viernes, 10 de julio de 2009

¿EL ABUSADOR ESTÁ EN LA FAMILIA?


El abuso sexual es una realidad escondida en la vida de muchos hombres y mujeres.
Estas personas no pudieron buscar ayuda durante su infancia o adolescencia y ahora en su adultez el problema se manifiesta en otros aspectos de su vida. A partir de ese momento comienza su lucha por seguir negando lo que vivió, por superar el silencio causado por la vergüenza y la culpa.

Usualmente, el abuso sucedió en el ámbito familiar: fueron los padres, padrastros, cuñados, tíos, abuelos, hermanos mayores o un amigo de la familia. Esto produce una grave confusión porque se comete en el ámbito de la "querida familia". Aunque es un delito, la víctima se calla por temor, culpa, amenazas, vergüenza o porque cree que no le van a creer.

El abusador doblega y descalifica el discernimiento de la víctima, acompañando su acto de violencia con comandos verbales: "esto lo hago por tu propio bien; a ti te gusta; tú me provocaste; no te van a creer a ti", etcétera.


Para el abusador, la víctima es "una cosa" que le sirve para satisfacer su deseo sexual, y se aprovecha de la proximidad. Escondido detrás de un comportamiento violento, hay una personalidad débil e insegura, que no se siente capaz de competir en términos igualitarios con un adulto como él.

Las consecuencias del abuso sexual van mucho más allá del entorno familiar y llegan hasta la vida adulta. Estas son la depresión, la ansiedad, la desconfianza, la baja autoestima y el síndrome de rechazo.

A aquellos que han sido víctimas de este tipo de abuso, les pido que entiendan y acepten que no son culpables. Han sido víctimas por partida doble en un acto de violencia y traición por quienes debieron haberlos querido y protegido, y además, por aquellos que debieron haberles creído.

No importa cuánto tiempo haya pasado; el secreto mantiene el miedo, la inseguridad y el dolor, así como la sensación de ser víctima por siempre de esa situación.

Si no tiene la oportunidad de recibir ayuda profesional, le propongo algunas herramientas de ayuda:

1.- Tenga su cuaderno "secreto"; escriba todo lo que usted siente, lo que quisiera haber dicho y cómo le gustaría enfrentarse a su agresor. Escriba de tantas formas como lo vaya sintiendo.

2.- Escoja una silla, siente de forma imaginaria en el banquillo de los acusados a su agresor, exprese verbalmente todo lo que le tengan que decir; no se guarde nada.

3.- Infórmese sobre adultos abusados sexualmente durante su infancia y las posteriores consecuencias en su vida. Vaya a la biblioteca de su ciudad, busque en internet, compre libros. Estas lecturas ayudaran a entender su presente.

4.- Averigüe qué niños de su familia han estado o están cerca de él y ayúdelos porque han vivido o están viviendo la misma agresión sexual.

Después de este proceso, le aseguro que usted sentirá un gran alivio y habrá ayudado a otras personas.