viernes, 8 de enero de 2016

Cámara de Gesell, del silencio a la palabra



Dentro de los crímenes de lesa humanidad existen los encriptados por la relación familiar, que son aquellos en los que el parentesco cercano hace poco aceptable, y muchísimo menos comprensible, las situaciones de abuso sexual infantojuvenil en los vínculos de parentesco.

Crimen encubierto más extendido
En el libro “Abuso sexual en la infancia: Efectos psíquicos”, escrito por Bettina Calvi, aparecen en el prólogo las palabras de Carlos Volnovich, que citan: “La visibilización del abuso sexual en la infancia ha producido reacciones negativas y violentas backlash, cuando se comenzó a observar que no se trataba de un fenómeno de las clases sociales empobrecidas o sea, que no era patrimonio de la escoria social, sino que atravesaba todas las clases sociales y esto produjo una reacción de quienes se sintieron cuestionados y dieron muestra de que hay un abuso de poder detrás de la posibilidad de perpetuación del delito, que intenta desalentar a los terapeutas que se ponen a trabajar en aquello que para Naciones Unidas es considerado como el crimen encubierto más extendido de la humanidad”.
Desmantelamiento de la subjetividad, en los casos de abuso sexual infantojuvenil intrafamiliar
Jorgelina Beatriz Butta, en su tesis de Maestría en Psicoanálisis, titulada “Del silencio a la palabra. En el abuso infantojuvenil”, señala: “Despiertan interés a la investigación de esta tesis aquellas situaciones de abuso sexual infantil (incesto) que se prolongan en el tiempo, muchas veces durante años, y salen a la luz cuando la víctima puede hablarlo y ser escuchada, o cuando el ambiente en el que interactúa es quien devela el secreto. Suele ser la complicidad uno de los factores, pero no el único para la prolongación en el tiempo de la situación de abuso”.
Abuso sexual intrafamiliar
La maestra Butta, señala en su trabajo que “se hace necesario diferenciar las cuestiones arriba descritas como abuso sexual intrafamiliar, que trabajamos en esta tesis; de los episodios violentos ocasionales y aislados de abuso sexual y violaciones extra familiares, en los cuales es la impulsión del agresor un factor relevante, y es de destacar que las víctimas de abuso, independientemente de la edad, denuncian rápidamente el acontecimiento y no se impone la prolongación de la situación en el tiempo ni el silencio, el secreto, ni la parálisis del grupo familiar, por el contrario, allí se impone el pedido de justicia por el entorno cercano al niño(a), haciendo este crimen menos encubierto y evitando la cronificación”.
¿Secreto o encubrimiento social?
Continuando con la especialista, en su tesis considera “¿Qué es aquello que sostiene el secreto en el abuso sexual intrafamiliar?”. Tal vez se trate de los mismos mecanismos que sostienen el encubrimiento social. ¿Qué caminos animan la complicidad familiar? Hay familias capaces de ordenar los goces mientras otras no. La ley no inscrita hace que la articulación de la Ley provenga del exterior. ¿Cuál es ese trauma que se presentifica en ese silencio? ¿Se trata de uno o varios traumas? ¿Que posibilita que se constituya en síntoma y comience a circular la palabra?
La realidad del trauma
S. Ferenczi, en su libro “Confusión de lengua entre los adultos y los niños”, considera que los hechos de abuso y seducción se han producido realmente y no forman parte únicamente de las fantasías y de la imaginación del niño; es por esto que hay una confusión de lenguas entre el adulto y el niño, en la cual las mociones tiernas de los niños son leídas por el adulto abusivo como pasionales, y este reacciona según su disposición sexual, que difiere de la del infante. El niño se identifica con el agresor y es a la vez agresor y agredido, sintiendo culpa y dolor psíquico; esa experiencia de abuso tiene como consecuencia una pseudomaduración psíquica del niño.
Síntomas y alteraciones psicosomáticas
La presentación y los signos clínicos en estos niños dan cuenta de las manifestaciones de ese malestar mudo: por ejemplo, desatención que principalmente es notada por la escuela, retraimiento, cefaleas, malestares somáticos, somnolencia, pesadillas, insomnio, temor a estar solo(a), regresiones, tales como encopresis, enuresis, entre otras, y que dependerán de la estructura psíquica y edad del niño. Y, en los casos más graves, deseos de muerte, intentos de suicidio, regresiones tópicas como en la psicosis infantil, autismo.
Asistencia a la víctima
Hilda Marchiori, en su libro “Los procesos de victimización”, señala que en algunos países se aplican distintas estrategias cuando los niños han adquirido el lenguaje y son capaces de hablar. El juez les explica el funcionamiento del proceso penal y el papel que tienen las personas que les harán las preguntas, cómo lo son el Ministerio Público, el abogado defensor del acusado, aunque lamentablemente, la mayoría de los niños son sometidos a audiencias que son conducidas por adultos que desconocen la realidad del niño(a).
Cámara de Gesell
Existen otras técnicas para entrevistar a niños de entre los 2 y 6 años de edad, donde el niño (a) se encuentra en una sala de juegos con un entrevistador especializado en pericias de hechos delictivos a niños pequeños. En esta sala se encuentra una Cámara de Gesell, o de espejo doble, detrás de esta se encuentra, observando la entrevista, personal de salud y del área jurídica, que avalan el video y grabaciones de la entrevista. Las sesiones son grabadas con conocimiento del niño y de sus familiares, quienes pueden evitar nuevos interrogatorios y que el niño pase por nuevas audiencias.
Difícil cuestionamiento
Durante las entrevistas con los niños se pregunta sobre los hechos y personas significativas en la vida del niño, los cambios de conducta y cambios emocionales. Se realizan preguntas específicas acerca del abuso, preguntando detalles sobre lo que ocurrió, quién lo hizo, en dónde, cuándo y cómo ocurrió. Lamentablemente, hablar del abuso sexual puede crear en el niño pérdida de control que, en numerosos casos, lo conducen a una acentuada disociación, elusión, hiperactividad, retracción. Es por ello la importancia de que la entrevista sea llevada por un especialista que evite generar nuevos daños emocionales en el niño. Sobre todo porque los menores utilizan y procesan el lenguaje de manera distinta que los adultos. Es necesario anotar con precisión lo que dicen durante la entrevista, por lo que se debe tener en cuenta el nivel de maduración del niño y sus circunstancias particulares.
Rompimiento del silencio
No obstante, a pesar de lo difícil que resulta la tarea de entrevistar a un niño, ya sea víctima o testigo, se considera que una correcta y adecuada entrevista implica el rompimiento del silencio y las posibilidades de reducir el trauma y las consecuencias del delito. Numerosos delitos se conocen cuando las víctimas han podido romper el silencio, pudieron hablar cuando eran adultos y fueron victimizados de niños. Aunque, el relato de los procesos de victimización es un acto traumatizante, el rompimiento del silencio es la posibilidad, para la víctima, de ser sobreviviente de un hecho en el que pudo perder la vida.
Asistencia a la víctima
Marchiori señala que, respecto a los avances en la asistencia a las víctimas, hemos considerado aspectos, a nuestro criterio, esenciales, que permiten visualizar la situación de las víctimas. En este orden de ideas se mencionan: el mayor conocimiento y comprensión de las graves consecuencias de la victimización y sobre las características de las víctimas; el conocimiento de las consecuencias que sufren las víctimas de abuso del poder, la mayor comprensión sobre el sufrimiento de las familias de las víctimas, así como la necesidad de atención a todos los miembros de las familias de las víctimas, en especial a aquellas vulnerables, como los niños y personas discapacitadas.
Derechos de las víctimas
Para la atención a las víctimas encontramos los documentos de la ONU, como “Los principios fundamentales de justicia para la víctimas del delito y abuso de poder” (1985); “El manual de justicia sobre uso y aplicación de la declaración de principios básicos de justicia para las víctimas del delito y del abuso del poder”; que han permitido importantes modificaciones, tanto en los códigos de procedimientos penales como en los códigos penales. En México, la inclusión de la víctima en la Constitución Nacional marca un modelo a seguir por los países latinoamericanos.