jueves, 21 de marzo de 2019

Prevenir el abuso contra las niñas, una tarea que aún está por cumplir

Prevenir el abuso contra las niñas, una tarea que aún está por cumplir


Eso le pasa es al vecino, a familias de otro municipio o departamento lejano, pero a mí no. Es una de las premisas que más se suelen repetir en hogares donde hay menores de edad y no se toman acciones que prevengan posibles casos de abuso. Esto según explicó la sicóloga Mabel Patiño, perteneciente a la Fundación de Atención a la Niñez (FAN) que atiende a niños, niñas y adolescentes de entornos vulnerables.

En Medellín se recibieron el año pasado 2.130 denuncias de casos de abuso sexual infantil, siendo las niñas las más afectadas. “Lastimosamente se da en todas las edades, desde los 0 años hasta los 17 años están siendo abusados sexualmente. Hay cifras dramáticas que demuestran que se han incrementado las denuncias de abusos entre los 0 y los 5 años, los más vulnerables”, comentó Margarita María Gómez, primera dama de Medellín que desde su despacho impulsa la campaña “Con mi cuerpo nadie se mete”, cuya primera fase se denominó “Escúchalos”.

En esta última participaron en talleres de prevención el año pasado 10.286 niños entre 4 y 10 años de edad. Aún así no es suficiente, según la primera dama, quien afirmó que es necesario seguir apostándole a proyectos que protejan integralmente a los menores de edad.

Entornos seguros
Alrededor de las niñas y los niños deben existir tres entornos seguros que los protejan, según indicó Catalina Vertel, coordinadora del programa Aprendiendo a Cuidarme de la Corporación Cariño.

El primero es la familia, en la que deben existir unas condiciones mínimas educativas, la aplicación y el consenso de normas, el establecimiento de límites y valores siempre practicando la escucha activa. “Si tenemos los oídos bien puestos para oír a una niña que dice, no me gusta como mi tío me está mirando, entonces podremos actuar a tiempo y separarla de esa persona que no está viendo de forma adecuada a su sobrina”, manifestó Vertel .

La sicóloga destacó además que en la casa es donde más se debe trabajar la prevención pues, según datos de la corporación y cifras oficiales en las que se basan, cerca del 90% de los casos de abuso y maltrato ocurren en el contexto familiar.

El segundo entorno, que consideran esencial las tres líderes en el tema para la protección de los niños, es la escuela. Coinciden en que debe ser el espacio para fomentar valores, brindarles estrategias para enseñarles a convivir en comunidad y garantizar la educación sexual con enfoque de género, que les permita tener la información adecuada para conocer su cuerpo y hasta qué punto pueden llegar los otros.

El tercer entorno es el social “con la implementación, vigilancia y cumplimento de las leyes, la activación adecuada de rutas ante los diferentes tipos de maltrato y posibilitar que la comunidad tenga los derechos mínimos para una vida digna como es el derecho al empleo, salud y educación, pues la mirada al problema debe ser integral”, puntualizó Vertel.

Gómez resaltó, por su parte, que en ese punto es esencial identificar los tipos del maltrato y denunciarlos a tiempo, pues “la penetración no es la única forma de abuso infantil. Tomarles fotos desnudos, darles besos en la boca u obligarlos a ver pornografía son otras formas de maltrato y abuso sexual que debemos denunciar”, expresó.

Qué hacer
Cuando ya se presentó el caso de abuso o maltrato hay ciertas conductas a las que los padres o cuidadores deben prestarles atención pues garantizarán que reciban un proceso oportuno para el restablecimiento de sus derechos.

“Activar la ruta de salud es determinante. Existe por ejemplo el código fucsia, un protocolo de atención integral para saber si hay alguna enfermedad relacionada y empezar las acciones legales correspondientes”, expresó Patiño y agregó que desde ese momento se debe dar pie al proceso terapéutico para no revictimizar al niño o la niña.

Es importante, según Vertel, que no se enfrente al victimario con la víctima, pues se prestaría para la manipulación de los relatos; no hacer sentir culpable al agredido; evitar preguntas inadecuadas. Lo mejor, según la sicóloga, es dejarlos contar la historia sin pausas; no realizar una revictimización secundaria; no prometer guardar el secreto y explicarle que se mantendrá de forma privada pero hacer el proceso con las autoridades puede ayudar a que a otros no les pase.

Saber que el abuso es una problemática que puede tocar su puerta es empezar a actuar, indicaron las fuentes consultadas. “Hablarles de manera clara, enseñarles las cosas por su nombre, a cuidarse, decirles cuáles son las partes de su cuerpo y hablarles sobre cuáles son las diferentes formas de abuso sexual infantil podría evitar que se presenten nuevos casos o que se hagan las denuncias oportunas”, concluyó la Primera Dama .

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