La activista Ingrid Guerrero, de la organización Yo te Creo, señaló la importancia de que las niñas cuenten con información integral a fin de evitar abusos sexuales, sobre todo en la primera infancia, que va de los cuatro hasta los diez años de edad, periodo en que son más vulnerables, señaló.
En Hidalgo, este tipo de delitos están considerados como graves. En 2017 hubo 400 casos de violación y 200 de abuso sexual, y de considerar la cifra negra se traduciría en aproximadamente dos mil casos, indicó.
Ante ello, la activista explicó que dentro de la organización Yo te Creo imparten talleres especiales en los clubes Oruga y Pingüinos, los cuales están dirigidos a niñas y niños con edades de entre nueve y 13 años, y de nueve a 11 años, respectivamente.
Mencionó que a través de estos cursos buscan que los infantes cuenten con herramientas de conocimiento que les impidan caer en chantajes y amenazas que utilizan abusadores.
Los niños aprenden a prevenir el abuso a través de una educación en la que se promueven los derechos sexuales y reproductivos; recordó que los primeros lugares donde se cometen estos delitos son la casa, iglesias y escuelas.
En el curso más reciente, que culminó la semana pasada, para el club Orugas las niñas pidieron que las familias escuchen a sus hijos y que se abran al diálogo para abordar temas que son considerados tabú.
“Si hablan de sexualidad en casa les están dando herramientas de autocuidado e información útil para prevenir el abuso sexual”, mencionó Ingrid Guerrero.
También solicitaron a las autoridades que la educación sexual sea integral, laica y científica, y que sea un derecho garantizado para todas las niñas en la entidad.
Añadió que, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México ocupa el primer lugar a nivel mundial por violencia sexual; mientras que Hidalgo es el sitio 14 en el país. Además, comentó que en el primer círculo de la familia es donde hay alta incidencia de este tipo de delitos.
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