El amor propio es la base emocional para la salud mental. La baja autoestima está asociada a la mayoría de problemas emocionales.
Algunos jóvenes con deficiencia en su amor propio, pueden demostrar conductas preocupantes que confunden y alarman a los padres de familia quienes desean que sus hijos superen los retos de la adolescencia.¿Pero cuáles son las señales que indican que nuestros hijos tienen baja autoestima?, revisemos algunos puntos que pueden indicar la existencia de este problema:
- El joven se siente incapaz de realizar alguna tarea específica y se frustra constantemente cuando lo intenta. El mensaje que le da al mundo es “yo no puedo lograrlo”. Sufre por detalles insignificantes.
- Se siente inseguro con respecto a su cuerpo. Se mira al espejo y no se considera atractivo. Nota defectos que pueden ser irrelevantes. No acepta elogios.
- Constantemente sus afirmaciones tienen un contenido negativo. Todo lo que le sucede es malo y no reconoce las bondades de experiencias simples. Puede también manifestar que “nadie lo quiere” o que “la vida es un asco”
- Algunos jóvenes tienden a estar solos escondiéndose de los demás. Les cuesta tener una conversación sin apenarse. No miran a los ojos cuando se les habla.
- Les cuesta decir “No”. En oportunidades permiten que sus amigos y conocidos los agredan. Aceptan situaciones con las que no se sientes cómodos. No se dan a respetar.
- Manifiestan problemas de conducta, consumo de drogas, trastornos de alimentación, autoagresiones entre otros muchos problemas asociados a la depresión.
¿Pero qué puede hacer un padre para ayudar a su hijo?, la respuesta está en el reconocimiento, la buena comunicación y el amor. A veces los padres mandan mensajes que generan baja autoestima.
Cuando los sobreprotegemos, les decimos que no son capaces de afrontar el mundo. Si los regañamos en exceso y resaltamos sus defectos, pensaran que son malos. Si no les manifestamos amor, ellos pueden sentir que no son dignos de afecto.
Mi recomendación a los padres es que busquen espacios de comunicación donde exista reconocimiento de los aspectos buenos que tiene su hijo. Conozca a su hijo, hablen con él (o ella) y profundicen en sus deseos, en sus expectativas. Ayúdenles a entender que pueden lograr todo lo que se propongan si trabajan en ello. Las normas en casa, deben complementarse con amor y comunicación. Si el problema es de difícil manejo puede buscar ayuda profesional que le apoye, pero recuerde, usted como padre puede lograr que su hijo se sienta especial, valioso y seguro.
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