sábado, 7 de febrero de 2015

¿La Moral es el fruto del árbol llamado Mora?, y ¿La verdad es alguna verdura?




Una persona es un ser único, inigualable, irrepetible, no hay dos personas exactamente iguales, aunque igual sea nuestra esencia, un ser consciente de que es finito, contingente y un ente inacabado e inacabable y de éste rasgo de unicidad divina, debe nacer un profundo respeto por la Dignidad Humana y eso conlleva el tener y mantener una serie de acciones que bien podemos llamar “congruencia”. 

Las características de éste ser único, los unen y separan en grupos heterogéneos entre sí, más homogéneos en los sistemas, intereses, grupos de pensar y actuar  diferentes e índole diversa, es decir, cada quien se junta con quien cree es correcto estar y andar.

“Voy a hacer una visita de cumplimiento” –decían las señoras de antes-. Y precisaban: “De cumplo y miento”.
Y así entre diferentes temperamentos, entre diversos caracteres formados en las personas, labran y esculpen una personalidad que nos muestran día a día y que es susceptible de cambios “a según la circunstancia” y es por ello, que hemos jugado con la verdad y la consumimos como verdura y aun creemos que la moral solo es un fruto que da el árbol de moras, mas es importante el recalcar que durante nuestra vida, nuestra existencia, podemos engañar a todos quienes nos rodean, a nuestros padres, familia, hijos, esposo(a), compañeros de trabajo, sacerdote, pastor, hermanos o quien queramos, mas es y será siempre imposible el engañar a lo que yo he llamado “el hombre del espejo”, es decir, a nosotros mismos.

Un sueño, solo eso, a veces existe y desaparece, fácilmente si lo permites.

El vivir sin un sueño, es como el pajarillo que le han roto las alas, vive, con gran dolor permanente, arrastrándose, a veces, medio brincando en el piso, pero ya no puede volar, está a expensas de lo que cae de comida al suelo, no puede ya buscar su alimento y come, o lo que hay en el piso, o lo que pudo hallar de lo que comió antes...
Puede un sueño crearse, volver a hacerse, pero si las alas están rotas, o aun heridas, o no están fuertes, tambalea, batalla, pero ante los demás, solo es uno que ya no ha volado, desconocen el por qué, no saben el dolor que carga, solo vive...  Así es la vida del que ha sido abusado sexualmente, como la de un pajarillo con las alas rotas a quien podemos y debemos ayudar, debemos ayudarle a encontrar sus heridas y permitir que haya un proceso de sanidad, lógico, real y estable, que esté basado en su reconocimiento como individuo, en la liberación de la culpa y en el perdón que debe ofrecer para ser sanado.
Es posible descubrir que un niño(a), ha sido abusado sexualmente, en especial si es menor de 12 años, cuando su comportamiento no corresponde a su edad ni a las costumbres de la casa, sea porque muestran curiosidad en extremo o porque hacen preguntas o comentarios sobre sexo (no esperables a su edad).
• A nivel Físico: Embarazo, enfermedades de transmisión sexual, irritaciones o malestar en los genitales, aseo constante de los genitales o se niega a hacerlo; dolor al orinar, infecciones genitales frecuentes.
• A nivel Psicológico: Se detecta depresión, pérdida del apetito, disminución del rendimiento escolar, rabia u hostilidad o comportamiento sexual inadecuado a la edad.
• A nivel Comportamental: Puede huir de la casa, presentar conductas regresivas, es decir, comportarse en un nivel de desarrollo anterior al actual.
Cuando una persona es abusada sexualmente, ya sea mediante la seducción o a través del estupro, o por parafilias como la pederastia o pedofilia, sus consecuencias pueden ser, entre otras, a mediano plazo, la concupiscencia, la prostitución o el homosexualismo y/o lesbianismo, adicionalmente alas ataduras que por años cargamos como adicciones (alcoholismo, drogadicción y otras), considerando los estados de ánimos como depresiones constantes, vergüenzas y otros; razón por la cual, la sanidad se enfocaran a uno u otro caso a fin de que el concejero o terapeuta que ayuda en la misma, pueda adaptarlas según el caso. Lo primero que debes saber es si la persona realmente quiere ser sana. Las heridas emocionales se han convertido en la prisión que encierra a la persona en sí misma, excluyéndola de los de afuera y muchas veces no desea realmente ser sana.
Si has sido afectado y abusado, puedes sanar, no estás solo, solo has sido encadenado y afectado y tú no eres culpable de lo que te ha sucedido a causa de un desequilibrado mental que no tuvo consideración y te afectó.
Las personas encadenadas por ataduras se encuentran cerradas a lo que sucede en ellos y piensan que las cosas cambiarán si los demás cambian primero.
Puedes hacerlo, Tu puedes, solo decídete y si lo necesitas, hay quién está dispuesto a ayudar, solo hace falta tu decisión firme, directa y determinante, es tiempo de “sanar las alas rotas” y volver a volar y remontar los sueños y esperanzas de tu vida. Se congruente y cumple tus sueños no permitiendo que el daño te robe tu vida.
Un abrazo fraternal.

C. Aguiñaga
Colaborador de la Red Hispanoamericana contra el abuso sexual infantil 
Miembro de Asi nunca mas A.C