yakarta, 6 abr (Prensa Latina) Los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) dialogaron en Indonesia sobre las vías para detener la explotación sexual infantil, uno de los flagelos que afecta hoy a la naciones de esa región.
Durante un seminario organizado por la Secretaría de la Asamblea Interparlamentaria de la Asean (AIPA) en esta capital, los participantes coincidieron en que el abuso sexual contra menores es un tema urgente que debe ser abordado a fondo en todos los países de la zona.
En la cita, el secretario general de AIPA, Isra Sunthornvut, señaló que esa institución impulsa programas y asociaciones entre los parlamentos de la Asean con el objetivo de promover iniciativas para mejorar el marco legal con el fin de proteger a los infantes.
Una legislación completa y sólida, con medidas de respuesta integrales en la aplicación de la ley en cada país, así como en la cooperación regional, es fundamental para poner fin a este tipo de delito, agregó.
Los participantes en el foro también alertaron sobre el uso del turismo para facilitar esas actividades que amenazan el futuro de las generaciones más jóvenes.
Sin obviar los grandes aportes de la industria turística a las economías de esos países, es preciso prestar más atención a los aspectos no deseados que genera, señalaron.
Los delincuentes pueden aprovechar las facilidades de los viajes de turismo para acceder a niños vulnerables mientras utilizan lagunas legales para evitar ser descubiertos o procesados, apuntaron citados por la agencia Bernama.
Aunque las naciones del Sudeste Asiático se han unido a la comunidad mundial en una serie de esfuerzos globales para detener este mal, la región todavía tiene un largo camino por recorrer para mejorar su historial de abuso y explotación sexual infantil.
Para tratar de contrarrestar esa situación, la Asean colocó el tema en el centro de la agenda regional y trabaja en la implementación de un Plan de Acción para la Eliminación de la Violencia contra los Niños entre todos los miembros.
La Asean está integrada por Indonesia, Filipinas, Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam, Brunei, Cambodia, Laos y Myanmar.
A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hasta mil millones de niños de dos a 17 años sufieron violencia física, sexual o emocional o negligencia en el último año.
En la cita, el secretario general de AIPA, Isra Sunthornvut, señaló que esa institución impulsa programas y asociaciones entre los parlamentos de la Asean con el objetivo de promover iniciativas para mejorar el marco legal con el fin de proteger a los infantes.
Una legislación completa y sólida, con medidas de respuesta integrales en la aplicación de la ley en cada país, así como en la cooperación regional, es fundamental para poner fin a este tipo de delito, agregó.
Los participantes en el foro también alertaron sobre el uso del turismo para facilitar esas actividades que amenazan el futuro de las generaciones más jóvenes.
Sin obviar los grandes aportes de la industria turística a las economías de esos países, es preciso prestar más atención a los aspectos no deseados que genera, señalaron.
Los delincuentes pueden aprovechar las facilidades de los viajes de turismo para acceder a niños vulnerables mientras utilizan lagunas legales para evitar ser descubiertos o procesados, apuntaron citados por la agencia Bernama.
Aunque las naciones del Sudeste Asiático se han unido a la comunidad mundial en una serie de esfuerzos globales para detener este mal, la región todavía tiene un largo camino por recorrer para mejorar su historial de abuso y explotación sexual infantil.
Para tratar de contrarrestar esa situación, la Asean colocó el tema en el centro de la agenda regional y trabaja en la implementación de un Plan de Acción para la Eliminación de la Violencia contra los Niños entre todos los miembros.
La Asean está integrada por Indonesia, Filipinas, Malasia, Singapur, Tailandia, Vietnam, Brunei, Cambodia, Laos y Myanmar.
A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hasta mil millones de niños de dos a 17 años sufieron violencia física, sexual o emocional o negligencia en el último año.
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