viernes, 19 de abril de 2013

¿Por Qué la Gente Usa o Abusa Sexualmente de los Niños?


No Hay una Respuesta Sencilla 

No le podemos contestar esta pregunta de una manera simple.  Sin embargo, podemos ofrecer alguna información y algunas reflexiones serias sobre este sensible tema, que se basan en muchos años de experiencia y estudio.  
Vamos a tocar algunos puntos básicos, sutiles y complejos, y esperamos que le sea de utilidad.  
Antes de decir más, queremos recomendar algo.  Mientras usted lea esta página, ponga atención en las emociones fuertes que esta pregunta provoca en usted.  Si las emociones son demasiado fuertes, tome un descanso o haga cualquier cosa que necesite hacer para tranquilizarse.  
Esta pregunta siempre provoca emociones fuertes en las personas que han sido dañadas por una experiencia sexual no deseada o abusiva en la niñez, y en las personas que se preocupan por ellos.  Es normal que estas emociones fuertes tengan un impacto sobre nuestros pensamientos y dificulte nuestra capacidad de pensar con claridad o absorber información.    
Por lo tanto, igual que con todo lo que explore en este sitio del Internet, es importante que vaya a su propio ritmo, que se dé todo el tiempo que necesita, e incluso hacer a un lado por un tiempo esta página y este tema, si lo considera conveniente.  

¿Para Qué se Pregunta “Por Qué”? 

Empecemos con algunas ideas sobre porque usted y otras personas  hacen esta pregunta importante, y que esperan lograr al encontrar un entendimiento sobre el tema.   
Para la mayoría de las personas, hay varias razones por las cuales buscan entender porque otra persona decidió usar o abusar sexualmente de ellos.  Entre estas razones  están:
  • Temen que de alguna manera atrajeron ese abuso, y esperan que al entender a la otra persona demostrarán que ellos  no tuvieron la culpa.  
  • Aman todavía a la persona que los usó o abusó, y esperan que al entender porque esa persona lo hizo  les ayudará a sanar su relación con dicha persona.  
  • Esperan que el entender porque esa persona los usó o abusó  ayudará a prevenir el abuso sexual de otros niños, entre ellos, sus propios hijos.  
  • Consideran que la vida es injusta, arbitraria y/o que no tiene sentido, y esperan que el entender como alguien puede abusar a un niño sexualmente traerá  orden y  sentido a su vida.  
  • El concentrarse en la otra persona y en porque hizo eso puede ser una manera de evitar su propia responsabilidad, como adulto, de tratar los efectos dañinos en su propia vida, entre ellos conductas autodestructivas y dañinas.  (Mencionamos esta razón sin querer criticar a las personas a las cuales describe.  Esto es común y completamente entendible para aquellos que todavía están luchando con grandes efectos negativos del abuso.)  
En realidad, la gente quizás  no esté plenamente consciente de todos los motivos por los cuales está haciendo la pregunta del por qué la otra persona (o personas) hicieron esto.  Posiblemente no reconozca que podría tener esperanzas de sentirse beneficiado al comprender los motivos.  Esto es completamente normal.  Con el transcurso del tiempo, se aclarará el significado de esta pregunta en su vida, o el significado podría cambiar cuando cambien otros aspectos de su vida.  
Cualquiera que sea su situación, el interés que tiene en explorar, de una manera honesta, esta pregunta difícil es una señal de que usted es valiente. A la vez, vale la pena recordar que pueden surgir emociones fuertes, y por lo tanto es una buena idea ir a su propio ritmo y cuidarse.

El Deseo de Entender (o No Entender) Depende de las Experiencias y Emociones que Uno Tiene

Cuando la gente discute este tema, es común que surjan divisiones fuertes entre distintas personas, hasta entre las personas que han sido usadas o abusadas por la misma persona.  Mientras una persona busca “perdonar y olvidar,” otra puede sentirse enfurecida y concentrarse en buscar la justicia o la venganza, mientras que alguna otra puede sentir, una y otra vez, diferentes emociones, percepciones y motivaciones relacionadas con la persona que lo abusó.  
Dichas diferencias y divisiones  son normales y tienen sentido. No existe una sola perspectiva que  siempre sea correcta para todos.  Por supuesto, esto no hace más fácil manejar las distintas perspectivas, necesidades y emociones fuertes, especialmente cuando surgen entre miembros de la misma familia.   
El que alguien esté interesado en entender porque la persona que lo usó o abusó sexualmente hizo tal cosa y cuales sean los razonamientos y perspectivas que se presentan más fácilmente, depende de varios factores. A continuación mencionamos algunos de esos factores, los cuales son muy importantes:   
  • Quien fue (y es) la persona que usó o abusó de usted. 
  • Si él o ella está todavía presente en su vida.
  • El tipo de relación que usted tenía con esa persona en ese entonces y ahora.
  • Hasta que punto usted dependía de esa persona, o si todavía sigue con esa dependencia.
  • Cuanto tiempo llevaba conociendo a esa persona.
  • Como percibía a esa persona antes de ocurrieron las experiencias sexuales.
  • Como percibía a esa persona después de que empezaron las experiencias sexuales. 
  • Cuanto ha sufrido o perdido como consecuencia de lo que sucedió. 
Por ejemplo, si no conocía a la persona, o si siempre le había desagradado o la odiaba,  probablemente usted tendrá poco interés en entender porque esa persona hizo lo que hizo. Tampoco le importará lo que esa persona  estaba sintiendo o como fue su niñez.  
Por otro lado, si fue alguien a quien usted admiraba, o hasta amaba, especialmente si todavía ama a esa persona, puede ser más fuerte el deseo de entender porque esa persona le hizo daño.  La respuesta a esta pregunta será muy importante para usted.   
Hay que recordar que lo que para usted es real, en su situación,  puede ser completamente diferente de la experiencia de otra persona aunque ésta haya sido abusada por la misma persona.

No Hay Respuestas Sencillas, Pero Hay Elementos Comunes

No hay una explicación sencilla sobre el porqué alguien abusa de un puesto de poder o influencia para tener relaciones sexuales con un niño.  Las respuestas no solo son complejas sino también son tan diferentes como las situaciones y personas involucradas.  
Sin embargo, en cada situación en que esto ocurre, hay elementos comunes:  
  • Una persona que tiene poder o influencia sobre un niño desarrolla un interés sexual en el niño. 
  • Esa persona no logra mantener la barrera o tope interno o externo que de lo contrario prevendría que traicionara la confianza de ese niño.  
  • La persona pone en acción sus fantasías sexuales e impulsos con el niño.

El Entendimiento no Tiene que Ver con Pretextos o Perdón 

Es importante tener muy claro lo que es, y lo que no es, el intento de entender porque esto pasó. 
Intentar entender porque alguien se comportó de una manera dañina no tiene nada que ver con buscar pretextos para esa conducta dañina, ni se trata de negar o minimizar los efectos negativos que ha tenido en su vida.  
El entender es distinto a buscar pretextos.  Los pretextos son razones del porque la persona no es responsable de su conducta.  El entendimiento puede aclarar las condiciones y circunstancias que  hacen que sea más probable que una persona desee tener relaciones sexuales con un niño y que actúa siguiendo  sus fantasías e impulsos.  Pero a final de cuentas, la otra persona, si es que fue un joven mayor o un adulto, tomó decisiones (en realidad varias decisiones durante un periodo de tiempo) que resultaron en que cedieran a sus deseos, fantasías e impulsos que de cierto modo sabía que eran incorrectos y que harían daño al niño.    
Todos tienen interés en ver que las personas que abusan sexualmente de los niños rindan cuentas. Esto incluye los intereses de la misma persona que usa o abusa de un niño.  Una persona que usó o abusó sexualmente de un niño,  solo puede sanarse de verdad al hacerse sinceramente responsable de sus propias acciones,  y al tomar la responsabilidad de nunca volverlo a hacer, así como  intentar honestamente  reparar el daño causado (no necesariamente en forma directa con el niño, o con el niño ya convertido en adulto,  quien tal vez no quiera nada que ver con esa persona).
También, se trata de  entender que esto no tiene que ver con el perdón, y que ayudar a alguien a que intente entender las razones no significa que se le esté animando a perdonar
Además, intentar entender el porqué de lo que pasó no tiene  que ver con el perdón, y  ayudar a alguien a entender porque esto pasó no es lo mismo que animarle a perdonar.  El perdón es un regalo para uno mismo y para la otra persona.  Solamente es significativo y real cuando se da libremente y con plena voluntad.  
Quizás usted se sienta listo para perdonar a alguien que lo ha dañado.  O quizás no quiera pensar en perdonar hasta que usted haya realizado mucho trabajo emocional y del alma.  Quizás nunca le interesará perdonar a la otra persona.  Esto queda totalmente en sus manos.   
Cualquiera que sea su situación y su camino, por favor recuerde esto: las demandas, las amenazas, la manipulación, las artimañas y la culpa nunca traen un perdón genuino.  Al contrario, cuando alguien lo intenta manipular o quiere obligarlo a que lo perdone o a que perdone a alguien más, está solamente intentando ayudarse a sí mismo, no a usted.  
Por ejemplo, la otra persona está intentando aliviar su propio sentimiento de culpa, o liberarse de preguntas incómodas que surgen de las experiencias y necesidades que usted ha tenido, tal como porque la familia o la organización de la persona que abusó de usted (por ejemplo, la iglesia) permite que algunas personas dañen a otras personas sin tener que rendir cuentas.  A veces el que la otra persona lo presione puede ser en si una conducta abusiva.

Entender No Tiene que Ver con “Demonizar” a Alguien

Entender a la otra persona no es cuestión de pretextos o perdón, pero tampoco se trata de convertir a la otra persona en un demonio.  
Igual que crear pretextos, demonizar puede crear la ilusión de entendimiento y de tener una resolución emocional sobre lo que pasó.  Esto se revela a través de los estereotipos simplistas que acompañan al proceso de demonizar a las personas que tienen experiencias sexuales con niños.  Por ejemplo, en la televisión y radio, constantemente se habla sobre personas que abusan a los niños sexualmente como si fueran nada más que unos “monstruos” y “predadores.”  
Estas etiquetas expresan la rabia justificada que surge debido a lo que estas personas han hecho, pero no ofrecen ninguna explicación del porqué estas personas abusaron sexualmente y dañaron a los niños de esa manera.  
Igual que crear pretextos, demonizar a otras personas es un modo extremo de responder a dichas experiencias que deja a muchas personas estancadas, aunque sea por motivos completamente normales y entendibles.  (Generalmente esto pasa antes de que alguien haya reconocido plenamente lo que pasó e intenta tratar los efectos, o sucede en los inicios del proceso de reflexión.)  
De nuevo, es posible que estas reacciones extremas sean necesarias para muchas personas, pero no se debe confundir esto con una comprensión genuina.  Cuando mucho, explica el porqué alguien siente compasión o lástima por la otra persona (creando pretextos) o solamente refleja  las peores cualidades de esa persona, que resulta en un sentimiento de odio o desprecio (demonizando a la otra persona.)

Quienes Usan o Abusan de los Niños Sexualmente son Personas Complejas y  están Profundamente Confundidas

En realidad las personas que abusan de los niños sexualmente, sin importar quienes son y lo que han hecho, son como todos, seres humanos complejos.  Tienen cualidades buenas y malas.  Tienen motivaciones positivas y negativas.  Tienen necesidades humanas básicas como el respeto y el amor, y necesitan controlar como buscar satisfacer estas necesidades.    
Por supuesto, las personas que abusan de los niños sexualmente también están  profundamente confundidas sobre lo que necesitan, por lo menos en el campo de las experiencias sexuales.  Y son extremadamente destructivas en su búsqueda por satisfacer dichas “necesidades.”  Aparte de  otros factores que hayan influido en su conducta, una persona tiene que estar totalmente confundida para  creer que tiene el derecho de usar a un niño sexualmente.  En el caso de los niños que usan a otros niños sexualmente, la confusión es sobre el impacto del abuso sexual que ellos mismos han experimentado, además de la confusión y los malentendidos generalizados que los niños tienen sobre el sexo.

No Existe Solo un Camino Hacia el Uso a Abuso Sexual de un Niño

Las personas que usan y abusan de los niños son seres humanos complejos con vidas complejas.  Por lo tanto, no existe solo un camino que los lleve a involucrarse en dicha conducta.  Esto es cierto si la persona ya era un adulto cuando usó sexualmente y dañó a un niño o si era un niño mayor o con más poder.  
A continuación ofrecemos algunas de las claves para poder entender porque una persona particular y compleja ha usado o abusado sexualmente de un niño (hasta donde se pueda entender, porque en muchos casos no es posible conseguir suficiente información para siquiera aproximarse a un entendimiento): 
  • ¿Qué confusiones tiene sobre sus necesidades, y por qué cree que “necesita” tener relaciones sexuales con un niño?  
  • ¿Cómo han contribuido a esta gran confusión sus propias experiencias, especialmente  sus experiencias sexuales, y su forma de reaccionar ante dichas experiencias?  
  • ¿Cuál es la combinación única de creencias, motivaciones y racionalizaciones (confusas) que hizo posible que esta persona usara sexualmente a un niño?  
  • ¿Cómo es que su vida y experiencias (no solamente las sexuales) y sus reacciones a estas experiencias influyeron en tener dichas  creencias, motivaciones y racionalizaciones?  
  • ¿Cuáles barreras internas y externas se eliminaron para poder abusar de un niño sexualmente, y cómo fueron eliminadas (por ejemplo, el uso del alcohol, de la pornografía sexual con niños, el estrés extremo u otras circunstancias que contribuyeron al hecho de que dejara de resistir sus fantasías o impulsos hacia los niños)?   
Hay varios principios generales que los terapeutas e investigadores han aprendido a través de su trabajo en investigaciones con adultos que se han involucrado en estas conductas,  enfocándose al porqué la gente usa o abusa de los niños sexualmente.   
Algunos adultos que usan o abusan de los niños sexualmente concentran toda su energía sexual en los niños.  
Otros que usan o abusan de los niños sexualmente mantienen relaciones sexuales con parejas de su misma edad, al mismo tiempo que usan o abusan de un niño.  
La mayoría de los adultos que usan o abusan de los niños fueron abusados sexual, física y/o emocionalmente durante su propia niñez, y fueron desatendidos física y/o emocionalmente.  A veces reaccionan a estas experiencias de abuso, negligencia, traición e impotencia buscando  poder y control sobre los demás, incluyendo el poder sexual sobre los niños.  
Algunas personas que usan o abusan de los niños sexualmente tienen una posición social alta en un grupo, por ejemplo, un atleta famoso, un músico, un patrón o un gerente, un miembro prominente de la comunidad, hasta una persona muy popular.  Están tan confundidos (e “intoxicados”) por la admiración y elogios constantes que empiezan a creer que las reglas son diferentes para ellos.      
Para algunos adultos que usan o abusan de los niños sexualmente es una conducta que ocurre una sola vez durante un período especialmente estresante, por ejemplo después de la pérdida de un matrimonio o un trabajo, una experiencia de bancarrota, la muerte de una pareja, de un amigo cercano o de un miembro de la familia.  Otras personas luchan de vez en cuando para contener su interés sexual en los niños, y por lo general tienen éxito, pero tienen fallas periódicas.  (El uso del alcohol y las drogas reduce la capacidad de controlar estos impulsos, aunque no causan la conducta.)  
A veces se presenta la oportunidad de tener relaciones sexuales con un niño y la persona (con el potencial de involucrarse en esa conducta) lo hace espontáneamente e impulsivamente.  Esto ocurre con algunos adolescentes, quienes están enfrentando deseos sexuales intensos, los cuales no se concentran en los niños, pero de repente abusan sexualmente de un niño menor o más vulnerable.   
Por último, y esto es sumamente importante, ninguno de estas posibles motivaciones (u otras) justifican el uso o abuso sexual de un niño.  Tampoco disminuye el impacto negativo que dicha experiencia pueda tener sobre una persona que ha sido usada o abusada sexualmente.

El Entendimiento y la Experiencia Actual de la Otra Persona

Si usted piensa hablar o enfrentarse con una persona que lo ha usado o abusado sexualmente, es importante entender dos cosas.  Es probable que la experiencia y entendimiento de esa persona sobre lo que pasó, tanto en aquel momento como  ahora,  sean muy diferentes a las suyas.  
Lo que para usted fue un hecho de mucho impacto que cambió su vida, para la otra persona pudo haber sido simplemente la satisfacción de una “necesidad” percibida en ese momento.  De hecho, es posible que esa persona ni se haya permitido creer, o ni siquiera pensar, que fue algo que lo  dañó a usted.  Hasta un asalto sádico (esto es cuando la otra persona siente placer al causarle dolor) tuvo más que ver con algo que pasaba en el interior de la otra persona que con algo relacionado a usted.  
Repetimos, aunque le parezca bien ver a la otra persona como alguien “completamente malvado,” las personas que hacen daño sexual a los niños son más complejas que eso.  Como todos los demás, tienen distintas ‘partes’ que emergen bajo distintas circunstancias, y algunas ‘partes’ son capaces de realizar acciones muy dañinas.  Todos pensamos a veces, “No puedo creer que hice esto,” u “Odio la parte de mí que hace esto, pero a veces no puedo dejar de hacerlo.”  Es casi igual para las personas que usan o abusan sexualmente de los niños, aunque por supuesto esto es más extremoso y dañino.  Por ejemplo, es posible que estén “disociando” la parte de su personalidad que quiere tener relaciones sexuales con niños, de las partes positivas que generalmente muestran al  mundo (que les permiten tener éxito en el trabajo y en algunas relaciones). 
Además, como todos, las personas que cometen acciones dañinas, y hasta violentas, quieren percibirse como buenas personas, o por lo menos “justificar”  lo que hicieron.  En muchos casos, se perciben como personas que son básicamente buenas, salvo su “parte mala” que los lleva a dañar a otras personas.    
Sin embargo, en casos extremos, una persona puede estar lo  suficientemente confundida y creer que su conducta dañina de alguna manera es buena.  Generalmente esto está basado en relaciones profundamente perturbadoras y traumáticas de su niñez, cuando  llegaron a creer que solamente existen dos tipos de personas – “las débiles y las fuertes,” “víctimas y perpetradores,” “los que agarran lo que quieren y los que pierden lo que tienen.”  Basado en estas experiencias, llegan a percibirse como personas que eligen las “cosas buenas” de una personalidad fuerte, dominante y que consigue lo que quiere.  Todavía llevan dentro de sí las emociones y las esperanzas del niño herido, pero su vulnerabilidad y su capacidad de amar han sido suprimidas por otras personas y por ellos mismos como una “estrategia de supervivencia” que termina por dañar tanto a ellos como a otras personas.      
Para poder eliminar las barreras normales externas e internas contra las relaciones sexuales con niños, muchas veces los adultos que usan o abusan sexualmente de los niños, desarrollan “racionalizaciones” elaboradas sobre su conducta. Hasta se convencen genuinamente que sus acciones son cariñosas y bien recibidas por los niños, y por lo tanto, son aceptables.     
En algunos casos, las personas que usan o abusan sexualmente de los niños tienen sentimientos verdaderamente positivos hacia el niño, incluyendo sentimientos de bondad.  Sin embargo, las fantasías, impulsos y conductas sexuales vienen de una parte diferente de su ser, una parte que tiene poca relación con el niño y el bienestar del niño, porque todo tiene que ver con la satisfacción de su propia “necesidad” compulsiva
En algunos casos, la persona es extremadamente inmadura, le da terror la intimidad emocional o sexual con adultos y no tiene la menor idea de como lograrla.  Quizás crean que los niños son más seguros y más “puros” emocional y sexualmente.  
Ninguna de estas circunstancias significa que estas personas no puedan distinguir entre lo que está bien y lo que está mal.  Después del hecho, si pueden desprenderse de sus racionalizaciones y de las defensas que no les permiten reconocer el daño que han hecho, sentirán un gran remordimiento por sus acciones.  Para otras personas, sus defensas están tan arraigadas que nunca pueden reconocer la verdad tan devastadora.   
A pesar de las razones, cada adulto que daña sexualmente a un niño tiene que rendir cuentas por el daño que ha causado.  Esto es cierto no solamente por el bien del niño que ha dañado (o el adulto en que el niño se ha convertido ) sino para proteger a otros niños que esta persona podría dañar en el futuro, quienes solamente estarán seguros cuando la persona puede superar la posibilidad de dañar a otros niños.  Por último, rendir cuentas es necesario para el bienestar de la misma persona, porque nunca es bueno que use o abuse sexualmente de un niño, y que no acepte lo que hizo y no encuentre una sanación real.

Los Niños y los Jóvenes que Usan o Abusan Sexualmente de Otros Niños 

Un gran porcentaje de todas las interacciones sexuales dañinas con niños son cometidas por otros niños y adolescentes.  Algunas investigaciones indican que es el 40 por ciento o más.  
La mayoría de los niños que usan o abusan sexualmente a otros niños están,  en parte reaccionando a sus propias experiencias de abuso físico, sexual o emocional.  También, como niños y jóvenes sin el conocimiento o capacidad cognitiva de los adultos, no pueden entender plenamente el impacto de lo que han experimentado, mucho menos lo que le han hecho a otro niño.  Algunos son demasiado jóvenes para entender plenamente la diferencia entre lo que está bien y lo que está mal.  
Sin embargo, es importante enfatizar que aún cuando un niño mayor no entiende los efectos de sus acciones, el uso o abuso sexual de un niño y la traición de la confianza de ese niño puede tener un impacto profundo en la vida del niño.  
Si usted se pregunta cual conducta sexual en los niños es apropiada y cual es preocupante, recomendamos el folleto (la siguiente información solamente está disponible en inglés)  Understanding children’s sexual behaviors: What’s natural and healthy, por Dr. Toni Cavanagh Johnson. Son solamente 26 páginas, está escrito en un lenguaje sencillo para padres (y educadores, etc.) y es barato ($2.50). Lo puede ordenar aquí. Vea también (la siguiente información solamente está disponible en inglés), Do Children Sexually Abuse Other Children, una guía gratis disponible en línea escrita por (la siguiente información solamente está disponible en inglés) Stop It Now.


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