miércoles, 1 de abril de 2015

Pautas en contra del abuso sexual infantil



¿Por qué a los niños se les dice que no se suban al coche de un desconocido, pero no se les insiste en que digan «no» a algunas peticiones de personas que conocen? La reciente detención de un profesor de Villanueva del Pardillo por abusar sexualmente de siete alumnos del colegio en el que trabajaba ha vuelto a poner encima de la mesa un asunto del que «desgraciadamente» se habla poco, por lo que, según los expertos, «los menores no saben cómo afrontarlo». 
Según la psicóloga Pilar Polo, de la Fundación Vicki Bernadet que trabaja en la atención integral, prevención y sensibilización de los abusos sexuales a menores cometidos en el ámbito familiar, «muchos padres no dan las pautas a sus hijos para que aprendan a diferenciar lo que está bien de lo que está mal y evitar, de este modo, que puedan ser víctimas de estos abusos». 
No se trata de ser alarmistas, sino de prevenir situaciones que dejan grandes secuelas en los pequeños para toda su vida. «Detectar este tipo de abusos es muy complicado y depende de factores como la edad del niño, el tipo de situación en la que se producen, si hay amenazas...», explica esta experta.

El 90% en el entorno familiar

Según datos de la Comisión Europa, uno de cada cinco menores sufre abusos sexuales en EuropaEn España: una de cada cuatro niñas y uno de cada siete niños, produciéndose el 90% de los casos dentro del ámbito familiar o entorno más próximo, salvo excepciones como el caso del pederasta de Ciudad Lineal (Madrid), que durante meses mantuvo en vilo a la sociedad tras secuestrar a varias niñas y abusar de ellas. 
La primera recomendación de Pilar Polo es que los padres mantengan una comunicación fluida con los hijos y que les observen con atención para poder detectar cualquier cambio de actitud. «Cuando un adulto trata de embaucar con sus "juegos" a un pequeño, el niño se siente importante, muy especial. Cuando se repite en el tiempo el mismo juego, el niño se harta, no le gusta, y empiezan las amenazas para que acceda. El pequeño se siente molesto, preocupado y, de alguna manera, los padres deben percibirlo a través de ciertas señales: está más triste, se enfada con nada, no quiere ir a un determinado lugar, habla menos...».
Según Pilar Polo no hay que renunciar a hablar de sexualidad, «todo lo contrario». «Debe ser un tema abordado con naturalidad según la edad del pequeño —puntualiza—. Si hace alguna pregunta con contenido sexual o se toca sus genitales y los padres le responden con evasivas o le dicen que es un cochino, el pequeño entenderá que se trata de un tema incómodo, tabú, y no tendrá confianza para sacar el tema si alguien abusa de él». Del mismo modo, si menciona repentinamente palabras sexuales es conveniente preguntarle, ¿quién te lo ha enseñado?
Margarita García Marqués, psicóloga y fundadora de la Asociación para la Sanación y Prevención de Abusos Sexuales en la Infancia (Aspasi), añade que también hay que transmitirle respeto por el cuerpo. «Si una persona mayor le coge del moflete, le hace cosquillas o le pide que le dé un beso, y el menor no quiere, los padres no deben obligarle por mucho que se trate del abuelo. Los niños deben observar que los padres están de acuerdo con que no se les toque y les servirá de ejemplo para decir "no" en el momento adecuado». Del mismo modo, hay que enseñarle que las partes íntimas nadie debe tocarlas excepto si es el médico, y delante de papá y mamá.

«Guardar el secreto»

Destaca, además, la importancia de hacerles identificar qué cosas les hacen sentir bien y cuáles mal «para que sepan expresar sus sentimientos con facilidad y no se oculte una información tan valiosa y con tan graves consecuencias. Si los padres saben escuchar y tener la paciencia suficiente su hijo poco a poco irá exprensado su sentir». 
García Marqués explica que una de las formas más fáciles de tener a los niños contentos es haciéndoles regalos. «Por eso es crucial que sepa diferenciar un regalo de un soborno, en el que se le da algo a cambio de un favor, y explicarle que no debe aceptarlo». 
«Guardar el secreto» es otra de las tácticas que emplean la mayoría de los pederastas. Hay que hacerle comprender al menor que hay secretos malos «los que le hacen sentir mal» y debe contarlos a sus padres. Lo hará siempre si se ha generado el ambiente necesario y se le previene de que «aunque sea malo siempre te vamos a querer y proteger», explica la fundadora de Aspasi. 

Principales secuelas

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