jueves, 7 de marzo de 2019

“Hay temor en la iglesia de perder poder”

Reclamos a la iglesia de parte de abusados
Representantes del Comité de América latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem) y del Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (Insgenar), informaron, que tres de cada 100 denuncias de abuso sexual infantil (ASI) llegan a sentencia. Y de las sentenciadas, solo el uno por ciento son condenatorias. Advierten que la única prevención conocida contra el ASI es la Educación Sexual Integral (ESI).
“La resistencia a la ESI de parte de la Iglesia Católica tiene que ver con la defensa de un modelo que les permite encubrirse ellos y tener a los niños y adolescentes en una situación de indefención”.
Detalles de algunos casos
Se recolectaron casi 70 denuncias hacia curas y otros miembros de jerarquía en la Iglesia Católica. En la provincia de Santa Fe se pueden encontrar varios de los casos. Uno es el caso del exarzobispo Edgardo Storni, quien fue condenado a ocho años por abusar de un seminarista en 2009.
El cura Néstor Monzón de Reconquista, detenido en 2016, quien está a punto de ir a juicio oral. La monja Bibiana Fleitas que fue expuesta en 2015 por una exnovicia que escribió un libro contando los abusos en el Colegio Santa Rosa de Viterbo de San Lorenzo.
La mujer fue trasladada a Mendoza pero aún no fue investigada. Además está el caso de Reinaldo Narvais, acusado por acoso sexual y abuso de poder en la parroquia Nuestra Señora de Pompeya, de Rosario. El Vaticano le ordenó hacer un tratamiento “hasta que se logre su adecuada recuperación”.  Por último se acusa a José Rohr de abusar de un joven en la década del 80 en Venado Tuerto: “La víctima decidió hacer la denuncia en la Justicia estatal en 2018”.
Postura de la iglesia
Sobre las objeciones que la Iglesia Católica expresa en la provincia para que no se garantice la ESI, Espinoza opinó: “Esta es una discusión que llega tarde porque la ley ya fue aprobada. Es nacional y lo que tienen que hacer es implementarla en cada provincia. No implementarla es un manotazo de ahogado de un sector que está desesperado, mientras menos sepan las personas es más fácil controlarlas”.
En algunas provincias, como Santa Fe, lamentablemente hay una presión muy fuerte de parte de esos sectores. Hay provincias donde es más difícil visibilizar hay sobrevivientes que están dispuestos a denunciar públicamente y ante la justicia, tribunales y fiscalías. Pero lo que nos topamos habitualmente es con un fuerte lobby de la Iglesia Católica que dificulta el trabajo de la Red”.
“Hay un miedo muy grande a la pérdida de poder de la Iglesia Católica, y de quienes viven amparados en su influencia social y poder económico. Ahora, lo que hay que reflexionar es: ¿por qué la iglesia siente como ataque develar los abusos y las redes de encubrimiento? ¿Es intrínseco? El abuso de niños, niñas y adolescentes no está separado de los demás crímenes y abusos avalados por la curia. Como la reducción a la esclavitud de miles de mujeres que visten hábito, abusos de poder, violencia psicológica, entre otros. En tanto no aborden la cuestión desde allí toda medida será
inútil”, reflexionó Espinoza.

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