sábado, 31 de octubre de 2009

LA PEDOFILIA


La sintomatología esencial de este trastorno se define como fantasías sexuales recurrentes y altamente excitantes, impulsos sexuales o comportamientos que implican actividad sexual con niños (13 años o menos) durante un período no inferior a los seis meses.
Los niños suelen ser menores de 12-13 años y el individuo ha de tener por lo menos cinco años más que el niño para que sea considerado el trastorno. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.
Según el manual de diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-IV) la pedofilia se encuentra dentro de la categoría de parafílias, ubicada dentro de la categorización mayor de "Trastornos sexuales y de la identidad sexual".
El manual indica que estas fantasías e impulsos sexuales provocan un malestar clínicamente significativo o un deterioro social, laboral o de otras áreas de la actividad del individuo. El manual indica distinguir a su vez en el diagnóstico cuando se trata de una situación incestuosa, si es exclusivo (solo atracción con niños), si es hacia varones, mujeres o por ambos sexos.
La definición del DSM-IV lleva implícita la concepción clásica, pero otras lecturas permiten pensar que esa definición resulta bastante acotada. Es posible ver conductas pedofílicas menos marcadas, y de otras personas que no sufren de un malestar significativo al respecto. Incluso se parte de esta situación para pensar otros aspectos relevantes, tal como puede ser la pregunta si es que se trata de cuestiones médicos biológicas o no.
Por otra parte cabe la pregunta si es que este fenómeno se da principalmente en personas que está a cargo del cuidado de niños por lo que cabría la hipótesis según la cual el contacto permanente con niños favorecería la manifestación paidofílica.
Puede darse de diferentes formas: en relación a la orientación, puede ser de tipo heterosexual, homosexual o ambas; en relación a objeto, éste puede ser exclusivamente pedofílico o no.
Las conductas de la pedofilia van del simple exhibicionismo hasta la penetración. El adulto suele ganarse la confianza y el cariño del niño para luego llevar a cabo sus objetivos.
Hay dos tipos de conducta que se presentan en el pedófilo, está la conducta sentimental homoerótica y la conducta agresiva heterosexual.
Los sentimentales homoeróticos tienen poco interés por las mujeres, toda su capacidad sexual se concentra en los niños, concretándose bajo la forma de caricias que le provocan el orgasmo.
Los agresivos heterosexuales intentan satisfacer sus impulsos con niñas, con métodos que van desde la seducción a la violencia.

ASPECTO CRIMINOGENO
CARACTERÍSTICAS PERSONALES Y SOCIALES DE LOS SUJETOS ACTIVO Y PASIVO
EL SUJETO ACTIVO-EL PEDOFILO
Aunque no existe un perfil exacto del pedófilo ni del pederasta, sí podemos establecer un retrato robot a partir del estudio de los que ya han sido detenidos. Es el siguiente:
1º. En más el 90% de los casos se trata de varones.
2º. En el 70% de los casos superan los 35 años de edad.
3º. Suele tratarse de profesionales cualificados.
4º. Con frecuencia buscan trabajos o actividades que les permitan estar cerca de los niños.
5º. Su nivel social es medio o medio-alto.
6º. En el 75% de los casos no tienen antecedentes penales.
7º. Su nivel de reincidencia es altísimo, aun después de ser descubiertos y condenados.
8º. No suelen ser conflictivos en la cárcel y muestran buen comportamiento (en la cárcel no hay niños).
9º. No reconocen los hechos ni asumen su responsabilidad.
10º. Normalmente tienen una familia a su cargo, y con frecuencia hijos pequeños.
11º. En más del 30% de los casos se trata del padre, el tío o el abuelo de la víctima.
12º. Generalmente tienen fuertes convicciones religiosas
La personalidad del agresor de mediana o mayor edad es de un individuo solitario y con dificultad para establecer relaciones heterosexuales normales, suele tener baja autoestima, con pocos recursos para enfrentar situaciones de stress y frecuentemente abusa del alcohol y/o sustancias. Por lo general, no presenta trastorno psicopatológico. Sin embargo, se ha visto que dos tercios de los reclusos pedofílicos maduros llevaron a cabo esta conducta en momentos que sufrían de situaciones estresantes.
El pedofílico no se acerca a los adultos debido a que teme ser castrado por ellos, que son representantes de sus padres, hacia los que dirige sus impulsos incestuosos.
Se identifica con su madre y se relaciona con los niños de la misma manera como añora que debiera ser su relación con ella, por ese motivo es que elige a niños que puedan representarlo a él mismo. El temor a la castración intensifica su narcisismo, por la necesidad de protegerse a sí mismo.
Hay pedófilos de todas las clases sociales. Los más peligrosos sin, ciertamente aquellos en los que el niño confía por naturaleza, como un criado, un amigo de la familia, o aquellos que el niño idealiza por sus funciones, como un sacerdote, un profesor, un bombero e un policía. El acto perverso de estas personas insospechadas deja cicatrices profundas en el alma del niño bajo la forma de culpa y de angustia.
Los pedófilos menos peligrosos, desde el punto de vista psicológico, son los marginales, los exhibicionistas de la calle. Estos actúan desde fuera, compulsivamente como un relámpago, y después son castigados y encarcelados, con gran alivio reparador para el menor. La imagen del "bestia" es irreversible, pero los efectos brutales de su acto acaban por diluirse poco a poco con el tiempo.
Desde el punto de vista moral el pedófilo no es un deficiente mental exento de responsabilidades, ni un delincuente al margen de las leyes de la vida social y familiar (puede ser un buen profesional, un buen padre de familia y como últimamente ha salido a la luz, puede ser un sacerdote-veremos casos más adelante), sino un hombre o una mujer diferentes en la manera de vivir la sexualidad, condicionados en la libertad por la estructura de su personalidad, aunque responsables por el mal que introducen en el mundo, cuando actúan pedofílicamente.

COMO ACTUA EL SUJETO ACTIVO-EL PEDOFILO
Los pedófilos actúan de diversas maneras para conseguir niños y niñas, con la finalidad de abusar de ellos, integrarlos en una red de prostitución infantil o para elaborar pornografía. Conocer su forma de actuar es fundamental para mejorar la seguridad de los menores. Tanto los padres y educadores como los niños deben conocerlas.
Su acercamiento a los niños suele ser físico. Tras un primer contacto cuidadoso, para no asustar ni levantar sospechas, comienzan a coger al menor, abrazarlo y "mimarlo". Les invitan e incluso les colman de atenciones y regalos para generar en ellos un sentimiento de deuda. A los niños se les enseña que deben ser agradecidos y corresponder a los adultos (por educación) y los pedófilos se sirven de esta circunstancia. Buscan estar a solas de alguna manera con el niños o la niña para ir a más. Los violadores de niños siempre quieren más. Muchos de ellos tienen un nivel bajo de autoestima y se sienten mucho más seguros con los menores. Otros, en un porcentaje elevado, han sufrido abusos de pequeños. Un tercer grupo lo que busca es humillarlos y doblegarlos, posiblemente por haber sufrido antes desprecio de otros niños o niñas durante la infancia.

Los lugares más comunes:
1º. En las salas de juegos recreativos. Algunos pederastas frecuentan estas salas para, después de seleccionar a un menor, ofrecerse a pagarle algunas partidas o retarle a jugar contra él. Los abusos no se producen en el primer encuentro, ya que los pederastas normalmente intentan ganarse primero su confianza. Otros prefieren invitar al menor a una hamburguesa o se ofrecen a llevarle al cine.
2º. Las zonas marginales. Algunos pederastas prefieren frecuentar zonas deprimidas para buscar niños o adolescentes desatendidos o con muchas carencias. Les ofrecen entonces algún tipo de trabajo y les aseguran dinero fácil.
3º. Salidas de colegios y parques. Otro tipo de pederastas que suelen actuar en redes optan por el secuestro. Este puede realizarse a la salida de un colegio, haciéndose pasar por un conocido de la familia que viene a recoger al menor porque la madre no va a llegar a tiempo; o en el entorno de los parques infantiles o incluso desde un coche: pidiendo al menor que se acerque al vehículo para indicarles, plano en mano, donde está una calle.
4º. Discotecas. Algunas redes de tráfico de menores captan menores utilizando a otros que actúan de ganchos. Normalmente se trata de un "guaperas" que intenta seducir a una adolescente para después llevarla engañada hacia un coche o piso donde espera el proxeneta. También pueden utilizar a otra menor amenazándola de muerte o violación.
5º. A través de Internet. Se trata del último sistema que están utilizando muchos pederastas y que trae locas a las policías de otros países. Estos pederastas se introducen en los canales de conversación escrita de Internet, o "chats", haciéndose pasar por niños o niñas en busca de nuevos amigos. Intentan así conocer la situación de algunos menores, sus gustos y aficiones, hasta que llega el momento de concertar una cita en un cine o hamburguesería para conocerse mejor.
6º. A través de las revistas para niños y adolescentes en las que se publican secciones en las que los menores se ofrecen para intercambiar correspondencia incluyendo datos personales (dirección...) e incluso una foto.
7º. Utilizando a animales exóticos para atraer a los niños en ferias y demás lugares. Les suben a los mismos y les sacan fotografías para después ofrecérselas a sus padres. Muchos padres dan sus datos para que les envíen la foto o se la acerquen a casa. El pedófilo puede tener así un banco de datos de niños/as con sus direcciones, teléfonos y fotografías.
8º. En el interior de las grandes superficies comerciales. Algunas redes de pederastas actúan preferentemente en grandes superficies comerciales donde la concentración de gente es alta y los padres están pendientes de encontrar los productos que necesitan. La forma de operar consiste en coger de la mano a un niño/a pequeño que se haya despistado (o que se hayan despistado sus padres) y alejarlo del lugar. Normalmente no lo sacan inmediatamente sino que se lo llevan a los servicios. Allí le cambian rápidamente la vestimenta y le afeitan el pelo, le ponen una peluca o una gorra, le sedan si es necesario y salen por la puerta con toda naturalidad y tranquilidad.
9º. En casa. Al menos uno de cada tres abusos sexuales sobre menores se cometen en el entorno familiar, por parte del padre, un tío o un abuelo.
10º. En los centros religiosos, donde los sacerdotes abusan de los niños que asisten a sus iglesias (presentaremos algunos casos concretos y la posición de la Iglesia Católica).

CARACTERÍSTICAS DEL SUJETO PASIVO
Para definir al sujeto pasivo, debemos enfocar el análisis a la relación de los adultos con los menores, pues consideramos que para que el menor sea víctima del pedófilo, deben darse ciertas circunstancias en el ámbito familiar que los convierten en víctimas potenciales:

EL MENOR COMO SUJETO
El menor es suficientemente apto desde el nacimiento, para dar un sentido a su vida. El acto de mamar, jugar, dar los primeros pasos, etc., son maneras del niño de afirmarse como sujeto autónomo de deseos, frente a los adultos.
La prueba de esta autonomía está en el hecho de que las palabras y gestos de los padres sólo tienen sentido para el niño cuando son percibidos e interpretados por él, a su manera.
El bebé sólo aprehende lo que puede asumir, personalmente, dándole un significado propio. En la edad escolar, el menor se distancia más de los adultos al adquirir una cierta manera de saber, de sentir y de ver las cosas.
Su filosofía del mundo y de la vida se convierte en "escuela propia" diferente de la de los adultos.
En la adolescencia la autonomía toma mayor dimensión con la capacidad de estar solo, de crear un proyecto de vida y de sentir su propio mundo interior.
El hilo conductor de este proceso interior hacia la autonomía es la sexualidad con la crotización del cuerpo, las nuevas posibilidades de relacionarse, la curiosidad persistente y la fuerza del deseo.
Cuando la sexualidad se altera, es toda la personalidad la que entra en crisis, con pérdida del gusto por vivir. Por eso, cualquier interferencia sexual por parte de los adultos, a nivel del cuerpo o de los deseos del menor, como acontece en la pedofilia, compromete gravemente su felicidad.
El adulto que respeta la dinámica propia de la autonomía infantil está atento a sus manifestaciones sexuales y, lejos de interferir, procura vivir con el menor, aprendiendo con él.
EL MENOR COMO OBJETO
El menor es un objeto para el adulto, cuando éste, incapaz de contener sus impulsos, los proyecta inconscientemente en la persona del menor, volviéndose ésta una ocasión de placer, una compensación afectiva, una oportunidad para tenderse a sí mismo en el futuro un subterfugio ante el miedo a la muerte. Esta actitud perversa del adulto puede comprometer seriamente la relación del menor consigo mismo, con el mundo y con los demás.

El hecho de que el menor no se mueva no significa que no tenga un espacio propio de proporciones ilimitadas. El hecho de no hablar no significa que no tenga deseos de comunicarse. El hecho de ser biológicamente inmaduro no significa que no tenga una vida sexual propia que respetar.



LAS CAUSAS DE LA PEDOFILIA
Poco se sabe de las causas, pero se dice que una de ellas es el aprendizaje de actitudes negativas hacia el sexo, como experiencias de abuso sexual durante la niñez, sentimientos de inseguridad y autoestima baja, con dificultad en relaciones personales; lo que facilita la relación adulto-niño.
En algunos casos de pedofilia resulta beneficiosa la técnica de la desensibilización encubierta, en la que se asocian los factores estimulantes para el sujeto con situaciones aversivas que resultarían de la expresión de sus impulsos; al avanzar el tratamiento se entrena a los pacientes para que imaginen la atracción por mujeres adultas.
Frecuentemente se observa una disminución de la atracción hacia las niñas y una disminución aún mayor en la ansiedad producida por las mujeres.
La mayor parte de los menores víctimas de abuso sexual urbano o suburbano son aprehendidos en jardines públicos, a la salida de las escuelas, en los predios en ruinas o en descampados. La taza relativamente baja de adolescentes-víctimas se explica, en parte, por el porcentaje de uniones contraidas circunstancialmente para ocultar la violación. El menor curioso y sin experiencia del mundo es fácilmente sugestionable por las propuestas y actitudes de un adulto diferente, aparentemente simpático. A veces, las malas condiciones de vida familiar llevan al menor desamparado a vagar por las calles, en busca de un padre o de una madre imaginarios, que acaban por encontrar, dramáticamente, en la persona del pedófilo.
Véase: http://www.monografias.com/trabajos11/pedofil/

viernes, 30 de octubre de 2009

LOS VICTIMARIOS.


Abordar el tema de los victimarios nos remite inexorablemente, cuando de abuso y violación infantil se trata, a iniciar el recorrido repasando brevemente el lugar de las víctimas y las dificultades que se nos presentan.

Es ampliamente conocido que el más severo de los maltratos infantiles es el mal llamado abuso sexual infantil, que no debemos temer nominar como violación infantil, y que constituye sin lugar a dudas un delito penalizado por la ley.

El abordaje del mismo suele centrarse en el diagnóstico del niño, niña o adolescente que se sospecha ha sido víctima de dicha agresión. En este contexto me pareció interesante profundizar un poco en relación a los diagnósticos de abuso infantil y precisar algunas definiciones y contextos, la definición clínica, si bien está en relación con la definición legal, está enfocada al impacto traumático de las experiencias en el niño, niña o adolescente.Estos impactos traumáticos dependerán de la comprensión y del significado que atribuya a los comportamientos abusivos, atributos que pueden modificarse durante el proceso evolutivo.


Lo importante es tener en cuenta que, aún en ausencia de efectos traumáticos observables, el niño, niña o adolescente debe ser protegido de futuros abusos (definición de Servicios de Protección Infantil) y que este tipo de comportamientos constituyen un delito (definición de la Justicia Penal)Existen tres características que definen los comportamientos abusivos:

a) las diferencias de poder que conllevan posibilidad de controlar a la víctima física o emocionalmente;
b) las diferencias de conocimientos que implican que la víctima no pueda comprender cabalmente el significado y las consecuencias potenciales de la actividad sexual; y
c) la diferencia en las necesidades satisfechas: el agresor/a busca satisfacer sus propios impulsos sexuales

Desequilibrio de poder
El desequilibrio de poder implica que el agresor/a controla a la víctima y que el encuentro sexual no ha sido planeado ni realizado de manera consensuada. Este desequilibrio puede deberse a relaciones de parentesco, vínculos jerárquicos y de autoridad, a la diferencia de estatura, tamaño corporal y/o fuerza física que permite que el agresor/a pueda manipular al niño, niña o adolescente mediante la intimidación y/o la coerción física y/o emocional, mediante sobornos, promesas o engaños.Diferencias de conocimientosSi una de las partes implicadas (el agresor/a) tiene conocimientos más avanzados acerca del significado y los alcances del comportamiento sexual, se pueden considerar abusivos los hechos investigados.


El mayor grado de conocimiento puede deberse a que, evolutivamente, está más desarrollado o a que, es más inteligente que su víctima. Esta cuestión se presta a polémicas en relación al tope de edad que se establece para determinar que un niño o una niña haya sido victimizado/a, si este tope tiene que ser diferente para los niños que para las niñas. Es polémico también en relación a cómo considerar los comportamientos sexuales entre una chica de 16 ó 17 años y un muchacho de 20 ó 21 (cuando se producen sin que mantengan una relación afectiva).

Sin embargo, no existen dudas cuando la persona involucrada en estos comportamientos tiene algún tipo de retraso madurativo o de minusvalía física o emocional. En estos casos no importa si la víctima tiene la misma edad o si es mayor que el agresor/a.

Diferencia en las necesidades satisfechas
Es sabido que en los casos de abusos sexuales a niños, niñas o adolescentes el objetivo de los comportamientos no es la gratificación sexual mutua. Lo habitual es que el agresor/a esté satisfaciendo exclusivamente sus propias necesidades sexuales. Esta gratificación diferencial ocurre más allá de que el agresor/a consiga excitar sexualmente a la víctima.Al ser el agresor/a más poderoso/a que el niño/a puede imponer comportamientos sexuales que pueden resultar dolorosos, intrusivos o abrumadores.

Puede además, para que no se resista, ya que éste carece de conocimientos suficientes sobre las implicancias sociales y personales que tiene involucrarse en este tipo de acercamientos, lo que determina la incapacidad del niño/a para consentir dichas conductas. Por otro lado, más allá de los comportamientos y formas en que se manifieste un abuso o violación sexual, el objetivo central es la gratificación del agresor/a, principalmente en relación al placer que le produce el sometimiento, que va más allá de la gratificación sexual genital.En este punto podemos adentrarnos en la figura del agresor, que como sabemos no está aún tipificada, y que resulta muy difícil de delinear de modo taxativo

La tangente siempre se diseña en favor del violador de modo tal que pueda eludirse la palabra violación acompañada en el imaginario social por la figura del victimario. De ese modo se pueden deconstruir las premisas ideológicas de quienes escuchan que no ignoran quiénes violan pero que ideológicamente eligen no reconocer. Así se recurre a la expresión abuso sexual internacional e hipócritamente avalada. Complemento del agotamiento al hablar del abuso surge el mito del abusador abusado”Aquí nos adentraríamos en un terreno peligroso, y continúo citando a la Dra. Giberti: “Se pretende fundar una política que alivie la responsabilidad de quien delinque contra niños y niñas. Carece de toda ingenuidad recurrir a la tesis de la repetición compulsiva, que practicaría el violador, asociándola a la postura de la mimesis, es decir, de la imitación que describió Girard en su planteo del chivo expiatorio, apuntando a una imitación recíproca: el abusador/violador estaría convirtiéndose en el doble de quien lo victimizara, es decir, se busca crear la cadena en la cual ese sujeto sería solo un eslabón repetido y repitente de la cadena en la cual está fatalmente inmerso.

A él lo violaron, luego él violará, incluyéndolo de ese modo dentro del circuito determinístico.”Este es un camino resbaladizo, es cierto que los abusadores han sido niños abusados, probablemente si, pero eso no significa que no son delincuentes y que tienen plena conciencia de sus actos, y por lo tanto merecen su castigo en prisión.

No podemos siquiera pensar en utilizar esto como atenuante, sí, nos debe llamar a la reflexión respecto, a como proceder cuando se detecta una situación de abuso infantil, qué se debe hacer, cómo se debe intervenir, como tratar las secuelas postraumáticas. Debemos tener bien en claro que siempre deja secuelas y que no podemos predecir la gravedad de las mismas.No podemos decir que todo niño o niña victimizados/a será un futuro victimizador/a, no se puede simplificar de esta manera una temática sumamente compleja. Esta es una idea que tortura a muchos padres y madres de niños que han sido víctimas, la pregunta aparece siempre, será luego él o ella un victimario/a. No es algo inexorable, inevitable, determinado… de ninguna manera, lo que sí es sumamente importante, es como se interviene con ellos, que tipo de tratamiento se implementa. Muchas veces hemos escuchado, es chiquito, se va a olvidar, seguramente no se acuerda, como puede saber si “no entiende”. Nada más alejado de la realidad, en esto debemos ser muy claros, no hay manera que no deje huella, sí podemos decir que lo que se haga después determinará el tipo de daño que dejará.


El tratamiento del abuso infantil involucra a toda la familia, a los adultos protectores y está ligado al castigo al agresor, fundamental, para la normal evolución del tratamiento.Si debiéramos describir características que hemos hallado durante todos estos años de tarea, en los que nos hemos encontrado con muchos agresores de niños/as, cara a cara, tanto durante el proceso de evaluación de los pequeños/as, como de ellos mismos, o durante el proceso de juicio oral, nada define mejor que el título de esta ponencia, al que le agregaría la palabra complejas, es decir las complejas máscaras del abusador. La idea de máscara, doble cara, doble fachada, está siempre presente. Lejos está de la idea de un sujeto aberrante, monstruoso, deformado, que asusta cuando se lo ve; todo lo contrario, se trata de un señor o señora, que tiene el mejor concepto en el vecindario, buen profesional, comerciante o lo que sea a lo que se dedique, amable, simpático, siempre bien dispuesto, incluso durante el proceso en el que se lo está investigando.

Cuántos errores se han cometido por esta mascarada, cuantos niños y niñas han sido victimizados una y otra vez porque los funcionarios e incluso los colegas no podían creer que un señor tan “buen padre” fuera capaz de semejante barbaridad.Me gustaría aquí incluir un párrafo escrito por la Dra. Giberti vinculado al caso descubierto en Mendoza: “La sombra de la figura del padre se cierne sobre esta semantización híbrida, blandengue y confusionante, buscando preservar la figura sacrosanta del progenitor. Que cuando es realmente padre no precisa ser salvaguardado, porque se alcanza a sí mismo en su textura proteccional y orientadora de sus hijos. Pero los reproductores masculinos de la especie no son necesariamente padres, sino que históricamente se recrean como violadores de sus hijas. Esta afirmación genera problemas en el ordenamiento patriarcal de las sociedades y siempre arriesga que las almas buenas –bienaventuradas y respetadas sean– salgan al cruce con la afirmación: “¡Es una exageración! ¡Yo nunca conocí a alguien violada por su padre!”. Así será porque durante siglos se silenció el tema y actualmente se busca digerirlo a partir del monstruo –lo espectacular al borde del linchamiento– y del abuso –la tibieza de la letra b, apenas sostenida entre los labios semicerrados al pronunciarla, la antítesis perfecta del desgarro brutal contra la genitalidad de la niña-. Ni monstruo ni abuso: incesto contra la hija niña, que, para el colmo de su horror, desde el comienzo de su vida aprendió a amarlo.” Debemos tener en claro, que un “padre” que utiliza a su hija o hijo como objeto sexual NO ES UN PADRE.

Si nos adentramos en una evaluación más profunda de personalidad de los agresores, allí también nos encontramos con dificultades, debemos hilar muy fino para descubrir los indicios en las técnicas.Preponderantemente hemos visto, signos de inmadurez psicosexual, es decir sexualidad infantil, rasgos perversos, y muchas características psicopáticas, pero generalmente en una estructura de base neurótica, que cuando la evaluación es analizada por profesionales sin la suficiente experiencia o influenciado por la doble cara puede llevar a resultados nefastos para las víctimas. Lamentablemente hemos tenido varias experiencias de este tipo, incluso recuerdo haber presenciado, como perito de parte una toma pericial en sede judicial que jamás olvidaré por lo inconsistente de la misma y con resultados absurdos, que obviamente objetamos y que aún está en trámites.Para describir un poco más al agresor, debemos recorrer los aspectos de la psicopatía que consideramos se encuentran en los abusadores de niños/as.Sabemos que los psicópatas se caracterizan básicamente por su desprecio hacia las normas establecidas por la sociedad.

Carentes de principios morales, sólo valoran a las demás personas en la medida en que puedan serles de alguna utilidad práctica, de modo que no tienen reparo alguno en atropellar los derechos ajenos cuando estos representan un obstáculo para el logro de sus propósitos. Su falta de sentimientos de culpa se traduce en todo tipo de justificaciones para sus actos, de modo que el psicópata se muestra a si mismo como incomprendido o víctima de la sociedad, guiándose siempre por sus propias reglas y no admitiendo nunca el menor remordimiento o vergüenza por sus atropellos. Son depredadores infrenables e imposibles de tratar en quienes la violencia es planeada, decidida y carente de emociones.Cleckley enumera los siguientes rasgos característicos de las personalidades psicopáticas: atracción superficial; ausencia de ansiedad neurótica; ausencia de trastornos del juicio; irresponsabilidad; conducta antisocial habitual, inadecuadamente motivada; buena inteligencia; falta de remordimiento y vergüenza; incapacidad para amar; incapacidad de aprender con la experiencia; falta de autocrítica; reacción desproporcionada o fantástica al alcohol; pobreza de reacciones afectivas; fracasos frecuentes e inexplicables; y, por último, falta de sinceridad.

En resumen, el psicópata tiene poca capacidad para adaptarse satisfactoriamente al medio ambiente, es voluble, egocéntrico, muestra un predominio de las tendencias instintivas y una deficiente disposición para amar. Los tipos psicopáticos formulada por K. Schneider, autor que con más rigor ha descrito los rasgos de las personalidades psicopáticas, define una serie de grupos. Todos estos grupos se presentan no sólo en diferentes grados de intensidad, sino también en todas sus combinaciones. Dentro de estos grupos destacamos los que hemos hallado de modo recurrente en los violadores de niños, niñas y adolescentes:- Psicópatas explosivos. Son aquellas personas que, ante el motivo más insignificante, montan en cólera y pierden el autocontrol. Cualquier palabra les ofende, determinando inmediatamente una respuesta insultante o agresiva. Fuera de estas reacciones, tales individuos son casi siempre tranquilos y dóciles. Con frecuencia, muestran una gran sensibilidad al alcohol, desencadenándose con facilidad reacciones explosivas y violentas.- Psicópatas desalmados. Con este nombre se designan las personalidades psicopáticas caracterizadas por un embotamiento afectivo. Son individuos que carecen de sentimientos de compasión, vergüenza, arrepentimiento y conciencia moral. Conocen perfectamente las normas morales, pero no subordinan a ellas su conducta.

La frialdad de sentimientos se manifiesta tempranamente, siendo frecuentes en la infancia la inadaptabilidad escolar, el precoz despertar de la sexualidad, (que podríamos asociar a victimizaciones sufridas) e incluso la comisión de delitos, ya de modo solitario o en grupos junto a otros sujetos asociales. Tienen extraordinaria importancia social estos psicópatas por su acentuada peligrosidad, dando lugar a todo tipo de delitos, desde crímenes brutales hasta atentados contra la propiedad.Respecto a la responsabilidad (v.), la tendencia actual es a considerar a los psicópatas imputables y, por tanto, sujetos a sanción penal, sin tener en cuenta para nada su psicopatía; ya que tales personalidades poseen la facultad necesaria para conocer la punibilidad del hecho y para actuar con arreglo a este conocimiento, aunque los motivos de su actuación radiquen más en el temor al castigo y en el egoísmo que en verdaderos valores morales.En todo lo que venimos desarrollando se desprende inevitablemente la repetición compulsiva del delito, es decir la imposibilidad del tratamiento de estos delincuentes, en este contexto la posibilidad de la creación del la base de datos genéticos creada por ley en nuestra provincia, que incluirá y cito textual “los resultados de los estudios genéticos realizados en todas las investigaciones penales, especialmente, en las que se investiguen delitos contra la vida, la integridad sexual, la identidad o la libertad de las personas” podría convertirse en una herramienta de suma utilidad a la hora de realizar investigaciones.

La información de esta base de datos será secreta, y solamente se encontrará disponible para jueces, fiscales y defensores intervinientes en relación con las causas en que se encuentren investigando a los fines de que los tengan como prueba y puedan cotejarlos con otros datos.Por otra parte, la ley instituye la creación del Registro de Condenados por Delitos contra la Integridad Sexual, en la órbita del Ministerio de Justicia provincial, que almacenará los datos personales de todos los condenados por delitos sexuales que se encuentren con sentencia judicial firme. Me gustaría detenerme un instante en este punto. Es sumamente importante que esto se implemente, pero no podemos perder de vista algunas cuestiones: muchas situaciones de violaciones de niños, niñas y adolescentes no dejan elementos que permitan ser incluidos en una base de estas características, es decir no hay fluidos, u otros elementos para ser registrados, solo hay dolor y vidas de niños y niñas truncadas en su desarrollo, cómo podríamos registrarlos…Lo que si me parecería un avance y debo decir que hace mucho tiempo que desde nuestra institución lo venimos pensando, es el registro con nombre y apellido y todo dato filiatorio posible de los sentenciados por estos delitos, pero considero que debería ser de pública consulta no solo accesible a determinados actores, ya que de existir, podríamos haber evitado un sinnúmero de casos, y nos consta desde nuestra práctica, desconozco cuales serían los impedimentos legales para que esto fuera así, pero si los hubiera, sería tarea de nuestro legisladores poder allanarlos, creo que los niños, niñas y adolescentes lo merecen.

La Lic. María Beatriz Müller, es presidenta del comité organizador del II Congreso Internacional Violencia, Maltrato y Abuso, que se desarrollará del 12 al 15 de Noviembre de 2009, en la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador y Teatro Nacional Cervantes'

miércoles, 28 de octubre de 2009

ABUSO SEXUAL INFANTIL CON FINES DE LUCRO


A principios de año, Charles Soderman, ciudadano estadunidense originario de Florida, tomó un vuelo a Arizona para cruzar a Sonora como turista. Venía por sexo.
“Voy por un niño de entre seis y nueve años de edad”, dijo a un agente encubierto de su país que se hacía pasar por proxeneta.
En declaraciones judiciales a las que tuvo acceso MILENIO, Soderman reveló que quería cruzar la frontera para “conseguirse un niño”, para lo cual pagó al oficial 600 dólares con los que se financiaría un tour a un hotel mexicano donde la especialidad eran los menores de edad “a la carta”.
“Quiero ir en tour sexual (a México). Ahí he tenido sexo oral”, dijo Soderman al agente mientras planeaba el viaje.
El 20 de febrero, cuando desembarcó en Yuma listo para cruzar a México, Soderman fue detenido por oficiales federales bajo los cargos de ser “depredador sexual” y ahora podría ser condenado a hasta 20 años de prisión.
El de Soderman es el caso de un pederasta ingenuo que se delató a sí mismo. Porque otros ni siquiera entran al radar de las autoridades. Hoy México se ha convertido en foco rojo de trata de personas en el planeta, un país que ha sido calificado por activistas como la “Tailandia de América Latina” y en el que hay una “seria crisis” en este rubro, según coinciden las Naciones Unidas, la Organización Internacional para las Migraciones y el gobierno de Estados Unidos.
El país ocupa el lugar 25 mundial con más casos de trata de personas (20 mil), según la Organización Internacional para las Naciones Unidas, y es el quinto país de Latinoamérica con más víctimas, sólo debajo de Brasil, Colombia, Venezuela y Cuba.
Y las garantías de impunidad para los tratantes son casi absolutas como resultado de un marco jurídico deficiente.
Pese a la existencia desde 2007 de una ley contra la trata de personas —cuyo reglamento sólo se aprobó hasta febrero de 2009—, la legislación presenta huecos explotados por el crimen organizado, de acuerdo con especialistas.
A la fecha sólo cinco estados del país penalizan de forma directa este delito, en línea con los protocolos internacionales.
Acorde con la ONU, sólo el Estado de México, Chihuahua, Guerrero, Sonora y Zacatecas han aprobado leyes que explícitamente castigan la trata de personas —un fenómeno de reconocimiento relativamente reciente— y cuentan con unidades en sus procuradurías para atender a víctimas del fenómeno.
En tanto, en el resto del país las leyes para combatir este delito son de carácter limitado. Un total de 14 entidades cuentan con leyes parciales que sólo penalizan la prostitución forzada o el abuso de menores, pero sin considerarles potenciales víctimas del crimen organizado y menos aún sin destinar fondos a la atención de personas afectadas por el fenómeno.
Otras ocho entidades, por el contrario, tienen pendientes sus reformas legales o ni siquiera castigan un delito que cada año involucra a alrededor de 20 mil mujeres y niñas mexicanas y extranjeras —desde centroamericanas, sudamericanas, asiáticas y europeas— en el mercado negro de la prostitución.
Entre quienes no penalizan la trata de personas o tienen lagunas legales de consideración están Campeche, Yucatán, Veracruz, Durango, Nayarit, Tabasco y Tamaulipas.
“Nuestras leyes contra la trata de personas tienen deficiencias gravísimas y prueba de ello es que no se ha podido sentenciar un solo caso después de dos años de que la ley federal fue aprobada”, aseguró Teresa Ulloa, directora de la Coalición contra la Trata de Personas en América Latina y el Caribe.
—¿Ha habido tortuguismo?
—Mucho. Hay muchos intereses en el gobierno para que esto no se detenga.
***
La ONU define la trata de personas como el reclutamiento, secuestro o transporte de personas contra su voluntad mediante el uso de fuerza, amenazas, coerción, fraude o engaño, generalmente para fines de explotación sexual.
Pero dentro entre las organizaciones no gubernamentales internacionales parece haber también un consenso de que en buena parte de México no existe una diferenciación clara entre tráfico y trata de personas, lo que deja al crimen organizado la posibilidad de actuar sin temor al castigo.
Mientras el primer fenómeno se refiere a la gente que accede a viajar a otro país con la ayuda de un pollero, el segundo se identifica con personas que han sido reclutadas contra su voluntad como esclavos sexuales o laborales.
“En México existen inconsistencias legales que limitan la definición de víctima del tráfico de personas, lo que tiene implicaciones negativas para quienes han sido víctimas de la trata de personas”, consideró la Barra Americana de Abogados para el Estado de Derecho.
Aun cuando el gobierno federal ha reconocido que el país enfrenta una crisis en esta materia y ha lanzado iniciativas para enfrentar el fenómeno, las calificaciones internacionales de México han sido pésimas a lo largo de los últimos nueve años.
Pocos avances, efectivos, se reportan en los índices globales, debido a lo que se percibe como un “mal desempeño” o “actuación tímida” de las autoridades mexicanas, según la comunidad internacional involucrada en el combate a la trata de personas.
El Departamento de Estado de Estados Unidos, que año con año emite un reporte sobre la situación mundial de la trata de personas, ha calificado por tres años consecutivos de “muy limitados” y “un fracaso” los esfuerzos para encarar este delito por parte de la administración del presidente Felipe Calderón.
“Un número significativo de mujeres mexicanas, niñas y niños son traficados para explotación sexual”, consideró Washington en 2007. “El gobierno mexicano ha hecho sólo esfuerzos muy modestos para proteger a las víctimas”, sentenció en 2008.
“El gobierno de México fracasó en mejorar sus limitados esfuerzos policiacos contra los tratantes de personas en 2008. No hubo ni procesados ni encarcelados a nivel federal, estatal o local”, deploró en 2009.
En su reporte para este año, Washington insistió en que la principal dinámica en la trata de personas en México es el turismo sexual, una industria creciente y en boga en ciertas partes del país, como lo demuestra el caso de Soderman.
“El turismo sexual, incluido el turismo sexual infantil, presenta una tendencia al alza, en especial en zonas turísticas como Acapulco y Cancún y urbes fronterizas como Tijuana y Ciudad Juárez. Los turistas sexuales extranjeros arriban por lo general de Estados Unidos, Canadá y Europa occidental”, informó el Departamento de Estado.
Víctor Hugo Michel

MILENIO DIARIO

martes, 27 de octubre de 2009

LAS MUJERES Y EL ABUSO SEXUAL.


Cuando hablamos de abuso sexual, regularmente nos referimos a niñas, niños y adolescentes que viven esta situación, y abordamos el tema desde las afectaciones que genera el abuso, en sus vidas.
La otra cara de esto se produce luego que, las personas que viven abuso sexual siendo niñas, niños y adolescentes, crecen y se convierten en jóvenes y adultas/os que regularmente también llevan consigo la carga de la secuela traumática, misma que muchas veces se ve complejizada en el transcurso de su vida, por la continuación del abuso o por otros eventos violentos, como la violencia conyugal.
Son sobre todo mujeres jóvenes y adultas, quienes acuden en busca de apoyo, a la consulta psicológica; cuando sienten que ya no pueden más con las crisis, -aunque no pueden darle un nombre aún- o cuando asumen que es la hora de poder echar fuera el peso del recuerdo que les atormenta y que se encuentra en su mente, en su cuerpo, en su sexualidad, en su actitud ante la vida, es decir que sienten que les marca toda la vida.
Tomar la decisión de buscar una alternativa de atención no es fácil para las mujeres, sobre todo si tomamos en cuenta que, el abuso sexual que han vivido es para ellas “el secreto mejor guardado”, de tal forma que no solamente lo han mantenido en silencio por años, sino que han recurrido al mecanismo de la disociación para no recordarlo, para no sentir el dolor, el temor, la culpa, confusión y vergüenza por el abuso vivido.
También resulta difícil tomar la decisión de acudir a la consulta psicológica, porque la confianza que el abuso sexual ha quebrantado, les limita para considerar que es posible acudir a alguien para romper el silencio. En una correspondencia de desconfianzas, es el temor a no ser creída en la consulta, lo que igualmente le lleva a no creer en ese espacio.Sin embargo, desde que estamos hablando de abuso sexual en Nicaragua, cada vez más mujeres jóvenes y adultas están acudiendo en busca de apoyo para sanar sus heridas, con lo que demuestran toda la valentía que tienen para sobrevivir al abuso y para iniciar un proceso que les lleve a reconstruir sus vidas.
Casi siempre, en la primera sesión las mujeres muestran titubeos para llevar adelante un proceso que, cuando se los expongo, les resulta tortuoso y largo. Por lo regular se quedan para avanzar, otras prefieren tratar antes su situación de violencia conyugal o intrafamiliar; para luego tener mayor fortaleza para tratar el abuso sexual.Vivir el proceso terapéutico es una experiencia muy difícil, porque es tocar las heridas que el abuso ha dejado, aprender a reconocerse, a confiar en sí misma, a aceptar la cercanía de la niña o adolescente que fueron, y que a pesar de haber vivido el abuso, no dejó de ser niña. A pesar de esto muchas de ellas la sostienen hasta el final y aunque a veces algunas me han dicho “ya no quiero más… me quiero olvidar de todo y dejar esto atrás”, igualmente, toman la decisión de continuar en su proceso hasta concluirlo.
El proceso terapéutico trata siempre de promover la identificación de sus propias fortalezas, la recuperación de sus poderes; que le han sido expropiados por el abuso sexual. Una de las experiencias más asombrosas de tratar con sobrevivientes de abuso sexual, es como ellas mismas pueden conducir su proceso y definir hacia dónde ir en él, cuál es el ritmo que van a llevar de acuerdo con sus propias fortalezas, recursos y condiciones.Evaluar cada cierto período los avances, es un paso importante en su proceso, porque ellas mismas lo van asimilando como un factor de crecimiento, que les permite valorar los logros, las dificultades y limitaciones y sobre todo establecer claramente los cambios que son capaces de construir en ellas mismas.
Esto es algo que no sólo ellas piensan, sino que tienen como principal referente lo que dicen las personas a su alrededor, la familia, las amistades; cuando se refieren a estos cambios.A las que se retiran y dejan su proceso inconcluso, siempre les digo que no deben tomarlo como una acción de cobardía, ni de ser mujeres inútiles; en todo caso lo único que deben hacer es reflexionar sobre el paso que dieron al iniciar un proceso que luego pueden retomar con mayor fortaleza, cuando se sientan más preparadas para hacerlo.En algún momento, una de estas mujeres que ha concluido su proceso terapéutico, ha dicho: “ahora, cuando recuerdo cómo vine yo aquí por primera vez y todas esas primeras veces; puedo ver la diferencia en mi vida y me doy cuenta de cuánto he crecido y de cuantas cosas he sido capaz de superar, siento que he sido yo quien hizo esto,…eso me llena de satisfacción porque puedo ver la vida de otro modo”.

Lorna Norori Gutiérrez**Psicóloga.

lunes, 26 de octubre de 2009

EL ABUSO SEXUAL INFANTIL, UN HORRENDO CRIMEN QUE CONSENTIMOS.


Desde el saber de las ciencias sociales siempre se ha reconocido que los dos segmentos etarios más frágiles y expuestos a sufrir daños irreparables y hasta la misma muerte, son los niños y los ancianos.
Los primeros porque su vulnerabilidad física y emocional obedece a su incipiente e inconcluso grado de desarrollo, y los segundos porque en el atardecer de la vida aquel desarrollo se ha convertido en su propia debilidad, acechada por las enfermedades y la finitud que inexorablemente determinan los años. Los primeros pueden resbalar por falta de firmeza en una escalera o caerse en plena calle por sus propios achaques, y sufrir daños físicos sin solución. Los segundos, precipitados y pletóricos de energía, tal vez crucen corriendo distraídamente una esquina o se zambullan irreflexivos en un torrente tempestuoso, perdiendo -por la impredecible lógica del accidente- la vida que no llegaron a vivir.

Esto es así en todas las sociedades del mundo y casi se diría que es propio de la condición humana. Es muy poco lo que se puede hacer para remediarlo. Desde hace un tiempo, aunque con una repitiencia pavorosa en los últimos meses, contemplamos azorados e impotentes un mal mucho mayor, acaso la vejación más alevosa que pueda sufrir un ser humano: el abuso sexual de menores. Los casos se repiten casi a diario no sólo en las ciudades sino también en parajes remotos del interior, muchas veces con una vesania verdaderamente asqueante. La crónica periodística refleja estos horrendos sucesos con azorada seriedad, pero no logra provocar el escándalo y la reacción colectiva. Simplemente puede y debe mostrarlos.

Es preciso reconocer en ello un imprescindible gesto de sinceramiento, porque todos sabemos que por décadas estos desgraciados temas se silenciaban, muchas veces por la vergüenza o pudibundez de las víctimas y otras por un ocultamiento cómplice que nos hacía creer que nuestra sociedad era moralmente sana y que aún no estaba inficionada por estas depravaciones tan compatibles con la degradación de las costumbres, la pérdida de muchos de nuestros valores esenciales, y ese permisivismo falazmente libertario que nos ha hecho renegar del orden natural.

El rey andaba desnudo por la plaza pero nadie se animaba a gritarlo. La casuística es en verdad compleja pero siempre resulta posible enumerar los perfiles más frecuentes de esta lacerante realidad. A la cabeza se ubica desde luego la más denigrante de estas prácticas de diabólica perversidad: el abuso sexual paterno filial (padres que abusan de sus hijas núbiles o más pequeñas aún y hasta llegan a sodomizar a sus indefensos hijos varones; otras prácticas de no menor perversidad de progenitores que obligan a sus hijas, sin llegar a la violación, a provocarles mezquinas y deleznables autosatisfacciones; y madres que amenazadas e incluso golpeadas que son forzadas al silencio, una forma larvada de complicidad que de hecho las convierte también a ellas en abusadoras, aunque pasivas).
Se han dado con frecuencia casos, que también ocurren en el seno de los hogares, de empleadas domésticas con idéntico perfil de perversión, que manosean u obligan a niñas y niños pequeños que quedan a su cargo, en ausencia de sus padres, a “juegos” parasexuales inequívocamente abusadores. Un segundo escalón del abuso sexual compromete a adolescentes, que formalizan patotas patológicas para realzar su supuesto machismo o virilidad y llegan a violar a compañeritos menores. La gradación de la ignominia del abuso no se atenúa cuando la víctima es una alumna encerrada en un aula vacía, que es vejada con violencia por estos grupitos desprovistos de todo hiato moral. Estos jóvenes reproducen, a 30 años de distancia, la malévola saga del enajenado protagonista de “La naranja mecánica”: un juego de sexo y violencia en el más absoluto de los descontroles. Finalmente están los abusos horrendos de los depravados, que sorprenden a una menor en algún descampado, en un camino vecinal, en medio del monte o acaso en un lóbrego solar abandonado. En todos estos casos la violencia es consustancial al abuso, que constituye en sí mismo el mayor acto de violencia contra un ser humano. La psicología avisa, con certero diagnóstico, que es mucho mayor el trauma que acompañará de por vida al abusado que el daño físico provocado. ¿Cómo podría un niño abusado por su padre mantener intactos sus mecanismos de “identificación”, tan elementales para mantener la sexualidad de su género?
Es muy probable que en su adultez repita la historia, en un claro mecanismo de compensación. ¿Cómo podrá una niña considerar a su madre como su espejo, después de haberla visto mirar cómo la violaba su progenitor? La herida narcisística recibida (con frecuencia decenas de veces) la acompañará de por vida. Todas estas laceraciones que tanto nos conturban como sociedad nacen en permisivismos o desviaciones que arrancan inexorablemente en la casa o en la escuela. Y constituye un grave error echarle la culpa de todo al gobierno, una costumbre demasiado afirmada en el país todo. Es muy poco lo que puede hacer. No se puede edificar una política de estado para controlar la condición humana. Pero al menos se trabaja con contención y perseverancia sobre las víctimas. Son numerosas las instituciones tanto oficiales como privadas que trabajan en la prevención de los niños y niñas abusados, con conmovedora generosidad. El abusador ya está lamentablemente entre nosotros. No podemos predecir cuándo pegará el próximo zarpazo. Ni clamando al cielo ni exigiendo más protagonismo al gobierno esta lacra desaparecerá.

Si todos nosotros, en lugar de escandalizarnos con cada noticia de un abuso sexual, no cargamos sobre nuestras espaldas, en conjunto, la pesada mochila de que este drama es patrimonio del colectivo social, que es la comunidad la que debe tomar conciencia, que el daño que inflige un abusador no es sólo contra el niño o niña abusado sino contra todos nosotros, deberemos concluir en que nunca podremos hacer nada contra este flagelo. Pero si, por el contrario, nos abroquelamos como Fuenteovejuna y reconstruimos entre todos nuestra esencial escala de valores, es entonces muy probable que aquella ominosa profecía de Gelman jamás nos alcance.
© EL LIBERAL S.A.
Director Editorial: Lic. Gustavo Eduardo Ick
Santiago del Estero / República Argentina

EL GRAN DESAFIO ES ATREVERSE.


El abuso sexual infantil (ASI) es uno de los aspectos más dolorosos en lo que respecta a vulneración de derechos de niñas, niños y adolescentes.

Es evidente que en todo el espectro del desempeño profesional se ha avanzado en la consideración y el debate de esta temática y por la publicidad dada a esta tipo de hechos se logro una mayor sensibilidad social, sin embargo la detección y asistencia se realizan aún hoy en un marco de prejuicio y desconocimiento.


La experiencia clínica y diversas investigaciones muestran que los autores de los abusos son, en más de un 80% de los casos, adultos conocidos de la víctima y en su mayoría, miembros de la familia.Si bien es fácil explicarle a un niño/a que debe desconfiar de personas extrañas, es mucho más difícil cuando lo que se le debe explicar es que debe estar atento y ser crítico hacia el mundo adulto en general y los miembros de su familia en particular. Esto produce una gran confusión y sentimiento de desprotección.

El abusador sabe que esta transgrediendo y se protege como todos los delincuentes para no ser descubierto. Su alternativa es imponer la "ley del silencio". La víctima, al ser un menor, inmaduro y dependiente, a merced del adulto que tiene una posición de poder o autoridad sobre él, queda indefenso ante esta situación, termina aceptando y adaptándose a ella para sobrevivir, esto se denomina "acomodamiento de la víctima".

Es para destacar que este fenómeno atraviesa todos los estratos sociales, económicos y culturales, como dice la doctora Intebi, ocurre "en las mejores familias".Hay que tener en cuenta que los que los niños/as tienden a ocultar los hechos por vergüenza, sentimiento de culpa, amenazas de castigo o el miedo a no ser creídos, lo que contribuye a que el abuso siga manteniéndose en un hermetismo difícil de develar, por eso cuando un niño/a relata, siempre hay que creerle.


¿Qué se debe hacer si se sospecha o se conoce un caso de ASI?

Tener en cuenta que nunca se debe trabajar solo, hay que denunciar siempre, el silencio sólo protege al abusador.Es de vital importancia como medida preventiva, la educación sexual desde temprana edad,el conocimiento del cuerpo y el concepto de lo que es intimo, privado.Hay mucho por hacer, recién la sociedad esta tomando conciencia. En un tema en el que no se puede andar con posturas tibias, no no debemos perder de vista que los únicos que no tienen voz propia son las víctimas.Todo lo que podamos hacer desde nuestros lugares de trabajo, desde nuestros hogares, por poco que parezca, significará un gran avance en esta lucha por los derechos de nuestros niños y niñas.


El gran desafío de Atreverse es arriesgarse a decir o hacer algo, y cuando de abuso sexual infantil hablamos es arriesgarse a ir del silencio al grito. El abuso sexual infantil es un delito que se produce puertas adentro, en el marco de una relación de poder, de confianza, donde quien abusa en general tiene un deber de cuidado y de protección, por ello es posible el engaño y el abuso propiamente dicho.En el abuso el adulto usa a los niños, niñas y/o adolescentes, no respetando sus intereses, la propiedad de sus propios cuerpos, sus necesidades y derechos, sometiéndolos para su propia satisfacción sexual.

El abuso sexual infantil incluye: llamadas telefónicas obscenas, imágenes pornográficas, ofensa al pudor, contactos sexuales, manoseos, violación, incesto, voyeurismo y/o prostitución del niño.

Los niños, por su condición de tales, no pueden dar su consentimiento, por ello se convierten en víctimas, no pueden darse cuenta de que esta experiencia no es normal.

El abuso sexual es un problema innegable que provoca hondas repercusiones, en las víctimas y en su entorno afectivo; es un daño que se proyecta en su vida futura, humilla, quita la esperanza, la autoestima, la proyección de futuro.

Si bien muchas víctimas desarrollan conductas que les permiten vivir sin presentar serios trastornos, ello no significa que las situaciones traumáticas vividas se olviden.

Por ello es necesario acompañar y atender la crisis familiar que se produce cuando se rompe el secreto, desde el trabajo en equipo e interinstitucional en red, sumándose la intervención legal que juega un rol reparador para las víctimas. No hay posibilidad de cura sin justicia. La sanción social civilizada ayuda en la reconstitución psíquica de la víctima.Atreverse también es creerles, y éste es el primer paso protector y reparador. Esta es una responsabilidad de todos como integrantes de la sociedad y garantes de los derechos de los niños. ¿Seremos capaces de esto? ¿Nos atreveremos?


Hay maestras que enseñan a leer, a escribir, promueven valores, hacen bandera de la vida en familia, y tantas otras cosas que a diario proponen en sus aulas; pero también hay docentes que descubren cambios de hábitos en el comportamiento de sus alumnos.

Y hasta son las primeras en ver las marcas que deja en sus cuerpitos el abuso sexual al que son sometidos muchos de los niños.

También hay "seños" a las que les ha tocado oír de la boca algún alumno/a como es que el "novio de su mamá" se toca las partes íntimas mientras los observa, estando su madre dormida.

Las anécdotas están "suavizadas" con el fin hacer circular información que está cerrada bajo siete llaves y que hemos considerado importante compartir con el fin de quitarle velos a un tema que todavía los tiene, pero que ha comenzado a recoger los frutos de ir quitándolos, a medida que se los denuncia, se castigue a los culpables, como así también se asista a las víctimas y a su familia.

Este desgraciado y criminal fenómeno no es exclusivo de ninguna clase social, lo saben quienes tratan a diario con un cúmulo de información discrecional que les permite asegurar que no han faltado casos de abusos escalonados -por ejemplo- de un progenitor de "familia bien" con tres de sus descendientes.


La angustia que provoca en las víctimas este tipo de acontecimientos que suele ser soportado por largos años, cuenta en ciertas ocasiones con conflictos de credibilidad.


Entre ellos, las estadísticas demuestran que un 95% de los abusos denunciados, tienen como imputados a personas del entorno intrafamiliar. Allí se ubican padres, padrastros o "el novio de la madre", "tíos", y hasta "amigos de la familia".


Situación y estadística"Hay más casos, más información que le llega a la sociedad y más denuncias. Son todos abusos que van desde un manoseo hasta la penetración, todos son horrendos", subraya un profesional encargado de tratar diariamente con el tema, pero que no tiene autorización para hablar sobre el mismo, desde que cambiaron las reglas para la Justicia de menores.

Por propia decisión de la víctima, o una mirada aguda del docente a su cargo que nota cambios en el comportamiento o actitudes determinadas del menor en cuestión, se da lugar a un trabajo extraoficial que desemboca en el develamiento tan temido.


Asimismo sostienen que el papel de la prensa en poner en consideración de la opinión pública este tipo de problemáticas, ayuda a que la gente se anime a contarlo, y también se transforme en otra forma de poder fomentar el valor de la denuncia.

domingo, 25 de octubre de 2009

EXISTE UN INCREMENTO EN LOS DELITOS DE ABUSO SEXUAL


Existe un incremento en los delitos de abuso sexual
Aumentaron los abusos. Las estadísticas son dinámicas, tenemos un porcentaje alto en relación al año pasado tenemos en este segundo semestre ya un aumento de entre el 10 y 15 por ciento.
Lo que ocurre es el incremento de la difusión, tanto de denuncias, no podemos decir que haya más hecho, hay más denuncias en cuestión de que hubo mayor difusión de la temática.
Los medios han difundido y esto hizo que el gobierno tanto local como nacional ha permitido la inserción en la comunidad de la temática, también hay hospitales específicos que nos informan la recepción de caso, después la policía han creado unidades de recepción de eso, últimamente la oficina de violencia, la corte nos deriva. Hay gabinetes de apoyo y de contención de seguimiento después de la denuncia. Acción terapéutica y médica para acompañar a la víctima.

¿Qué ocurre cuando el abusador es un menor de edad?No lo podemos dar respuesta de la parte legal, no solamente por un problema de inimputabilidad sino porque tenemos que ver cual es el problema central por el cual descarga su violencia a través de eso, que lo lleva a desplegar esa actividad con su pares, con los chicos de su misma edad. Lo que desnuda en primer termino es la falta de responsabilidad de los organismo que deberían ocuparse de ellos. Además una alerta importante para el futuro por que si desplega esa violencia y no es atendido, el problema va a ser cuando si sea mas grande y tenga una fuerza mayor, porque esto se instala como metodología, entonces es fundamental el asesoramiento terapéutico y médico, no represivo ni nada que tenga que ver con la legislación. Con la víctima se trata como en los demás casos. Lo que hay que analizar es donde se produjeron estos casos para orientar la política en ese aspecto.

¿Cómo tratar el problema cuando los abusos ocurren en una institución como la escuela u otros?
El docente no debe ocupar el lugar de los padres, si bien es complementario. Se deben realizar reuniones entre padres y docentes para organizar una red de contención, o estrategias y empezar a estudiar porque pasa, porque esto es un emergente, algo está pasando que los chicos manifiestan la violencia de esta forma, como puede ser trasladado arma desde la casa a la escuela o solucionar los conflictos por medio de los golpes, o atacando a sus compañeros de esta manera tan particular. Tratar a un menor con la faz represiva es agudizar el problema, porque se suma el problema de violencia que tiene con el del sistema penal o el sistema mal llamado de contención, que son los institutos, por eso tendríamos que evitar y tratar a los menores desde la raíz, el problema que los lleva a cometer esto.

¿En qué ámbitos se producen la mayor cantidad de abusos?
Tenemos mayor cantidad de denuncia de abusos intrafamiliar y más de familias ensambladas, es decir de los padrastros o compañeros de la madre, tíos, abuelos que viven juntos; y en un menor porcentaje los intrafamiliares pero también hay que destacar que esta cruzando la línea de las diferentes clases sociales, no debemos creer que se da solo en los grupos marginales. La diferencia es como reaccionan las clases medias y altas, que canalizan la cuestión en ámbitos privados, no en el hospital. No es un tema de marginales y de borrachos, es un problema de toda la sociedad.
¿Cómo podemos detectar cuando un menor es abusado y no manifiesta por temor?Analizar los cambios de conductas del menor en relaciona la asistencia a esos lugares, conversar con, la observación del padre a los cambios, actitudes. Verificar si otras madres no tienen el mismo problema.¿Cómo podemos evitar que los menores deban revivir los sucesos tantas veces en los procesos judiciales?Realizar las denuncia en los ámbitos judiciales, en los ámbitos especializados, no es lo mismo realizar la denuncia en un ámbito de contención que puede ser un poder judicial, una fiscalía que esta preparada para esto.

Para poder acotar la participación de los menores

¿Cuál es el método probatorio de abuso sexual que presenta ?Requieren un cambio de paradigma, terminar con al idea de una técnica tradicional de prueba. Un criterio interdisciplinario, donde varias áreas intervengan, es decir la psiquiatría, la psicología, la medicina, los asistentes sociales, formar una red. Lo que hay que verificar no es el hecho en forma aislada, sino las consecuencias que le han provocado al menor, los cambios que ha tenido, la evolución y la reacción psicológica después del abuso.

En el marco del seminario de sobre "métodos probatorios de abuso sexual", el fiscal general ante los tribunales orales en lo criminal y director de la Unidad de investigación de delitos contra la integridad sexual y pornografía infantil de la Nación, Julio César Castro, aseguró que aumentaron las denuncias por abusos sexuales y que el mayor porcentaje de estos delitos ocurren en el contexto “intrafamiliar”.

CONSECUNCIAS CONFIRMADAS POR A.S.I


Los hijos de madres abusadas son más pequeños al nacer y tienen signos tempranos de retraso del crecimiento, indica un estudio en Bangladesh.

Estudios previos habían demostrado que la violencia física y sexual contra las mujeres está asociada con un bajo peso al nacer de los bebés y aumento del riesgo de muerte infantil.
Para investigarlo, el equipo de Kajsa Asling-Monemi, de Uppsala University, en Suecia, determinó el peso al nacer de 3164 niños y les controlaron el crecimiento hasta los 2 años.
La mayoría de las madres (4436) estaba casada y desempleada. Tenían alrededor de 26 años al inicio del estudio.
La mitad de las madres había sufrido violencia familiar en su vida.
El 14 por ciento había padecido violencia familiar con cachetazos o empujones y el 8 por ciento habían sufrido violencia más grave, como golpes con objetos, patadas, arrastre por el piso o sofocación. El 8 por ciento lo de las mujeres había padecido violencia grave durante el embarazo.
El 24 por ciento de las mujeres mencionó algún tipo de abuso sexual y otro 28 por ciento dijo que había recibido insultos, humillación, intimidación u otro abuso emocional.
Al nacer, los niños en el estudio pesaron 2701 gramos. El 33 por ciento tenía bajo peso al nacer, con 2500 gramos. Los hijos de mujeres víctimas de algún tipo de violencia tendían a estar en aquel grupo.
Entre esos niños, casi el 42 por ciento tenía bajo peso, un 13 por ciento estaba subnutrido y más del 55 por ciento tenía retraso del crecimiento a los 2 años de edad.
En cambio, entre los hijos de mujeres que no habían sufrido violencia, el 37 por ciento tenía bajo peso, el 11 por ciento estaba subnutrido y casi el 50 por ciento tenía retraso del crecimiento.
La relación entre el abuso materno y el retraso del crecimiento en los hijos se mantuvo sólida tras considerar la educación materna, la cantidad de partos previos y la religión (las madres hinduistas tendían a tener hijos que pesaban menos y con talla más baja que los hijos de mujeres musulmanas).
Aunque la mayoría de las diferencias de talla en los hijos de mujeres abusadas, versus las no abusadas, son evidentes al nacer, los resultados muestran que "el retraso del crecimiento asociado con la violencia aumentó durante los 2 primeros años de vida", escribe el equipo de Asling-Monemi en Archives of Disease in Childhood.
El estudio, concluyen los autores, se suma a "una enorme cantidad de consecuencias confirmadas y posibles para la salud" que genera la violencia contra la mujer.

FUENTE: Archives of Disease in Childhood, octubre del 2009

CUANDO NUNCA ES DEMASIADO TARDE.



Se estima que uno de cada seis niños es abusado sexualmente antes de los 16 años.

Aunque este es un tema muy doloroso, hay mucha esperanza en su sanación una vez que estos asuntos son reconocidos. Debido a una variedad de factores, incluyendo vergüenza, sentimientos de desvalorización, amenazas, así como también la rotunda supresión de los recuerdos, se cree que al menos 60% de estos casos nunca son informados. Es hora de que este tema sea abordado más abiertamente y con comprensión, para que niños y hombres puedan sanar del trauma sexual y este abuso pueda frenarse.


EFT es un recurso formidable para proveer un espacio para esa sanación. Ha sido un regalo maravilloso poder ofrecer nueva libertad a los hombres que trabajan conmigo en estos temas, usando el poder de EFT.

En nuestra cultura occidental, los niños aprenden que se supone que sean fuertes y duros. Se supone que pueden protegerse a sí mismos. Pero los niños, no importa cuan fuertes sean, son sólo niños, más débiles y vulnerables que sus abusadores, y por lo tanto generalmente incapaces de frenar su abuso. De ahí que puedan surgir tremenda vergüenza y auto-culpabilidad. El hecho de que la mayoría (aunque no todos) de los abusadores de niños son del mismo sexo suma otra capa de miedo y confusión alrededor de la identidad sexual y de género del niño, que también necesita ser tratada con sensibilidad.

Los hombres pueden ser dañados por la negación o reticencia social a aceptar su victimización y consecuentemente deben “aguantárselas” en silencio. Esperamos que a partir de la educación, más gente se sienta cómoda reconociendo este problema, para que los sobrevivientes puedan salir de su aislamiento y obtener la ayuda que se merecen.

Me gustaría compartir la historia de un hombre sobreviviente que transformó vergüenza y dolor en autoestima y validación, a partir de la hábil utilización de EFT.

Jorge, como lo llamaré, me contactó porque estaba tomando algunas cervezas más de lo que le gustaba por las noches. Sin embargo cuando llegó nuestra sesión, no estaba seguro si ese era el asunto principal. Usé la clásica pregunta de Gary Craig “Si hubiera una cosa que pudieras borrar de tu vida, ¿qué sería?” Me emocionó que confiara en mí lo suficiente para responder con un tema que lo había angustiado, y nunca había podido tratar realmente, aunque ahora estaba en sus 50s. El triste hecho es que había sido abusado por su babysitter varón cuando tenía sólo 8 o 9.

Le pregunté a Jorge cuales eran los sentimientos más fuertes cuando pensaba en la experiencia. Hicimos rondas de EFT para cada sentimiento cuando aparecieron: vergüenza, confusión, traición, auto-culpabilidad, dolor, enojo y tristeza. Algunas de las frases preparatorias incluyeron:

Aunque me sienta tan indefenso, me amo y acepto profundamente, aún la parte que se siente indefensa.

(Frase recordatoria: tan indefenso)

Aunque mi babysitter me hizo cosas que nunca debería haberme hecho…

(Frases recordatorias: nunca debería haber pasado, no me lo merecía)

Aunque estaba realmente confundido y no entendía realmente lo que estaba pasando, me perdono, era sólo un niño, no fue mi culpa, él era el que estaba siendo malo… soy un buen niño.

(Frases recordatorias: realmente confuso; él estaba equivocado, no yo; soy un niño bueno; “pequeño Jorge” es un niño bueno)

[NOTA: por respeto, siempre le pregunto al cliente cuál sería el mejor nombre para referirse al “niño interior”. En este caso eligió “pequeño Jorge”]

Aunque él dijo que nadie me creería, que todos sabían que yo era un mentiroso, y yo mentía mucho, esto era cierto, pasó y él nunca debería haberme lastimado de esa forma.

(Frases recordatorias: él me amenazó, yo no estaba mintiendo, eso pasó, yo lo sé, Suzanne (yo, la terapeuta) lo sabe también)

Jorge compartió patéticamente cómo, después de que su babysitter dejó su habitación, no podía comprender qué hacer. Describió como sacó una pequeña maleta y empacó algunas cosas y se escapó de la casa cuando el babysitter no estaba mirando. El babysitter frenéticamente llamó a sus padres y ellos salieron con el auto por el vecindario hasta que lo encontraron. Pero nadie llegó a él o le preguntó qué estaba ocurriendo.

Aunque empaqué una pequeña maleta y me escapé, para que él tuviera que llamar a sus padres para que lo buscaran, nadie dijo nada o le preguntó qué estaba pasando, y eso me enoja y pone realmente triste.

(Frases recordatorias: realmente enojado, realmente triste, ¿por qué no preguntaron?, ¡los niños pequeños no se escapan sin un buen motivo!)

Aunque nadie me preguntó qué estaba pasando, elijo escucharme y calmar a “pequeño Jorge” porque nunca mereció ser tratado de esa forma.

(Frases recordatorias: lamento que eso te pasó a ti “pequeño Jorge”, estoy acá para ti ahora, él estuvo mal y equivocado, no fue tu culpa, lo lamento)

Luego continuamos tratando los hechos con la Técnica de la Película. Tratamos cada tema, incluyendo la vergüenza de que le dijera que se bajara los pantalones, la confusión acerca de por qué esto estaba pasando, el dolor físico y la culpa.

Resultó que uno de los temas más grandes para Jorge fue que nadie respondió o preguntó qué había pasado. Habló acerca de cómo finalmente le había contado a su madre 10 años atrás y ella dijo que lo lamentaba, pero con palabras sin emoción, como si no lo captara. Entonces hicimos rondas sobre:

Aunque mi madre no capta lo que ocurrió, ella no puede manejarlo por alguna razón, elijo consolar al pequeño Jorge y le hago saber que me importa y estoy dispuesto a escucharlo.

Hicimos luego un poco de Diálogo de Voz con el Jorge adulto hablándole a “pequeño Jorge” preguntándole qué necesitaba, consolándolo, tranquilizándolo a una variedad de niveles. Luego hicimos unas rondas más de EFT reforzando los temas que surgieron cuando Jorge adulto habló con “pequeño Jorge”.

Aunque nadie me escuchó en ese momento, estoy aquí para ti ahora y nunca te dejaré.

(Frase recordatoria: estoy aquí para ti)

Aunque él te hizo eso, estás bien, sobreviviste, y yo estoy dedicado a no permitir que eso te pase nunca más otra vez.

(Frase recordatoria: estoy bien, sobreviví)

Aunque él te hizo algo malo, eres un buen niño y ¡te quiero y aprecio en tu totalidad!

(Frase recordatoria: te quiero, aprecio totalmente)

Aunque cubrimos mucho terreno, como puede verse arriba, todo esto ocurrió en una sesión de 90 minutos. Para el final de la sesión su nivel de intensidad había bajado a 1 o 0 para todas las emociones tratadas. Para probar nuestro trabajo le pedí que dijera en voz alta: “fui abusado sexualmente por mi babysitter varón”. No había en ello ninguna carga, un cero. Dijo que sólo sentía un gran alivio, como una gran exhalación. Continuó expresando su gratitud.

Es importante notar que este incidente fue un hecho que ocurrió una sola vez. Algunas variables que afectarán cuanta labor terapéutica se necesita incluyen:

1. Si el abuso fue una o repetidas veces

2. Si el abusador era un extraño, un miembro de la familia, una figura con autoridad (por ejemplo: maestro, consejero, entrenador, sacerdote)

3. El nivel de violencia involucrada

4. Cómo el niño armó el sentido de lo que ocurrió (“Yo fui malo” versus “Ellos fueron malos”)

5. Si el niño le contó a alguien, y cómo respondieron

6. El nivel general de salud o disfuncionalidad en la familia del niño

7. Y las estrategias de afrontamiento generales del niño y del adulto.

Sin embargo, EFT puede ayudar con cualesquiera sean los temas que surgen en relación a las diferentes capas del abuso, con una persona apropiadamente entrenada.

Hice un seguimiento unas semanas después y Jorge me informó que estaba contento y agradecido con la nueva sensación de paz y alivio que sentía y especialmente en términos del abuso que había ocurrido. Me informó de cómo en el pasado, no había podido estar cerca de hombres, salir con ellos, o desarrollar amistades. Ahora, se había asociado a un sitio social de la red para establecer contacto con alguno de sus antiguos amigos. Expresó un profundo alivio que no había sido “demasiado tarde” para ayudar a “pequeño Jorge”.




Suzanne ib Lerner, PhD

cortesia de emofree.com y eftmx.com

miércoles, 21 de octubre de 2009

LA IMPUNIDAD ESTIMULA EL ABUSO SEXUAL DE MENORES


La falta de fiscalización y la impunidad, pese a leyes más rígidas, continúan estimulando la explotación sexual de menores, por medio de tráfico humano, pornografía por internet y otros abusos, dijo la directora ejecutiva de la Unicef, Ann Veneman.
En una conferencia global sobre explotación sexual de menores, en Río de Janeiro, la jefa del organismo de la ONU para la infancia dijo que el principal objetivo del encuentro es aumentar la cooperación entre empresas y gobiernos para lidiar con el creciente problema de la pornografía infantil en internet.
"Observamos un continuo progreso en términos de adopción de leyes adecuadas en los países, ¿pero tienen los mecanismos de vigilancia?", preguntó Veneman en una entrevista con Reuters durante la conferencia en la que participan 3.000 delegados de más de 125 países.
"Creo que esa es realmente una de las preguntas a ser respondidas. ¿Cómo obtendremos los mecanismos correctos de aplicación de la ley, como entrenar policías, asistentes sociales y profesores para tratar con las víctimas? ¿Cómo hacer que los jueces y la propia estructura jurídica procesen los casos en el tiempo adecuado?", agregó.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva inauguró la conferencia el jueves firmando una medida que endurece las penas contra personas condenadas por poseer pornografía infantil.
Veneman, ex secretaria de Agricultura de Estados Unidos, dijo que Brasil tiene dificultades en cohibir abusos sexuales contra menores debido al control que el delito organizado ejerce en algunas grandes ciudades, como Río.
En otros países, como Yemen, leyes contra el casamiento infantil suelen ser ignoradas por causa del respeto a tradiciones arraigadas."Donde hay violencia sexual contra niñas, donde hay casamientos infantiles, todas esas cosas contribuyen a la mortalidad materna y a la propagación del sida", dijo Veneman, citando a la India como otro país sobre el que hay preocupación con el casamiento precoz.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó en el 2000 que existían 1,8 millones de niños explotados en la pornografía y la prostitución, partes de una millonaria industria global del sexo.
Veneman dijo que una mejor cooperación internacional y eventos como los de Río de Janeiro facilitan la identificación de los lugares donde el problema es más grave. "Estamos teniendo una idea mejor de cuál es el problema, cómo se da el tráfico y que formas utiliza", precisó.
La conferencia de Río de Janeiro es el primer Congreso Mundial contra la Explotación Sexual de Niños y Adolescentes desde el 2001 en Japón. La primera conferencia de este tipo se realizó en Estocolmo en 1996.


LA SEXUALIDAD, ¿SE PUEDE RECUPERAR EN LAS VICTIMAS DE A.S.I?


La sexualidad humana es un asunto que tiene tantas interpretaciones como individuos. Sin embargo hay factores pueden ser muy influyentes a la hora de determinar aspectos de nuestra sexualidad. Parece poco discutible que los abusos sexuales padecidos durante la infancia (ASI) sean uno de los aspectos más drásticos e intrusivos, y por lo tanto, uno de los que más puede modificar nuestra realidad y nuestra percepción en relación con el sexo.
La relación que establecemos las personas sobrevivientes de ASI con la sexualidad dista bastante de lo que podríamos considerar como normal, por lo que suele ser común que se halle situada en los extremos. Así pues, algunas veces se cae en la más absoluta promiscuidad y otras tantas manifestamos un rechazo más o menos acusado a todo lo referente al sexo. Ambas posturas, a pesar de ser opuestas, son perfectamente explicables. Es probable que el rechazo sea más fácil de entender. Frente a unos abusos sexuales reiterados que, por la edad, no pueden ser interpretados ni procesados en modo alguno por el niño, lo que se hace es archivarlos en la mente, asociando el sexo con algo horrible. Aunque más adelante la madurez nos permita reinterpretar muchas cosas, lo cierto es que ese mensaje que grabaron a fuego en nuestra infancia puede llegar a tener un poder devastador. A partir de ahí pueden aparecer patologías como el vaginismo u otras secuelas, entre las que también se encuentra una ausencia total de contacto con el sexo; incluido con uno mismo.
De hecho es un comentario frecuente decir que se siente asco hacia el propio cuerpo. Si todo lo anterior es como lo hemos explicado, que lo es, ¿como podemos explicar también lo contrario? Aunque ocurre con menor frecuencia, también es bastante habitual que las personas abusadas caigan en una promiscuidad descontrolada. En este sentido me permito traer a colación un estudio estadístico que se hizo con prostitutas. Según el mismo, un 60% de las encuestadas manifestaron haber padecido abusos sexuales en su niñez. Debemos tener en cuenta que buena parte de los abusos sexuales no se llevan a cabo mediante el uso de la violencia.
El adulto, por lo general un familiar, tiene suficiente con las armas que le confiere su autoridad sobre el menor. Y no sólo eso; si es necesario se hace uso del chantaje, de las amenazas y, lo que nos interesa en este caso, del cariño. Cuando se trata de abusos intrafamiliares, sobre todo, el mensaje que se traslada al menor es que se le hace todo eso porque es especial y porque se le quiere. Puede ocurrir, entonces, que entre otras muchas secuelas, también esté la de relacionarse con los demás a través del sexo; es decir, la persona abusada termina auto convenciéndose que, o bien sólo sirve para eso, o bien que esta es la manera de expresar afecto, cariño o amor. Es, en definitiva, la que se ha adquirido mediante este aprendizaje tan doloroso como erróneo. Igualmente se pueden dar desórdenes como la masturbación compulsiva o una adicción al sexo. Y también al sexo de pago, lo que añade una carga económica al problema.
Otra dificultad que aparece en nuestra vida con una mayor incidencia que el resto de la población versa sobre nuestra orientación sexual. Es normal que a ciertas edades uno pueda tener ciertas dudas, sin embargo en nuestro caso las dudas pueden permanecer flotando en nuestra mente durante mucho tiempo. En un foro sobre ASI que administro he confeccionado diversas estadísticas. Una de ellas buscaba respuestas sobre este asunto. Los resultados nos hablan de un 6% homosexual y otro 6% bisexual. Estas cifras habría que cotejarlas con el resto de la población para comprobar si realmente la incidencia es significativa. Las cifras no parecen indicarlo, desde luego, sin embargo las dudas de las que hablaba antes creo que son más acusadas en nuestro colectivo.
Decía al principio que una de las complicaciones más graves que comporta el ASI respecto de nuestra sexualidad es lo intrusivo que puede llegar a ser. Cuando en nuestra vida se ha producido un hecho traumático, algunos elementos asociados al trauma, mucho tiempo después, pueden hacernos reexperimentar las sensaciones negativas que vivimos en el pasado. Es decir, si de niños tuvimos malas experiencias con el agua porque estuvimos a punto de ahogarnos, por poner un ejemplo, ese miedo puede seguir latente y manifestarse en ocasiones donde el agua sea protagonista. En nuestro caso, al tener una experiencia tan negativa con el sexo, también ocurre que la relaciones que podamos tener con una pareja de la que, además, estemos totalmente enamorados, nos puede retrotraer al pasado y a las imágenes, olores, sensaciones o incluso colores que asociamos con los abusos padecidos en la niñez, dando al traste con un momento que debería ser todo lo contrario. Muchas personas manifiestan que muchas veces son incapaces de realizar el acto sexual con su pareja, otras están ausentes durante el mismo o bien en un momento dado salta el interruptor de los recuerdos y se echa todo a perder. Y otras tantas dicen que después de hacer el amor sienten ganas de llorar. Es lógico que el sexo sea uno de los aspectos más dañados en las personas que fueron víctimas de abusos sexuales, pero a pesar de ello y aunque no sea nada fácil, también puede superarse.

martes, 20 de octubre de 2009

CONTRA EL MONSTRUO LLAMADO ABUSO SEXUAL INFANTIL


Hoy día 20 del 2009 muchas personas dentro de la red vamos a escribir sobre un crimen el peor de todos la víctima es un niño/a alguien que no puede defenderse del verdugo por que aún no ha crecido lo suficiente ni física ni psicológicamente para poder hacerlo...El pederasta, yo prefiro llamarlo monstruo, destruye la vida de un ser inocente, le roba su infancia, su adolescencia, su juventud, le despoja de todo lo que tiene un ser humano y también del derecho a ser feliz, cuando ocurre la agresión sexual la vida de la víctima se congela queda bloqueada sin poder desarrollarse y crecer de forma normal, anulando todas sus facetas todas las etapas que la persona debe recorrer y vivir hasta llegar a ser un adulto/a y en su lugar sólo deja dolor, angustia, ansiedad, depresión y miedo...Hoy quiero escribir una poesía de silencios los silencios de las víctimas, esos silencios que se clavan en el alma y te hunden en un pozo sin fondo, los que te quitan el aire y la voz y apagan tu vida lentamente como la llama de una vela, la víctima calla durante mucho tiempo por diversos motivos como es el miedo a que nadie pueda entenderla, creerla o escucharla, también por verguenza y otras veces en la mayoría de los casos por no hacer daño a la familia ya que por desgracia y lo más terrible de todo es que en su gran mayoría suele ser un familiar muy cercano el que comete el abuso con el niño/a con lo cual esta implicada toda la familia y piden el silencio de la víctima aunque no lo hagan de forma verbal la hacen sentir culpable para que siga callando y poder mantener la bonita fachada, la gran mentira ante la sociedad...Si hoy tropiezas con estas letras quiero que sepas que has encontrado a una superviviente de las muchas que lamentablemente hemos pasado por este horror, si alguna vez tienes cerca a una superviviente de abuso infantil te pido que lo escuches y la trates con respeto, si ha decidido quitar la mordaza de silencio de sus labios por favor dejala hablar escucha a ese niño/a que lleva en su interior aunque no llegues a entender totalmente su dolor, deja que llore que hable que rompa la mordaza de tantos años que la asfixia lentamente no le des la espalda no veas al adulto que esta delante de ti intenta ver al niño que está saliendo de su interior a ese niño que intenta escapar de una tumba callada y fría...


lunes, 19 de octubre de 2009

¿CUAL SERÁ LA MEJOR PROTECCION?


Posiblemente su niño no sepa el peligro que puede correr al atender personas que llaman su atención y que el no conoce.

La atenta supervisión del niño es la mejor protección contra el abuso sexual.
El abuso sexual afecta a miles de niños cada año y en la gran mayoría de los casos los agresores son personas que ellos conocen y en las que confían, por lo que muchas veces se hace difícil prevenirlos de este tipo de ataques.

¿Cómo protegerlo del abuso sexual?
Es difícil proteger a sus niños del abuso sexual de miembros de la familia o amigos íntimos, pero usted puede estar alerta ante muchas situaciones potencialmente peligrosas.
Esté consciente de dónde está su niño y qué está haciendo: su atenta supervisión es su mejor protección contra el abuso sexual. Por supuesto, usted no puede estar con ellos todo el tiempo.
Pida a otro adulto responsable que los cuide cuando usted mismo no pueda cuidarlos.
Si usted no logra encontrar supervisión de adultos, haga arreglos para que los niños caminen o jueguen durante estos períodos.
Conozca a los amigos de sus hijos.
Especialmente aquellos que son un poco mayores que su hijo o hija.
Enseñe a sus niños a velar por su propia seguridad.
Enséñele a no aceptar dinero o favores de extraños.
Adviértales que no aceptan nunca pasear con alguien a quien no conocen.
Dígales lo que pueden hacer si alguien se les acerca.
Decirle a sus niños que busquen la ayuda de otro adulto persona mayor inmediatamente cuando un adulto les hace sentir incómodos o los asusta.
Explíqueles que es correcto llamar la atención, gritar y crear un escándalo en estas situaciones.
Recordarles que muchas niños son víctimas de personas que ellos conocen.
Decirles que ellos no tienen por qué estar de acuerdo con demandas para mantener contacto físico estrecho.
Asegurarles que es totalmente correcto decir no aún a parientes cercanos y amigos.
Anímelos a decirles a usted u otro adulto inmediatamente si cualquiera los toca o va hacia ellos en forma que parece extraña.
Háblales sin Asustarlos.
Si usted ha dado a sus niños con frecuencia reglas para su seguridad, tales como: Cómo atravesar una calle bulliciosa, qué hacer cuando ellos tienen un accidente y otras cosas por el estilo, las precauciones relativas al abuso sexual se convierten en una parte natural de sus conversaciones sobre seguridad en general.
Existen reglas apropiadas para cada edad del niño y ellas cambian a medida que el niño crece.
Si usted no quiere, no tiene por qué decir a los niños muy pequeños algo acerca del sexo cuando se discuten estas reglas. Simplemente explíqueles que algunos adultos pueden intentar tocarlos levantándoles o quitándoles sus ropas en una forma que hace que ellos se sientan incómodos.
Asegúrese de usar palabras que su niño comprenda. Responda sus preguntas totalmente, y hágales sentir que puede acudir a usted en cualquier momento para hablar acerca de cosas que son enigmáticas o inquietantes. Su serenidad sobre la materia le hará confiar en que ellos pueden compartir sus inquietudes con usted en el futuro.
Las reacciones de los niños al abuso sexual difieren con su edad y personalidad y con la naturaleza de la ofensa. Algunas veces los niños no son perturbados por situaciones que parecen muy serias para sus padres.
A menudo, los niños están atemorizados o confundidos por el abuso sexual. Muchos niños están temerosos de decir a cualquiera acerca del incidente por temor de ser culpados o castigados. En otros casos, los niños permanecen silenciosos debido a que ellos no quieren constituirse en un problema para el abusador.
Niños mayores pueden sentirse avergonzados para describir el incidente. Estos problemas son especialmente comunes cuando el abusador es alguno de la familia. Aun si un niño no le dice a usted acerca del abuso, usted puede tener la sospecha de que algo no anda bien.
Los cambios en el apetito o sueño pueden ser una señal, o el niño puede parecer inusualmente aislado, puede mostrarse muy perturbado cuando usted lo deja solo, o cuando el abusador está cerca. Sea sensible a cambios en la conducta de su niño e intente descubrir qué ocurre detrás de ellos.
¿Qué hacer si ya han Abusado de él?
Esté consciente de sus sentimientos acerca del incidente. Usted puede estar muy perturbado por lo que ha sucedido a su niño, puede sentirse culpable, rabioso o impactado. Si usted está molesto. Asegúrese que su hijo o hija comprendan que su rabia no es con él sino con el abusador.
Su primera reacción puede ser incredulidad. Los niños inventan historias, pero ellos muy rara vez informan relaciones sexuales imaginarias con adultos. Tome en serio la historia de su niño aun si el abusador es alguien en quien usted piensa que se puede confiar.
Muchos padres se sienten totalmente desesperanzados cuando su niño es abusado, pero usted realmente puede dar una gran ayuda. De hecho, su reacción será el más importante factor en la forma como su niño se reajusta.
No deje que lo manejen sus sentimientos recuerde que el bienestar de sus hijos es su prioridad. Si usted está muy perturbado, deténgase un momento a organizar sus ideas antes de hablar con su hijo del incidente. Explíquele a su hijo o hija que usted está perturbado por lo sucedido y que comprende que también él puede estarlo.
No lo presione a hablar pero dispóngase a escuchar cuidadosamente si ella o él quieren confiarle la experiencia. Responda cualquier pregunta y aclare cualquier mal entendido. Haga énfasis en que el abusador y no el niño es el responsable. Dígale que usted los protegerá (a él o a ella de tener una experiencia similar en el futuro).
Otros niños en la familia se pueden alterar or el incidente. Esté consciente de sus necesidades de atención y comprensión. Usted puede desear buscar ayuda médica. Las lesiones internas pueden ser difíciles de reconocer. Su niño o niña puede ser examinado sin costo alguno en una consulta de pediatría de un hospital general o de un hospital de niños o usted puede consultar a su médico particular.
Si el Abusador es un Familiar
Esta situación es bastante difícil para el niño y otros miembros de la familia. Usted puede experimentar fuertes conflictos y sentimientos acerca del abusador, pero la protección del niño debe continuar siendo su prioridad.
¿Quedara mi Niño Bien?
Los daños físicos permanentes como consecuencia del abuso sexual son muy raros. Su médico le dará información sobre su caso en particular. La recuperación emocional de su niño dependerá, en gran parte, de su respuesta al incidente.
El periodo de reajuste después del abuso puede ser difícil para los padres y el niño. Muchos jóvenes continúan atemorizados y perturbados por varias semanas. Pueden tener dificultades para comer y dormir, y pueden sentirse ansiosos al pensar en regresar a la escuela.
Con frecuencia los niños necesitan hablar acerca del incidente, no asuma que él lo olvidó y no pretenda hacer ver que nunca sucedió. Su apertura y compresión le ayudara a superar el desajuste emocional creado por el abuso.
Si su niño parece estar perturbado o si él o ella no logran volver a su rutina normal, busque ayuda profesional. Si toda la comunidad adquiere verdadera conciencia de la magnitud que ha alcanzado en los últimos tiempos en nuestro país el problema de abusos sexuales, de manera especial cuando se trata de niños, adolescentes y hasta de ancianos, será posible lograr frenar este tipo de delitos que tan graves secuelas pueden ocasionar, siendo muchas veces hasta causa de suicidios en gente joven.