martes, 11 de agosto de 2009

AUMENTA EL A.S.I. EN MÉXICO.


El abuso sexual a los niños en México "va en aumento" registra el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF); y las estimaciones son que en el último año se registraron de entre 30 mil a 60 mil casos de niños violados, lo que significa que cada hora entre tres y siete niños sufrieron alguna violación, revela la titular de la dependencia Cecilia Landerreche Gómez Morín.

No se tienen registro de casos.

Al iniciar la Semana contra la Violencia Infantil "Dame un abrazo que yo te pido", la funcionaria del DIF informó que uno de los principales problemas es el del registro estadístico debido a que a los padres "les sigue dando miedo hacer la denuncia. En muchos casos creen que se puede solucionar a nivel interno en el hogar. Pero es un proceso difícil que altera no sólo a la víctima sino también a la familia".
En entrevista Cecilia Landerreche comentó que los registros nacionales que tiene el DIF de abuso sexual corresponden a organizaciones sociales y civiles y "consideran que hay 60 mil niños, en todo el país, que son víctimas de abuso sexual. Otras se van más abajo, como 30 mil niños" en el último año.
"Es difícil cuando se trata de una actividad ilícita, los que sí es importante es que por un niño no se vale. Hay que poner rostro a esos niños y cada uno de ellos tiene una historia de vida que se trunca cuando son abusados y son víctimas de la violencia. Por uno vale la pena hacer todo el esfuerzo y leyes, de igual manera por uno tenemos que unirnos los interesados en defender a la infancia", expusó Landerreche.

Los pocos casos registrados.
Durante su participación en la ceremonia, la directora del DIF informó que el año pasado recibieron 59 mil 186 denuncias de maltrato infantil, de las cuales se comprobaron 33 mil 994 casos de maltrato. Sin embargo, poco más del 10% se presentaron como denuncias ante el ministerio público, es decir, tan sólo 4 mil 656 casos.
De ese grupo, comentó, el DIF nacional atendió o a 68 mil 444 niños y niñas, de las cuales 27 mil 190 fueron relacionadas con varones, mientras que 25 mil 711 trataron sobre niñas.
La funcionaria federal señaló que poco más del 60% de las madres de familia que sufrieron maltrato, son quienes ahora reproducen esa situación y maltratan a sus hijos.
Además indicó que en la página www.dif.gob.mx se cuenta con el número telefónico 01 800 888 43 43, para atender las denuncias de maltrato y violencia infantil, así como una liga en la que los propios niños pueden denunciar el abuso de que son objeto.

En aumento y causa alarma
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Por su parte, Susana Sottoli, representante del Fondo de las Naciones para la Infancia (UNICEF) en México aseguró que el problema “aumenta con gravedad" pero hasta ahora "desconocemos su magnitud por lo difícil que es llegar hasta la denuncia. Las denuncias que hoy tenemos son sólo la punta del iceberg de lo que puede realmente estar ocurriendo”, enfatizó.
Ante funcionarios del gobierno federal y del Distrito Federal, Sottoli hizo un llamado para empezar a “romper la transmisión generacional de la violencia” en México y aseguró que la violencia y maltrato infantil que ocurren en las casas, la escuela, las calles, el trabajo y los lugares de entretenimiento son previsibles.
“La respuesta fácil no existe, ni tampoco una receta en particular. Es importante empezar por preguntarle a los niños acerca de la agresión verbal o maltrato físico que viven y así prevenir y reducir sus consecuencias” expresó Sottoli.

Para finalizar, la representante de la UNICEF en México planteó que en los momentos de crisis económica, como la que ahora enfrentamos, se “acrecienta la violencia y el maltrato por la presión y el estrés”, por lo que también lanzó un llamado para que en México se empiece a “desnaturalizar” la violencia y a “estar alertas ante los mayores niveles de agresión y violencia”.

QUIEN NOS ESCUCHA NOS DA PODER


Hay asuntos de los que raramente se habla y sobre los cuales casi nadie quiere escuchar.
La violencia sexualizada en la niñez es uno de esos asuntos.


A quien la experimentó se le hace difícil hablar de esa experiencia, porque está acompañada de profundos dolores emocionales o porque los recuerdos del abuso sexual los tuvieron que “enterrar” para poder seguir viviendo.

Si a quienes no experimentaron la tragedia del abuso sexual en la niñez les toca escuchar una historia de abuso la escucha no les resulta fácil.

Quienes no sufrieron abuso sexual casi nunca o nunca tienen el deseo o la oportunidad o el propósito de hablar sobre esa realidad, aunque –tomando en cuenta la dimensión del problema– existen suficientes razones para hablar de eso, para que, hablando y escuchando, busquemos y encontremos caminos para erradicar el abuso sexual en la niñez.

Para quienes han sobrevivido a diferentes traumas, ser escuchados es especialmente importante. También lo es escuchar a otros sobrevivientes. Una de las razones por la que muchas personas no pueden hablar sobre los traumas que han vivido tiene sus raíces en que nuestra sociedad no da oportunidades de escucha.
Tuve experiencias con diferentes formas de escucha cuando atravesé por una crisis muy profunda, ya adulta, trabajando las vivencias de mi niñez.
Esa crisis comenzó en Nicaragua, donde encontré personas que me escucharon voluntariamente y menos voluntariamente. Descubrí pronto que, además, necesitaba con urgencia a mujeres a las que yo pudiera escuchar para activar los recuerdos de mi primera niñez. En Nicaragua no existía esa posibilidad, pues los grupos de autoayuda para mujeres que vivieron abuso sexual en su niñez no existían todavía.

Regresé a Alemania y experimenté en mi grupo de apoyo mutuo la sanadora fuerza de la escucha: yo escuché y a mí me escucharon. En mi proceso de recuperación emocional escuchar significaba ser acompañada mientras expresaba mis pensamientos.

Igualmente, pude acompañar a aquellas a las que yo escuchaba. Escuchar significaba también descubrir piezas “enterradas” en los estratos de mi conciencia. No los hubiera encontrado sin la escucha. Y necesitaba con urgencia esas piezas para poder reencontrarme con mi pasado. La escucha significaba no ser juzgada y no juzgar.
La escucha excluía interpretar lo que me decía la persona que me estaba hablando.
La persona que me escuchaba me acompañaba hasta donde yo, como quien hablaba, fuera capaz de una interpretación. Sólo hasta allí.
Escuchar me permitió de construir poco a poco el dolor. Escucharnos fue un intercambio mutuo en el proceso de recuperación de nuestras historias de abuso sexual. Con la escucha el dolor perdió tamaño y peso. Y en algún momento del proceso, sólo quedó en mí una realidad que ya no duele, sino que se hizo parte de mi vida vivida, una realidad cuya superación me dio dignidad y fuerza. Mientras más progresaba en el proceso de mutua escucha –y, a la par, en la superación de mi pasado-, más me sentía capaz de detectar y reconocer mis recursos, mis potencialidades, mi poder, mis virtudes, y más sentía que podía hacer uso de todo eso. Logré desligarme, despojarme, de hábitos de conducta y de comportamientos que hasta entonces necesitaba como un escudo para sentirme protegida.
En la primavera de 2004 llegó el momento de querer compartir el recién adquirido “poder” y empecé a trabajar en “Wildwasser Berlín” en autoayuda de mujeres. Escuché y sigo escuchando a otras sobrevivientes para que ellas también logren reconocer sus recursos y sus capacidades, para que logren desplegarlas. A partir de 2007 empecé, junto a sobrevivientes de Nicaragua, a crear el espacio que se llama Aguas Bravas Nicaragua.
La historia y las condiciones de vida han hecho de Nicaragua un país con gente que soporta múltiples duelos y traumas: la dictadura, las guerras, la falta de atención en la salud, la desnutrición, el desempleo, el machismo, terremotos, huracanes, violencia cotidiana, violencia sexual, extrema pobreza y carencia de oportunidades en educación, han marcado a la mayoría de la población desde hace siglos. Más aún a las mujeres.

Acontecimientos funestos que pueden provocar traumas se suceden uno tras otro, casi sin pausa. Para trabajar los traumas “presentables” como son los terremotos y los huracanes falta tiempo y los traumas que deja el abuso sexual en la niñez son aún un tabú.
En Nicaragua decidí compartir el poder que había ganado con la escucha de otras mujeres con mujeres que quisieran trabajar uno de los traumas más frecuentes en Nicaragua: el abuso sexual en la niñez. A partir de 2004, y en charlas públicas, conté mi historia y me ofrecí para escuchar a otras personas que hubieran sufrido lo mismo.

En Nicaragua es más difícil que en Alemania hablar en público sobre el abuso sexual.

“Nicaragua es una sociedad que niega lo extendido que está el abuso sexual en las familias y los altísimos niveles de incesto”: así se expresaba la sicóloga nicaragüense Martha Cabrera en su charla “Vivimos y sobrevivimos en un país multiduelos”, publicada en la revista Envío, de la Universidad Centroamericana de Managua, en diciembre de 2002. No puedo dejar de mencionar que el incesto se ve con frecuencia en Nicaragua como “un derecho tradicional”. Tampoco Zoilamérica Narváez, la hijastra del Presidente de Nicaragua Daniel Ortega, logró romper sosteniblemente el silencio sobre este tema.

En 1998 denunció el abuso sexual que había sufrido durante años de parte de Ortega y eso no impidió que Ortega siguiera siendo el líder del FSLN y que llegara de nuevo a la Presidencia en 2007.
En 2006 ofrecí a la Red de Mujeres contra la Violencia de Nicaragua realizar talleres sobre cómo formar grupos de autoayuda con el perfil de “Wildwasser”.
Varias mujeres y centros de mujeres expresaron su interés e inmediatamente hubo mujeres dispuestas a preparar conmigo el contenido y la metodología de los talleres y a realizarlos.
La guía que usan en Berlín los Grupos de Apoyo Mutuo ya la había traducida al español hacía años y un grupo de mujeres de la Red se dedicó a la tarea de “nicaraguanizarla”. En marzo de 2007 tuvimos una primera edición de 6 mil ejemplares de la guía, que titulamos “Todo camino comienza con un primer paso”.
En equipo con otras tres sobrevivientes elaboramos la metodología para los talleres y entre marzo y agosto de 2007 realizamos 12 talleres en los que participaron más de 200 sicólogas, trabajadoras sociales y otras trabajadoras de centros de mujeres e instituciones estatales.
Durante los talleres no solo hablábamos, sino también escuchábamos.

Muchas participantes hablaban por primera vez en su vida sobre la violencia sexual que habían experimentado en su niñez. Hablar y experimentar que eran escuchadas cuando narraban algo hasta entonces inexpresado comenzó a suavizar el muro de protección tras el que se habían escondido durante años. Para algunas fue el primer pasito en un largo camino de recuperación emocional. La evaluación de los talleres nos indicó que al menos un 45% de las participantes había experimentado violencia sexual en su niñez y no tenía hasta entonces un espacio donde hablar y ser escuchadas. En mayo de 2007 se formó el primer grupo de apoyo mutuo, que hasta hoy sigue existiendo. A partir de aquellos talleres nació Aguas Bravas Nicaragua.

Para las mujeres que trabajan en Aguas Bravas Nicaragua el doloroso camino de la recuperación emocional no ha concluido todavía. Sin embargo, resulta muy valioso que estas mujeres hayan decidido trabajar su propia historia y, a la par, invitar a otras mujeres a emprender el mismo camino. Escuchan y son escuchadas.
Ahora existen grupos de apoyo mutuo en diferentes regiones del país y las mujeres de Aguas Bravas viajan a Ocotal, León, Estelí y otras ciudades para acompañar allí los encuentros de los grupos.

La idea es que estos grupos continúen vivos sin ningún acompañamiento después de varios encuentros acompañados. La duración del acompañamiento varía. Depende de la composición del grupo y de la frecuencia con que las mujeres pueden reunirse.
Del primer grupo ya varias mujeres acompañan a otros grupos. Aguas Bravas Nicaragua se desarrolló en muy corto tiempo, pronto se convirtió en un punto de encuentro importante y ahora las mujeres que trabajan allí no pueden dar respuesta a todas las solicitudes que reciben.

Aguas Bravas participó también en la fundación en Nicaragua del Movimiento contra el
Abuso Sexual. La iniciativa surgió de un grupo de hombres jóvenes que durante años fueron abusados sexualmente siendo niños por un sacerdote italiano, Marco Dessi.

Su denuncia y su empeño porque se hiciera justicia lograron que en mayo de 2007 Dessi
Fuera condenado en Italia a una larga condena de cárcel.
En el Movimiento trabajan unas 30 organizaciones y personas individuales.
El Movimiento logró un espacio semanal en uno de los dos diarios del país “El Nuevo Diario”, donde publicamos textos sobre diferentes temáticas relacionadas con el abuso sexual. Es otra forma de escucha: las personas que escriben se sienten escuchadas y quienes leen lo que escriben escuchan sobre un tema del que hasta hace muy poco no se hablaba. Algunas mujeres de Aguas Bravas y de los grupos de apoyo mutuo ya han aprovechado este espacio para escribir sobre sus experiencias.

Hace poco estuvieron de visita en Berlín tres mujeres de Aguas Bravas Nicaragua. La visita tenía como objetivo un intercambio profesional con las trabajadoras de los
diferentes sectores de Wildwasser. Las tres escucharon muy atentamente y las tres
fueron escuchadas con entusiasmo y mucho interés cuando hablaban de cómo se
desarrolla su trabajo en Nicaragua. El intercambio sobre los inicios y los procesos de desarrollo de las dos organizaciones fue una muy viva escucha mutua, que fortaleció a cada una, que les dio poder y que les anima y motiva a seguir caminando, cuando ya han dado muchos más pasos que aquel “primero” que las reunió.


Brigitte Hauschild
15 julio 2009

PUBLICAN REGLAS DE LEY CONTRA EXPLOTACIÓN SEXUAL INFANTIL.


El gobierno capitalino emitió el reglamento de la Ley para Prevenir y Erradicar la Trata de Personas, el Abuso Sexual y la Explotación Sexual Comercial Infantil para el Distrito Federal, 10 meses después de que se publicó la legislación.

El diputado local Agustín Castilla, quien presentó el jueves pasado una denuncia ante la Contraloría del DF para exigir que se finquen responsabilidades contra el jefe de Gobierno de la capital, Marcelo Ebrard, por no expedir a tiempo la norma, manifestó que ya era hora porque no se puede constituir una comisión especial para que exista una mayor coordinación entre las autoridades, con el fin de abatir este delito.

“Por incumplimiento y omisión inaceptable presenté una denuncia contra Marcelo Ebrard, y daré seguimiento a la Contraloría de la ciudad”, dijo.

El legislador panista consideró que el turismo sexual comienza a crecer en México, acercándonos al nivel de países como Tailandia.

Explicó que falta la comisión interinstitucional, que tenía que instalarse el 8 de diciembre de 2008, ya que una de sus funciones sería elaborar un programa de prevención que debe contener los mecanismos disuasivos que desalienten las conductas relacionadas con los actos ilícitos y observar los factores de riesgo, además de considerar los derechos de las víctimas, señala el documento.

Otra prioridad es considerar el interés superior de los infantes víctimas o posibles víctimas, para proteger sus derechos fundamentales, garantizar su bienestar y vigilar que la atención que se les brinde sea de buena calidad y calidez.

Lo que falta por hacer

Además de la Ley para Prevenir y Erradicar la Trata, hay dos reformas que no han sido dictaminadas: la que modifica el proceso penal para las víctimas, protegiendo sobre todo a los menores de edad con especialistas que los asistan, y que esto lleve a fomentar las denuncias en la ciudad de México.

La segunda iniciativa legal tiene que ver con la tipificación como delito de manera expresa del consumo de prostitución infantil. El objetivo de esta propuesta es sancionar tanto a los pederastas que la realizan, como a los clientes que la consumen.

PIDE LA CNDH JUSTICIA PARA NIÑOS VIOLADOS.


Por el caso de tres menores de edad víctimas de pornografía infantil en un colegio particular de Ocotlán de Morelos, Oaxaca, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes Fernández, emitió la recomendación 46/2009 al gobernador Ulises Ruiz Ortiz, debido a que la autoridad "no ha consignado la indagatoria, no obstante haberse desahogado las diligencias".

Los hechos ocurrieron el 29 de mayo de 2008. "Ese día acudí a recoger a mis hijos. Uno señaló a un joven, me dijo que era el fotógrafo" y que, junto con otra persona, le quitó el pantalón y la ropa interior para tomarle fotos.

Los padres de los menores vejados acudieron a la Fiscalía Especializada de Delitos Sexuales y de la Mujer de la Procuraduría estatal, autoridad que no ha consignado la indagatoria.

La CNDH explicó que atrajo el caso el 7 de octubre de 2008; inició el expediente de queja CNDH/1/2008/4907/Q y solicitó los expedientes a la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos de Oaxaca.

Se acreditaron violaciones a los derechos de las víctimas, pues no se brindó a los menores agraviados ni a sus familiares asistencia médica y psicológica, y tampoco se salvaguardó su integridad física, de lo cual responsabiliza a funcionarios de la Procuraduría General de Justicia de Oaxaca.

El ombudsman destacó que una sicóloga que atendía a los menores y a sus padres minimizó los hechos y les dijo que no se preocuparan, que "no había pasado nada", que "estaban estresados" y probablemente habían exagerado.

Omisiones y amenazas

Además, no se ha emitido la resolución sobre la inspección que el Instituto Estatal de Educación Pública llevó a cabo el 23 de enero de 2009 en el colegio particular, y el plantel fue omiso en responder a los requerimientos de información de la CNDH, lo que hace presumir que la citada dependencia estatal no realizó diligencia alguna.

La CNDH destacó que los padres de los menores agraviados dijeron haber recibido amenazas de muerte, por lo que la CNDH solicitó a la Secretaría de Seguridad Pública Federal aplicar medidas cautelares para protegerlos.

En su recomendación la CNDH solicita al gobernador de Oaxaca garantizar a los menores agraviados y a sus familiares la reparación del daño, asistencia sicológica, ayudar a las víctimas y testigos de los hechos, evitar la estigmatización social, y velar por la seguridad de los afectados.