El 19 de noviembre de cada año se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Abuso del Niño, declarado en 1990 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a partir de una iniciativa de la Fundación de la de la Cumbre Mundial de la Mujer, cuyo objetivo es fomentar una cultura de prevención.
Por tal motivo creemos que estas acciones promovidas por los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, representan pasos positivos en la labor de hacer vigente el principio del interés superior de la niñez y la adolescencia, expresado en el artículo cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la Convención de los Derechos del Niño, y en la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA).
Esperamos que NO solo sea un día a conmemorar, esperamos cambios estructurales en los ámbitos jurídico, institucional, presupuestal y cultural, con el propósito de que las acciones coordinadas de los tres órdenes de gobierno, organizaciones de la sociedad civil, sector privado y académico, así como la población en general, propicien políticas y acciones de prevención ante la existencia de casos de violencia física, verbal y sexual, además de la intervención del Estado para la restitución integral de derechos, en los casos donde se violen los derechos de niñas, niños y adolescentes.
“Alrededor de 4.5 millones de niñas y niños son víctimas de abuso sexual en nuestro país, de los cuales únicamente 2 por ciento de los casos se conoce en el momento que se presenta el abuso. De ellos, se estima que en el 27 por ciento de los casos el agresor es el padre o la figura paterna del menor; el 18 por ciento es el abuelo; en 16 por ciento un tío o conocido; y en el 12 por ciento es el hermano mayor”.
Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, en nuestro país existen más de 16 mil niños y niñas que son obligados a ejercer la prostitución, siendo los destinos turísticos las zonas donde comúnmente se presenta este fenómeno.
Según datos de la ONU en el mundo existen 275 millones de niños que son maltratados con golpes, insultos, humillaciones y abandono, y una cantidad significativa es obligada a trabajar, a prostituirse o a realizar prácticas pornográficas; otros son víctimas de tráfico humano. “México se ubica en el sexto lugar en América Latina, en homicidios de menores”.
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