Menores, trata de personas, abuso sexual, extorsión, secuestro e incluso al abuso por parte del crimen organizado, son ilícitos a los que se exponen miles de jóvenes de la entidad que a diario comparten su información personal en las redes sociales. Facebook, Twitter, YouTube y Hi5, entre otras, conforme a organismos internacionales son las páginas donde se corren los mayores riesgos por causa de que su popularidad representa un atractivo para la comisión de ilícitos en perjuicio de la integridad física y moral de los usuarios.
El riesgo de contacto con extraños en la red es quizá el más preocupante, ya que es a través de éste que los niños pueden ser extorsionados, engañados, abusados o bien secuestrados por miembros del crimen organizado. Las estadísticas de la Alianza por la Seguridad en Internet muestran que los jóvenes tienen prácticas que los exponen a estos peligros: 12% expresó hablar de sexo con personas que no conocen, a través de Internet, 11.6% se ha enamorado de alguien que no conoce y 44.2% se ha encontrado en el mundo real con alguien que conoció por Internet.
De acuerdo a la Secretaría de Seguridad Pública Federal existen unos diecisiete delitos cibernéticos entre los que destacan: el fraude electrónico, el robo de identidad, amenazas, venta de arte sacro, entre otros, pero los que afectan a menores son específicamente los relacionados con la pornografía infantil, turismo sexual, lenocinio, tráfico de menores y el "Grooming".
Un 43% de los ilícitos fueron ataque a sitios de Internet o el denominado "Hacking", 23% correspondieron denuncias por la venta de inhibidores de toxinas, 22% por la venta de drogas, 5% por la venta de armas y otro porcentaje similar estuvo relacionado al Cyberterrorismo; aunque las denuncias van desde amenazas a través de la red social y difamación hasta llegar a casos de pornografía infantil y pederastia. Sólo en México se tiene estimado que hay veinte millones usuarios de la red social Facebook, que ofrece la facilidad de acceder y transmitir cualquier tipo de información de carácter personal, aunque impidiendo el impacto real de los mensajes en los receptores gracias a la posibilidad del anonimato y entrar a la vida de los otros, aun sin conocer a los propietarios de las páginas colmadas de fotos e información relacionada a las actividades de las personas, lo que facilita sobremanera su localización.
Y es que mientras las personas se esmeran en compartir la mayor cantidad de información entre un número cada vez más grande de "amigos", mayores son los elementos que el crimen organizado tiene para cometer un ilícito en perjuicio de la persona tras el monitor. Entre los 20 millones de usuarios de las redes sociales en este país se estima que al menos 80% son personas jóvenes, adolescentes y menores de edad. Y es que conforme al mercadeo estos sitios en Internet la adopción de las redes sociales es proporcional a la edad puesto que mientras más se acumulan los años, hay menor interés por utilizarlas.
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