lunes, 4 de marzo de 2019

Miles de niños inmigrantes fueron violados en centros de detención de EE.UU.


Violación



Denuncia fue presentada ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos por el congresista demócrata Ted Deutch.



 Violación
"Cuando se hacen acusaciones de abuso, agresión sexual o abandono, se toman en serio y la ORR actúa rápidamente para investigar y responder", indicó la portavoz del HHS.
Redacción:

La República
1 Mar 2019 | 18:30 h

Miles de niños instalados en centros de detención en Estados Unidos son víctimas de todo tipo de abusos, según una denuncia presentada ante la Cámara de Representantes por el congresista demócrata Ted Deutch.

La información revela que, entre los años 2014-2018, el Departamento de Salud recibió más de 4.500 denuncias de abuso sexual sobre menores inmigrantes detenidos.

Al parecer, este órgano recibió otras 1.303 denuncias adicionales de violación sexual sobre menores no acompañados durante el mismo período.

 
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Durante una audiencia del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Deutch señaló que al menos 154 de las denuncias son en contra de trabajadores de las propias instalaciones.

"Estos documentos demuestran que durante los últimos tres años hubo 154 acusaciones de agresiones sexuales perpetradas por trabajadores sobre menores acompañados, déjenme repetirlo, trabajadores sobre menores no acompañados", declaró con indignación.

"Esto supone, de media, una agresión sexual perpetrada por alguien del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) sobre un menor no acompañado por semana", precisó.

La audiencia del comité, que se centró en la política migratoria de "tolerancia cero" del gobierno de Donald Trump que llevó a que miles de niños inmigrantes fueran separados de sus familias, contó con el testimonio de Jonathan White, subdirector del programa infantil de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), que pertenece al Departamento de Salud y Servicios Humanos.

White clarificó que dichas acusaciones no son contra personal del HHS sino contra contratistas que son pagados por el HHS para gestionar los centros de detención de menores inmigrantes.

"Haré esa clarificación. Pero no hace que lo ocurrido sea menos horrible", respondió el congresista.

Reacción del HHS
Caitlin Oakley, portavoz del HHS, dijo que los refugios son gestionados por centros que ofrecen servicios de cuidado infantil con permisos de las autoridades del estado.

"La seguridad de los menores es nuestra principal preocupación en la gestión del programa de menores inmigrantes no acompañados", expuso Oakley en declaraciones al sitio Axios, el primero en informar sobre los documentos.

 
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"Cada uno de nuestros concesionarios que gestionan los refugios está autorizado por los correspondientes servicios de cuidado infantil del estado. Además de los estrictos estándares que aplica la ORR, los controles de antecedentes de todos los empleados son obligatorios.

"Estos son niños vulnerables en circunstancias difíciles", añadió Oakley,

"Cuando se hacen acusaciones de abuso, agresión sexual o abandono, se toman en serio y la ORR actúa rápidamente para investigar y responder", indicó la portavoz del HHS.

Según Axios, las denuncias incluyen relaciones sexuales, la exhibición de videos pornográficos a menores y tocamientos forzados.

Política de tolerancia cero
Las cifras de abusos fueron reveladas al mismo tiempo que demócratas del Comité de la Cámara sobre Supervisión y Reforma votaron para emitir citaciones a funcionarios del gobierno de Trump involucrados en la ahora suspendida política de separación de padres e hijos que cruzaban de forma ilegal la frontera entre México y EE.UU.

en abril del año pasado, el entonces fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, anunció la aplicación de la llamada política de tolerancia cero frente a la inmigración irregular en la frontera sur.

Esta política incluía la aceleración del proceso para determinar si las personas son elegibles para quedarse en el país, la expulsión inmediata a quienes se les niegue la permanencia y el procesamiento penal a los inmigrantes que entren al país de forma ilegal por primera vez (antes eran procesados por la vía civil).

La separación de las familias fue consecuencia de esta política ya que al no ser imputados por ningún delito, los hijos de los inmigrantes procesados no podían estar en la cárcel con sus padres y eran separados.

"Si no quieres que te separen de tus hijos, entonces no los traigas ilegalmente a través de la frontera", señaló Sessions en su momento.

Tras airadas críticas, dentro y fuera de Estados Unidos, el presidente Trump decidió revocar la política de separación de familias a finales de junio, y su gobierno se comprometió a reunificar a niños y padres.

Las acusaciones presentadas por Deutch, sin embargo, van más allá de la práctica de separación de familias, pues los documentos se remontan a años anteriores y las denuncias comprenden también casos de menores inmigrantes que no fueron separados, sino que cruzaron solos la frontera.

Crisis clerical

Crisis clerical

Domingo 3 de marzo de 2019
La cumbre del papa Francisco para intentar prevenir la pederastia clerical nunca iba a alcanzar las expectativas que tenían los grupos de víctimas, la prensa y los católicos de a pie indignados ante un escándalo que ha dañado a tantos y comprometido en gran nivel la autoridad moral de la Iglesia. De hecho, no se anunció una ley revolucionaria para castigar a los obispos que encubrieron los abusos. No se difundieron archivos ni se respaldó la elaboración de informes globales que exigieran que los sacerdotes violadores sean reportados a la policía. En su discurso de clausura de la cumbre del pasado domingo, el Pontífice incluso mencionó la constante queja de la jerarquía por la injusta cobertura mediática. Pero algo cambió. Al invitar a los líderes de las conferencias de obispos y órdenes religiosas de todo el mundo a un tutorial de cuatro días para prevenir el abuso sexual, Francisco dejó claro que todos son responsables de proteger a los niños y deben sancionar a los sacerdotes que abusen de ellos, o correrían el riesgo de ellos mismos ser sancionados.
“En la ira justificada de la gente, la Iglesia ve el reflejo de la ira de Dios, traicionado e insultado por estas deshonestas personas consagradas”, aseveró  Francisco.
Pese a lo fuerte de las palabras del Papa, en realidad fue un puñado de mujeres invitadas a la cumbre las que dieron el mensaje más fuerte. Eso también habla mucho sobre el futuro de una institución en la que las mujeres oficialmente están vetadas de puestos jerárquicos, pero cada vez levantan más sus voces y se alejan cuando no son escuchadas.
La hermana nigeriana Veronica Openibo, superiora de su orden religiosa, avergonzó a los hombres en la sala por “décadas de silencio ante las atrocidades cometidas por sus sacerdotes”. Advirtió que serían juzgados por su falta de acción en el futuro. “Esta tormenta no pasará”, aseguró. 
Valentina Alazraki, corresponsal en el Vaticano para Televisa México, desafió a los hombres en el poder por no decidir si se pondrán del lado de las víctimas o de los sacerdotes abusivos. “Hemos elegido de qué lado estar”, dijo Alazraki en la cumbre y advirtió que, a menos que la jerarquía se ponga del lado de las víctimas, “los periodistas, que queremos el bien común, seremos sus peores enemigos”. Se espera que en los próximos días el Vaticano publique una nueva ley de protección infantil para el Estado de Ciudad del Vaticano. A pesar de haber instruido a las conferencias de obispos globales a redactar dicha política en 2011, la sede de la Iglesia católica global todavía no cuenta con ella.

Condena 
La dolorosa noticia de la condena del cardenal australiano George Pell, el clérigo de más alto rango de la Iglesia Católica acusado de abuso sexual a menores, sorprendió a mucha gente, dijo aseguró esta semana un portavoz del Vaticano, que añadió que el prelado “ha reiterado su inocencia y tiene derecho a defenderse” en todos los estamentos judiciales.
Pell, asesor financiero del papa Francisco y ministro de Economía del Vaticano, fue declarado culpable en su país por manosear a dos monaguillos momentos después de oficiar una misa, en un nuevo revés para la credibilidad de la jerarquía católica luego de un año de revelaciones de abusos y encubrimientos en todo el mundo. 
Francisco confirmó que ya se han tomado “medidas de precaución contra Pell”, incluyendo una prohibición para celebrar misa  y, como es norma, los contactos de cualquier tipo o forma con menores”, dijo el portavoz en funciones de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, en una declaración que leyó a reporteros sin admitir preguntas.
Pell guardó la compostura mientras el jurado, compuesto por doce miembros, emitía veredictos unánimes en el tribunal del condado de Victoria, tras más de dos semanas de deliberaciones. 
La corte tenía prohibido publicar detalles del proceso hasta esta semana. El jurado declaró al religioso culpable de haber abusado de dos niños de 13 años a quienes encontró bebiendo vino sacramental en un cuarto trasero de la Catedral de San Patricio en Melbourne a fines de 1996, cuando él tenía 55 años, mientras cientos de fieles salían de la iglesia tras los servicios dominicales. 
También se declaró culpable a Pell de haber abusado de uno de los muchachos en un pasillo más de un mes después.
El cardenal, que ahora tiene 77 años, se enfrenta una condena de hasta 50 años en prisión en la audiencia para la sentencia. La semana pasada presentó una apelación a las condenas.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Australia, el arzobispo Mark Benedict Coleridge, dijo que la condena a Pell ha “sorprendido a muchos en Australia y en todo el mundo”, incluyendo a los prelados del país. Los obispos están de acuerdo en que “todo el mundo debería ser igual ante la ley y respetamos el sistema judicial australiano”, agregó Coleridge en una declaración ante periodistas desde Roma. “Rezamos por todos los que han sido víctimas de abusos y por sus seres queridos y nos comprometemos de nuevo a hacer todo lo posible para garantizar que la iglesia sea un lugar seguro para todos, especialmente para los jóvenes y los más vulnerables”, manifestó.
Además el prelado debe enfrentar un segundo juicio en abril por una supuesta agresión a dos niños de nueve años y de once a finales de la década de 1970, cuando todavía era un joven sacerdote, en una piscina pública de Ballarat, su localidad natal.

Cura con orden internacional e captura
La Curia Metropolitana de San José confirmó el lunes pasado la expulsión del clero costarricense del sacerdote Mauricio Víquez, acusado de abusar sexualmente de menores de edad y sobre quien pesa una orden internacional de captura. En este mismo caso, El Vaticano también investiga al arzobispo de la capital, José Rafael Quirós, a quien los denunciantes de Víquez acusaron de encubrir al sacerdote. Pues los abusados aseguran que el hoy obispo conocía de los aberrantes delitos desde 2003. El vocero de la curia, Jason Granados, encargado de comunicar a la prensa la resolución emitida por El Vaticano, indicó que se notificó a Víquez de su expulsión hace quince días, primero en su domicilio y luego en las instalaciones de la Universidad de Costa Rica. Al no recibir respuestas, se decidió hacer pública la resolución en su contra. Granados indicó que sobre Víquez ya pesaba una sanción provisional y desde el 19 de febrero hay una orden internacional de captura en su contra porque, según los registros migratorios, huyó del país el pasado 7 de enero. El Ministerio Público informó que Víquez viajó a Panamá y ahora la Interpol lo busca en México, a donde se habría trasladado con posterioridad. El arzobispo Quirós, acusado de encubrir a Víquez, no asistió al encuentro convocado en Roma por el Papa Francisco para tratar el tema de los abusos sexuales contra menores en el seno de la Iglesia Católica, que culminó el pasado domingo.

“Vamos a enfrentar a los agresores con la ira de Dios”

Familiares de los abusados claman para que se termine el ocultamiento de los casos por parte de la curia.
El papa Francisco clausuró el domingo de la semana pasada una cumbre extraordinaria sobre la prevención de abusos sexuales del clero comprometiéndose a enfrentar a “los agresores con la ira de Dios”, a poner fin al encubrimiento de sus superiores y a priorizar a las víctimas de este “descarado, agresivo y destructivo mal”.   
Por su parte, el reverendo Federico Lombardi, el moderador de la cumbre, anunció durante la clausura que en un futuro próximo el Estado de Ciudad del Vaticano emitirá una ley y directrices para prevenir el abuso sexual infantil que cubrirá a la curia romana y entrará en vigor en el Vaticano. 
La falta de política era significativa, ya que la Santa Sede en 2011 había dado la tarea a las conferencias de obispos alrededor del mundo de crear directrices de protección infantil. También le dijo a Naciones Unidas en 2014 que se trabajaba en la redacción de una ley de protección infantil.
Francisco realizó sus declaraciones al final de una misa ante 190 obispos y líderes religiosos que fueron citados en Roma luego de que la aparición de nuevos escándalos de abusos provocó una crisis de credibilidad en la jerarquía católica.  

En el seno familiar  
El Papa jesuita destacó que la gran mayoría de los abusos sexuales ocurren en el seno de la familia y ofreció una visión global del problema social que suponen el turismo sexual y la pornografía en internet, en un intento por contextualizar lo que, según dijo, “supo ser un tema tabú”.
Pero este tipo de agresiones a menores son todavía más escandalosas cuando ocurren en la Iglesia católica “porque es totalmente incompatible con su autoridad moral y credibilidad ética”, agregó. “Tenemos que reconocer con humildad y coraje que estamos cara a cara con el misterio del mal, que golpea con más violencia a los más vulnerables porque son una imagen de Jesús”, apuntó Francisco. 
El Pontífice reunió obispos de todo el mundo en una cumbre de cuatro días para recordarles que los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y su encubrimiento no son sólo un problema que afecte a determinados países, sino que es una cuestión global que amenaza a la misión de la Iglesia católica.  
El Papa ofreció un compromiso de ocho puntos, pidiendo un cambio en la mentalidad defensiva de la Iglesia y una promesa para no volver a tapar los casos. Las víctimas, agregó, “deben ocupar un lugar central mientras los sacerdotes deben seguir un camino continuo de pureza en el que el santo temor de Dios guíe el examen de sus propios fallos”. 

Iglesia tica pide disculpas por abusos sexuales realizados a menores

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Referencia

Los nueve obispos de Costa Rica que integran la Conferencia Episcopal realizaron un comunicado en el cual le piden perdón al país por los abusos sexuales a menores de edad que han hecho algunos de sus propios sacerdotes.
Sin embargo, para Alberto Rojas, teólogo de la Escuela Ecuménica de la Universidad Nacional (UNA), esto llega “muy tarde y solo porque están contra la pared de tanta presión".
“Siguiendo el ejemplo del papa Francisco, admitimos que no siempre la Iglesia ha dado la respuesta justa y oportuna a este flagelo contra personas menores de edad. Humildemente reconocemos nuestros errores y pedimos perdón por las faltas que dolorosamente han sido cometidas por algunos miembros de nuestra Iglesia”, explica la Conferencia en el comunicado.
“La presión de las denuncias, la presión de la prensa y la presión de un amplio sector del país los obliga a pedir disculpas y a aceptar que no han atendido las denuncias sobre abuso sexualinfantil como se debe. No parece algo analizado, algo que realmente comprendieron y de corazón lo hacen, esto es más un comunicado hecho por pura presión, obligados porque tanta denuncia los tiene contra la pared.
“La Conferencia Episcopal está pidiendo perdón muy tarde. Hace varios años tuvieron que hacerlo, es algo que la sociedad costarricense estaba esperando, pero no obligados sino sinceros, bien pensado. Ahora lo hacen porque ya no podían seguir tapando las cosas”, afirmó el teólogo de la UNA.
“Como nos lo pide el Santo Padre, nos comprometemos a que en el centro de la respuesta a esta problemática esté siempre la atención a las víctimas", Conferencia Episcopal tica.
Para Rojas, una vez pedidas las disculpas se viene una etapa fundamental a lo interno de la Coferencia Episcopal.
“El papel aguanta lo que le pongan, ahora se ocupan acciones, que se dejen de comunicados y comiencen a tomar medidas para hacer algo fundamental, evitar que se vuelva a repetir un abuso sexual de un sacerdote a un menor de edad.
"Eso es lo que realmente se necesita, acciones, porque la iglesia católica tica se está quemando sola desde adentro con tanta denuncia por abuso sexual, eso tiene que parar y ya”.
Michael Rodríguez, quien denunció de manera canónica al cura Mauricio Víquez por supuestos abusos cuando era menor de edad (actualmente tiene 38 años) y monaguillo en Tres Ríos, cree muy poco del perdón pedido por la Conferencia Episcopal.
“Es difícil creer estas palabras cuando vemos a los diferentes voceros que la iglesia nombra (canciller, Jefe de prensa), minimizar el abuso sexual a menores “llamándolo conducta inadecuada”, llamar una “queja“ a la denuncia formal interpuesta al anterior arzobispo y a José Rafael Quiros.
“Como en otros comunicados han puesto en duda el por qué seguimos a nuestro abusador, teniendo la más mínima empatía por las victimas, es como si juzgáramos a una mujer agredida físicamente que vuelve con su agresor”, explicó Michael este viernes 1 de marzo.
Michael se planta firme y asegura que la iglesia católica ahora pide perdón pero hasta hoy lo único que hizo fue tapar al abusador.
“No, la iglesia no actuó, encubrió, protegió una institución, protegió al abusador y se olvidó de las victimas. Detrás de una excusa viene la otra.

Silenciar, negar, callar

Por: Piedad Bonnett

Silenciar, negar, callar

“Después de años de silencio y negación, la Iglesia católica ha admitido que el secreto pontificio de la ley canónica fue una de las causas fundamentales del encubrimiento del abuso sexual infantil por parte del clero. El Vaticano ha anunciado que será abolido”. Estas palabras pertenecen a un artículo de Kieran Tapsell, un abogado civil australiano, ya jubilado, que alguna vez hizo parte de la Iglesia católica, y que desarrolló una investigación que culminó en un libro, La esposa de Putifar: el secreto del Vaticano y el abuso sexual de niños. Tapsell descubrió en 2007 que su maestro en el seminario, “un buen hombre que se había convertido en obispo, había encubierto el abuso sexual infantil por parte de sacerdotes de su diócesis”, e intuyó que el derecho canónico tenía que ver con esa decisión. Indagando, se encontró con que antes del Código de 1917 los sacerdotes abusadores podían ser despedidos y entregados a las autoridades para su castigo. Pero que en 1922 el Papa Pío XI impuso por decreto a los miembros de la Iglesia lo que se ha dado en llamar “el secreto Pontificio”: quien denunciara a las autoridades los casos de abuso sexual en la Iglesia sufriría excomunión automática. El informe que Kieran Tapsell presentó ante la Comisión Real tiene mucho que ver con la posible abolición futura de dicho secreto, que cada uno de los papas posteriores a Pio XI confirmó o amplió, y que es una de las causas del encubrimiento de las innumerables violaciones y abusos cometidos por los sacerdotes católicos.
Las víctimas se han quejado de la vaguedad de las propuestas del Vaticano para luchar contra la pederastia, pero lo cierto es que el papa Francisco tuvo que rendirse ante la evidencia de las denuncias y ponerle la cara al problema, en un intento de recuperación de la credibilidad cada vez más pobre de la Iglesia. Se le abona. Reconocer ya es un primer paso, en tiempos que gritan, por fin, que la consigna es “no es hora de callar”. Con dificultad, pero poco a poco, por fortuna, están saliendo los homosexuales del clóset al que los condenó la historia durante siglos, so pena de zaherirlos, aislarlos, encarcelarlos y hasta matarlos o llevarlos al suicidio. Y poco a poco, pero con valentía y fuerza, muchas mujeres vienen denunciando el acoso y la violencia sexual de que han sido víctimas, y destapando la hipocresía de sectores tradicionalmente machistas, donde proteger a los depredadores ha sido lo normal. Las mujeres sabemos que abuso y acoso es también la caricia no consentida del jefe, el nalgazo del entrenador, la mano larga del borracho, y tantos manoseos que se disfrazan de cariño y que no son sino lascivia e irrespeto que fueron naturalizados durante años.
Silenciar, negar, callar, ha sido también una estrategia de los que persiguen impunidad y un viejo recurso de los manipuladores de la historia. Hay quienes creen todavía, por ejemplo, que pueden ocultar verdades limitando la libertad de cátedra o negando la existencia del conflicto. También a ellos hay que denunciarlos, en tiempos en que la verdad peligra todos los días.

Pedro Salinas sobre cumbre antipederastia: "Hubo quienes esperaban cosas concretas y no se dio"

Pedro Salinas estuvo en el Vaticano y fue parte de las actividades de la cumbre antipederastia de la Iglesia católica. Esta es su mirada crítica de lo que fue este evento. 
Por José Alván S.
La Iglesia católica busca enfrentar al peor de sus fantasmas que le ha quitado parte de su credibilidad en el mundo entero: el abuso sexual al que han sido sometido miles de niños, niñas, adolescentes, hombres y mujeres. Nadie se ha salvado de ese lado endemoniado de la ‘representación de Dios en la tierra’.
Theodore McCarrick en Estados Unidos, Marcial Maciel y los Legionarios de Cristo en México, Fernando Karadima en Chile y el Sodalicio en el Perú son solo un puñado de los casos más escandalosos de abuso sexual en la Región que, pese a los centenares de víctimas, no han concluido con el único pedido de los afectados: justicia.
Solo en agosto de 2018 la Corte Suprema de Pensilvania publicó un reporte que documenta 300 casos de sacerdotes “depredadores” sexuales en seis de las ocho diócesis del estado. El número de víctimas supera las mil personas, quienes en su mayoría eran menores de edad.
En los escándalos de abuso infantil de la Iglesia católica las víctimas se cuentan de cientos a miles de niños que sufrieron de vejaciones dentro de las escuelas religiosas, los conventos y hasta en los mismos templos.
No hay lugar donde no llegue la maldad de quienes creen tener un poder ‘divino’ para dejar llevar el abuso sobre personas inocentes que lo único que hicieron es creer y por desgracia muchas veces callaron.
Los miles de casos de abuso sexual que hicieron de la Iglesia católica una de las instituciones religiosas más cuestionadas del mundo son todavía un reto que el papa Francisco trata de afrontar “como al toro por las astas”, según la lectura que le da Pedro Salinas, quien hasta hace poco estuvo en el Vaticano para ser parte de la cumbre antipederastia, PBC2019.
Vaticano
Los obispos reunidos en la cumbre antipederastia convocada por el papa Francisco. EFE
Esta cumbre antipederastia logró reunir a los obispos de las conferencias episcopales de todo el mundo para hablar sobre las acciones que debería hacer la Iglesia católica para detener los casos de abuso sexual y dejar de lado esa imagen de “injusta y encubridora”.
Fueron 3 días de cumbre entre discusiones, propuestas y oraciones. Previo al encuentro, el comité organizador se reunió con 12 víctimas de abusos de la Iglesia católica, entre ellos estaba Pedro Salinas, el periodista que junto a Pola Ugaz revelaron el caso de pederastia más vergonzoso dentro del clero peruano.
Pedro Salinas
Pedro Salinas y el grupo de las 12 víctimas de abuso dentro de la Iglesia católica. El Desconcierto
“El día previo a la cumbre antipederastia convocada por el papa Francisco invitaron a 12 personas, de los cuales 11 eran víctimas sexuales menos yo. Eso me llamaba la atención. Cuando pregunté, me explicaron que yo había sido víctima de abusos psicológicos y maltrato físico en el Sodalicio”, cuenta Salinas en entrevista con La República.
El autor de Mitad monjes, mitad soldados, uno de los libros que denuncia el abuso del poder del Sodalicio en el Perú dice sentirse agradecido por esta invitación hecha desde el Vaticano.
Además, añadió que pese a la “persecuión” que denuncia sufrir del arzobispo de Piura, José Antonio Eguren Anselmi, tiene el respaldo de la Santa Sede que quiere cambiar su discurso con respecto al trato de las denuncias por abuso.“Él está en las antípodas del Vaticano y no comulga con lo que el papa Francisco quiere para la Iglesia católica”, dice Pedro Salinas sobre el sacerdote.
Pedro Salinas y Charles Scicluna
El monseñor Charles Scicluna, uno de los organizadores de la cumbre antipederastia y Pedro Salinas. El Desconcierto.
El periodista tuvo la oportunidad de  conversar directamente con monseñor Charles Scicluna, secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y mano derecha del papa Francisco para la organización de la cumbre antipederastia.
“Lo importante de la cumbre antipederastia es que apunta a un cambio total de mentalidad. Los ejes han sido bien claros: La responsabilidad de los obispos, que la Iglesia católica rinda cuentas. Finalmente, y no menos importante, la transparencia. Esos eran los tres ejes de este encuentro”.
“Es la primera vez que la Iglesia enfrenta este cáncer. Lo ha hecho con tropiezos, con metidas de pata. No todo ha sido perfecto, es verdad, pero no se puede dejar de reconocer que este es el primer pontífice que le pone cara al asunto, que quiere enfrentar al toro por las astas y que se está rodeando de gente calificada como monseñor Scicluna. Ojalá que intervenga otra gente de otros dicasterios, donde también deben hacer limpieza, porque hay mucho obispo encubridor en estos mismos”.
¿Cuáles crees que podrán ser las acciones principales que se percibirán en los días posteriores a esta cumbre?
En las conferencias episcopales debería crearse unidades de trabajo, pero que trabajen en serio, con recursos que se habiliten al interior del país para detectar más casos, que hagan sus propias investigaciones, que no estén esperando que la prensa las reviente y a partir de ahí empiecen a reaccionar. De lo contrario, volvemos a la misma historia de indolencia e indiferencia de siempre.
¿Hubo señales en el Vaticano de posibles siguientes encuentros por el mismo tema?
Yo lo único que sé es que la comisión del Vaticano se quedaba toda esta semana para aterrizar alguna de las recomendaciones y conclusiones a las que se llegaron el día domingo 23 de enero.
¿Cuál fue el clima entre los asistentes y todos aquellos que participaron de esta cumbre?
Había gente que estaba insatisfecha, que esperaba cosas más concretas, más específicas, más tangibles y eso no se dio.
El papa cometió el error de levantar las espectativas. Las víctimas estaban esperando decisiones radicales, obviamente quieren que rueden cabezas, pero eso no va a ser de un día para el otro.
Estamos hablando de una institución de más de 2000 años que por primera vez en su historia va a enfrentar la mayor enfermedad que ha padecido a nivel de pandemia  en todo el cuerpo eclesial.
Si la Iglesia católica deja la cumbre antipederastia como un 'gesto para la platea' y nada más, yo creo que ‘arde Troya’ y los fieles se van a ir en estampida en los próximos 20 años. Sin embargo, si toman en serio las iniciativas de Francisco y se rodean de gente como el monseñor Scicluna. Además, comienzan a trabajar como lo han venido haciendo en Chile, pero en el resto del mundo, entonces yo creo que ahí hay que ver con cierta confianza y esperanza de que las cosas podrían cambiar para bien.