jueves, 7 de julio de 2011

Todos conocemos a una víctima de abuso sexual infantil


Cuando un niño es víctima de abuso sexual tiene que recibir ayuda y terapia psicológica especializada en este delito. Lamentablemente en más del 95% de los casos no se denuncia ni se recibe ayuda profesional.

Un trauma de estas dimensiones no se cura solo, por más que se trate de olvidarlo y de no recordarlo, un hecho de esta magnitud causa muchas dificultades al tratar de sobrellevarlo sin ayuda profesional. No es un delito que se deba minimizar ni guardar en el silencio, no es ropa sucia que se lave en casa. El mejor momento para recibir terapia psicológica es cuando la agresión es reciente, para eliminar los traumas futuros y desencadenantes en la vida adulta.


Todos conocemos a una víctima de abuso sexual infantil porque tres de cada diez serán abusados en su infancia. Muchas y muchos permanecen en el anonimato, y como consecuencia  el menor pasa a su vida adolescente e inclusive a su vida adulta arrastrando un trauma que lo marcara de por vida y que no le permitirá ser feliz ni desarrollarme en la vida productiva, así de crudo e injusto resulta ser el desenlace de un niño abusado. Y nueve de cada diez adultos no hacemos nada para evitarlo.

En su mayoría los familiares y las victimas no saben qué hacer y no tienen la voluntad para tratar de buscar ayuda por sus propios medios. Por otro lado la información y la ayuda es muy limitada, la víctima y sus familiares se topan con la realidad de que tendrán que arreglárselas como puedan.

RELFEXIONEMOS.

En la actualidad cuando  se descubren enfermedades que ponen en peligro la estabilidad y salud del ser humano, los laboratorios destinan millones de dólares en investigación para encontrar su cura, puesto que tratan a toda costa de ayudar a las personas a recuperarse y curarse.

Los gobiernos crean y desarrollan políticas públicas y campañas de sanidad con grandes presupuestos para combatirlas, Si se trata de menores, no existe ser humano que no  le conmueva ver a un infante sufrir. Pero ¿Qué pasa con el abuso sexual infantil?

El abuso sexual infantil es el mayor delito cometido en la infancia, son miles los sobrevivientes, lamentablemente es poco lo que los gobiernos están haciendo por evitarlo, prevenirlo, combatirlo y sobre todo en recuperar a las víctimas.
Por lo general no se destinan generosos recursos para su recuperación psicológica, ni se legislan leyes que traten de no re victimar a los que ya fueron victimados.

Es la niñez el mayor grupo vulnerable de nuestra sociedad, los niños no puede defenderse y cuidarse solos. La mayor parte de las agresiones sexuales se da en el ámbito familiar, es por esa razón que la incidencia de la denuncia es nula, máxime cuando no se tienen las condiciones idóneas para iniciar la averiguación previa.

El abuso sexual infantil es muy frecuente en nuestra sociedad, sobre todo entre personas familiares o cercanas al ámbito doméstico; la mayoría de estos delitos los cometen sujetos aparentemente normales, pero que no poseen valores sociales; que están presentes en todas las clases sociales y ambientes y las víctimas no necesariamente se encuentran en situaciones de hacinamiento o en un clima de violencia familiar.

El abuso sexual puede ocurrirle a cualquiera ocurre sin distinción de edad del niño y sexo; las niñas y niños difícilmente mienten cuando dicen haber sufrido abusos sexuales, el agresor utiliza como arma para lograr su cometido la persuasión y el engaño, y siempre negará lo sucedido ante una acusación de delito.

¿Que se puede hacer para evitarlo?

Dentro de las acciones que contribuyen a disminuir o eliminar el abuso sexual a menores y sus posibles secuelas físicas o psíquicas, está educar a la población en general y específicamente a los individuos en riesgo, en este caso los niños. Se deben de crear programas de intervención para el diagnóstico oportuno de factores de riesgo, el contribuir a su control o erradicación puede minimizar la incidencia de este tipo de acontecimientos; que para garantizarle a la niñez y la juventud una vida libre de abusos sexuales se requieren nuevas estrategias para reconocer, diagnosticar, tratar y recuperar a las y los menores abusados.

En la mayoría de los países hispanoparlantes no existe un modelo de evaluación eficaz en la investigación y el seguimiento de este tipo de delitos, no existen estudios serios ni estadísticos al respecto; se sigue sin reconocer que el abuso sexual infantil es uno de los problemas de mayor importancia en la sociedad actual por su frecuencia y por sus graves consecuencias físicas y psíquicas que matan la infancia de las víctimas para siempre.

El sector salud así como en la procuración y administración de justicia no se dispone de personal preparado para recoger indicios biológicos iniciales importantes para las pruebas periciales y diagnosticarlos con el objetivo, entre otros, de evitar victimar nuevamente a quienes ya fueron victimados. En la mayoría de las instancias que les corresponde por responsabilidad directa velar por la procuración e impartición de justicia, como los Funcionarios del Ministerio Público y los Fiscales, se observa indiferencia , FALTA DE CAPACITACIÓN, falta de compromiso a la hora de denunciar la sospecha de estos delitos.

Falta Infraestructura básica para la operación de las oficinas ministeriales y es deficiente la tecnología con que cuentan las procuradurías para la investigación del delito. Existe una sobrecarga estructural, aunado a la falta de legislación.

En la mayoría de nuestros países cuando una víctima rinde su declaración, no cuenta con el apoyo de personal especializado en la atención psicológica y emocional de menores, y las diligencias en materia de exploración médica, psiquiátrica o ginecológica no son practicadas por personal especializado en el tratamiento de menores de edad. No se utilizan medios audiovisuales para registrar la declaración principal del menor, así como en las diligencias, inspecciones y careos que se practican.

Las audiencias de desahogo de pruebas no se llevan a cabo a puerta cerrada y en un lugar apto para los menores, Los juicios suelen durar años en perjuicio del menor y su integridad personal.

NUESTRA TAREA

Por último, no quisiera sonar catastrofista, quisiera resaltar que en la mayor parte de los países hispanoamericanos se puede encontrar gente e instituciones dispuestas a ayudar. No queda de otra tienen que ser las personas, la sociedad civil la que eduque y prevenga, entre mas adultos conscientes habrá más niños informados.

Esta realidad tiene que cambiar, ¡tiene que ser ahora! En lo individual y en lo colectivo ya son muchas las voces y voluntades que se han sumado en este esfuerzo para erradicar el abuso sexual infantil, de modo que no desaprovechemos esta oportunidad única que se nos presenta ahora en nuestro tiempo, y hagamos algo a favor de los derechos más básicos y elementales de los niños: el derecho a ser protegidos en la etapa más hermosa del desarrollo del ser humano, la infancia.
 
MIGUEL ADAME VAZQUEZ.
 
FUNDADOR DE ABUSO SEXUAL INFANTIL NUNCA MAS.
COLABORADOR DE LA RED HISPANOAMERICANA CONTRA EL ABUSO SEXUAL INFANTIL.
PRESIDENTE DEL CENTRO DE INVESTIGACION, DIFUSIÓN Y ESTUDIOS SOBRE LA TRATA DE PERSONAS Y EXPLOTACION COMERCIAL.

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