En el 83 por ciento de los hogares de República Dominicana se ejerce castigo infantil, mientras que el 14 por ciento de los niños realiza algún tipo de trabajo que se agrava en zonas turísticas donde son sometidos a explotación sexual comercial, según los resultados de un estudio publicado hoy.
La investigación, dada a conocer por el capítulo local del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), determinó, además, que el mercado bilateral que se desarrolla dos veces por semana en la frontera dominicana con Haití facilita que los menores de edad sean explotados "sin control" alguno.
"Los niveles de abuso contra los niños, niñas y adolescentes en República Dominicana son igual de preocupantes a los que se practican en otros países de la región", afirmó el relator de la Niñez de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), el brasileño Paulo Pinheiro.
El experto, quien habló para tratar el caso dominicano dentro del informe mundial sobre la violencia infantil elaborado por la ONU, lamentó que el 49 por ciento de la población local justifique el castigo infantil y consideró como "fundamental" para romper el ciclo de violencia dar apoyo a las víctimas y al agresor.
Afirmó que aún es "muy bajo" el nivel de abusos reportados ante las autoridades, aunque explicó que un 31 por ciento de los casos denunciados tiene que ver con abuso emocional, un 30 por ciento con abuso o agresión sexual, un 21 por ciento con negligencia y un 18 por ciento con abuso físico.
"Es complemente inaceptable que se ejerza violencia de cualquier tipo contra la población infantil y adolescente, estamos hablando de personas hasta los 18 años", exclamó el experto, quien reveló que el 40,7 por ciento de los casos de abusos sexuales denunciados en el país fue cometido en el hogar del agresor.
El estudio establece que los vecinos, amigos o novios son responsables del 86,3 por ciento de los abusos denunciados.
Pinheiro dijo que en cuanto a la explotación sexual comercial se determinó que las zonas turísticas de Boca Chica, Higüey (este), Sosúa (norte), y Las Terrenas y Samaná (noreste) se presenta un escenario agravado con el número de clientes extranjeros, mujeres y hombres, que buscan los servicios sexuales de los adolescentes.
"Es penoso que mientras en América Latina y el Caribe, la región de más altos niveles de homicidios en el mundo, se destine hasta un ocho por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en asuntos de seguridad, apenas un dos o tres por ciento es empleado en materia de educación", se quejó el Relator.
Pinheiro dijo que entre otras recomendaciones, el informe mundial plantea fortalecer los compromisos internacionales, prohibir completamente toda forma de violencia, promover servicios de recuperación, crear sistemas de denuncias, mejorar la capacidad de quienes trabajan con niños y poner fin a la impunidad.
"La situación de la marginalidad y la exclusión incita a los niños y adolescentes hacia el delito, pero es absolutamente contraproducente apelar a la mano dura, porque esto sólo aumenta los niveles de violencia, como sucedió en El Salvador tras cinco años con este método", apuntó el experto.
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