Desde que supe que estaba embarazada, una de las cosas a la cual me acostumbre fue estar un paso adelante en todo, leer muchos temas de maternidad y educación infantil es hoy día la clave para ser mejor madre. En el artículo de hoy tocaremos un tema que no escapa de nuestra realidad diaria, como madres debemos siempre estar alerta y prevenir este tipo de situaciones como lo es el abuso sexual infantil, se sabe que un niño abusado jamás vuelve a ser el mismo, estos hechos marcan toda su vida y lo más lamentable es que en la mayoría de los casos no son hechos aislados a tu grupo familiar o entorno social en el cual te relacionas.
Es por ello que en todo “la prevención” juega un papel importante para nosotras que somos madres y que siempre queremos el bienestar para nuestros pequeños, la comunicación es esencial para transmitir ese mensaje de educación y enseñanza en cada etapa por la cual pasa tú hijo o hija.
Si bien es cierto que nos gustaría pasar todo el tiempo con nuestros niños y cumplir ese rol las 24 horas del día los 7 días de la semana, sabemos que esto no es posible, con lo exigente que esta la vida y su costo debemos como madres desarrollarnos en todos los ámbitos. Sin embargo la responsabilidad que recae sobre nosotros como padres es única y exclusiva, por lo tanto asegurarnos de saber dónde están nuestros hijos, con quién está y qué hacen nuestros pequeños es deber de todo padre.
Como madre de una niña de 5 años un consejo que les puedo dar es conocer, analizar y evaluar bien a esa persona que será “Cuidador de tu hijo” y a la menor duda que tengas sobre esta persona sin pensarlo cambia o evalúa la posibilidad de ingresarlo a un day care o institución de cuidados de niños, recuerda que nuestro sexto sentido de mujer se desarrolla más cuando nos convertimos en madres.
Presta mucha atención ya que consultamos con nuestro equipo de expertos de Buenos Días y te traemos los puntos claves que debes tocar durante el desarrollo de tu pequeño. Hablar sin pena y tabú es lo más importante, llamarle a cada órgano por su nombre y dejar de estar inventando diminutivos es el primer paso que debemos dar.
Ahora presta mucha atención a lo siguiente.
Las estrategias de autocuidado son inculcadas de manera paulatina, de acuerdo a la edad del niño. Es así como la prevención parte en fases muy iniciales del desarrollo, recomendándose que ya al año y medio, se comience a enseñar al niño o niña las partes del cuerpo, con sus nombres reales.
Entre los 3 y los 5 años, a esta edad se empieza a educar a los niños sobre
cuáles son sus partes privadas. Nuestra Psicóloga experta en estos temas nos señala que una buena forma de hacerlo es mostrándole que todo aquello que cubre el traje de baño (de dos piezas en niñas) constituyen partes privadas que no pueden ser tocadas por otras personas aparte de los padres.
Aquí en este punto yo como periodista escritora hago un alto y es que cada madre tiene su forma de educar y su librito propio, sin embargo en mi caso yo le he dicho a mi niña que sólo mamá puede tocar su vulva para bañarla y ya mi hija en la edad de 5 años sabe cómo lavarse bien sus partes íntimas.
Esto, lamentablemente no protege a los niños de los abusos perpetrados por los mismos padres, pero ya al menos se disminuye en gran medida el riesgo. Nuevamente, es relevante que se enseñe a los niños el nombre verdadero de cada parte privada, intentando hacerlo de manera natural, sin incomodarse al llamar al pene, pene y a la vagina, vagina. Al darles otros nombres, estamos facilitando la creación de tabúes sexuales, que poco contribuyen al sano desarrollo psicosexual del niño.
Entre los 5 y los 8 años de edad, ya se debe orientar a los niños, del mismo modo en que se les instruye a cruzar la calle con seguridad, acerca de cuáles son las normas de cuidado que deben tener fuera de la casa. Esto es, no hablar con extraños, no aceptar dinero o favores de personas desconocidas, no permitir que nadie los toque ni mire de una forma molesta, etc. A esta edad ya se les debe explicar cuál es la diferencia entre un cariño bueno y otro inadecuado, alentándolos a decir NO cuando alguna situación los incomode, a pesar que se trate de personas cercanas. Ellos deben tener claro que no están obligados a mantener un contacto físico estrecho ni responder a las demandas de besos y abrazos de los adultos, por más cercanos y queridos que ellos sean. Es bueno alentar a los niños a hablar de situaciones que les hayan parecido extrañas o les hayan dado miedo. Todo esto en un marco de naturalidad que haga que la conversación no sea amenazante.
A esta edad a las niñas usted debe vestirlas como tal, son niñas que quieren vestirse con sus trajes de princesa, sus ganchos y cintas en el cabello, a veces nosotras como madres caemos en el error de vestirlas como señoritas, les ponemos zapatos de plataforma o tacones, esto es un daño que se la hace a la niña que desde pequeña se le enseña a ser sexi y sexual, que para impactar debe montarse en tacones y lucir vestidos cortos.
Entre los 8 y los 12 años ya se debe comenzar a enseñar más acerca de la seguridad personal, pues esta edad coincide en muchos casos con cambios tales como, que el niño comience a viajar solo entre el colegio y la casa. Es importante que el niño sepa cómo proceder en caso de verse expuesto a una situación peligrosa o desagradable de este tipo. Dejar en claro que si esto sucede, lo ideal es que pidan ayuda a otro adulto, llamen la atención o griten para que el resto de las personas se den cuenta de lo que está pasando y así puedan, de alguna manera, protegerlo. A esta edad también se comienza a conversar acerca de las normas de conducta sexual o de las costumbres y consideraciones que tiene la familia con respecto al sexo.
Finalmente, entre los 13 y los 18 años, ya se puede enfatizar aún más la seguridad personal, introduciendo temas tales como el abuso sexual, las enfermedades de transmisión sexual y el embarazo no deseado.
Es muy importante que los padres hablen con toda naturalidad de estos temas, respetando los tiempos del niño, de modo que en cada etapa maneje información suficiente para poder cuidarse, sin inocularle temor ni angustia respecto al tema, pues lo que se busca, netamente, es que ellos cuenten con herramientas que les permitan protegerse del abuso.
Es necesario que en algún momento o etapa, de acuerdo a la madurez emocional del niño, pueda hablárseles de la existencia de abusos sexuales y de cómo éstos pueden ser prevenidos. Se les debe inculcar desde pequeños la privacidad de su cuerpo, en términos de que nadie puede tocarlo o mirarlo de un modo desagradable, haciendo hincapié en que ellos siempre pueden negarse. Y, por sobre todo, es necesario que desde pequeños se les haga saber que pueden confiar en sus padres, que ellos le van a creer y que lo protegerán, explicándoles que los abusadores intentan intimidar a los niños para que guarden el hecho en secreto. Ellos deben tener claro que ese tipo de secretos no deben ser guardados, por más que se lo pidan otros adultos o los amenacen abiertamente.
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