lunes, 26 de octubre de 2009

EL GRAN DESAFIO ES ATREVERSE.


El abuso sexual infantil (ASI) es uno de los aspectos más dolorosos en lo que respecta a vulneración de derechos de niñas, niños y adolescentes.

Es evidente que en todo el espectro del desempeño profesional se ha avanzado en la consideración y el debate de esta temática y por la publicidad dada a esta tipo de hechos se logro una mayor sensibilidad social, sin embargo la detección y asistencia se realizan aún hoy en un marco de prejuicio y desconocimiento.


La experiencia clínica y diversas investigaciones muestran que los autores de los abusos son, en más de un 80% de los casos, adultos conocidos de la víctima y en su mayoría, miembros de la familia.Si bien es fácil explicarle a un niño/a que debe desconfiar de personas extrañas, es mucho más difícil cuando lo que se le debe explicar es que debe estar atento y ser crítico hacia el mundo adulto en general y los miembros de su familia en particular. Esto produce una gran confusión y sentimiento de desprotección.

El abusador sabe que esta transgrediendo y se protege como todos los delincuentes para no ser descubierto. Su alternativa es imponer la "ley del silencio". La víctima, al ser un menor, inmaduro y dependiente, a merced del adulto que tiene una posición de poder o autoridad sobre él, queda indefenso ante esta situación, termina aceptando y adaptándose a ella para sobrevivir, esto se denomina "acomodamiento de la víctima".

Es para destacar que este fenómeno atraviesa todos los estratos sociales, económicos y culturales, como dice la doctora Intebi, ocurre "en las mejores familias".Hay que tener en cuenta que los que los niños/as tienden a ocultar los hechos por vergüenza, sentimiento de culpa, amenazas de castigo o el miedo a no ser creídos, lo que contribuye a que el abuso siga manteniéndose en un hermetismo difícil de develar, por eso cuando un niño/a relata, siempre hay que creerle.


¿Qué se debe hacer si se sospecha o se conoce un caso de ASI?

Tener en cuenta que nunca se debe trabajar solo, hay que denunciar siempre, el silencio sólo protege al abusador.Es de vital importancia como medida preventiva, la educación sexual desde temprana edad,el conocimiento del cuerpo y el concepto de lo que es intimo, privado.Hay mucho por hacer, recién la sociedad esta tomando conciencia. En un tema en el que no se puede andar con posturas tibias, no no debemos perder de vista que los únicos que no tienen voz propia son las víctimas.Todo lo que podamos hacer desde nuestros lugares de trabajo, desde nuestros hogares, por poco que parezca, significará un gran avance en esta lucha por los derechos de nuestros niños y niñas.


El gran desafío de Atreverse es arriesgarse a decir o hacer algo, y cuando de abuso sexual infantil hablamos es arriesgarse a ir del silencio al grito. El abuso sexual infantil es un delito que se produce puertas adentro, en el marco de una relación de poder, de confianza, donde quien abusa en general tiene un deber de cuidado y de protección, por ello es posible el engaño y el abuso propiamente dicho.En el abuso el adulto usa a los niños, niñas y/o adolescentes, no respetando sus intereses, la propiedad de sus propios cuerpos, sus necesidades y derechos, sometiéndolos para su propia satisfacción sexual.

El abuso sexual infantil incluye: llamadas telefónicas obscenas, imágenes pornográficas, ofensa al pudor, contactos sexuales, manoseos, violación, incesto, voyeurismo y/o prostitución del niño.

Los niños, por su condición de tales, no pueden dar su consentimiento, por ello se convierten en víctimas, no pueden darse cuenta de que esta experiencia no es normal.

El abuso sexual es un problema innegable que provoca hondas repercusiones, en las víctimas y en su entorno afectivo; es un daño que se proyecta en su vida futura, humilla, quita la esperanza, la autoestima, la proyección de futuro.

Si bien muchas víctimas desarrollan conductas que les permiten vivir sin presentar serios trastornos, ello no significa que las situaciones traumáticas vividas se olviden.

Por ello es necesario acompañar y atender la crisis familiar que se produce cuando se rompe el secreto, desde el trabajo en equipo e interinstitucional en red, sumándose la intervención legal que juega un rol reparador para las víctimas. No hay posibilidad de cura sin justicia. La sanción social civilizada ayuda en la reconstitución psíquica de la víctima.Atreverse también es creerles, y éste es el primer paso protector y reparador. Esta es una responsabilidad de todos como integrantes de la sociedad y garantes de los derechos de los niños. ¿Seremos capaces de esto? ¿Nos atreveremos?


Hay maestras que enseñan a leer, a escribir, promueven valores, hacen bandera de la vida en familia, y tantas otras cosas que a diario proponen en sus aulas; pero también hay docentes que descubren cambios de hábitos en el comportamiento de sus alumnos.

Y hasta son las primeras en ver las marcas que deja en sus cuerpitos el abuso sexual al que son sometidos muchos de los niños.

También hay "seños" a las que les ha tocado oír de la boca algún alumno/a como es que el "novio de su mamá" se toca las partes íntimas mientras los observa, estando su madre dormida.

Las anécdotas están "suavizadas" con el fin hacer circular información que está cerrada bajo siete llaves y que hemos considerado importante compartir con el fin de quitarle velos a un tema que todavía los tiene, pero que ha comenzado a recoger los frutos de ir quitándolos, a medida que se los denuncia, se castigue a los culpables, como así también se asista a las víctimas y a su familia.

Este desgraciado y criminal fenómeno no es exclusivo de ninguna clase social, lo saben quienes tratan a diario con un cúmulo de información discrecional que les permite asegurar que no han faltado casos de abusos escalonados -por ejemplo- de un progenitor de "familia bien" con tres de sus descendientes.


La angustia que provoca en las víctimas este tipo de acontecimientos que suele ser soportado por largos años, cuenta en ciertas ocasiones con conflictos de credibilidad.


Entre ellos, las estadísticas demuestran que un 95% de los abusos denunciados, tienen como imputados a personas del entorno intrafamiliar. Allí se ubican padres, padrastros o "el novio de la madre", "tíos", y hasta "amigos de la familia".


Situación y estadística"Hay más casos, más información que le llega a la sociedad y más denuncias. Son todos abusos que van desde un manoseo hasta la penetración, todos son horrendos", subraya un profesional encargado de tratar diariamente con el tema, pero que no tiene autorización para hablar sobre el mismo, desde que cambiaron las reglas para la Justicia de menores.

Por propia decisión de la víctima, o una mirada aguda del docente a su cargo que nota cambios en el comportamiento o actitudes determinadas del menor en cuestión, se da lugar a un trabajo extraoficial que desemboca en el develamiento tan temido.


Asimismo sostienen que el papel de la prensa en poner en consideración de la opinión pública este tipo de problemáticas, ayuda a que la gente se anime a contarlo, y también se transforme en otra forma de poder fomentar el valor de la denuncia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La víctima siempre es el niño/a y el verdugo el abusador y los demás que callan sabiendo lo que ocurre no importa quienes sean, su familía, profesores etc...cualquiera que sabe esto y no lo denuncia pasa a ser un verdugo más, lo que el niño no dice muchas veces por la boca sale por el cuerpo, sus gestos, el retrarse, la tristeza incluso enfermedades y muchos otros síntomas lo estan gritando aunque no se diga por que no se puede decir, una vez yo le decía a mi psicóloga "si alguien me hubiera dado la mano cuando era una adolescente lo más seguro es que huviera hablado en ese momento" pero nadie me dió la mano y calle hasta que me vi segura para poder hablar, si al niño se le da seguridad y apoyo y no se le hace volver con sus verdugos el niño dice lo que le están haciendo, pero si tiene miedo no dira nada y cuando hable sera un adulto, habran pasado muchos años, el delito habra prescrito y el criminal seguirá suelto ¿esto es justo?