongados
* Rituales extraños de alimentación, como contar los bocados de cada alimento, cortar Comida en trozos muy pequeños o preparar comida para otros rehusándose a comerla
* Miedo intenso a engordar, el cual no disminuye conforme progresa la pérdida de peso
* Distorsión de la imagen corporal: sentirse "gorda" a pesar de estar escuálida
* Rehusarse a mantener un peso normal mínimo
* No existe ninguna enfermedad física que pueda explicar la pérdida de peso
* Estreñimiento
* Preocupación por las calorías de los alimentos
* Dolor abdominal
* Vómitos
* Restricción progresiva de alimentos y obsesión por la pesa
* Preocupación excesiva por la imagen
* Abundancia de trampas y mentiras respecto a los alimentos
* Hiperactividad


Bulimia Nerviosa

La bulimia es un desorden que puede durar décadas y, a diferencia de la anorexia, se caracteriza por atracones de comidas importantes y excesivos, con posterior estímulo de vómitos, la utilización de laxantes, diuréticos y purgantes, ejercicios físicos excesivos y dietas extremas para compensarlo. Estas pacientes, a diferencia de las anoréxicas, generalmente mantienen un peso normal.

La paciente bulímica tiende a ingerir alimentos en igual o mayor cantidad que el resto de las personas con las que, por lo general, comparte y come a diario, para luego ir a vomitar lo ingerido o provocar su expulsión mediante el uso de laxantes y purgantes. Esa es la manera de sentirse aceptado por la sociedad, sin aumentar de peso.

Se estima que entre 1,1 al 4,2 porciento de las mujeres sufre de bulimia nerviosa en algún momento de sus vidas.

Algunos síntomas son:


* Fluctuaciones frecuentes en el peso, a veces en un rango de 5 a 7 kilos
* Glándulas inflamadas, mejillas u ojos hinchados
* Sufrir "atracones" (hechos recurrentes de ansiedad o compulsión para comer) y luego sentimientos de culpa, pensamientos despreciativos de sí misma y miedo de no poder parar de comer voluntariamente
* El "atracón" o la purga ocurren en promedio al menos dos veces por semana durante tres meses
* Esfuerzo repetitivo por tratar de perder peso con dietas severamente restrictivas, el vómito inducido, un régimen de ejercicio excesivo o el abuso de laxantes, enemas, diuréticos o medicamentos
* Depresión frecuente y autocriticidad severa
* Valor personal fuertemente influenciado por el peso
* Seguimiento de diversas dietas
* Deshidratación
* Afecciones esofágicas y estomacales
* Problemas de mala absorción intestinal
* Alteraciones menstruales
* Aumento de caries dentales

Sobreingesta Compulsiva


Es el desorden alimentario que se observa en la mayoría de las personas con sobrepeso y obesas, aunque hay personas delgadas que pueden presentar este desorden. Se caracteriza por la necesidad de ingerir alimentos de manera compulsiva y excesiva. Es una conducta repetitiva que, a pesar de saber que es dañina, no puede ser evitada.

La ingesta de alimentos se realiza de manera inconsciente, y no es sino hasta después de ingeridos que la persona se da cuenta de lo sucedido y tiene una estrecha relación con el estado emocional. Recordemos que los azúcares, almidones y harinas refinadas tienen un efecto calmante (razón por la cual se utilizan paletas y caramelos para calmar a los niños pequeños luego de un susto).

La mayoría de los comedores compulsivos tienen predisposición genética, sumado al poco tiempo que se tiene para comer adecuadamente debido a un ritmo acelerado de vida. Poseen una personalidad obsesiva y perfeccionista, problemas emocionales diversos y una tendencia a la ingesta de comidas "chatarras" o rápidas.

Muchas de nosotras podemos haber tenido un episodio de atracón en nuestras vidas, pero para poder catalogar a una persona como comedora compulsiva se necesitan cumplir varias condiciones: episodios repetitivos de atracones, sin poder controlar lo ingerido, con ingesta de alimentos aún si se está repleto o lleno o si no se tiene hambre, comer rápido y el sentimiento de culpa sólo después de haberse dado el atracón.

Se estima que entre el 2 y el 5 porciento de los estadounidenses tienen el desorden de sobreingesta compulsiva en un período de 6 meses.

Algunos síntomas son:

* Aumento de peso
* Hipertensión y fatiga inducidas por el peso
* "Atracarse" y luego tener sentimientos de culpa, pensamientos despreciativos de sí misma y miedo de no poder parar de comer voluntariamente
* Los "atracones" ocurren en promedio al menos dos veces por semana durante seis meses
* Pasar de una dieta a otra
* Restricción de actividades social por vergüenza del peso
* Comer poco delante de otros mientras mantiene un peso elevado
* El peso pasa a ser lo más importante en la vida
* Pasarse fantaseando de que sería una mejor persona si se fuera delgada

Tratamiento

El tratamiento efectivo de los desórdenes alimenticios cubrirá adecuadamente las partes psicológica, nutricional, médica, familiar y hasta espiritual de las pacientes. El ayudar al individuo a aceptarse tal y cual es, y comprender que es un ser humano y, como tal, tiene defectos y virtudes, y que en esas virtudes es en lo que realmente debe trabajar para ser una mejor persona, lejos de mantener la idea de que el físico es la llave de la puerta al éxito, es fundamental para comenzar con el resto del tratamiento y recuperación de estos individuos.

La finalidad no es meterle en la cabeza a las personas que está bien ser obesas ni mucho menos, sino que aprendan a aceptarse y trabajar sanamente el cuerpo. No todos podemos tener una figura de modelo, pero con comer equilibradamente y ejercitarnos podemos ser personas sanas, tanto física como mentalmente.

También se debe tener en mente que la actividad física es fundamental, pues además de proporcionarnos energía ayuda a quemar calorías. No debemos olvidar ser críticos ante los excesivos mensajes publicitarios de que se debe tener una imagen corporal falsamente perfecta, para que así no se convierta en una meta por alcanzar. Actualmente, la búsqueda de una apariencia física perfecta que permita ser aceptado social y laboralmente al precio que sea, ha llevado a muchas personas a someterse a torturas psicológicas y físicas, a tener enfermedades como anorexia, bulimia, obesidad y sobreingesta compulsiva, y con una calidad de vida deprimente. Las dietas que se siguen en estos desórdenes alimentarios tienden a ayudar a perder peso, el que luego se recupera con gran facilidad al poco tiempo (dietas yo-yo).

Es en extremo importante aprender a comer adecuadamente, mediante planes nutricionales que nos permitan ingerir todos los grupos básicos de alimentos, evitando los excesos y abusos. La tergiversación de una dieta balanceada, por una dieta incompleta o vacía, que permita la pérdida de peso a costa de otros factores importantes como masa muscular, van en detrimento de nuestro cupero y, lo que es peor, de nuestra salud física y mental.


COLABORACIÓN.

¿COMO REACCIONAR ANTE EL A.S.I?


"Lo principal es tratar de reír tanto como lloras." -Maya Angelou

Hay muchas maneras distintas en que las sobrevivientes reaccionan al trauma de haber sido abusadas sexualmente durante su infancia. Muchas se critican por la forma en que reaccionaron para poder continuar con sus vidas, pero estas reacciones no tienen por qué avergonzarte. Has sobrevivido y lo importante es honrar y valorar la capacidad de encontrar recursos para salir adelante.

Si bien hay algunas maneras de reaccionar que pueden ser muy positivas, hay otras que son bastante contraproducentes. Muchas veces nuestro comportamiento contiene tanto aspectos sanos como destructivos y para sanar es esencial distinguir entre ambos para así cambiar los comportamientos que nos perjudican.


Al navegar por esta sección verás que hay algunas reacciones que pueden ser generales y comunes a todas las sobrevivientes y te resultarán muy conocidas. Otras en cambio pueden ser absolutamente ajenas a tu experiencia. Lo importante es reconocer cómo has lidiado TÚ con tu historia y darte cuenta que lo que estás viviendo es normal y que no estás "loca".

Lo más importante en estos momentos es que es posible cambiar. Aunque no todas las mujeres sobrevivientes tengamos las mismas oportunidades, el punto de partida para todas es analizar la manera en que reaccionamos para sobrevivir y perdonarse. En su momento, hiciste lo mejor que pudiste para sobrevivir. Ahora, con una actitud de aceptación y amor, tienes el poder para cambiar.


COLABORACIÓN

CONSECUENCIAS EN LOS NIÑOS.


Para hablar sobre las consecuencias de los abusos sexuales infantiles en los niños parece pertinente abordar la familia incestuosamente abusiva como un sistema o una institución totalitaria, controlando y vigilando la totalidad de las actividades de sus miembros. El grado de totalitarismo familiar es diferente en cada situación, pero es pertienente para describir la relación que el abusador impone a su víctima. El agresor ejerce un control sobre su víctima, a través de la sugestión, de mentiras, chantaje afectivo, intimidación y/o utilizando la violencia. En el abuso intrafamiliar, la víctima depende de manera vital de su abusador, está en situación de dependencia extrema, y si es muy joven, sin distancia afectiva y social que le permita defenderse de su abusador.

En el abuso sexual, las experiencias extremas son el goce sexual, la manipulación de los lazos afectivos, un discurso culpabilizante, la obligación del silencio y del secreto. Las consecuencias de ello son la aparición de efectos traumáticos (angustia, miedo) y también la adaptación de la niña y niño a la situación, teniendo en cuenta su dependencia del abusador y el proceso de sumisión y manipulación que éste le impone.

Los efectos de la traumatización se manifiestan rápidamente una vez comenzado el abuso, pero la víctima, a pesar del sufrimiento, mantiene una distancia con respecto a su abusador. El carácter traumático del abuso sexual es porque el actuar del adulto se sitú a fuera del cuadro habitual del niño. Ello altera la percepción y emociones respecto a su entorno, crea una distorsión de la imagen que tiene de sí mismo, de su visión de mundo y de sus capacidades afectivas.

Las agresiones se dan en el tiempo, por ello hay que distinguir los signos de la fase incial de la interacción abusiva, de aquellos que corresponden a la fase intermedia o de equilibrio, donde la víctima acepta bajo presión la situación como única posible, y los signos de una tercera fase, la desestabilización, provocada por fluctuaciones introducidas por la víctima, o cambios en el cuadro familiar, o rebelión activa contra el abusador, lo que suele conducir a una revelación de los hechos.

El comienzo de la interacción abusiva: La ruptura del cuadro vital de la víctima

El niño primero se enfrenta a un cambio inesperado en su cuadro de vida habitual y produce un estado de confusión, de pérdida de puntos de referencia, con la experiencia subjetiva de "un estado de sedición". Hay una ruptura de contexto. El abuso, con su contenido paradójico, produce el cambio de un contexto de cuidados o intercambio familiar hacia uno abusivo sexualizado. La víctima pierde su equilibrio habitual. Esta situación desencadena estrés, angustia y pérdida de energía psicológica en el niño, la que necesita para contiunar creciendo, y que es desviada para adaptarse a ese cambio de contexto.

También los cambios del comportamiento del padre perturban la relación del niño con su cuerpo y el descubrimiento de su sexualidad. Niña y niño afrontan brutalmente la visión concreta de una sexualidad adulta, percibida como diferente e impresionante, sin tener elementos para comprender esa diferencia. La confusión se refuerza por la ambigüedad de las actividades del abusador que trata de normalizar las relaciones o minimizar el sufrimiento de la víctima. El aislamiento y la ausencia de puntos de referencia refuerzan la angustia y la culpabilidad inducida por el abusador. Así, la víctima sólo tiene a ese adulto como referencia de normalidad y de ley.

Las escenas agresivas son revividas en pesadillas, terrores nocturnos y diurnos, e incluso en ausencia del abusador.

Es un proceso recurrente y progresivo, el niño vive con el temor de su repetición, ello amplía la angustia y agota las reacciones defensivas más estructuradas. El agresor es parte de su "cuerpo familiar", el niño no puede nombrarlo o denunciarlo.

Los niños de los que se abusa sexualmente presentan una hipersensibilidad frente a diversos estímulos que les recuerdan los hechos abusivos. Las reminiscencias de los acontecimientos traumáticos se expresa por medio de estados disociativos.

En adolescentes puede darse el consumo de drogas, como equivalente, desafiando a la droga y experimentar la sensación de controlarla; y además por su efecto que le da la sensación de goce comparable a la que el abusador les había hecho sentir.

También la víctima puede presentar un síndrome persistente de hiperactividad e hipervigilancia, dificultades para conciliar el sueño, terrores nocturnos, dificultades de concentración y para terminar una tarea, comportamientos agresivos. En situaciones menos graves la víctima muestra un carácter irritable, con dificultad para adaptarse a los cambios y manejar la frustración e imprevistos, por miedo a perder el control y no controlar las emociones. En casos más graves, en que la víctima recibió abusos por largo tiempo, y sobre todo con violencia física, hay frecuentes explosiones de cólera imprevisibles, es el miedo el que desencadena la agresividad.

Asustada por el fenómeno de revivificación, la víctima trata de evitar pensamientos y sentimientos asociados a los abusos. Sus mecanismos defensivos hacen reducir contactos con el mundo exterior, es la "anestesia psíquica y emocional" o el estado de evitación e insensibilidad. Los síntomas son: resistencia a determinado lugar, aislamiento social con tendencia a replegarse y detenciones bruscas en juegos habituales, pérdida de interés en actividades que eran atractivas antes del abuso.

Disminuye la capacidad de sentir emociones asociadas a la intimidad, contacto físico y sexualidad. En edad escolar aparecen trastornos de aprendizaje con caída brusca del rendimiento, perturbaciones en la concentración y memoria, sobre todo ligadas a los acontecimientos traumáticos. La no-simbolización en la memoria de la experiencia, crea luego dificultades para describir con detalle las circunstancias del abuso.

La víctima, para resistir la agresión, utiliza estos mecanismos disociativos, entregando su cuerpo al agresor, porque no tiene otra alternativa, pero refugiándose en su pensamiento.

La carrera moral de los niños abusados sexualmente

La alienación sacrificial aparece a mediano plazo en el proceso relacional del abuso sexual. La interacción abusiva se "circulariza" a tres niveles. Actuaciones del abusador, respuesta adaptativa de la víctima y necesidad de cohesión de la familia.

La víctima es objeto de un proceso de "resocialización secundaria" bajo la influencia de su abusador. La víctima se adapta a la intimidad de este proceso tratando de salvar lo que le es posible salvar.

El abusador intenta aislar a la víctima de su entorno inmediato, responsabiliza a la madre saboteando la confianza en ella de la víctima y amplía su aislamiento, "si le cuentas a tu madre note creerá" o "ella sabe muy bien de esto". El abusador también crea un clima de terror con amenazas físicas, de asesinato colectivo a toda la familia, suicidio, etc. Entonces la resocialización forzada es resultado del contenido de los mensajes y del carácter parardójico de la comunicación con el abusador, y comunica su drama con trastornos de comportamiento que denuncia en forma encubierta.

Así, el niño preescolar y escolar tiene dificultad para percibir su situación como abusiva y anormal, y como resultado recibe una revelación tardía y no convincente. Por su parte los jóvenes poseen vocabulario y nivel de desarrollo que les da más autonomía e independencia, pero el abuso los ha perturbado gravemente, por eso la denuncia es impulsiva, no reflexiva y a menudo poco convincente.

En otros casos, la víctima tiene un funcionamiento bien adaptado a nivel familiar y escolar y aparece externamente como un niño normal, sin problemas, lo que dificulta la credibilidad de su revelación. A veces tratan de convencer a la víctima del carácter imaginario del contenido de su experiencia. Las enormes dificultades del niño para romper la ley del silencio y el aislamiento son mal aceptadas por los adultos, es difícil creer que la víctima haya podido tolerar la situación tanto tiempo sin decir nada, pero se olvida que el niño está atrapado por alguien que, por su posición y rol, tenía la función de educarle y protegerle.

Luego de denunciar hay alto riesgo de retracción, depende de las intervenciones exteriores a la familia, cómo escuchen, asistan y protejan a la víctima y su revelación. La denuncia fuera de la familia supone una perturbación que hace peligrar la homeostasis familiar y también de los sistemas institucionales que rodean al nño (en los cuales deposita su secreto).

La crisis de divulgación puede ser insoportable para todo implicado y dirigen mensajes directos o indirectos a la víctima, para obligarle a callar o retractarse, y la víctima sacrifica la ilusión de salvar una vez más lo que se pueda salvar, nuevamente se ofrece para mantener el "equilibrio familiar" y del entorno social, preservando la homeostasis familiar y de los sistemas implicados, puede incluso vivir su retracción como un alivio.

Aunque el abuso sexual a niños puede ocurrir en la familia, también puede suceder fuera de ella, por ejemplo por un amigo, persona que lo cuida, un vecino, maestro o un desconocido. Sin emabrgo, cuando el abuso ocurre, el niño desarrolla una variedad de pensamientos e ideas angustiantes.

No hay niño preparado psicológicamente para hacer frente al estímulo sexual. El niño que es víctima de un abuso prolongado, usualmente desarrolla una pérdida de autoestima, tiene la sensación de que no vale nada y adquiere una perspectiva anormal de la sexualidad. Puede volverse muy retraído, perder la confianza en todos los adultos y hasta llegar a considerar el suicidio. Pueden también tener dificultades para establecer relaciones con otra personas, a menos que tengan una base sexual. Algunos niños abusados se convierten en adultos que abusan de otros niños o ejercer la prostitución.

En resumen, las secuelas o consecuencias del abuso sexual en un niño son muchas y pueden servir como indicadores de tal situación. Las repercusiones pueden ser a corto o largo plazo y son manifestaciones clínicas inespecíficas, difíciles de identificar como emergentes del abuso sexual:

* Manifestaciones ansiosas y depresivas, sentimientos de inseguridad, terror (a la presencia de un adulto del sexo masculino) o a otras situaciones, cambios notorios en la personalidad y falta de confianza.
* Evitación de situaciones análogas al traumatismo.
* Desarrollo de estados fóbicos o de pánico, miedos repentinos.
* Tristeza, culpabilidad y vergüenza.
* Modificación del comportamiento a nivel del sueño: pesadillas, insomnio, terrores nocturnos.
* Trastornos de la alimentación: anorexia, bulimia compulsiva.
* Trastornos de la actividad escuela: modificaciones bruscas del rendimiento, dificultad de concentración, negarse a ir a la escuela, mala integración.
* A nivel social, fugas, aislamiento de amigos y familia.
* Agresividad excesiva, ira, hostilidad.
* Abuso de drogas o alcohol, delincuencia.
* Ideas o intentos suicidas o conductas autodestructivas.
* En niños pequeños comportamientos regresivos (por ejemplo, mojar la cama).

En relación a problemas de comportamiento sexual, identidad sexual, etc.:

* Interés excesivo o evitación de todo lo de naturaleza sexual.
* Comportamiento seductor manifiesto.
* Conocimiento y comportamiento sexual raro, sofisticado o inusual.
* Relato de abuso sexual por parte del niño.
* Decir que tiene el cuerpo sucio, dañado o tener miedo de que haya algo malo en sus genitales.
* Juego sexual no apropiado a la edad.
* Evidencia de abuso o molestias sexuales, por el contenido de sus dibujos, juegos o fantasías.
* Formación precoz de parejas pasajeras.
* Masturbación compulsiva.
* Promiscuidad, prostitución.
* Confusión en cuanto a la identidad y normas sexuales.
* Repliegue de los amigos.
* Desconfianza extrema.

Por último también hay consecuencias físicas en el niño abusado sexualmente:

* Dificultad para caminar o sentarse.
* Dolor, hinchazón o picazón en la zona genital.
* Dolor al orinar.
* Enfermedades transmitidas sexualmente.
* Contusiones, laceraciones, sangramiento en los genitales externos, vagina o área anal.
* Embarazo, especialmente en la adolescencia.

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Fuente:
Castro Meza, Alfredo Alejandro. El abuso sexual infantil.

¿HASTA QUÉ EDAD SE CONSIDERA ABUSO SEXUAL?


El abuso sexual por definición tiene que ver con el poder y existe en la medida en que hay poder relacionado con la dependencia. Mientras más edad tenga la víctima, mayores posibilidades existen de abrir el tema. Y en ese sentido, es importante terminar con el mito de que mientras sea niñita es abuso, pero cuando es adolescente lo hace porque se acostumbró a tener relaciones sexuales. El abuso sexual es el mismo, aunque se tenga 6, 14 ó 18 años, incluso la mayoría de edad, ya que lo que indica abuso es el poder que tenga el abusador y puede incluir o no penetración.

La diferencia de edad entre el menor y quien le utiliza sexualmente también nos obliga a hablar de abuso. Entre dos personas de edades muy distintas, que no comparten las mismas experiencias, ni el mismo grado de madurez biológica, ni las mismas expectativas, no puede existir jamás una relación sexual de igualdad. El menor es incapaz de decidir libremente su participación en una actividad sexual que, dado su carácter, ni siquiera podría imaginar por sí solo. Para los niños, el hecho de que les pidan mantener relaciones de naturaleza sexual, o les obliguen a realizarlas, siempre constituye una terrible sorpresa.

¿Qué conductas se consideran abuso sexual?

El término abuso sexual designa el uso abusivo e injusto de la sexualidad. Refleja la idea de que no existe relación sexual apropiada entre un niño y un adulto, atribuyendo la responsabilidad de este tipo de acto exclusivamente al adulto. El acto sexual no sólo se reduce al aspecto genital, sino que recoge todo acto o gesto por el cual un adulto obtiene gratificación sexual.

En cuanto a la diversidad de conductas sexuales implicadas en los abusos, podríamos decir que se produce abuso sexual en los siguientes casos:

En formas de contacto físico como...

* Penetrar ano o vagina con cualquier objeto, los dedos o el pene.
* Exhibir los órganos sexuales al menor de una manera inapropiada.
* Tocar o acariciar los genitales del menor.
* Forzar al menor a masturbar al adulto.
* Hacer que el niño mantenga conductas sexuales con personas de su mismo sexo.
* Pedir al niño que estimule oralmente los genitales del adulto.
* Obligar al niño a que se involucre en contactos sexuales con los animales.
* Obligar a los niños a ver actividades sexuales de otras personas o escenas pornográficas.

En manifestaciones de explotación sexual como...

* Implicar al menor en conductas o actividades que tengan que ver con la producción de pornografía.
* Promover la prostitución infantil.

Hay que tener en cuenta que lo más corriente es que durante un abuso se produzcan a la vez varias de las conductas expuestas en las listas anteriores.

¿Cómo se categoriza el abuso sexual infantil?

El abuso sexual infantil se podría expresar en cuatro tipos de categorías:

1. Incesto: Si el contacto físico sexual se realiza por parte de una persona de consanguineidad lineal o por un hermano, tío o sobrino. También se incluye el caso en que el adulto está cubriendo de manera estable el papel de los padres.

2. Violación: Cuando la persona adulta es otra cualquiera no señalada en el apartado anterior.

3. Vejación sexual: Cuando el contacto sexual se realiza por el tocamiento intencionado de zonas erógenas del niño o para forzar, alentar o permitir que éste lo haga en las mismas zonas del adulto.

4. Abuso sexual sin contacto físico: Se incluirán los casos de seducción verbal explícita de un niño, la exposición de los órganos exuales con el objeto de gratificación o excitación sexual con ello y la automasturbación en presencia del niño con el objeto de buscar gratificación sexual.

PROCESO DE SANACIÓN,.


El proceso de sanación es un continuo. Comienza con una experiencia de superviviencia, con la conciencia del hecho de que se vivió el abuso sexual y se consiguió llegar a la vida adulta. Acaba con la consecución, con la experiencia de una vida satisfactoria que ya no está programada por lo que ocurrió en la infancia. En medio de ese comienzo y ese final está el tema del que trata esta sección: el proceso de sanación.

Es importante destacar que la curación no es un proceso lineal. Es más bien una parte integrante de la vida, es como un espiral. Pasas una y otra vez por las mismas fases, pero al subir por el espiral pasas por ellas a diferente nivel y tienes una perspectiva diferente. En cada nuevo ciclo se refuerza la capacidad de sentir, recordar y hacer cambios duraderos.

FASES DEL PROCESO

Si bien la mayoría de estas fases son necesarias para todas las sobrevivientes, algunas (la fase de crisis, recordar el abuso, confrontarse con la familia y el perdón) no son aplicables a todas las mujeres.

La decisión de curar
Una vez que se han reconocido los efectos del abuso sexual en la propia vida, es necesario comprometerse activamente a curar. La curación profunda sólo ocurre cuando la eliges y estás dispuesta a cambiar.

La fase de crisis

Cuando se comienzan a enfrentar los recuerdos y sentimientos reprimidos se puede producir una confusión enorme en la vida. Recuerda que esta es solamente una fase. No durará para siempre.

Recordar

Muchas sobrevivientes reprimen todos los recuerdos de lo que les sucedió cuando eran niñas. Aquellas que no olvidan los incidentes reales suelen olvidar lo que sintieron en esos momentos. Recordar es el proceso de recuperar el recuerdo y los sentimientos.

Creer que sucedió

Las supervivientes suelen dudar de sus percepciones. Llegar a creer que el abuso realmente ocurrió y que realmente te hizo daño es una parte vital del proceso de sanación.

Romper el silencio

La mayoría de las sobrevivientes guardaron en secreto el abuso cuando eran niñas. Contarle a otro ser humano lo que ocurrió es una potente fuerza curativa que puede disipar la vergüenza de ser una víctima.

Comprender que no tuviste la culpa

Las niñas suelen creer que ellas tienen la culpa del abuso sexual. Las sobrevivientes adultas deben poner la culpa donde corresponde, directamente en los hombros de los agresores.

Comunicarse con la niña interior

Muchas sobrevivientes se desconectan de su vulnerabilidad. Ponerse en contacto con la niña interior puede servir para sentir compasión por ti misma, más rabia contra el agresor y mayor intimidad con las demás personas.

Confiar en ti misma

La mejor guía para sanar es la propia voz interior. Aprender a confiar en las propias percepciones, sentimientos e intuiciones forma una nueva base para la actuación en el mundo.

Sentir y desahogar la aflicción

Mientras eran niñas y víctimas de abusos y después adultas en lucha por sobrevivir, muchas sobrevivientes no han llorado sus pérdidas. Desahogar tu dolor es una manera de respetarlo y honrarlo, dejarlo marchar y avanzar hacia el presente.

La rabia, piedra angular de la curación
La rabia es una fuerza potente y liberadora. Ya sea que haga falta ponerse en contacto con ella o que siempre haya habido mucha y en exceso, dirigir la rabia directamente contra el agresor, y contra las personas que no te protegieron, es fundamental para sanar.

Revelaciones y confrontaciones

Confrontarse directamente con el agresor y/o a la familia no es posible en todas las sobrevivientes, pero puede ser un instrumento de limpieza extraordinario.

¿Perdón?

El perdón al agresor no es una parte esencial en el proceso de curación, aunque suele ser el que más se recomienda. El único perdón esencial es el perdón de ti misma.

Espiritualidad
La percepción de que hay un poder superior a una misma puede ser una gran ventaja en el proceso de curación. La espiritualidad es una experiencia bastante personal. La puedes encontrar en la religión tradicional, la meditación, la naturaleza o en algún grupo de apoyo.

Resolución y... a otra cosa
Pasando una y otra vez por estas fases llegarás a un punto de integración. Los pensamientos y perspectivas se estabilizan. Llegarás a una especie de acuerdo con el agresor y otros familiares. Aunque no se va a borrar el pasado, harás cambios profundos y duraderos en tu vida. Habiendo adquirido conciencia, conocimiento, comprensión y poder con la curación, tendrás la oportunidad de trabajar por un mundo mejor.