viernes, 6 de febrero de 2015

ES EL MOMENTO DE LA PARTICIPACIÓN DE LA SOCIEDAD CIVIL ORGANIZADA.


La sociedad civil ha evolucionado, de tal forma que su crecimiento debe permitir nuevas formas de vinculación con el gobierno y que estas influyan directamente en el diseño, la gestión, el seguimiento y la evaluación de las políticas públicas.

Estamos convencidos que esta evolución aplica a las organizaciones que nos dedicamos a detener el flagelo del abuso sexual infantil.

“México ocupa el primer lugar en abuso sexual infantil de menores de 14 años de edad entre los países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Cuatro menores sufren abusos sexuales en América Latina cada minuto y al menos tres de las víctimas son niñas, de acuerdo con la ONU. En México, al menos tres de cada diez  niños han sido abusados sexualmente en México. Más del 80% de los agresores son conocidos de las víctimas.”

Como sociedad civil organizada es de suma importancia impulsar estrategias que complementen a los programas gubernamentales y para nuestro propio fortalecimiento efectivo impulsar la visibilidad del trabajo que se realiza.

Es vital avanzar en la reflexión y conceptualización del actuar de las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la visualización, prevención, atención y denuncia.

Como sociedad civil organizada tenemos el reto de aumentar nuestra incidencia en la toma de decisiones mediante una participación voluntaria e inteligente.

Nosotros como sociedad civil, como ciudadanos reales, como individuos activos y organizados, seremos el contrapeso para el Estado promoviendo programas, foros y políticas para obtener el bien común de las niñas y los niños. Lo hemos estado haciendo y lo seguiremos intentando y desarrollando.

Los gobiernos en muchas ocasiones por si solos no se pueden encargar de las problemáticas del país, tales como el abuso sexual infantil. Es por eso que las organizaciones civiles no debemos actuar aisladamente si no con el apoyo de los gobiernos, a través de la participación activa en la difusión de temas como la prevención y atención del abuso sexual infantil.

Es de vital importancia contar con programas de apoyo y financiamiento y terminar con la discrecionalidad y el favoritismo. Las organizaciones civiles que nos dedicamos a luchar contra este delito, en muchas ocasiones no contamos con recursos económicos, por lo que es un reto importante la construcción de nuevos esquemas que permitan dejar atrás la tradición de paternalismo y pasar a una estrategia de cooperación y corresponsabilidad para  acceder a programas y recursos que son actualmente escasos y de difícil acceso.

Es de suma importancia  contar con un marco normativo, instrumentos y mecanismos que permitan la participación de las organizaciones civiles en la construcción de una política inclusiva y complementaria a fin de participar de manera activa.

Como sociedad civil, tenemos la obligación de profesionalizarnos, de buscar nuestro fortalecimiento institucional, crear espacios de comunicación efectiva entre nuestros miembros y con otras organizaciones.

Debemos  actuar sinérgicamente, a fin de que los esfuerzos individuales no se diluyan en de la agenda pública. Diariamente enfrentamos batallas, para lograr una sociedad civil con mayores libertades, no estamos ajenos a este accionar.

Por lo tanto, los invitamos a formar parte y colaborar con la Red Hispanoamericana contra el abuso sexual infantil, a sumar esfuerzos individuales y aislados, a realizar foros, mesas de trabajo y participación, elaborar campañas de visualización, a capacitar a los psicólogos en terapeutas, a crear centros de atención a víctimas y a fomentar la denuncia penal.

Podemos lograrlo, necesitamos tu apoyo.




Nunca más gritos sin voz.
Por un mundo sin abuso sexual infantil.

Miguel Adame Vázquez
Presidente de abuso sexual infantil nunca más a.c.
Presidente de Cidetec a.c. 
Fundador de la Red Hispanoamericana contra el Abuso Sexual Infantil




Canal de Youtube:



Bibliografía: Rubén Aguilar Valenzuela, La sociedad civil en México
Miguel Ángel Porrúa, 2012, 315 pp.


EL ACTIVISMO COMO FUNCIÓN TERAPÉUTICA

La mayoría de las personas que colaboramos en la causa de prevenir y atender el abuso sexual infantil, no somos ajenas a la problemática, en algún momento de la vida hemos padecido el abuso en carne propia, o  el dolor de los hijos, de algún otro familiar, o incluso personas que apreciamos sin ser de un lazo sanguíneo, lo cual es doloroso sin lugar a duda.
A diferencia de pensar el ¿Por qué a mí? decidí desde hace algún tiempo hacer algo al respecto, gracias a eso hoy por hoy, me siento sensible a la situación que viven millones de personas en el mundo, tengo la capacidad en mi corazón para comprenderlos y el interés por hacerlo profesionalmente.

He elegido pensar que tengo una misión de vida para realizar todas las acciones posibles para que no exista un caso más de Abuso sexual.

Nunca he relatado detalles sobre el abuso vivido, eso lo he reservado para mi trabajo terapéutico, sin embargo un recuerdo que me ha estado revoloteando en mi mente y que viene a propósito de mis acciones activistas considerado para mí el primer intento por parar la situación.

Había cumplido 8 años y después de sufrir un evento de abuso, caminaba hacia la escuela para lo cual tenía que cruzar un parque, allí había una campaña del Instituto Federal Electoral, donde los niños antes de entrar a la escuela votaban por el derecho que quisieran se ejerciera más, mi elección fue "no al maltrato de las niñas y niños" mentiría si digo que escribo literal a como decía la boleta, sin embargo me fui muy contenta al pensar que ese ejercería mi derecho al respeto de mi cuerpo.
Han pasado los años desde el día en que consideré que mandando un mensaje oculto de ayuda a través de mi voto lograría hacerme valer, hoy y desde hace un tiempo he comprendido que debo trabajar arduamente para que esas voces de los niños sean escuchadas, dirigidas a la justicia y a la reparación de los daños ocasionados.
Los que participamos en Abuso Sexual Infantil Nunca Más conocemos y sentimos la responsabilidad que tenemos al realizar cada uno de nuestros actos con la mayor calidez y amor, con el profesionalismo y la ética que todo ser humano merece.

En los últimos días, se ha repetido en numerosas ocasiones en los lugares y con las personas que he visitado la frase " lo que no se nombra no existe", me atrevo a manifestar que lo que no pueden hablarlo las victimas / sobrevivientes, lo hablamos nosotros, lo que no han reparado las políticas publicas nos esforzamos por incidir en ellas, por la información que se cobra la hemos difundido gratuitamente.

El activismo en visualizar la problemática, dar contención y orientación a quien lo requiera me ha servido transversalmente en mi proceso personal, sin perder la línea de que lo que hago por mí, lo hago por los demás.

He logrado la fuerza suficiente para luchar desde lo profesional, conociendo las apercepciones de la problemática desde los sobrevivientes y sus familiares, detectando las necesidades que estos tienen para plasmarlos y hacerlos una realidad.
Colaborar con otros en la misma causa, sobre los mismos principios y valores nos brinda la sensación de autorregulación, de encaminar el sufrimiento en aprendizaje con propósito, y si en este trayecto logramos que no exista más el atropello en la infancia, habremos logrado nuestro objetivo.

"Tengo por bien sufrido lo sufrido, tengo por bien llorado lo llorado...porque después de todo he comprendido que por lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado."Extracción del poema de Francisco Luis Bernárdez.