sábado, 20 de noviembre de 2010

Depresión:Comprendiendo al sobreviviente

La depresión crónica es una de las quejas más comunes referida por los sobrevivientes de abuso sexual. Esta es una depresión prolongada que dura dos semanas o más y que incluye signos físicos significativos; entre ellos, fatiga constante, dolores injustificados, cambios en el apetito o en los hábitos de sueño, incapacidad para relajarse y lentitud al hablar o al moverse. Los patrones de pensamiento son confusos y perturbadores, mostrando una incapacidad para concentrarse o interesarse en cualquier cosa, a menudo con pensamientos intrusivos de suicidio. Las emociones en la depresión crónica son abrumadoras, desesperanzadas; con sentimientos de minusvalía, sentimientos destructivos de culpar, vergüenza, ausencia de placer y abandono personal.

Cerca de la mitad de los sobrevivientes con depresión se quejan de los síntomas físicos más que de los emocionales. Ellos con frecuencia se quejan de dolores de cabeza, insomnio, anorexia, estreñimiento, fatiga crónica; empero no dicen nada acerca de la tristeza, desesperanza o desánimo. Algunos sobrevivientes con depresión parecen no estar conscientes de su depresión. Dolor crónico, pérdida o aumento de peso, disminución del deseo sexual son también síntomas clásicos. Otras quejas comunes son retraimiento, hiperactividad, dolores musculares o corporales, sentimientos de culpa, sensación de no valer nada, falta de alegría, ansiedad, falta de energía y baja autoestima.

Los sentimientos de culpa son una condición proclive a la depresión que resulta cuando el sobreviviente es acusado de provocar el abuso sexual. Ser tratado como chivo expiatorio hace que los sobrevivientes se sientan que nunca podrán hacer nada bien. Como adultos, los chivos expiatorios se vuelven depresivos y asumen que son responsables por cada infortunio estén realmente cometiendo una falta o no. Los sobrevivientes con frecuencia se visualizan a sí mismos como productos dañados que no merecen ser felices, tener alegría o éxito en la vida. Cualquier infortunio que ocurra simplemente confirma su punto de vista negativo sobre sí mismos y profundiza su espiral depresiva.

Los sobreviviente sienten alivio al encontrar a una persona empática en quien confiar. Las parejas pueden estar disponibles para esta función. Permitir a los sobrevivientes poner sus sentimientos en palabras es un proceso curativo que previene la defensa mental de negar la realidad del problema. Una pareja que no juzga puede proporcionar una respuesta objetiva o una perspectiva distinta. Esto ayuda a los sobrevivientes a darse cuando su pensamiento se está desviando para mal y enfocarse en un problema a la vez. Después de varias conversaciones la pareja puede ofrecer algunas metas de corto plazo o sugerir algunos pasos que el sobreviviente puede dar para recuperarse de la situación. Las parejas que comporten sus propias experiencias en las que han experimentado fortaleza y esperanza, pueden contribuir con ejemplos de valor y fortaleza, para que los sobrevivientes se levanten de la depresión.




Tomado de Ghosts in the bedroom [Fantasmas en la habitación. Una guía para parejas de sobrevivientes de incesto] por Ken Graber.

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