miércoles, 3 de junio de 2009

ESTADISTICAS DEL ABUSO SEXUAL EN MÉXICO


De acuerdo a las estadísticas que públicamente ha difundido la Fiscalía Especializada para la Defensa de los Derechos de las Mujeres de la PGJE, en Chiapas, tan sólo en 2008 más de 60 mil infantes sufrieron algún tipo violencia derivado de la violencia de género.

Hay que señalar que Chiapas es el estado del país donde hay más infantes. Según el INEGI, en 2008 la entidad con mayor porcentaje de niños/as es Chiapas, con 34.3 por ciento, mientras que el Distrito Federal registra el menor con 22.5 por ciento.
Si por cada mujer que denunció violencia de todo tipo en la Fiscalía Especializada para la Protección de los Derechos de las Mujeres en el 2008, hay dos infantes vulnerados en sus derechos de todo tipo, en Chiapas, tendremos entonces 60 mil menores violentados en todos sus derechos en ese mismo periodo.

Esta cifra está fundamentada en los resultados que la propia Fiscalía ha informado a la opinión pública sobre más de 30 mil denuncias de mujeres violentadas, situación que llevó a la cárcel a más de 600 hombres por violencia familiar.
En el análisis sobre la situación de la infancia en Chiapas, en el marco de la violencia de género, el panorama es desalentador para la niñez, pues la situación de la violencia no solo transgrede su seguridad y garantía para una mejor convivencia, que le da la Ley para la Protección de los Derechos de los niños y niñas, sino que esa situación va aparejada con el abuso sexual.

Rostros del Silencio, fue el nombre con el que apareció en el Informe Alternativo realizado por la Red por los Derechos de la Infancia en México de Católicas por el Derecho a Decidir y en su ficha técnica para el Comité de los Derechos del niño y la niña de la Organización de las Naciones Unidas en 1999/2004, publicado en el 2005, la investigación descubre la realidad sobre abuso en los infantes en México.
En el subtítulo, “Rostros del silencio: la Jerarquía Católica y el abuso sexual infantil en México”, el informe da pormenores de la situación de la infancia en México en cuanto al incumplimiento a la Ley que protege los derechos de la infancia, plasmados en los acuerdos internacionales de la ONU.
En los claroscuros legislativos, como llaman los investigadores a la falta de reglamentos reales y contundentes en las legislaciones estatales, se sostiene por ende, que en México, el abuso sexual, es el tipo de maltrato infantil, que menos se ha documentado en los ámbitos médicos, sociales y legales, a pesar de que la frecuencia de casos es cada vez mayor.
La información estadística es muy escasa y no se cuenta con un sistema que permita identificar los casos y niveles de violencia que se ejerce en contra de la población infantil, dice el informe, así como tampoco se conoce la cantidad de niñas y niños que han sido atendidos y puestos a disposición de las autoridades del país.

Y es que, pese a que en México existe la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y a nivel federal hay un creciente marco jurídico con nociones inspiradas desde la Convención de los Derechos del Niño, pese a ello, las deficiencias son aún enormes, señala el informe.

Panorama legislativo del abuso sexual infantil en México

Un análisis legislativo muestra de manera preocupante, que la mayor parte de las leyes en materia de derechos de la infancia carecen de los mecanismos de justiciabilidad y exigibilidad para hacer valer los derechos de la infancia mexicana ya que la mayoría no cuenta con la fuerza jurídica para protegerlos y defenderlos en forma eficiente.
En la mayoría de las legislaciones mexicanas, la violación y abuso sexual están adecuadamente tipificados contemplando como agravantes, la edad del niño y la relación de custodia o filiación del victimario con el mismo. Sin embargo, la práctica exhibe diversas dificultades para demostrar la existencia de una violación cuando no existen huellas físicas de la misma. Por ejemplo, los abusos cometidos contra la infancia a través de acciones erótico sexuales que no dejan un maltrato evidente (golpes, moretones, desgarres) nos muestra que el abanico de casos sobre abuso sexual cometido a niños y niñas es mucho más elevado.
El informe señala que en la legislación, en el ámbito federal, establece que el adulto que tiene cópula con una persona mayor a los 12 años y menor de 18, obteniendo su consentimiento mediante engaños se le sanciona con prisión de tres meses hasta cuatro años.
Cabe señalar que en el caso de que la persona que comete el abuso, desempeñe un cargo, empleo público o ejerza su profesión, y utilice los medios que ello le proporcione para cometer el delito, se impone la destitución de su cargo o empleo, o suspensión por cinco años en el ejercicio de su profesión de la que se valió para cometer tal abuso.
En este tenor, la responsabilidad de responder ante estos delitos, es aplicable para todos los mexicanos, sin distinción alguna.
En Chiapas, donde las denuncias de las mujeres por violencia de todo tipo evidencia el abuso indiscriminado sobre la infancia, no se conocen estadísticas que rindan un informe sobre dicha situación.
Lo real es que por cada mujer violentada, existen dos infantes, como promedio por familia, y en donde los niños y niñas no solo viven el trauma diario de gritos y golpes, sino el abuso sexual, que cada vez más se registra en Chiapas.
La iglesia por su puesto, no se salva, ni los sacerdotes, ni los pastores, mucho menos los hermanos, el propio padre, tíos, maestros, abuelos, compadres, amigos, y todas aquellas personas cercanas a los infantes, quienes abusan de la inocencia de los niños/as y de la confianza de sus madres.
Las cifras por denuncia de violencia de las mujeres en el 2008 rompieron la línea delgada que existía entre la rabia, el enojo, la indefensión, el coraje, y la vergüenza de ver sometidos a toda la familia a la brutal violencia que se ha venido ejerciendo contra grupos tan vulnerables como la infancia, y pasando por los derechos de las mujeres.
Más de 30 mil mujeres denunciaron violencia, y ellas con todo y familia, se fueron a los albergues. Las madres han preferido huir que seguir en el mismo lugar que violenta los derechos de la infancia. Las mujeres ha preferido albergarse que seguir soportando la violencia sexual contra sus hijos/as, sí, contra niños y niñas.

La Red por los Derechos de la Infancia en México de Católicas por el Derecho a Decidir, enmarcó su informe contra el clero, pero la violación de los derechos de los infantes, en Chiapas, también se circunscribe mayoritariamente en las escuelas de todos los niveles, así como guarderías, albergues y las casas maternales.


COLABORACIÓN

SIN COMENTARIOS



Redacción. La República.

El caso de Giuliana Ramírez Ugarte (29), la joven que denunció a su padre de violarla durante 16 largos años, tiene tantas aristas como opiniones encontradas. Por un lado aparecen las emotivas declaraciones de la muchacha que con voz temblorosa revela su caso ante la prensa; y por otro, surgen versiones policiales que persiguen las huellas de épocas pasadas y chocan contra una verdad algo difusa.

Según Dora Garrido, abogada del Movimiento Manuela Ramos –que se está haciendo cargo del caso–, los diagnósticos elaborados por los psiquiatras durante el proceso revelan que el policía Robinson Ramírez Quintanilla –acusado de violar a su hija mayor– es inseguro, manipulador, suspicaz, egocéntrico, capaz de vulnerar normas morales, sociales y legales.

Mientras que los resultados de Giuliana –según su defensa legal– arrojan la autenticidad y coherencia de sus declaraciones. Inclusive, agregó, la muchacha fue sometida a pruebas de la verdad para comprobar su aterrador relato, en el que ella es víctima de vejámenes sexuales desde los 7 hasta los 23 años.

Pruebas de la verdad

“Cuando inicié el proceso judicial, él (su padre, Robinson Ramírez) me dijo: en la casa todos te perdonamos, pero acuérdate de que a los hijos que denuncian a sus padres los desheredan”, comenta Giuliana cuando rememora los días en que debía encontrarse con su supuesto agresor para declarar ante la justicia. “Él me seguía culpando de lo que pasó, de que le pegara a mi madre y de la desintegración de mi familia. Yo considero que él es un monstruo”.

Esa atribución de culpa es una de las características más marcadas entre las personas que fueron violadas desde niños, detalla el presidente de la Red Peruana Contra la Pronografía Infantil, Dimitri Senmache.

“Los violadores no actúan con violencia física, sino más bien con violencia psicológica. Así convencen a sus víctimas de que el abuso es algo natural. Entonces los niños se sienten culpables y no se atreven a comentarlo con nadie porque creen que se han portado mal y que todos le creerán más al adulto”, explica el especialista.

Las fuentes agregaron que durante el proceso el policía acusado rechazó haber violado a su hija y alegó que ella lo estaría acusando por oponerse a la relación amorosa que mantenía con su primo, un vínculo que no permitía por ejercer la religión católica.

No obstante, Doris Torres Pérez, la psicóloga del Centro de Salud Mirones Bajos, quien brindó ayuda psicológica a Giuliana desde antes de empezar con el proceso penal, da fe del mal anímico por el que atravesó la joven. “Ella llegó muy afectada psicológicamente, tímida y sumamente avergonzada. Su diagnóstico inicial fue trastorno depresivo con síntomas somáticos, es decir, cefaleas, pérdida de interés por cosas que llaman la atención, dependencia y baja autoestima”.

“Ella no llegó a mí a denunciar. Ella llegó porque un familiar de ella, que se atendía conmigo, le recomienda asistir a recibir ayuda psicológica. Y ha ido mejorando de a poco mientras se daba cuenta de que su padre no cumplía el rol que debía cumplir y que ella no era una ninfómana, como él le había hecho creer”, precisa la especialista.

La Fiscalía pidió 12 años de pena para Robinson Ramírez, sin embargo, para la Segunda Sala Penal Permanente de Reos Libres, de la Corte Superior de Lima Norte, las pruebas no fueron suficientes. El caso está en manos de la Corte Suprema, instancia que marcará el desenlace de esta triste historia.

Claves

Sanciones. El Código Penal Peruano establece una pena no menor a los 30 años de cárcel para todo aquel violador “que tuviese cualquier posición, cargo o vínculo familiar que le dé particular autoridad sobre la víctima o le impulse (a esta) a depositar en él su confianza”.

No prescriben. El país está trabajando para que los delitos de violación contra menores de edad no prescriban y así se puede permitir que agresiones de este tipo no queden en la impunidad.

Casi el 50% de violadores son familiares

El presidente de la Red Peruana contra la Pornografía Infantil, Dimitri Senmache, precisa que los adultos que abusan de un menor son incapaces de retener sus impulsos sexuales, sin importar que se trate de un hijo o familiar.

“Incluso el 80% de los casos de abuso sexual infantil son realizados por conocidos de la familia de la víctima; mientras que, en el 45% de las veces, el acto es cometido por parte de familiares”. Los estudios al respecto revelan además que de este último porcentaje la mitad de las oportunidades se trata de padres que cometen aberraciones sexuales contra sus hijos.

Senmache asegura que los casos en los que la madre y la familia le dan la espalda a la víctima y brindan su apoyo incondicional hacia el agresor no son muy comunes. Sin embargo, precisó que existen muchos casos en los que, contra todo pronóstico, son los miembros de la propia familia quienes culpan a la agredida de haber destruido el hogar. “Es una suerte de protección hacia la persona que representa usualmente el sustento económico de la casa”.

Los daños psicológicos después de una violación son irreversibles, asegura el especialista en temas de pornografía infantil. “Las víctimas pueden llegar a asumir lo que pasó y superarlo, pero cuando la familia y la sociedad las culpan de lo que pasó, ellas se empiezan a sentir solos y terminan teniendo secuelas muy marcadas en su vida”.

En esos casos, agregó, los agredidos se pueden inclinar por conductas muy promiscuas o huyen del tema sexual con temor profundo a mantener una relación, llegando incluso a alejarse del sexo opuesto. No obstante, con un tratamiento psicológico a largo plazo, las cicatrices se irán cerrando poco a poco.

LA INFAMIA A FLOR DE PIEL



Cada hora, 228 chicos de América latina son abusados sexualmente. Aunque cueste creerlo, no todos los pedófilos se avergüenzan de su atracción por los niños: algunos la ostentan y la reivindican.

Jorge Corsi, acusado de integrar una banda de abusadores.

Alberto es un hombre soltero y forma parte de una familia unida. Es el típico tío cariñoso con un encanto especial para tratar con los niños. Sólo que este tío cariñoso esperaba con ansia las reuniones familiares para poder quedar un rato a solas con su sobrina preferida, la pequeña Valeria, de siete años. La nena también lo quería, pero no entendía el objetivo oculto de esa predilección.

"Buscaba estar solo conmigo. Yo no sabía diferenciar lo que pensaba que era un juego de un acto sexual. Sentía que algo estaba mal pero no podía cortarlo porque él era un adulto y yo lo respetaba", recuerda Valeria, quien soportó esos encuentros clandestinos durante seis larguísimos años, y los pagó con un trauma que todavía la persigue. "En esas reuniones él me buscaba, me llevaba a un lugar solitario y ahí quebraba todos los límites. Tenía contacto sexual conmigo –sin penetración– y después era como si nada hubiera pasado", cuenta con dificultad.

Valeria era una nena obediente y no sabía nada sobre sexualidad. Hoy, a los 29, no entiende cómo los hechos pasaron inadvertidos. "Nadie se daba cuenta pese a mis constantes visitas al médico porque sufría de infección urinaria crónica. Si alguien vio algo, lo calló hasta hoy", dice Valeria con la bronca a flor de piel.

Según los especialistas, la historia de Valeria es más común de lo que se cree, casi como si la sociedad le hiciera eco del silencio de su familia. Las situaciones perduran por años y se cubren bajo un manto de complicidades mudas, amenazas y culpas. La paido. lia –más conocida como pedo. lia– es la atracción sexual primaria que siente un adulto hacia niños o adolescentes, y que permanece a lo largo del tiempo.

Aunque el término pedofilia se refiere sólo a la tendencia sexual, comúnmente se lo usa como sinónimo de pederastia, que designa a la práctica sexual entre un adulto y un menor. Para evitar confusiones y justificaciones, ciertos especialistas prefieren encuadrar todas las situaciones de erotismo con menores
bajo la denominación de "abuso sexual infantil".

Para ser considerado pedófilo el individuo debe ser mayor de 16 años y tener al menos cinco años más que el niño. Según informó UNICEF en el Día Mundial contra el Abuso Sexual Infantil, "al menos dos millones de niños son abusados sexualmente cada año en América latina; un promedio de 228 abusos por hora".

Pero la nueva modalidad de la pedofilia viene de la mano de un instrumento diseñado para otros fines: internet. Resguardados tras las pantallas de sus computadoras, los pedófilos han generado una comunidad clandestina con reglas y símbolos propios. Elvira Berardi, directora del Programa de Ayuda a Niños Abusados Sexualmente (ANAS), es contundente: "La pornografía, la prostitución y la trata de niños por Internet crece cada día a la par de la tecnología. Esto da a los pedófilos la oportunidad de apoyarse en el anonimato, unirse para intercambiar material pornográfico e implementar estrategias de protección mutua".

La cara de lo siniestro

Como si esto fuera poco, recientemente el FBI elaboró un informe que alerta sobre ciertos símbolos gráficos y logos que utilizan los pedófilos del mundo para identificarse según sus preferencias sexuales
hacia niños o niñas de distintas edades. Los símbolos –inscriptos en colgantes, anillos, monedas, trofeos, adhesivos, a veces incluso tatuados en el cuerpo– fueron recogidos en distintos allanamientos.

La simbología –que ellos identifican con el siniestro eufemismo de "el movimiento de los amantes de los niños"– incluye un corazón, un triángulo y una mariposa. En todos los casos, el contorno mayor alude al adulto y la figura menor que contiene hace referencia al chico. El triángulo –llamado BLogo – simboliza la atracción hacia los varones menores. El corazón –o GLogo– , identifica la preferencia por las niñas. Y
la mariposa, formada a su vez por dos corazones grandes y dos chicos (rosas y celestes) representa a quienes gustan de ambos.

Páginas que combaten la pedofilia en internet difunden dichos símbolos para advertir a la comunidad sobre su significado. Pero, ¿por qué utilizar un logo para identificarse? ¿Sienten orgullo de sus perversiones? Todo indica que sí, ya que los símbolos forman parte de un movimiento que reivindica la legitimidad de las "preferencias" pedófilas y pretenden naturalizarlas apelando a su libertad de elección.

La división Delitos en Tecnologías y Análisis Criminal de la Policía Federal argentina advierte sobre el crecimiento de la comunidad pedófila y las diversas modalidades delictivas asociadas al uso de internet, como la publicación y distribución de imágenes de pornografía infantil a través de páginas o e-mails y los contactos vía chat (conocidos como grooming ) de carácter erótico con menores. Los militantes propedofilia pretenden la derogación de las leyes de edad mínima de consentimiento sexual; es decir, pretenden eliminar de la legislación el uso de la edad como criterio válido para identificar el abuso infantil. Exigen también la anulación de la clasificación de la pedofilia como una enfermedad mental por parte de la Organización Mundial de la Salud. En el 2006, se fundó en Holanda un partido político autodeclarado pedófilo, el Partido para las relaciones amorosas basadas en amor, libertad y diversidad (PNVD).

Hasta declararon al 24 de junio como el "Día Internacional del Amor a los Niños". Hay páginas en internet de ingreso exclusivo para miembros donde se intercambia pornografía infantil. Para hacerse socio hay que subir material inédito casero. Utilizan palabras codificadas –como p2filia, free lolitas, bbs– para dificultar la detección de los organismos que combaten el delito. Dicen que la comunidad virtual los fortalece, los hace "sentirse menos anormales".

¿Acá están, estos son?

No es fácil trazar un perfil excluyente de los pedófilos. La edad va desde los 18 años hasta la ancianidad, aunque algunos estudios la acotan entre los 30 y los 45 años. Provienen de cualquier clase social; muchos eligen profesiones donde puedan estar cerca de los niños. No usan la violencia como método sino que tejen una telaraña sobre sus víctimas. El psicólogo Jorge Garaventa, especialista en niñez, detalla: "Es característica del abusador la paciente y sistemática actitud de seducción. Con el vínculo afectivo consolidado, crea en la víctima confusión, culpa y parálisis. Esto trocará luego en actitudes de extorsión y amenazas".

La mayoría de los pedófilos son hombres, y en un alto porcentaje abusan de niñas de su familia. Datos de UNICEF confirman que la mitad de las niñas abusadas de América latina viven con sus agresores, y en el 75% de los abusos sexuales contra niñas el abusador es un familiar directo de la víctima. Estos datos respaldan la aserción de Garaventa de que "la cultura patriarcal juega un rol fundamental en los casos de incesto paterno/filial, ya que se concibe a la mujer como un objeto sexual y de servicio a
merced del hombre".

Los pedófilos tienen dificultades para establecer relaciones normales, suelen tener baja autoestima y pocos recursos para enfrentar situaciones de estrés. Dice Isabel Boschi: "Una situación de estimulación, de acuerdo al grado de frustración de ese día, provoca ansiedad. Esto a su vez produce cambios químicos y despierta el impulso sexual. Algunos salivan, a otros les sudan las manos o su cara se enrojece".

Si no frenan a tiempo, pueden derivar en una amplia gama de conductas transgresoras: exhibirse desnudos, obligar al contacto con genitales, forzar a mantener contactos sexuales con otros niños, hacer ver películas u otro material pornográfico, hacer posar para material fílmico erótico. Y, en casos más extremos, obligar a mantener prácticas sexuales por vía oral, o con penetración digital, fálica o con objetos.

Pero según datos del Equipo de Prevención del Abuso y Maltrato en Menores (EPAMM), la mayoría de los abusos no incluye la penetración sino la fricción de los genitales; sólo en el 30% de los casos se hallan huellas físicas en una revisación. Por tanto, es erróneo creer que si no hay marcas físicas no hubo abuso.

El infierno tan temido

Guillermo, de 43, fue abusado en su infancia pero recalca que no por eso hoy es un abusador: "Tengo muy buen trato con los pibes pero ni una millonésima parte de un pensamiento de querer abusar de un nene por venganza; al contrario, soy el Súperman de los niños que los va a defender. Mi venganza es contra los abusadores".

En un foro titulado El sueño prohibido un usuario dejó escrito un testimonio menos contundente: "Lo que me atrae de una niña no es el sexo sino su inocencia. Consumo mucha pornografía infantil, sexualmente no me atraen mucho las mujeres mayores, pero no creo que tenga alguna enfermedad. No deseo hacer daño a nadie, aunque en un momento de calentura se puede llegar a hacer cualquier cosa.

¿Ustedes creen que soy un enfermo o un monstruo?". La negación del problema es una conducta típica de los pedófilos. "Aquello que no es correcto se minimiza –dice Boschi, y ejemplifica–: Quizá la cara del nene es de susto y la ven como de aceptación; creen que goza como ellos." Pase lo que pase por la cabeza del pedófilo, lo seguro es el infierno que habita el abusado desde ese instante. Aunque algunos afortunados, con ayuda y valentía, logren convertir el sufrimiento en otra cosa. Bien lo sabe Valeria. "La rehabilitación te lleva toda la vida. Pero si te animás a hablar, a decir 'Yo pude recuperarme', lo que te hizo mal se convierte en herramienta para ayudar a otros. Mientras permanecés en silencio estás en una cárcel; contás lo que te pasó y te liberás." Una libertad, una certeza, que hace añicos cualquier siniestro símbolo.

NIÑOS CON BAJA AUTOESTIMA


Los chicos con baja autoestima son más propensos a los abusos sexuales.

El director del Instituto Guestalt de Lima (IGL), Manuel Saravia, advirtió que los niños, niñas y adolescentes con baja autoestima y que sienten falta de cariño o atención de sus progenitores son los más propensos a ser víctimas de abuso sexual.

El especialista señaló que para evitar más casos de abuso sexual contra los menores de edad se debe fortalecer en ellos una buena autoestima para que aprendan a respetar sus cuerpos y a identificar cuándo se les falta el respeto.

“Los niños y niñas deben aprender a distinguir quién los ama y quién solo busca someterlos o utilizarlos. Es necesario hablar en el hogar sobre el abuso sexual”, refirió el titular del IGL.

“Hay padres o madres que piensan que hablar sobre este tema puede desatar temores en sus hijos e impedir un sano desarrollo sexual. Al contrario, hablar sobre el tema facilita que no sean víctimas de abuso”, agregó.

Saravia Oliver señaló que, aunque no existe un perfil específico de un abusador sexual infantil, mayormente los niños y niñas son víctimas de personas de su propio entorno, ya sea conocidos de la familia, vecinos, familiares o los propios padres.

PERFIL DE UN PEDÓFILO


Muchos pedófilos revindican su comportamiento y el FBI ha detectado el uso de simbología, que hasta se tatúan, para ostentar su atracción por menores. El peligro de internet. Claves para estar alerta

Según UNICEF, cada hora 228 chicos de América latina son abusados sexualmente y la nueva modalidad de los pedófilos para captar a sus víctimas ha llegado de la mano de Internet.

Una encuesta de la asociación civil Chicos.net expone que el 14 por ciento de los chicos de entre 8 y 13 años tuvo alguna “experiencia percibida como desagradable” navegando por internet, que incluye, entre otras: solicitud de imágenes y datos personales, encuentros con personas que no eran quienes decían ser, y hasta propuestas para tener relaciones sexuales.

La pedofilia es la atracción sexual primaria que siente un adulto hacia niños o adolescentes; muchas veces se la confunde con pederastia, que designa específicamente a la práctica sexual entre un adulto y un menor.

Según publica la revista dominical de un diario porteño, para evitar confusiones entre los términos, actualmente los especialistas prefieren hablar de “abuso sexual infantil” y encuadrar así a todas las situaciones de erotismo con niños.

Para ser considerado un pedófilo la persona debe ser mayor de 16 años y tener al menos cinco años más que el menor abusado. Y de acuerdo a la ONG española Acción Contra la Pornografía Infantil, el perfil de los pedófilos es el siguiente:

Por lo general son varones (en un 90 por ciento de los casos); tienen entre 30 y 45 años; desempeñan profesiones más calificadas que los violadores de mujeres adultas; se encuentra integrados en la sociedad y hasta están casados; niegan sus crímenes o los minimizan (66 por ciento), se niegan a recibir tratamiento (58 por ciento); tienen capacidad para controlar su conducta y son reincidentes (en el 90 por ciento); conocen a su víctima o son sus padres o familiares (85 por ciento y 68 por ciento, respectivamente).

Asimismo, un informe del FBI alerta sobre ciertos símbolos gráficos y logos que los abusadores de menores utilizan para identificarse de acuerdo a sus preferencias sexuales. Los mismos aparecen en anillos, colgantes, adhesivos, o incluso en tatuajes.

Se trata de dos figuras en la que el contorno mayor alude al adulto y la menor al chico. Así un triángulo representa a los que gustan de los varones, un corazón al los que prefieren a las niñas; y una mariposa -formada por dos corazones grandes y dos pequeños rosas y celestes- la atracción por ambos sexos.

UNICEF EXIGIÓ


La institución benéfica UNICEF exigió hoy que la prostitución infantil sea castigada y perseguida más allá de las fronteras nacionales, al presentar en Berlín su último informe titulado "Frena la explotación sexual".

La organización responsable de proteger los derechos de la infancia da así un paso importante en su lucha contra la pornografía y la prostitución infantil, así como contra el tráfico de menores.

Aquellos responsables de cometer este tipo de actos deberían ser penados por la ley, independientemente del país en el que los cometen, explicó el embajador de UNICEF y actor Roger Moore durante la presentación del informe.

Según estimaciones de Naciones Unidas, el año pasado se abusó sexualmente de un total de 150 millones de niñas y 73 millones de niños en todo el mundo.

"Personas de todos los rincones deben saber que el abuso de niños, así como el consumo de pornografía infantil, son dos delitos que estarán sujetos a penas más duras", afirmó Moore.

El actor, que otrora dio vida en la gran pantalla al legendario agente secreto James Bond, lleva 18 años luchando por preservar los derechos de niños y adolescentes.

De hecho, Moore relató cómo le impactó la charla que mantuvo en Brasil con una niña de doce años que fue violada por un policía cuando tenía tan sólo ocho.

"No creo que haya trauma más humillante para los derechos de los niños que sufrir abusos en su cuerpo por parte de adultos sin escrúpulos", añadió.

El informe insiste en que aquél que consume pornografía infantil está entreteniéndose con documentación delictiva.

Por ello, la gerente de UNICEF Regine Stachelhaus exigió la persecución sistemática de todos aquellos servidores y portales de Internet que toleran la pornografía infantil.

"Cada día se cuelgan en Internet 200 nuevas fotografías con pornografía infantil por el mundo", criticó la ministra alemana de Familia, Ursula von der Leyen.

De hecho, en 2008, circularon por la Red quince millones de copias con contenido pornográfico, lo que supone más del doble que en 2007.

No obstante, la ministra se mostró optimista por el nuevo proyecto de ley de Berlín que permitirá bloquear las webs con servidor en el extranjero que contengan pornografía infantil, una iniciativa que ha contado con el apoyo de los principales proveedores de servicios de Internet en Alemania.

Según el informe de UNICEF, la amenaza de sufrir abusos sexuales por parte de niños desatendidos es mayor en los países en los que hay vacío legal y los políticos reaccionan de forma indiferente.

Por ejemplo, sólo en Filipinas, más de 100.000 niños son explotados sexualmente cada año, y en Kenia, dos tercios de los clientes son adinerados y proceden de países industrializados.