El Arzobispo de Melbourne (Australia), Mons. Peter Comensoli, afirmó que preferirá ir a la cárcel antes que romper el secreto confesión, así lo anunció luego de que se presentó un nuevo proyecto de ley que obligaría a los sacerdotes del Estado de Victoria a reportar sospechas de abuso sexual infantil después de impartir el sacramento de la Confesión.
“Personalmente, guardaré el secreto”, respondió el Arzobispo a ABC Radio Melbourne este miércoles 14 de agosto cuando se le preguntó si estaría dispuesto a quebrantar el sacramento. Inmediatamente después, ante la pregunta de si estaba preparado para ir a la cárcel, dijo: “Diré, en mi caso, que sí”.
El miércoles 14, en horas de la mañana, el Parlamento de Victoria propuso el proyecto de ley que incluiría a los sacerdotes en las leyes de denuncia obligatoria en casos de abuso sexual infantil, sin ninguna excepción, inclusive para quienes imparten el sacramento de la Reconciliación.
Esta lista de “denuncia obligatoria” incluía a maestros, policías, médicos, enfermeras, consejeros escolares, trabajadores de la primera infancia y de justicia juvenil entre otros.
Mons. Comensoli dijo durante la entrevista que no consideraba como “mutuamente excluyentes” los principios de denunciar el abuso infantil y con el principio de respetar el sigilo sacramental.
“Sostengo el principio de informes obligatorios. También me aferro al principio del secreto de la confesión. Mi propia posición es que no veo eso como mutuamente excluyente”, expresó.
En ese sentido, dijo que alentaría a alguien que admitió haber abusado sexualmente de otra persona para que lo cuente a la policía o la autoridad competente.
Además, alentaría a la persona que confesó el abuso a repetir la revelación nuevamente, pero esta vez fuera del contexto de la confesión, donde el secreto de confesión no se aplicaría y sería libre de denunciar ante la policía.
No obstante, dijo que si la persona que se está confesando se negara a hacer eso, entonces él no rompería el secreto confesional.
En 2017, la Comisión Real de Respuestas Institucionales al Abuso Sexual Infantil pidió la abolición del sigilo sacramental como uno de los 85 cambios sugeridos para prevenir aún más el abuso infantil.
“La confesión en la Iglesia Católica es un encuentro espiritual con Dios a través del sacerdote”, dijo el entonces Arzobispo de Melbourne, Mons, Denis J. Hart, en una declaración de agosto de 2017 que respondía la recomendación.
Mons. Hart, quien era el presidente de la Conferencia Episcopal de Australia en ese momento, dijo que la confesión “es una parte fundamental de la libertad religiosa y está reconocida en la ley de Australia y muchos otros países”.
“Debe permanecer así, aquí en Australia. Fuera de esto, todos los delitos contra los niños deben ser denunciados a las autoridades, y estamos absolutamente comprometidos a hacerlo”, dijo.
En 2004, el sacerdote australiano P. Michael McCardle escribió en una declaración jurada que había confesado el delito de abuso infantil 1.500 veces a 30 sacerdotes durante un período de 25 años. El presbítero dijo que recibió instrucciones de “orar más”. Finalmente fue sentenciado a seis años de prisión después de ser declarado culpable de 60 cargos relacionados con abusos.
Los defensores los derechos de los niños han citado los crímenes de McArdle y sus repetidas confesiones a los sacerdotes como justificación para terminar con el sigilo sacramental.
Mons. Comensoli dijo el miércoles que las confesiones de abuso sexual en el confesionario son “profundamente raras” y que la mayoría de las confesiones se hacen de forma anónima.
El Arzobispo de Melbourne dijo que otras recomendaciones de la Comisión Real australiana, como la supervisión y la capacitación continua para reconocer y prevenir el abuso, eran “mucho más importantes” que los llamados a violar el secreto de confesión.
“Creo que todo este tipo de cosas tienen mucho más que ver con la protección de los niños y son mejores a nivel práctico que esta cosa en particular. Sin embargo, esta cosa en particular se ha convertido en casi todo, y creo que es una pena”, dijo Mons. Comensoli.
La Constitución de Australia establece que “la Commonwealth no promulgará ninguna ley para establecer una religión, imponer ninguna observancia religiosa o prohibir el libre ejercicio de ninguna religión”.
Los esfuerzos en otros países para obligar al clero a violar el secreto de confesión no han prosperado.
Lo que dice el derecho canónico
El Código de Derecho Canónico que rige a la Iglesia Católica señala que “el sigilo sacramental es inviolable; por lo cual está terminantemente prohibido al confesor descubrir al penitente, de palabra o de cualquier otro modo, y por ningún motivo”.
Además “está terminantemente prohibido al confesor hacer uso, con perjuicio del penitente, de los conocimientos adquiridos en la confesión, aunque no haya peligro alguno de revelación”.
Un sacerdote confesor que “viola directamente el sigilo sacramental, incurre en excomunión latae sententiae (automática) reservada a la Sede Apostólica”, que solo puede ser levantada por el Papa.
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