ARGENTINA
La semana pasada se dieron a conocer varias sentencias a
personas encontradas autoras penalmente responsables del delito de abuso sexual
en los que las víctimas son niños y niñas.
En ese momento se abrió la discusión
social sobre si estas personas pueden regenerarse y reinsertarse en la sociedad.
Además se puso en tela de juicio si las penas previstas realmente ayudan a
apaciguar el dolor y el daño de por vida de la víctima.
Una de cada cuatro
mujeres de 24 años, uno de cada cinco varones de más de 24 años han pasado por
una experiencia de abuso sexual de alguna forma, es decir, que una quinta parte
de la población de adultos tiene en su memoria la experiencia de haber sido
víctima de abuso, cuanto más se hable; más posibilidades hay de
superarlo.
Más adelante Spaccarotella
indicó que a su parecer “no es correcto hablar de una víctima de abuso sexual;
una persona es víctima cuando se mantiene en un lugar esperando que los demás
contemplen hasta con lástima mi posición de haber pasado por eso; creo que
cuando uno puede entender lo que le pasó, ponerle nombre y apellido y decir yo
pasé por esto, sacarlo a la luz y romper ese pacto de silencio que se genera
siempre; para empezar a hablarlo buscando ayuda profesional, psicológica,
espiritual, del tipo que fuera y compartirlo con otros; uno va asumiendo lo que
le tocó vivir. En mi caso es este trauma, en otros casos será una separación de
los padres, en otros será el abandono, el maltrato físico y uno al asumir esa
realidad, poder buscar ayuda y soluciones lo que hace es dejar de ser una
víctima para convertirse en un sobreviviente”.
Héctor siguió relatando su
historia desde el lugar de sobreviviente y por eso “hablo con otras personas que
han pasado por lo mismo y que lo guardan en su silencio. Viven situaciones,
secuelas, fracasos matrimoniales, intentos de suicidio, problemas de ansiedad,
enfermedades raras que nunca se encuentran pero que son secuelas permanentes
luego de un abuso”.
Al ser consultado sobre cómo borrar este tipo de hechos,
Spaccarotella indicó que “si yo me lastimo tengo una herida sangrante, mientras
yo no la vea y no la trate va a seguir sangrando y doliendo; si yo la trato y le
doy la atención médica necesaria, esa herida se convierte en una cicatriz que me
queda para toda la vida, pero que ya no duele. A uno le recuerda lo que ha
vivido pero no duele más. Para el caso de abusos es posible superarlo”. Además
haciendo referencia a la cuestión generacional o de época, indicó que “hace 20 ó
30 años era muy difícil hablar de estas cosas, porque se exponía a contar este
tipo de cosas incluso ante un profesional. Antes se pensaba que los demás podían
pensar que uno era homosexual, o que tenía la culpa porque no me escapé porque
no salí corriendo, porque permití que eso pasara. Ahora la situación no es así,
ahora se habla de esto y tenemos que aprovecharlo”.
LAS REDES
SOCIALES
Héctor Spaccarotella hizo público su caso la semana pasada en el
Facebook. Eso provocó un click en mucha gente que se animó a contar lo que le
había pasado hace tiempo. Además habló del ejemplo que se muestra en la película
“El Príncipe de las Mareas” donde se grafica el abuso sexual a los hombres y que
desató una oleada en la gente que se animó a contar lo que le había pasado. “El
testimonio del personaje del Príncipe de las Mareas es importante, porque es
varón, pero es importante además porque pasa algo en ese personaje que en mi
caso pasó también”, al tiempo que agregó que “la experiencia del trauma del
abuso es tan doloroso para la mente del niño que en muchos casos se borra
completamente la situación, mentalmente desaparece de la parte consciente de uno
porque es tan doloroso que termina pasando al olvido”.
“Es como un sistema de
autoprotección del cerebro que en algunos casos, yo diría que en el mejor de los
casos, como el mío, que hasta que no tuve ayuda profesional esto no salió a la
luz nuevamente. Quedó en el olvido por más de 40 años en mi caso, pero hay otras
situaciones y he tratado muchos casos donde el trauma termina yéndose y aparece
la esquizofrenia, problemas donde la persona se aparta de la realidad justamente
porque es dolorosísimo para ese niño, no lo soporta y la mente se va a otra
realidad”, dijo Spaccarotella.
“Lo más valioso que están haciendo los medios
de comunicación hoy es hablar de estos casos, sacar las cosas a la luz y hablar
porque una de cada cuatro mujeres de 24 años, uno de la cinco varones de más de
24 años han pasado por una experiencia de abuso sexual de alguna forma, es
decir, que una quinta parte de la población de adultos de la Argentina tiene en
su memoria la experiencia de haber sido víctima de abuso, cuanto más se hable
más posibilidades hay de superar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario