jueves, 16 de junio de 2011

Los pedófilos y pederastas


Hasta no hace mucho tiempo el abuso sexual infantil era un asunto bastante desconocido. En este sentido es justo reconocer que hemos avanzado mucho, lo que en ningún caso debe hacer perder de vista el camino que aún queda por recorrer.
En la actualidad raro es el día en que no aparece en los medios de comunicación algún nuevo caso de abuso sexual infantil (ASI), sobre todo relacionado con las redes de pederastia que actúan y proliferan cada vez más en la red . Es cierto que también se habla de otros casos de ASI, pero a veces tengo la impresión que se está transmitiendo la idea de que internet es un lugar peligroso, y que buena parte de los abusos sexuales están relacionados con esta nueva realidad tecnológica. Me proclamo como uno de los más interesados ​​a la hora de desmentir, primero porque ha sido gracias a internet que se han podido abrir asociaciones por toda España, asociaciones que se ocupan de los niños y los adultos que en su día fueron víctimas de esta lacra, y segundo porque también gracias a la red hay un foro internacional que lleva funcionando casi seis años y que agrupa a más de dos mil afectados, sirviendo de ayuda, de apoyo y de información constante y veraz.
Quizás lo más importante y que convendría dejar claro es que el conocimiento que ahora podemos tener sobre este asunto es un poco equívoco. La sociedad sigue dando por ciertos demasiados conceptos erróneos, y este es uno de ellos. Los casos de pederastia son la punta del iceberg de un problema que ha existido siempre. Algunas veces me han preguntado si creo que ahora hay más casos que antes. La respuesta es no, al menos no proporcionalmente, lo que hay ahora es más información. Pero volviendo al iceberg he remarcar que su parte oculta, la de mayores dimensiones, es la familia y el entorno más cercano al menor. Basándome en mis propias cifras, extraídas de encuestas efectuadas en el foro, puedo apuntar que aproximadamente un 60% de los abusos se perpetran en el entorno familiar, un 30% proceden de conocidos con acceso al menor (maestros, sacerdotes, amigos de la familia …) y apenas un 10% se lleva a cabo por extraños.
No digo que en un futuro más o menos próximo estas cifras deben revisar y modificar al alza, incluso es muy probable que ya se estén alterando en el presente, sin embargo las cifras no distan mucho de las que acabo de mencionar. No debemos caer en la ingenuidad, si la tecnología puede servir como un instrumento para hacer el bien, también puede utilizarse para todo lo contrario.
Muchas veces se habla de pederastas y de pedófilos indistintamente, como si se tratara del mismo. Por desgracia ya se han convertido en términos de uso habitual en nuestro vocabulario cotidiano, pero conviene saber que existen importantes diferencias que deberíamos conocer y aplicar cada vez que hablamos de ello.
Todo aquel que abusa de un niño es un pederasta, aunque no necesariamente un pedófilo, lo que significa que puede llevar una vida sexual perfectamente normal con su pareja o con quien sea, y mantenerse lejos de cualquier sospecha. No le gustan con exclusividad los menores, sino que suelen aprovecharse de las ocasiones (de ahí que se defina como un abusador ocasional) si estas se dan o si no le resulta demasiado complicado procurar. En este grupo estarían representados una buena parte de los familiares y de las personas cercanas al menor. Que se les defina como abusadores ocasionales no quiere decir que comporten un menor peligro. En muchos casos es justo lo contrario, ya que teniendo como tienen acceso continuado al menor, los abusos pueden prolongarse a lo largo de muchos años, lo que suele ser un factor agravante en relación con las secuelas que puede desarrollar el menor en el futuro.
Entre los pederastas también puede haber pedófilos, la definición sería la de personas que se sienten atraídos única y exclusivamente para menores. Cuando este tipo de pederasta pasa a la acción buscará a cualquier precio relacionarse con menores, por eso es frecuente que busquen actividades o trabajos que les faciliten el contacto con los niños. Digo cuando pasa a la acción para que un pedófilo no necesariamente pasa siempre a la acción. Entre los pedófilos puede existir, y de hecho existe, la conciencia de que su comportamiento no es el correcto, pero no pueden evitar sentir lo que sienten. Los pederastas, al contrario, no sienten empatía hacia. Incluso los pederastas / pedófilos justificarán sus actos y algunos todavía pretenderán que su comportamiento sea reconocido y normalizado socialmente.
Otro aspecto que conlleva no poca polémica es la posibilidad de que un pederasta pueda reinsertarse en la sociedad. En este sentido creo que debemos ser drásticos. La mayoría de los expertos en la materia coinciden: se trata de una posibilidad muy remota. Esto no quiere decir que tengamos que oponernos a cualquier intento, ya que rehabilitar un pederasta, aunque sea uno de cada cien, significa que hay un depredador sexual menos en nuestra sociedad. Por desgracia los resultados son los que son, y estoy convencido de que los pederastas que la justicia “vuelve” a la sociedad, en una cifra muy cercana al 100%, volverán igual o peor de lo que estaban antes. Así pues, en caso de no conseguir el objetivo, sería lógico y de justicia que estas personas sean apartadas de la sociedad hasta que no se constate fehacientemente que no suponen un peligro para los menores, y si esto supone una cadena perpetua o una reclusión de por vida en centros especializados, que así sea. No opongo a las leyes intenten reinsertar a los que va a parar a la cárcel por el contrario, sin embargo en caso de no lograrse y ha demostrado que es así para que lo afirman los que están capacitados para hacerlo como es posible que se pase por alto la protección a los ciudadanos? Es inconcebible que se deje en libertad a personas que todos sabemos que volverán a atentar contra los niños. Esto es lo que dicen las leyes, se argüirá. Pero si el sentido común nos dice otra cosa no será que tenemos que modificar las leyes?
http://www.jmontane.es


ESTADISTICAS DEL LAMENTABLE ABUSO SEXUAL INFANTIL EN EL MUNDO.


CHILE

A Chile le duele la magnitud que alcanza el abuso sexual, una de las más crueles manifestaciones de la violencia contra la infancia.

En 2010, el gubernamental Servicio Nacional de Menores (Sename) atendió a 10.039 niños, niñas y adolescentes sobrevivientes de abuso sexual y a otros 1.729 de violación. Alrededor de 80 por ciento de los menores de 18 años que han sido víctimas de un delito sexual en el país son del sexo femenino, pero se estima que por cada denuncia, hay otras seis que no se hacen.

Durante el último tiempo, el tema ha estado muy presente en el debate público, tras las denuncias contra religiosos católicos. El caso más emblemático es el del sacerdote Fernando Karadima, declarado culpable de abuso de un número indeterminado de menores por la Congregación para la doctrina de la fe del Vaticano y condenado a "una vida de oración y penitencia" en reparación a las víctimas, mientras continúa el proceso en la justicia civil.

"La realidad tirana de Chile / es saber que uno es parte de una estadística terrible / que fuimos menores confiscados / y que hoy / no tenemos extremidades ni para soñar / postrados en un trozo de subsuelo / universalizados en un aprendizaje acre y brutal".

Internándose en los aspectos psicológicos y sociales del abuso, recuerda que, según las estadísticas del Centro de Atención a Víctimas de Agresión Sexual de la Policía de Investigaciones y del Servicio Médico Legal, cerca del 80 por ciento de las agresiones son producidas por un familiar o persona conocida. Así, explora el dolor, la soledad y la aceptación de la víctima: "Tantos Dioses / y yo lloraba". El poemario remite a recordados casos chilenos, como el ocurrido en el norte del país, en la localidad de Alto Hospicio, donde fueron asesinadas 14 adolescentes entre 1998 y 2001.

Estos feminicidios son considerados, por organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos, como muestra de una triple discriminación: primero por ser mujeres, segundo jóvenes y, por último, de escasos recursos.

ESPAÑA
Navegar por la red sin ningún tipo de control sobre la privacidad puede derivar en casos de abuso y explotación sexual. El desarrollo de Internet y las redes sociales ha facilitado el intercambio de material digital desde cualquier parte del mundo y, por consiguiente, las imágenes de abuso sexual de niños, niñas y adolescentes han aumentado considerablemente. Tan sólo en España, en los últimos 5 años han sido arrestadas más de 1.200 personas relacionadas con estos delitos, 237 durante el 2010, según datos de la Policía.
“Estos datos son sólo la punta del iceberg, dada la dificultad para detectar este tipo de prácticas, aunque cada vez se cuenta con más recursos humanos y técnicos para perseguir estos delitos por parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado”, explica Yolanda Román, responsable de Incidencia Política de Save the Children.
Existen distintos tipos de abuso sexual infantil en Internet, pero tanto Policía como Guardia Civil coinciden en resaltar una práctica reciente y que se está instaurando como habitual entre los adolescentes, lo que se conoce como “sexting” – grabaciones o fotografías de prácticas sexuales que se comparten entre amigos-. Una vez que los materiales se difunden se pierde el control sobre ellas, pudiendo ocasionar daños irreparables tanto en su vida social y/o posteriormente laboral. Este tipo de prácticas no suele ser denunciada por los adolescentes y por tanto no sale a la luz, por lo que es necesario alertar a los jóvenes sobre los riesgos que supone.
Para concienciar a los niños, niñas y adolescentes de que hagan un buen uso de la red y evitar riesgos, Save the Children, en colaboración con la agencia Visual Noise, ha lanzado la segunda edición de su campaña “De aquí no pasas”, una iniciativa que proporciona herramientas para que aprendan a proteger su privacidad en Internet y evitar así que nadie pueda colarse en sus vidas sin su permiso. Esta iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y de la Obra Social Caja Madrid.
“En general el control paterno se centra más en el tiempo que pasan en Internet los adolescentes que en el contenido, ya que hay un desencuentro generacional en torno al manejo de las nuevas tecnologías” añade Román. “Es importante que los adolescentes conozcan los riesgos y las herramientas para protegerse en Internet”.
El mundo de ‘Tuentilvania’
Como en el mundo de los vampiros, en Internet nadie puede tener acceso a la privacidad sin que se le de permiso. Es la idea que quiere transmitir Save the Children en la web de la campaña www.deaquinopasas.org a través de un video interactivo que coloca al usuario ante los dilemas diarios de las redes sociales permitiéndoles elegir el final de una aventura de vampiros adolescente.
En la web además se proporciona toda la información detallada sobre la configuración de privacidad de las principales redes sociales para personalizarlas de un modo fácil y seguro. El microsite incluye las políticas de privacidad sobre Facebook, Twitter, Tuenti, Flickr, Youtube y MySpace, entre otras.
“No se trata de criminalizar las redes sociales, ni señalar que son malas. Las redes sociales pueden ser muy útiles y divertidas pero hay que usarlas con cabeza. Por eso, la página contiene una serie de indicaciones sobre la privacidad de las redes sociales y las buenas prácticas en la red”, explica Daniel González, Responsable de Internet y Social Media de Save the Children.
La edición de “De aquí no pasas” de 2010 ha logrado 80.000 reproducciones en Youtube, 16.000 visitas a la web y además ha sido galardonada con el Premio Proteus de Ética.