CHILE:
Desde hace dos semanas, la coyuntura noticiosa nacional ha estado marcada por denuncias de abusos sexuales a menores. En consideración de ello y en vista de que este 24 de junio quienes tienen esta parafilia “celebran” el Día del Orgullo Pedófilo, diario El Rancagüino consultó con especialistas en la materia, acerca de cómo encarar esta problemática no sólo cuando se sospecha que niños han sido vulnerados. También para prevenir este tipo de situaciones.
En el caso de ya estar pensando que un menor ha sido transgredido en el ámbito sexual, Margarita Rojo, psicóloga forense de la PDI experta en delitos sexuales, aclara que es relevante distinguir entre indicadores indirectos e indirectos de estas vulneraciones.
Los primeros “también pueden estar asociados a otros cuadros clínicos, como que el niño tenga pesadillas, pierda el control del esfínter o cambie de ánimo. Puedes encontrar esto cuando sufre de bullying, está ansioso o depresivo. Pero los indicadores directos son, por ejemplo, que los menores presenten conductas sexualizadas reiterativas y no acordes a su edad”, explica la experta.
Al mismo tiempo agrega que estas actitudes se refieren a abusos sexuales, especialmente cuando se trata de niños pequeños o pre escolares, por cuanto “tienen a repetir e imitar lo que un adulto le ha hecho” en un contexto de transgresión de tipo erótica.
Respecto a los niños mayores, Rojo indica que “empiezan con cambios de ánimo. Lo más tímidos pueden tener conductas más agresivas o descontextualizadas”. Sin embargo, vuelve a afirmar que este tipo de actitudes son signos indirectos. De igual modo, es significativa la manera de tratarlos a la hora de hacerles consultas. “Es muy importante realizar preguntas abiertas, no cerradas ni sugestivas. Decir, “cuéntame, ¿y esto? ¿lo viste? ¿Donde lo aprendiste?”.
La psicóloga explica que estas consultas dan pie para conversar con los hijos, restando presión a los pequeños. “Es muy importante que los padres estén tranquilos, no transmitiendo ansiedad a los niños”, añade. Posteriormente, el paso a seguir es ir a la PDI. “Ésta generalmente cuenta con psicólogos o policías expertos para tomar relato”. Así, la madre puede explicar y los policías desestimar o confirmar el abuso e iniciar una investigación.
Junto con ello, la especialista recomienda que los niños sean tratados por psicólogos expertos en el área de los delitos sexuales con el fin de poder superar estas situaciones. Este periodo duraría entre uno o dos años. “Va a depender también la estructura de personalidad previa del menor, porque si ésta es fuerte o tiene un buen nivel de desarrollo probablemente salga más rápido que un niño tímido”.
No obstante, la experta de la PDI aclara que generalmente estos agresores sexuales buscan niños vulnerables, ya sea en el ámbito emocional, económico o social. De ahí que Amalia Pavez, psicóloga que trabaja con menores, enfatice que la prevención de este tipo de delitos pasa por la comunicación que los infantes tengan con sus padres. “En la educación y formación acerca de cómo se dan las relaciones con las personas”.
En esta línea, cabe poner atención y dar confianza para que cuenten sus inquietudes tanto en cosas grandes como pequeñas. En esto no deben ser sancionados o criticados; “sino reforzados a contar”, agrega.
Además, indica que para superar el abuso “el entorno no debe estar constantemente hablando del tema. En ocasiones uno observa que es asunto de conversación en actividades familiares, no dando importancia a si el niño está presente o no. Esto impide continuar con una vida normal”.
Igualmente aclara que es relevante que los padres no utilicen delante de los menores frases como “le embarró toda su vida”. A juicio de Pavez “esto puede generar un trauma que no está” e indica: “los niños están comenzando su vida y pueden superar dificultades con muchos más recursos de los que los adultos suponen”.
CARACTERÍSTICAS DE LOS ABUSADORES
Se habla de pedófilos, pederastas, violadores, de distintos tipos de agresores sexuales. Es por ello que para Margarita Rojo es significativo establecer las diferencias: “La pedofilia es una parafilia en la cual el sujeto tiene una orientación fundamental por los niños, buscando abusar a la mayor cantidad de estos. Por eso ingresan a lugares donde hay muchos”.
Respecto a los pederastas, aclara que estos son quienes llevan a cabo sus fantasías, pasando a la acción. “Buscan nichos y por esto muchas veces son encontrados en colegios de lenguaje, lugares donde hay niños con vulneraciones emocionales, están solos, con padres ausentes o que ellos detectan como tímidos, que no van a hablar. Los pedófilos no se casan e “invierten toda su vida y recursos en estar cerca y abusar de menores”, agrega.
“También hay abusadores sexuales que no tienen pedofilia, pero que sí agreden a niños porque pasan por situaciones de impotencia sexual”. En ese sentido, Rojo aclara que estos sujetos eligen personas que no les van a exigir el mismo rendimiento sexual. “Por eso vulneran niños y aprovechan las circunstancias, pero muchas veces pueden tener relaciones con adultos e incluso casarse”.
Por otro lado, la psicóloga forense comenta que en diversas ocasiones estas personas padecen desviaciones en el ámbito sexual. Esto puede llevarlos a “participar en situaciones donde hay pedófilos o en las cuales observan los actos. Ahí se habla de perversiones en la gama de la sexualidad”. No obstante, afirma que éste es otro diagnóstico que no necesariamente corresponde a la pedofilia. “Muchas veces se entregan a participar y se vuelven más osados en situaciones más perversas sexualmente”.
En esta línea es que Rojo cita un estudio de la Asociación de Psiquiatría Americana (APA). Según éste “las personas que no necesariamente son pedófilos, pero sí se exponen a la pornografía infantil, el 30 por ciento de estos podría agredir a un niño. Entonces es súper importante que los adultos tomen situaciones de auto cuidado. Un adulto que se expone a estas situaciones, alguna desviación tiene”.
Respecto al Registro Nacional de Pedófilos, la profesional de la PDI explica que éste sólo incluirá casos comprobados y explica que esta parafilia no tiene cura. Por lo tanto, quienes la tienen vuelven a cometer estos hechos. De ahí que Rojo comente que se debe pensar en el tema, considerando que estos agresores no pueden ser rehabilitados. “Hay que pensarlo desde ese punto de vista también. Que no sólo haya un registro, sino que también formas de controlarlos”.
DÍA DEL ORGULLO PEDÓFILO
Desde 1998 sujetos que sienten atracción sexual por los niños han convocado al “Día internacional del amor por los niños”, denominado igualmente como Día del Orgullo Pedófilo. A raíz de lo anterior, Margarita Rojo comenta que lo celebran cada solsticio de invierno y de verano. Quienes “festejan” esta fecha, piden legalizar el mantener relaciones sexuales con niños. De hecho, hasta 2010 funcionó un partido con dichas ideas en Holanda.
En vista de aquello, la psicóloga forense aclara que “no es posible (apoyarlos), y lo digo como profesional, porque hay una relación asimétrica. Un niño no ha terminado de desarrollarse psicológica y emocionalmente como para poder elegir esa vida. Lo que debemos hacer es resguardar los derechos del niño, pues éste no está preparado para elegir”.
En cuanto a teorías explicativas sobre estos agresores, comenta que hay diversos estudios relativos al tema. “Lo que sí sabemos es que hay un trastorno fuerte del apego. Se invierte el objeto sexual, porque éste debería ser un adulto”. Al mismo tiempo, indica que estos sujetos tienen características antisociales que los llevan a perpetuar estos delitos. “Algunos pedófilos viven su parafilia, pero sin dañar niños. Pero el que agrede sí posee características antisociales”.
“Hay una página de los boylovers, donde ellos dicen que dan amor a los menores. Estamos frente a un discurso donde se distorsiona cognitivamente lo que es bueno y malo. Afirman que aman a los niños, que los cuidan, pero les están destruyendo la vida. Hay sujetos que se dan cuenta que los dañan; sin embargo son pocos casos. Por eso digo que hay un componente antisocial en ellos, en la personalidad y un componente psicopático. El psicópata no siente culpa, no siente empatía”, advierte.
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