La investigación en Pensilvania, Estados Unidos, arrojó casos de 1000 menores por abusos sexuales hechos por parte de sacerdotes de seis diócesis han causado revuelo a nivel mundial. El informe de la investigación de unas 1356 páginas revelaron que el Vaticano estaba al tanto de los casos de abusos en Pensilvania desde al menos el año 1963. Según la investigación, la iglesia católica tenía la información, pero se mostró flexible ante los casos de abuso infantil.
Aunque no se sabe si el Vaticano tenía conocimiento en detalle de cada uno de los casos, si se sabe que la información de estos les llegó. En el informe dado por el gran Jurado en Pennsylvania, el Vaticano fue nombrado 45 veces haciendo ver que la iglesia católica también es responsable del encubrimiento de los abusoscometidos por más de 300 curas.
La respuesta del Papa Francisco
Después de que salió a la luz los terribles delitos de estos clérigos, el Vaticanoexpresó su vergüenza ante estos casos de abuso infantil cometidos hace décadas. El Papa Francisco aseguró que está de parte de las víctimas y que siente dolor por ellas. La iglesia quiere escucharlos para erradicar este trágico horror que destruye la vida de los inocentes. Así lo aseguró el Vaticano en un comunicado.
La Santa Sede por su parte, tras el anuncio del Jurado en Pensilvania, manifestó la necesidad de reforma en todos los ámbitos a la iglesia católica para poder proteger a los menores y a los adultos afectados. Lamentablemente casi todos los casos enunciados ya han prescrito y no pueden ser enjuiciados cómo deberían.
El caso de Raymond Lukac
Según el informe, a Roma fue llevada la información de los casos de abusos sexuales [VIDEO] que ocurrieron hace años en Pensilvania, pero muchos dirigentes religiosos encubrieron a los sacerdotes pederastas.
Uno de los casos que salió a la luz pública fue el del cura Raymond Lukac, que fue acusado en varias ocasiones de abusar de menores y de una conducta inapropiada hacia ellos. Se casó siendo cura, tuvo una relación con una joven apenas 17 años con la cual tuvo un hijo. Además de las distintas denuncias en su contra, el abuso sexual a un niño de 11 años se hizo notorio.
En este caso específicamente, el Jurado de Pensilvania manifestó que aquellos que encubrieron los delitos de Lukac pusieron en riesgo a los menores y por lo tanto se convirtieron en cómplices de estos delitos. Las diferentes denuncias y críticas en contra de los curas en Pensilvania hicieron que los obispos los enviaran a otros lugares lejanos y a centros de Salud Mental. Todo eso lo hicieron para silenciar en cierta forma los rumores que había surgido tras los delitos cometidos por estos.
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