El colombiano Luis Alfredo Garavito, conocido como “La Bestia” o “El Monstruo de Génova”, es el mayor asesino en serie y agresor sexual de menores en la Historia. Confesó haber matado y violado a 200 niños y niñas, aunque solo se le condenó por 170 casos.
En el cuadro clínico de su personalidad, entre otros síndromes encontrados, estaban pedofilia y sadismo, este último vinculado a causar sufrimiento psicológico o físico y humillación para tener excitación sexual, pero solo con niños.
Un riguroso estudio español de 1994 muestra que, en la infancia, sufre abuso sexual un 22.5% de las mujeres y un 15.2% de los hombres.
En México, la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas (Adivac) estima que el 20% de personas son víctimas de este delito en su niñez, cifra que coincide con un informe del Consejo de Europa.
Adivac advierte que de los abusos sexuales a menores, solo el 10% se denuncia y de este número, menos de 2% de victimarios son encarcelados, por lo que hay una enorme impunidad.
El 60% de los abusos sexuales a niños son hechos por familiares, por ello en la gran mayoría de casos no se denuncia y la víctima lo calla, se le calla o prefiere ocultarse el hecho en el entorno cercano.
El psicólogo Robert Parrado, en un estudio hecho en América Latina y el Caribe sobre abusadores sexuales, concluyó que el 100% de violadores fueron víctimas de abuso sexual de hombres cuando eran niños.
De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México es el primer lugar a nivel mundial en materia de abuso sexual, violencia física y homicidio de menores de 14 años, con un preocupante aumento.
Estos datos arrojan que mientras siga habiendo abusos sexuales infantiles se producen violadores en potencia y asesinos, como Alfredo Garavito, que fue abusado de niño por un familiar, y probablemente el o los asesinos deSan Juana Romo Navarro.
Los violadores de menores tienen un perfil característico y los porcentajes de niños abusados sexualmente son similares en ambos sexos, por lo que habría que ir más allá del concepto de feminicidio, aunque se le añada el adjetivo de infantil.
El feminicidio en el Código Penal para el Estado de Zacatecas está contemplado que lo comete quien “prive de la vida a una mujer por razones de género”, entendido este como “las circunstancias propias de los tipos de violencia en contra de las mujeres”.
El asesinato y violación de San Juana entra dentro del feminicidio, pero al tratarse de una niña de 9 años hay que buscar causas más profundas que solo odio a un género con las consignas y hashtag habituales que delimitan la perspectiva.
Dentro de una cultura machista se considera que los hombres ven a la mujer como un objeto, se sienten dueños de su cuerpo y pueden hacer lo que quieran con él, aprovechando la primera oportunidad que se les presente.
Englobar a los violadores de niños en este esquema, poca justicia hace a las víctimas si no se ve la raíz del problema para atenderse y que no vuelva a ocurrir. Ponerlo solo como un feminicidio dentro de la ola de violencia que se padece sin observar las peculiaridades concretas del tipo de individuos que lo hacen, no permite ir más a fondo.
Además de las alertas de género y la detención del o los asesinos, se debe ir más allá para tomar medidas de protección de abusos sexuales a niños y niñas por igual, considerar un panorama más amplio que un abuso por la condición de ser mujer para identificar las características de delitos por condición de ser menores.
Los reclamos a la autoridad en principio son para que detenga a los culpables y haga justicia, pero entendida ésta en un sentido más amplio genera paz evitando o previniendo actos injustos o delitos, para ello debe encontrar las causas, atenderlas y no solo apaciguar el enojo social respondiendo a un caso que indigna mucho.
Desde un enfoque más amplio se pueden tomar medidas que cuiden a los seres más indefensos e inocentes de la sociedad, lo que se ponga en ellos quedará por toda su vida y lo que se les dé se lo regresarán a la sociedad.
Algunas acciones concretas que podrían tomarse son:
- Las autoridades judiciales presten especial atención a denuncias de abusos sexuales a menores para que los culpables sean consignados.
- Tener un banco de datos de personas denunciadas o consignadas por abuso sexual, a fin de tenerlas identificadas y cuando se presente un caso de violación, tener como primeros sospechosos a abusadores que viven cerca, que por lo regular vigilan a sus víctimas y conocen el lugar para cometer sus crímenes sin ser vistos, a fin de no andar sin pistas cuando nadie vio algo.
- Dar rehabilitación especial a quienes abusan sexualmente, incluso con terapias posteriores a su salida de la cárcel para evitar que sigan teniendo la misma conducta y con el peligro de que detrás de cada violador, hay un potencial homicida.
- Destinar más recursos a la protección contra violencia y abusos a niños, ya que en México solo el 1% del presupuesto a la infancia va dirigido a atender este problema. Simplemente con hacer campañas sobre el tema del abuso infantil y medidas preventivas en lugar de espectaculares para otros fines.
- En las familias y como parte de los programas educativos, informar a los niños para que sepan qué acciones –como tocamientos– no están bien, sea quien sea, así como a quién se lo pueden decir incluso si en la familia los ignoran. Una táctica del abusador es hacer que el menor se sienta "culpable" de algo malo en lugar de víctima para que no hable.
- Orientar a los pequeños para que sepan cómo reaccionar ante extraños y pedir auxilio, pues en una situación de pánico pueden paralizarse.
- Nadie debe encubrir una situación de abuso sexual porque se vuelve cómplice y el agresor no detiene su conducta por sí mismo; al contrario, al saber que puede hacerlo seguirá y cada vez con más precauciones.
- Generar programas gratuitos para dar acompañamiento y atención psicológica a los menores abusados, a fin de que no generar un aislamiento social y consecuencias postraumáticas como amnesia, depresión, deserción escolar, intentos suicidas y drogadicción.
- Identificar a potenciales violadores, por ejemplo se han encontrado antecedentes de maltrato de animales en exhibicionistas (30%), acosadores sexuales (36%), acosadores sexuales encarcelados (46%), violadores convictos (48%) y asesinos (58%).
En la medida que una familia tenga como cimientos el amor, comprensión, protección y comunicación se crean condiciones para generar buenos ciudadanos, lo cual nace desde políticas sociales y laborales para permitir a las madres y padres dar más tiempo en el cuidado de los hijos, hasta decisiones personales responsables como terapia de pareja o nutrirse de información para educar a los hijos.
Hacer tabúes los temas como pedofilia, incesto con niños y tener una sana desconfianza, incluso con aquellos más cercanos, no ayuda a evitar tragedias que conmocionan a la sociedad.
Como sociedad no debemos permitir que ocurran más casos como el de San Juana, ¡YA BASTA!
*Director de Zacatecasonline
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