Sandra, al igual que muchas niñas, soñaba con el día en que se convertiría en una señorita.
Tal vez pensaba que su papá le organizaría una fiesta de 15 años por lo menos le daría un regalo, pero muy pronto tendría que enfrentarse a una triste realidad: Su padre la violó.
Cada 14 minutos un niño colombiano es víctima de abuso sexual. Solo en el último año el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Foren-ses realizó 16.120 dictámenes sexológicos en menores de edad, lo cual representó el 86 por ciento del total de casos reportados por violencia intrafami-liar a los niños.
Cada 14 minutos un niño colombiano es víctima de abuso sexual. Solo en el último año el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Foren-ses realizó 16.120 dictámenes sexológicos en menores de edad, lo cual representó el 86 por ciento del total de casos reportados por violencia intrafami-liar a los niños.
El informe también revela que el 41 por ciento de los abusos reportados fueron cometidos por los padres; que de cada 10 casos que se registran a dia-rio, tres son de incesto.En cuanto al periodo de enero a julio del presente año se han registrado 3.408 casos, de los cuales 932 fueron cometidos por parte del padre y 1.026 por el padrastro.Estas estadísticas recuerdan el más escandaloso caso de incesto en el país que, el pasado 2 de octubre, permitió que el Juez Único Penal de Fresno, Tolima, condenara a 15 años y siete meses de prisión a Arcedio Álvarez Quintero, más conocido como el “Monstruo” de Mariquita, por su responsabilidad en los delitos de acceso carnal violento agravado e incesto. Fue hallado responsable de abusar de su hija durante 29 años, con quien tuvo siete hi-jos.La directora ejecutiva de la Asociación Afecto contra el maltrato infantil Isabel Cuadros, señaló que las agresiones sexuales, sin embargo, no sólo son cometidas por los padres o los padrastros, existen otros familiares con grados cercanos de consanguinidad quienes también pueden ser victimarios como es el caso de los tíos.“Los casos de abuso son más frecuentes por parte de padres y padrastros. También hay casos por parte de los hermanos, los tíos, los abuelos, en sí son atacados por sus conocidos”, afirmó Cuadros.En ese sentido, Medicina Legal reportó que 514 ataques sexuales son cometidos por los tíos (as), 439 por los primos (as), 265 por los abuelos (as), 215 por los hermanos (as), 10 por la madre y seis por la madrastra.
La problemática, más allá de las cifras, es muy grave no sólo por los daños que deja en los menores, los cuáles repercuten en todos los aspectos de su vida, sino también por los victimarios, ya que las conductas incestuosas son de origen psicológico ocasionadas en la mayoría por una “cadena” de mal-trato y violencia intrafamiliar.“Es una patología abusar de un niño, es una conducta en la que se presenta pedofilia y en otras no hay una concepción clara de sexualidad, pero esto no quiere decir que no sea imputable”, aseveró la psicóloga.El abuso sexual en concurso con incesto debe mantener en alerta a profesores, familiares, psicólogos y a todas las personas cercanas a los niños.“El abuso sexual en Colombia de niños y niñas es muy grave, es un problema epidémico. Estamos hablando de alrededor de 17 mil niños víctimas de abuso anualmente”, enfatizó Isabel Cuadros.“Es una traición a los niños, cuando alguien de toda confianza, que los tiene que respetar y hacer respetar, comete semejante barbaridad”, calificó la concejal de Bogotá Martha Ordóñez al referirse al incesto.
PatologíaAunque se siente repudio por estas situaciones, es precisó conocer que muchas veces quienes hoy son victimarios, muy posiblemente en su infancia también fueron víctimas.De acuerdo con los expertos, el abuso sexual es una cadena que por no recibir tratamiento se mantienen esos sentimientos guardados y, con el tiempo, al estar frente a un niño (o sus hijos), los liberan y es ahí cuando se presenta el abuso.Expertos dicen que una persona que no ha asistido a tratamiento puede llegar a tener relaciones disfuncionales con sus parejas, o son muy depresivos, hipersensibles, e incluso hay quienes tratan de quitarse la vida. Estas últimas buscan explicaciones y nunca han entendido porqué les ha pasado a ellas.
Por regiones
PatologíaAunque se siente repudio por estas situaciones, es precisó conocer que muchas veces quienes hoy son victimarios, muy posiblemente en su infancia también fueron víctimas.De acuerdo con los expertos, el abuso sexual es una cadena que por no recibir tratamiento se mantienen esos sentimientos guardados y, con el tiempo, al estar frente a un niño (o sus hijos), los liberan y es ahí cuando se presenta el abuso.Expertos dicen que una persona que no ha asistido a tratamiento puede llegar a tener relaciones disfuncionales con sus parejas, o son muy depresivos, hipersensibles, e incluso hay quienes tratan de quitarse la vida. Estas últimas buscan explicaciones y nunca han entendido porqué les ha pasado a ellas.
Por regiones
El 25 por ciento de las denuncias ocurren en Bogotá. Antioquia registra el 14 por ciento, Cundinamarca el 10 por ciento, Valle el ocho por ciento, pero esto no indica necesariamente que se-an estas zonas donde más casos ocurren, lo que sucede es que son ciudades con mejores mecanismos de denuncia.De todas maneras, estudios académicos afirman que las regiones con mayores casos sin denunciar pueden ser Cundinamarca, Nariño, Santander, Boyacá, el eje cafetero y la “zona paisa” en donde la problemática es muy grave.Cabe destacar que aunque la mayoría de las víctimas son las niñas, en los últimos años se ha determinado que los varones también han sufrido de incesto, sin embargo, son los que menos denuncian por temor o porque incluso, hay algunos que han considerado los ataques como normales.
“El hombre (niño) no denuncia mucho. Hay casos de adultos que sufrieron de incesto o de abuso sexual durante su infancia por parte de familiares muy cercanas que no denuncian no sólo por temor, sino porque creían que no era para tanto, y, por el contrario, se sentían honrados de que una mujer adulta los estuviera iniciando en la sexualidad”,
aseveró la concejal de Bogotá, Martha Ordóñez Vera.
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