lunes, 20 de agosto de 2018

Abusaron sacerdotes de más de mil menores


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Nueva York— Obispos y demás líderes de la Iglesia Católica en Pennsylvania encubrieron el abuso sexual infantil perpetrado por más de 300 sacerdotes en un lapso de 70 años, persuadiendo a las víctimas de no reportar el delito y a la policía de no investigarlo, de acuerdo con el reporte que presentó el martes un jurado especial.

El informe, el cual abarcó seis de las ocho diócesis católicas en el estado y con el que se detectaron más de mil víctimas identificables, constituye el examen más extenso efectuado hasta el momento en Estados Unidos por alguna dependencia gubernamental sobre el abuso sexual infantil en la Iglesia Católica. En el reporte se señala que probablemente existan miles más de víctimas cuyos expedientes se perdieron o que tenían demasiado miedo de hablar.

En el documento se mencionan casos terribles de abuso: un párroco violó en un hospital a una niña pequeña a la que le habían quitado las amígdalas; un sacerdote ató y azotó con correas de piel a una víctima; y otro cura a quien se permitió continuar en el cargo después de embarazar a una niña y hacerla abortar.

Los escándalos por abuso sexual han cimbrado a la lglesia durante más de 15 años, desde que en el 2002 surgieron en Boston las acusaciones. Pero inclusive después de pagar miles de millones de dólares en acuerdos extrajudiciales y de establecer programas de prevención, la Iglesia se ha visto acosada por un escándalo que hoy está alcanzando sus rangos más altos.

“A pesar de algunas reformas institucionales, los líderes individuales de la Iglesia básicamente se han escapado del escrutinio público”, escribió el jurado especial. “Había sacerdotes que estaban violando niños y niñas, y los hombres de Dios que eran los responsables de ellos no sólo no hicieron nada; lo ocultaron todo. Durante decenios”.

El jurado especial señaló que si bien se retiró del ministerio a algunos de los sacerdotes acusados, los funcionarios eclesiásticos que los protegieron continuaron en sus cargos o incuso fueron ascendidos.

“Hasta que eso cambie, creemos que es demasiado pronto para cerrar el capítulo sobre el escándalo sexual en la Iglesia Católica”, escribió el jurado.

Existen pocas probabilidades de que el reporte dé pie a nuevos cargos penales o civiles en el marco de las leyes actuales debido a que los delitos ya prescribieron. Hasta ahora sólo se han levantado cargos penales por dos de los casos incluidos en el informe.

En comunicados emitidos el martes, los obispos católicos de Pennsylvania hicieron un llamado a orar por las víctimas y por la Iglesia, prometiendo mayor apertura y asegurando que las medidas implementadas en los últimos años ya estaban haciendo más segura a la Iglesia.

El Vaticano tilda de “criminales” los abusos de los curas en Pensilvania

(CNN) - El Vaticano ha reaccionado ante el escándalo de Pensilvania diciendo que "inequívocamente" condena el abuso sexual de menores y dice que la Iglesia debe aprender lecciones difíciles, según dijo el director de prensa del Vaticano, Greg Burke, a CNN en un comunicado el jueves.
"La Santa Sede trata con gran seriedad el trabajo del jurado investigador de Pensilvania y el extenso informe provisorio que ha producido", dijo Burke en el comunicado. "La Santa Sede condena inequívocamente el abuso sexual de menores".
Burke dijo que esos actos "robaron a los sobrevivientes su dignidad y su fe", y agregó que "la Iglesia debe aprender lecciones duras de su pasado, y debe haber responsabilidad tanto por los abusadores como por los que permitieron que ocurriera el abuso".
"Hay dos palabras pueden expresar los sentimientos frente a estos horribles crímenes: vergüenza y dolor", dice el comunicado de la Santa Sede. El papa Francisco aún no se ha pronunciado directamente sobre este escándalo.

Décadas de abuso y encubrimiento

El informe judicial revela que los documentos internos de seis diócesis católicas en el estado de Pensilvania muestran que más de 300 "sacerdotes abusadores" han sido acusados, de forma verosímil, de abusar sexualmente de más de 1.000 niños.
"Los sacerdotes violaron niños y niñas, y los hombres de Dios que eran responsables de ellos no solo no hicieron nada, sino que lo ocultaron durante décadas. Monseñores, obispos auxiliares, obispos, arzobispos, cardenales han sido protegidos en su mayoría; algunos de los nombrados en este informe han sido promovidos. Hasta que eso cambie, pensamos que es demasiado pronto para cerrar el libro sobre el escándalo sexual de la Iglesia católica", se lee en el informe.
El extenso informe, publicado el martes por la tarde, investiga casos de abuso sexual del clero en seis diócesis que datan de 1947. Las otras dos diócesis de Pensilvania, Filadelfia y Altoona-Johnstown, fueron objeto de informes anteriores del jurado investigador, que hallaron información similar sobre clérigos y obispos en esas diócesis.
"Ha habido otros informes sobre abuso sexual infantil dentro de la Iglesia católica, pero nunca a esta escala", escribieron los jurados en el informe dado a conocer este martes.
El jurado investigador dijo que "casi todos los casos de abuso que encontramos son demasiado antiguos para someterlos a juicio". Pero se han presentado cargos contra dos sacerdotes, uno en la diócesis de Erie y otro en la diócesis de Greensburg, acusados ​​de abusar de menores.
"Nos enteramos de estos abusadores directamente de sus diócesis, esperamos que sea una señal de que la Iglesia finalmente está cambiando", dijo el jurado investigador. "Y puede haber más acusaciones en el futuro, la investigación continúa", agregó.
En una conferencia de prensa que anunció la publicación del informe, el fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro, lo llamó el "informe más amplio y exhaustivo sobre el abuso sexual infantil dentro de la Iglesia católica jamás producido en Estados Unidos".

Reporte detalla abuso sexual de 300 sacerdotes católicos en Pensilvania






El fiscal general de Pensilvania Josh Shapiro habla en conferencia de prensa en la capital estatal Harrisburg, el martes 14 de agosto de 2018, al dar a conocer un reporte sobre el abuso sexual a más de 1.000 niños por parte de más de 300 sacerdotes católicos.



La Corte Suprema de Pensilvania publicó un informe de un gran jurado que detalla documentos internos de seis diócesis del estado en los que más de 300 sacerdotes son acusados de abuso sexual.
El Fiscal General de Pensilvania, Josh Shapiro, aseguró en una rueda de prensa que más de 1.000 niños víctimas del abuso fueron identificados en el reporte, pero el gran jurado cree que pueden ser más.
“Creemos que el número real de niños con archivos perdidos o que tuvieron miedo de denunciar son centenares”, dice el reporte del gran jurado.
“Los sacerdotes estaba violando niños y niñas, y los hombres de Dios que eran responsables por ellos no solo no hicieron nada; lo escondieron todo. Por décadas. Monseñores, obispos auxiliares, obispos, arzobispos, cardenales han estado mayormente protegiéndolos; algunos, incluyendo algunos nombres en este reporte, han sido promovidos. Hasta que eso cambie, creemos que es muy temprano para cerrar el libro de escándalo sexual de la Iglesia Católica”, dijo Shapiro.
El reporte, publicado el martes en la tarde, es resultado de la investigación del abuso sexual del clero en seis diócesis del estado comenzando en 1947. Otras dos diócesis de Pensilvania, Filadelfia y Altoona-Johnstown, ya habían sido objeto de una investigación de gran jurado, que resultó en información similar sobre el clero y obispos en esas diócesis.
Esta investigación de 18 meses en todas las diócesis de Pensilvania sería una de las más exhaustivas sobre abuso sexual dentro la iglesia católica en Estados Unidos.
El reporte del gran jurado explica que “casi toda instancia de abuso que conseguimos es muy viejo para ser procesado (llevado a las cortes)”. Sin embargo, se han presentado cargos contra dos sacerdotes, uno en la diócesis de Erie y otro en la diócesis de Greensburg, ambos por abuso de menores.
“Ha habido otros reportes sobre abuso sexual infantil dentro de la Iglesia Católica. Pero nunca en esta escala”, escribió el gran jurado en el reporte.
“Para muchos de nosotros, esas historias pasaban en otros lugares, lejos. Ahora sabemos la verdad: pasa en todos lados”, continúa el informe.
El informe indica que algunas de las víctimas fueron alcoholizadas y manoseadas o abusadas. “Pero todas fueron dejadas de lado, en cada parte del estado, por líderes de iglesias que prefirieron proteger a los abusadores y su institución por sobre todas las cosas”.
Shapiro agregó que el reporte detalla “sistemático encubrimiento por altos funcionarios en Pensilvania y en el Vaticano.”
Por semanas, muchos católicos en Estados Unidos esperaron por este reporte del gran jurado de Pensilvania, especialmente después de que un obispo del estado empezara a publicar nombres de cleros acusados en un aparente intento de adelantarse a las revelaciones del reporte.
En un comunicado publicado el lunes antes del informe, el arzobispo de Washington D.C., cardenal Donald Wuerl, que anteriormente fue obispo de Pittsburgh, dijo que el reporte “va ser un recuerdo de las graves fallas que la iglesia debe reconocer y por la cual debe buscar perdón”.
“Me mueve no solo el hecho de hablar sobre estos actos, sino de comprometerme a reunirme con sobrevivientes y sus familias, y hacer lo que pueda para ofrecerles consuelo e intentar comenzar el proceso de sanación”, escribió Wuerl.
“Si bien espero que este reporte será crítico para algunas de mis acciones, creo que el reporte también confirma que actué diligentemente”, comentó Wuerl refiriéndose a su paso por Pittsburgh.
El mes pasado, la Corte Suprema de Pensilvania ordenó publicar estos documentos pero nombró un juez del condado para negociar cuando sería revelado al público. Algunos sacerdotes que negaban las acusaciones pidieron que sus nombres no fueran mencionados.

La dura respuesta del Vaticano a los abusos sexuales de menores por sacerdotes en EEUU


El Vaticano se pronunció sobre el abuso sexual y violación de más de mil menores por sacerdotes

La dura respuesta del Vaticano a los abusos sexuales de menores por sacerdotes en EEUU
El papado de Francisco se ha visto permeado por denuncias de abusos sexuales.
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Tras casi 48 horas de silencio, el Vaticano se pronunció este jueves sobre el reporte realizado por un gran jurado de Estados Unidos en el que denuncia el abuso sexual y violación de más de 1,000 menores por unos 300 “sacerdotes depredadores” en Pennsylvania.
“Ante el informe que se ha hecho público (…) esta semana, hay dos palabras que pueden expresar los sentimientos frente a estos horribles crímenes: vergüenza y dolor“, señala un comunicado.
La Santa Sede consideró que los hechos denunciados eran “criminales y moralmente reprobables” y condenó “inequívocamente” el abuso sexual de menores.
“La Iglesia debe aprender duras lecciones de su pasado y debería haber asunción de responsabilidad tanto por parte de los abusadores como por parte de los que los permitieron“, añade el texto.
El documento consideró que estos hechos “han traicionado la confianza” y “han robado a las víctimas su dignidad y su fe”.

Cuello de sacerdote
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Más de 300 sacerdotes fueron acusados por el abuso de más de 1.000 menores.

El comunicado no se refirió, sin embargo, a la denuncia del gran jurado de que el Vaticano, al igual que altos cargos de la Iglesia de Pennsylvania, participaron en “un encubrimiento sistemático” de los abusos durante los casi 70 años que cubre la investigación.
Pese a los duros cuestionamientos al inicio del texto, la Santa Sede agregó que “la mayor parte del informe se refiere a abusos cometidos antes de los primeros años 2000” y que no se han encontrado “apenas casos después de 2002”.
En criterio del Vaticano, esto demuestra “cómo las reformas hechas por la Iglesia católica en Estados Unidos han reducido drásticamente la incidencia de los abusos cometidos por el clero“.
El gran jurado anunció el martes que emitió acusaciones formales contra dos sacerdotes, quienes presuntamente abusaron de menores en la última década y resaltó, también, que el número de abusos puede ser mayor, ya que muchas víctimas han optado por el silencio.
Pero ¿qué dice el informe que llevó a este pronunciamiento del Vaticano?

“Era abuso sexual”

El documento de más de 1,300 páginas revela que durante más de 70 años, más de 1,000 menores en Pensilvania fueron abusados o violados por sacerdotes católicos.
Muchos de los menores, según la investigación, fueron “manipulados con alcohol o pornografía” y “a algunos les hicieron masturbar a sus agresores o fueron manoseados por ellos”.
“Algunos fueron violados oralmente, algunas vaginalmente, algunos analmente”, agrega el informe de más de 1.300 páginas que documenta los presuntos abusos.
De acuerdo con el texto, las víctimas fueron mayormente varones, aunque también hubo menores de sexo femenino, adolescentes y preadolescentes.
El informe detalla diferentes tipos de agresiones sexuales, como el de un sacerdote que violó a una niña en el hospital después de que le extirparon las amígdalas u otro al que se le permitió continuar ejerciendo después de haber dejado embarazada a una menor de 17 años, con la que se casó y de la que luego se divorció.

Theodore McCarrick
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El anterior arzobispo de Washington, el cardenal Theodore McCarrick, renunció tras acusaciones de que había abusado de un menor en la década de 1970.

Muchas de las víctimas, de acuerdo con la investigación, fueron drogadas por los sacerdotes y otras alegaron que fueron maltratadas o golpeadas por miembros de sus familias que no creyeron sus historias sobre los abusos.
Mientras, los funcionarios de la Iglesia describieron de manera “rutinaria y deliberada” las denuncias de abusos como “juegos bruscos”, “peleas y “conductas inapropiadas”, según el documento.
“No era ninguna de esas cosas. Era abuso sexual infantil, incluida la violación”, aseguró el fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro.
La Iglesia en Estados Unidos se vio estremecida el pasado mes con la renuncia del entonces arzobispo de Washington, el cardenal Theodore McCarrick, que dejó el cargo tras denuncias de que había abusado sexualmente de niños y adultos durante décadas.

Las estremecedoras historias de abusos encubiertos por la iglesia católica


Un gran jurado de Pensilvania ha identificado a más de 300 presuntos "sacerdotes depredadores". Estas son solo algunas de las historias.

Durante décadas, todas las historias de abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos de Pensilvania (EE UU) permanecieron guardadas bajo llave en los archivos secretos de la iglesia.
Estos viejos secretos salieron a la luz este martes con la publicación del informe de un gran jurado en seis de las ocho diócesis católicas romanas de Pensilvania.
El informe de 884 páginas del jurado permitió a los católicos de Pensilvania comprender la magnitud del abuso y el encubrimiento en seis diócesis: Allentown, Erie, Greensburg, Harrisburg, Pittsburgh y Scranton. Durante dos años, los jurados identificaron a 301 "sacerdotes depredadores" y a más de 1.000 víctimas.
Los miembros del jurado oyeron historias de niños y niñas que afirmaban que les habían manoseado, casos de niños víctimas de pornografía infantil, obligados a masturbarse con sus agresores y violados por vía oral, vaginal y anal.
Para respaldar los presuntos terribles crímenes del informe, hay cientos de páginas de documentos de los archivos secretos de la iglesia que, según el jurado, demuestran que los altos cargos de la iglesia sabían que había abusos y no actuaron correctamente. Según afirman los miembros del jurado, los líderes católicos, incluidos antiguos obispos, trabajaron activamente para proteger a los abusadores y la reputación pública de la iglesia, ignorando las declaraciones de las víctimas.
Las seis diócesis y los sacerdotes acusados pudieron incluir sus propias respuestas a estas afirmaciones al final del informe del gran jurado. Algunos sacerdotes adjuntaron refutaciones, que decían que el informe incluía inexactitudes. Alrededor de 24 personas nombradas en el informe solicitaron que se omitieran sus nombres, alegando que, si fueran identificados, se violaría su derecho a la justicia. La Corte Suprema del estado va a analizar la solicitud de estas personas en septiembre para determinar si esos nombres deberían o no omitirse.
La mayoría de los presuntos autores nunca podrán comparecer ante la justicia. Muchos están muertos, mientras que, en algunos casos, los delitos han prescrito. Por eso los miembros del jurado insistieron en nombrar a los sacerdotes acusados y a sus obispos, y describen con detalle los abusos.
"Vamos a sacar a la luz su comportamiento, porque es lo que las víctimas se merecen", dice el informe.
Para resaltar la magnitud del problema y la necesidad de cambio, a continuación se describen algunos de los estremecedores casos de abuso y presunto encubrimiento documentados en la histórica investigación publicada este martes.
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El sacerdote que presuntamente programó un aborto para su víctima

El gran jurado denuncia que Thomas Skotek, un sacerdote de la Diócesis de Scranton, agredió a una joven desde 1980 hasta 1985. Presuntamente, el sacerdote la violó, la dejó embarazada y ayudó a programarle un aborto.
Los documentos en los archivos de la iglesia indican que en 1986 el obispo de la diócesis ya era "plenamente consciente" de las acciones del sacerdote. Skotek renunció a su puesto y fue enviado a un centro de tratamiento católico para el clero.
En una carta de 1986 que recuperó el gran jurado, el obispo de Scranton expresó sus condolencias al sacerdote acusado.
"Este es un momento muy difícil en tu vida y me doy cuenta de lo afectado que estás. Yo también comparto tu dolor. Cómo desearía que no fuera necesario dar este paso", escribió el antiguo obispo James Timlin en la carta a Skotek. "Con la ayuda de Dios, que nunca nos abandona y que siempre está cerca cuando lo necesitamos, esto también pasará, y todos podrán seguir viviendo".
Un año después, en 1987, Skotek fue reasignado a otra iglesia de Pensilvania.
En 1989 le pidieron a la mujer que firmara un contrato de confidencialidad a cambio de un acuerdo financiero.
Ese mismo año, Timlin envió una carta al Vaticano reconociendo que el sacerdote había ayudado a organizar un aborto. La ley canónica católica considera que aquellos que cooperan en un aborto son "irregulares", lo que significa que podrían verse impedidos para llevar a cabo tareas sacerdotales. Este obispo pidió a Roma que concediera una dispensa para el sacerdote, que es una exención de una ley canónica existente.
"El Gran Jurado observa que la carta de Timlin parece centrarse exclusivamente en el tema del aborto sin dar apenas importancia a que Skotek había dejado embarazada a una niña", indica el informe.
El sacerdote continuó activo en el sacerdocio hasta 2002.
Timlin, que ahora tiene 91 años y es obispo emérito, respondió al informe del gran jurado a través de su abogado. Si bien reconoció que sus esfuerzos para responder al abuso sexual infantil en la diócesis eran "imperfectos", dijo haber actuado con su mejor juicio, de acuerdo con los estándares médicos de la época. En 1993, según afirma el obispo, estableció una junta de revisión interna en la diócesis para examinar los casos de abuso infantil.
"Aunque no fuera perfecta, la Diócesis de Scranton estuvo a la vanguardia de muchas organizaciones religiosas que atienden las serias preocupaciones relacionadas con el abuso sexual infantil por parte de miembros del clero", señala la declaración del obispo.

El grupo de sacerdotes depredadores que usaban cruces para acosar a sus víctimas

El gran jurado afirma que descubrió un "grupo de sacerdotes depredadores" que operaba dentro de la Diócesis de Pittsburgh. Los jurados afirman que el grupo hacía pornografía infantil en propiedades diocesanas y utilizó "látigos, violencia y sadismo" para violar a sus víctimas. Aparentemente, el grupo compartió información sobre las víctimas e incluso las intercambiaban entre ellos.
Un hombre testificó ante el gran jurado que el grupo de sacerdotes de Pittsburg una vez lo invitó a la vicaría de la parroquia y le pidieron que se subiera a la cama y se quitara la camisa, los pantalones y la ropa interior. Presuntamente, los sacerdotes hicieron fotos a la víctima, afirmando que estaban haciendo una "analogía con la imagen de Cristo en la cruz" y que las fotos se usarían para crear estatuas religiosas.
La misma víctima también testificó que el grupo de sacerdotes les daba regalos a sus víctimas. Marcaban a sus "niños favoritos" con collares de cruces de oro.
"(Las cruces) eran una señal para otros depredadores de que los niños estaban insensibilizados al abuso sexual y eran los objetivos perfectos para una seguir siendo víctimas", escribió el gran jurado en su informe.

El sacerdote que, presuntamente, lavó la boca de su víctima con agua bendita

El gran jurado señala que un sacerdote de la Diócesis de Allentown abusó sexualmente de un niño desde 1981 hasta 1983. La víctima denunció el abuso a la diócesis en 2011, y la diócesis alertó a la policía local.
La víctima le dijo a la policía que el sacerdote le obligó a practicarle sexo oral y también violó al niño oralmente. La víctima afirma que después, el sacerdote echó agua bendita de una botella en la boca de la víctima "para purificarlo", especifica el informe.
Dado que el caso había prescrito, no se presentaron cargos contra el sacerdote. Este, que ha negado las acusaciones, prestó servicio en iglesias hasta su jubilación. Todavía en 2009 seguía ayudando en una parroquia local en Florida.

El sacerdote que confesó pero continuó en su cargo

En 1982, la Diócesis de Allentown recibió una queja de un padre que denunciaba que el sacerdote Michael S. Lawrence había abusado sexualmente de su hijo de 12 años. Cuando los dignatarios de la iglesia se enfrentaron al sacerdote, este confirmó el relato del padre y dijo: "Por favor, ayudadme. He abusado sexualmente de un niño".
Los registros eclesiásticos que obtuvo el gran jurado indican que Lawrence fue enviado a un centro de tratamiento para clérigos católicos, donde un médico les dijo a los dignatarios de la iglesia que la familia de la víctima necesitaba tiempo para "hablar" y que "la experiencia no fuera necesariamente un terrible trauma" para el niño.
Dos años después, Lawrence empezó a dar clases de religión en un instituto. En 1987 le expulsaron del sacerdocio activo, pero continuó sirviendo en un Tribunal Diocesano hasta 2002, cuando los periodistas del Boston Globe llamaron la atención nacional sobre el tema del abuso infantil en la Iglesia Católica Romana. Lawrence se retiró ese año y murió en abril de 2015.

El cura al que respaldaron sus superiores

Los miembros del jurado afirman que algunos ex altos cargos de la iglesia en la Diócesis de Pittsburgh se esforzaron por defender y reubicar al reverendo Richard Zula, que fue condenado a prisión en 1990 por abuso de menores.
En 1987, un representante de la iglesia afirmó que una de las víctimas de Zula, una chica de 15 años, había "perseguido" al cura y lo había "seducido literalmente" para mantener una relación.
Zula fue detenido por acusaciones de abuso a menores en 1988. La diócesis entonces recibió más quejas contra el sacerdote.
Aunque el cura esperaba una condena, un médico procurado por la diócesis elaboró una evaluación psicológica de Zula en 1989 para el tribunal. En la evaluación, el médico afirmaba que Zula había admitido "masturbación y felación mutua con un chico de 16 años", pero solo porque "el chico inicialmente insinuó actitudes sexuales". El sacerdote admitió haber tenido comportamientos "ligeramente sadomasoquistas", escribe el doctor, pero "nunca ha exhibido síntomas psicóticos ni perturbación de pensamiento o razonamiento".
El gran jurado afirma que Zula recibió un cheque de más de 11.000 dólares (unos 9.700 euros) como pago de la Diócesis de Pittsburgh tras su pronta salida de la cárcel en 1992. Después de muchas idas y venidas sobre futuros pagos, en 1996, la Diócesis llegó a un acuerdo con el sacerdote que le garantizaba continuar con los pagos, pero le prohibía tratar de conseguir nuevos puestos dentro de la diócesis.
Como respuesta al informe del gran jurado, la Diócesis de Pittsburgh dijo que, por ley canónica, había que dar un cierto apoyo a todo el clero, incluso a los convictos por crímenes. La diócesis también declaró: "La Diócesis de Pittsburgh no solicitó en ningún momento una sentencia más leve para Zula, ni pidió que se preparara o se entregara un informe psiquiátrico en nombre de Zula para el tribunal".
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El cura que supuestamente pidió a su víctima que confesara el abuso

La investigación del gran jurado ha dado lugar a la detención de dos curas por acusaciones de abuso sexual a menores. Uno de ellos es el reverendo David Poulson, que se enfrenta a cargos por atentar al pudor y poner en peligro a un menor después de ser acusado de abusar de al menos dos chicos en casos que datan de 2002.
Poulson supuestamente abusó de una de sus víctimas, un ex monaguillo, más de 20 veces en la casa del párroco. El chico también tuvo que hacer una confesión formal ―a Poulson― para recibir la absolución del cura por el abuso.
"Esa fue la traición y manipulación definitiva de Poulson", escribe el fiscal general de Pensilvania Josh Shapiro en un comunicado que publicó a principios de este año. "Usó las herramientas del sacerdocio para continuar su abuso".
Shapiro afirma que la Diócesis de Erie sabía de las tendencias abusivas del cura al menos desde 2010, pero no hizo nada por denunciar a Poulson ante las autoridades hasta 2016, cuando respondió a una citación del gran jurado.
El obispo de Erie niega esta cronología de los hechos.
Durante su investigación, el gran jurado escuchó a otros nueve hombres que declararon que Poulson los bombardeó con "regalos, dinero, cenas y alcohol" y "bromeó" sobre su preferencia sexual por hombres jóvenes.

El cura acusado de violar a una niña en el hospital

La Diócesis de Harrisburg recibió una denuncia en 1991 de una chica que había sufrido abusos por parte de un cura en los 60 y los 70. La mujer afirma que cuando tenía 7 años, el sacerdote la violó en una sala de hospital cuando se recuperaba de una extracción de amígdalas. La mujer contó a la diócesis que el cura la violó dos veces más cuando era adolescente, según un documento eclesiástico desvelado por el gran jurado.
Los registros de la diócesis indican que el cura confesó haber abusado sexualmente de esta víctima en 1991. Desde entonces le retiraron sus funciones sacerdotales.

El cura que siguió en el cargo después de dejar embarazada a una adolescente

En los años 50, la Diócesis de Greensburg se enteró de que un sacerdote recién ordenado, Raymond Lukac, había tenido una relación con una chica de 17 años. El sacerdote se fugó con ella y se casaron cuando la chica tenía 18 años. Meses más tarde, después de asistir a un centro de tratamiento para curas católicos, se divorció de ella. Los documentos de la iglesia indican que la joven dio a luz al hijo de Lukac.
"Pese a practicar sexo con una menor, pese a ser padre de un hijo, pese a casarse y a divorciarse, el cura tuvo permiso para seguir siendo cura gracias a los esfuerzos de la diócesis por encontrar a un 'obispo benevolente' en otro estado dispuesto a aceptarlo en su parroquia", declara el gran jurado.

El cura que presuntamente convenció a niños para tener sexo oral

El gran jurado afirma que un sacerdote que estuvo en la Diócesis de Greensburg entre 1976 y 2002 recibió numerosas acusaciones de abuso sexual. Los miembros del jurado se enteraron de que varios niños de la escuela elemental contaron a la diócesis en 1986 que el sacerdote había hablado con ellos sobre masturbación en una clase de educación religiosa. El cura aparentemente explicó con detalle a los niños cómo María, la madre de Jesús, había tenido que "arrancarle a mordiscos el cordón umbilical" y "lamer" al niño cuando nació para limpiarlo. Los miembros del jurado consideraron que este comportamiento era un tipo de "acoso" a los estudiantes con el fin de prepararlos para el sexo oral.
En 1986, la diócesis recibió una notificación de la policía local para informarles de que estaban investigando a este cura por su contacto sexual con menores, aunque el gran jurado no encontró registros que indicaran que el sacerdote fue acusado como consecuencia de esta investigación.
Después de ser enviado a un centro de tratamiento, el cura fue reubicado en varias parroquias y cargos hasta 2002, cuando se le fue retirado el ministerio del sacerdocio. Los documentos internos de la diócesis indican que al menos otra víctima presentó una demanda de abuso antes de 2002.
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El cura que abusó de cinco hermanas de la misma familia

El informe señala que un sacerdote de la Diócesis de Harrisburg, Augustine Giella, abusó sexualmente de cinco hermanas de la misma familia desde 1982. El cura también recogió presuntamente muestras de orina, de vello púbico y sangre menstrual de las niñas. Durante una redada policial, encontraron estas muestras en casa de Giella, junto con pornografía infantil. Giella fue detenido en 1992 y confesó sus delitos. Murió mientras esperaba ser juzgado.
El gran jurado atestigua que el abuso a las niñas podría haber parado mucho antes si la Diócesis de Harrisburg hubiera actuado ante una queja contra este sacerdote en 1987.
Como respuesta al informe, la Diócesis de Harrisburg pidió disculpas por los abusos cometidos por clérigos vinculados a la diócesis y afirmó que ya había implementado múltiples salvaguardas para proteger a los niños.
Las cinco hermanas testificaron ante el gran jurado en 2016 el daño "emocional, psicológico e interpersonal" que este abuso había causado en sus vidas. Meses después de haber ofrecido este testimonio, la menor de las hermanas intentó suicidarse. Mientras se recuperaba, la mujer se puso en contacto con el gran jurado.
"Desde la cama del hospital, pidió una cosa: que termináramos nuestro trabajo y contáramos al mundo lo que ocurrió realmente", relata el jurado.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Lucía Manchón y Marina Velasco