martes, 30 de julio de 2019

Se deben denunciar delitos, aplicar justicia, prevenir. No callar el abuso sexual a niños




La causa frecuente de violencia contra menores en Latinoamérica está relacionada con el abuso sexual infantil, seguida del maltrato físico y psicológico. En la mayoría de los casos de abuso sexual infantil los victimarios son miembros del núcleo familiar del niño o tienen conexión directa con su familia. 
El escenario de los niños que sufren abuso sexual es ancestral en hogares disfuncionales, hogares sin padres, hijos criados por abuelos, tíos y padrastros, que son los que abusan de los niños y adolescentes de la casa; adictos al alcohol y drogas, induciéndolos a la prostitución, transformándolos en adultos prematuramente; o por compañeros de escuelas, colegios, barrios, por ciertos profesores, choferes, etcétera. El silencio es el cómplice perfecto del delito sexual, uno de cada tres niños no informa la violencia que sufre, por miedo a su agresor y por falta de comunicación con los padres. A los niños hay que creerles y denunciar al violador ante la justicia para que no quede en la impunidad el acto de violencia. Hay que poner en alerta a los niños, denunciar a la Dinapen todo acto de violencia para poder sentar precedentes, incentivando a las víctimas a denunciar a sus agresores. Hay que romper el silencio para evitar el abuso y las secuelas que deja. 
Nuestra justicia y sistema sanitario público tienen que ser eficaces para prevenir; las unidades de auxilio de la Policía deberían contar con médicos policías especialistas en delito sexual, psiquiatras, psicólogos; implementar unidades de flagrancias de la fiscalía donde se pueda evidenciar el delito con un examen clínico a la víctima, para realizar estudios moleculares de ADN de manera inmediata, para delatar al agresor y que el delito no quede en la impunidad. Hay que instaurar medidas de protección (boletas de auxilio), protocolos, prevención. En una reciente jornada de peritos realizada por el Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, se concluyó que en Ecuador más del 60% de las mujeres sufren de todo tipo de violencia física, psicológica y sexual; más en la Sierra. Hay que romper con el silencio y denunciar todo acto de violencia infantil y de género.(O)
Jaime Galo Benites Solís,
doctor en Medicina, Guayaquil